— Lo sentimos— musitan. Asiento con la cabeza.— Siempre pongan el ejemplo. Debajo de ustedes hay pequeños que un día esperan salir de aquí y mostrar su mejor rostro al mundo. ¿Entendido? — Sí. Lo siento, Daniel— murmura el mayor. — ¡Ahora vamos a comer!— Junto mis palmas en señal de rapidez. — No tenías que defenderme— Menciona bajando la cabeza. Me arrodillo para quedar justo a su altura. Levantó su rostro tomándolo del mentón. — Daniel. Cuando yo tenía tu edad, hubiese dado cualquier cosa para que alguien me defendiera. Nunca pequeño, permitas que alguien te haga sentir menos. Así tengas que patear un par de traseros— chillo brincando. — aunque es mejor el diálogo. Anda vamos a comer. Te encantará ver el baile que han preparado las niñas. Después de llenar mi estómago con la deliciosa comida chatarra y beber agua con gas para no sentirme tan culpable por haberle robado una porción a Demián cuando esté se distrajo, pasamos al mini teatro del Orfanato. La habitación no es muy gr
-Sera-La mansión del señor Arcuri se miraba aún más impresionante de noche. Con todas esas pequeñas lámparas iluminando tanto el jardín como los rincones más oscuros. Me llegaba a preguntar ¿En qué gastaba toda su fortuna? Entendía que los servicios de una casa tan enorme, y los impuestos que dejaba ser propietarios de una de las marcas más reconocidas de toda América y Europa, dejaba sus huecos. Aún así la duda de por qué nunca volvió a casarse me asaltaba. — El señor requiere su presencia abajo en el comedor para cenar— Anuncio Cecilia. Asentí algo despreocupada. Daniel me había dicho que Giovanny pocas veces cenaba aquí. No pensé que hoy fuese la excepción. Ya traía puesta mi pijama, y era más que claro que no planeaba cambiarme solo para bajar a cenar. Tan solo cepille un poco mi cabello sujetándolo en una coleta de lado baja. —Buenas noches— saludé con las manos entrelazadas la una de la otra. Daniel y mi jefe ya se encontraban sentados. — Su calzado es bastante peculiar seño
-Sera- ... O por los cielos vaya que esto se está poniendo bueno. ¿Qué les parece la Historia? Los leo. Mi respiración se corta. Siento como todo el temor y nerviosismo que sentía antes se ha ido. Levanto la cabeza para poder verle. Me siento muda, no soy capaz de formular palabra alguna. Escucho la puerta del elevador abrirse pero ninguno de nosotros mueve un solo músculo. Hace una mueca saliendo a grandes zancadas. Me quedo allí por un segundo hasta que mi cuerpo es capaz de moverse. « Me besó » Entro a mi cuarto de hotel con mil emociones a flote. «Tranquila, solo fue un beso, no significa nada» — Y yo tampoco quiero que signifique algo. ¿O sí?— Discuto conmigo misma tirándome sobre la cama. Miro mi vientre con el ceño fruncido. —¡Malditas mariposas en el estómago qué hacen allí! Tome mi maleta, abrí la caja que momentos antes de irme, la señorita Cecilia me había dado. Y es que aquí venía el atuendo para la reunión de esta tarde. — ¿En serio?— Relinché tal cual cab
— ¿Esta usted a dieta?— Abro mi boca en señal de ofensa. ¿Es en serio?—¿Me está diciendo gorda? — Una sonrisa se cuela en su fría expresión.— Usted y sus dramas. Lo menciono porque necesito una hamburguesa.— Está bien— mencionó arrastrándo las palabras.•━━━━━━━ ∙ʚ•ɞ∙ ━━━━━━━•Mantengo la mirada en los sobres de ketsup regados sobre la mesa. Parpadeo confundida, afuera del establecimiento se encuentran dos hombres de seguridad cuya atención impregna la de los demás clientes.— No entiendo. ¿Come hamburguesas cuando está frustrado? — Asiente con la cabeza.— Mi padre siempre fue millonario, pero mi madre no. Durante tres años viví en una casa común, en un barrio común de Italia. Así que a diferencia de otras personas podridas en dinero, yo disfruto de la comida rápida— levanto las cejas un poco impresionada.—¿Y no se supone que debe amar la pizza en lugar de las hamburguesas?— ríe negando.— La salsa de tomate me causa conflicto, pero no le negaré que una buena pizza de queso con j
-Giovanni-—¿Quién era? — No importa ya lo arreglaré. Dime en qué estábamos. — La mansión de Roma será uno de nuestros proyectos más importantes. — Y extremadamente costoso. Tan solo el primer nivel de la casa sin contar materiales extra cuesta cien millones— respondí analizando los datos de las hojas. — Sí, pero la compra está destinada al príncipe de Arabia, nos dará el triple de su valor siguiendo sus especificaciones. No podemos negarnos Giovanni. Si Arcuri companies cierra este trato, no habrá ningún mercado imposible para ti. — Si, puede que te has razón, pero realizarlo podría dejarnos en la quiebra. Y yo jamás, me arriesgo— No soy la persona más millonaria de todo el mundo. Tengo un patrimonio, y si esto falla, perdería absolutamente todo. — Bueno, habrá que analizarlo con los embajadores y socios. Por cierto. ¿Qué fue lo que sucedió ayer? Solo hay rumores y más rumores— suspiré. — Kevin, Odette regresó — su mirada de asombro se hace presente. —¿Después de casi tres añ
-Giovanny- Una sonrisa se mezcla con el semblante de mi padre quien camina de nuevo hacia la fiesta. — Ahora más que nunca debes cuidar a mi Nieto. Ese hombre, atrás de él solo hay oscuridad. Misma que envolvió a la arribista de su madre. —¡Señor! ¡Señor!— Giro mi cabeza hacia atrás. Luigi brinca desesperado por capturar mi atención. Ruedo los ojos y suspiro. Voy hacia él. — Te dije que más decoraciones estaban bien. —No es eso. ¡Hay una loca afuera! Golpeó a dos hombres de seguridad e insiste en qué es su compañera. ¡Por los cielos! Ya llamé a personal para que la saquen. «Oh no» empujo a un lado a Luigangel para ir hacia la entrada. Un pequeño alboroto se ve desde los lejos. «Que no sea ella, que no sea ella, que no sea ella» pero mis esperanzas se van a la basura cuando otro de los guardias recibe un golpe en sus partes bajas haciendo que caiga al suelo. Cuando su cuerpo se desplaza me quedo atónito. Sera se encuentra alterada hasta los cielos. Su frente arrugada, mirada des
-Sera-Me miró al espejo y entiendo con qué razón no querían dejarme entrar. Mi cabello está hecho un rotundo desastre. Ruedo los ojos retirando los pequeños trocitos de hojas secas que hay en mi melena. Por suerte siempre cargo con un pequeño cepillo pegado a un mini espejo. Humedezco la palma de mis manos pasándolas sobre las hebras platinadas tratando de que, se vea casi como lo dejé horas atrás.Retoco mi labial y salgo del tocador para damas, me aseguro de guardar el móvil en la cartera cuando mi cuerpo choca con alguien.— Oh lo siento mucho— me excuso rápidamente. Un hombre de unos cincuenta y tantos años me observa tranquilo.— No se preocupe señorita— Me quedo observando su rostro. La mirada aceitunada de sus orbes me parece tan etérea, pero a la misma vez, triste.— Que disfrute la velada— baja la cabeza haciendo una seña y desaparece nuevamente por los pasillos. Me quedo como estática pensando.— Chocaste con uno de los peces pesados de este lugar chica— en la esquina, a la
Nota: El capítulo 24 y 25 pertenecen al ya leído 23. -Sera- Me siento como si estuviese en la selva, siendo la presa de una enorme manada de depredadores. Las mirada de todos están puestas en nuestros cuerpos, principalmente en el mío. —Tranquila Ragazza— me separo lentamente del señor Arcuri. Estar tranquila para mí en estos momentos, no es ni siquiera una opción. Hay una mirada en especial que Amenaza con desfigurarme el alma, y es la de Odette Sharleston. Me estoy metiendo en donde no debo, y eso puede traerme grandes consecuencias. Doy media vuelta caminando hacia la barra de alimentos. Necesito algo dulce bañado en chocolate. A diferencia de mi jefe, yo no como hamburguesas cuando me siento frustrada. Estoy por llegar a la barra cuando siento un ligero empuje en mi cadera hacia atrás. — Acompáñame. Sigo a Giovanny hasta la parte trasera del evento. Supongo que es el jardín trasero puesto que está completamente lleno de flores, en su mayoría rosas y petunias. Respiro el dul