Trevor y sus guerreros destrozaron la manada enemiga buscando señales de Karman, pero en las últimas horas no habían encontrado nada. Su mujer no estaba ahí, ella parecía haber desaparecido de la nada. ―Te lo preguntaré una vez más. ―Le hizo otro pequeño corte con la navaja de plata infestada en ve
Su luna estaba muerta, esa mujer a la que esperó por tantos años se había ido de su lado, se la arrebataron como lo hicieron con la primera mujer que amó. Él no lo quería creer, analizó el cuerpo una y otra vez y todo indicaba que era ella, su tulipán, la madre de su hijo, su luna y destinada. Esta
Ver el pánico en sus preciosos ojos hizo flaquear a Aiden, pero aun así siguió con su crueldad, de otra manera ella no lo respetará y necesita doblegarla para cuando finalmente acabe con la vida de Greta y sea ella quien lidere a su lado. ―De otra manera no me obedeces. ―Gruñó encadenándola de los
Stefan no se pudo quedar en la cocina, él sabía lo mal que su amiga lo pasaba siempre que ese bastard0 abusaba de ella, así que, tomando un cuchillo en mano, subió a las habitaciones y fue directo a la que les pertenece. Al entrar y escuchar los gruñidos de Aiden sintió asco, su amiga estaba ahí en
―Tomate el veneno o morirás con ese bastar. ―Vociferó con asco. ―Porque de algo debes estar segura y es que no vas a traer a ese bastardo a este mundo, ¡Eso lo harás sobre mi cadáver! ―Las lágrimas es lo único que podía fluir de sus ojos. ―¿Por qué me haces esto? ―Alzó la mirada. ―Lo único que he h
―Aiden. ―Le mostró la mano ensangrentada. ―Esto no es normal. ―Aiden pasó saliva, ella literalmente se estaba desangrando por su zona. ―No puedo… ―Aiden quiso regresarla a la habitación, pero eso sería sentenciarla, Greta está fuera de control. ―Todo estará bien, pronto pasará todo. ―Los gritos de
El parto para Greta no estaba siendo fácil, estaba teniendo una fuerte hemorragia y el bebé estaba mal acomodado, el sufrimiento por el que estaba pasando le estaba arrancando la vida.Mientras tanto, Karman estaba tirada en el piso en un charco de sangre con fiebre por encima de los cuarenta grados
―Nena. ―Aiden corrió a la cama y se arrodilló al ver a Greta llorando, abrazando al bebé. ―No… no… ―Negó una y otra vez viendo como su oportunidad de reinar se había esfumado. ―¡Ni siquiera pudiste traer a mi hijo con vida! ―Gritó perdiendo el control. ―¡¿Cómo pudiste matar a mi hijo?! ―Greta lo mir