Gael llegó a casa después del trabajo, había sido un día duro y necesitaba la paz que le proporcionaba hablar con Ivanna y Gema en la cena. Subió a las escaleras, se dio una ducha rápida y se vistió con comodidad antes de bajar para ir a la habitación de Ivanna para proponerle una cena íntima, solos los tres en la habitación de ella. La enfermera salió de la habitación y se detuvo al verlo.
―Buenas tardes, señor Evans.
―Buenas tarde, Bertha, ¿cómo ha pasado el día Ivanna?
―Ha sido un día duro para ella, está agotada, le di un calmante y logré que tomara un poco de sopa, se acaba de dormir.
―Me hubiese gustado poder cenar con ella, estoy loco que termine su rehabilitación, Sam me dijo que como se duerme tan temprano se despierta a medianoche por lo que tiene descontrolado su horario de sueño ―dijo Gael.
―
Ivanna sintió que su mundo se compuso cuando Gael entró a la sala de fisioterapia y encaró a Charlotte. Recordó las palabras de Olivia y todas las piezas cayeron en su lugar porque escuchando a Gael fue que entendió que había sido objeto de la manipulación de una mujer que había sido contratada para ayudarla. Analizó la situación y se dio cuenta de que los comentarios comenzaron pareciendo inocentes, primero se ganó su confianza para poco a poco ir avanzando hasta envolverla en su juego.Cuando Gael la tomó en brazo y la miró a los ojos, se asustó porque pudo ver en su mirada la rabia que sentía. En ese momento no supo lo que estaba pasando, pero si sintió el alivio de que él interrumpiera la tortura que suponía los ejercicios de rehabilitación y la voz de Charlotte obligándola a continuar. Él se había sentado con ella en su
Al día siguiente muy temprano en la mañana Gael llamó a su médico para pedirle que le recomendase una nueva terapeuta para Ivanna. Después de explicarle el caso, el doctor le pidió que le diera ese día para localizarle al mejor. Ivanna disfrutó de un maravilloso día de descanso antes de comenzar para lo que para ella era una tortura.Estaban terminando de desayunar cuando Bertha tocó a la puerta de la habitación para anunciarles la llegada del fisioterapeuta.Gael ayudó a Ivanna a sentarse en la silla de ruedas y empujó esta fuera de la habitación, seguidos por Gema y Sasha. Su sorpresa fue mayúscula cuando vio a un hombre de piel oscura esperando en una de las salas.―Buenos días ―dijo Gael estudiando al hombre.―Buenos días, usted debe ser el señor Evans.Gael asintió.―Mi nombre es Malik y soy el terapeuta d
Blake esperaba impaciente a Gael bajara a desayunar, aunque la noche anterior se habían retirado a dormir más tarde por ser el cumpleaños de Ivanna, estaba seguro de que bajaría de un momento a otro. La primera en bajar fue Gema, estaba lista para ir a la escuela.―Buenos días, Gema.―Hola, Blake, buenos días para ti también. ¿Esperas a papá?―SíGema lo miró con sospecha.―¿Por qué cuando hablas conmigo le dices papá y a él le dices Gael? ―preguntó en voz alta para distraerla.―¡Chist! Te va a oír ―dijo ella en un susurro ―Es una sorpresa, mejor me voy con mamá.Blake sonrió mientras la veía alejarse.En ese momento Gael comenzó a bajar por las escaleras, al verlo parado al pie esperándolo frunció el ceño, no era habitual que Blake interrumpiera su rutina
La Navidad estaba a solo unos días e Ivanna no había hecho sus compras navideñas, por lo que le pidió a Miranda que la acompañase a buscar los regalos para la familia y los trabajadores de la casa. Pensó en que ese año debía dar muchos más obsequios que en años anteriores porque su círculo personal y el de Gema había crecido, peocupada pensó en que esa situación consumirían los pocos ahorros que había logrado reunir con mucho esfuerzo. Se dijo a sí misma que a pesar de que tendría que medirse mucho para poder darle a cada uno de ellos un detalle, pensaba que la Navidad era una época de alegría y lo que en verdad importaba era sentir la emoción del nacimiento del niño Dios. Miró su bastón y suspiró, se sentía una inútil, había pasado meses desde su accidente y aún no estaba bien, tenía limitaciones físicas. Desde que su padre la echó de la familia, por necesidad se había tenido que volver una persona independiente, había salido adelante con trabajo duro para que a Gema y a el
Ivanna no se esperaba una propuesta de matrimonio de Gael, estaba muy segura de sus sentimientos, más no sabía lo que él sentía por ella, su propuesta hablaban de honor, no de felicidad. Sabía que amaba a Gema y que estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para resarcir los años de ausencia. ¿Estaría dispuesta a arriesgar su corazón en un matrimonio de conveniencia? Sí, se respondió así misma, aunque Gael nunca le habló de amor algo debía de sentir por ella, sino no tendría sentido todas esas conversaciones nocturnas que habían compartido desde que llegó del hospital. El salón estaba en absoluto silencio, todos los presentes, incluyéndolo a él esperaban una respuesta, pero Ivanna estaba sumida en sus pensamientos. Un leve carraspeo la volvió a la realidad y ante la mirada interrogante en los ojos de Gael, reaccionó: era un mujer que había sido criada para vivir en un matrimonio de conveniencia, ella se había vuelto a enamorar de Gael y tenía mucha suerte de que él qui
El día de Navidad amaneció con nieve. Gema se levantó muy temprano porque Sasha no dejaba de maullar en su oído para que lo sacara al patio a hacer sus necesidades. Una vez de pie el entusiasmo de compartir ese día con su nueva familia la terminó de despertar. Casi corrió escalera abajo seguida por el gato, sin embargo, al abrirle la puerta debido al frio invernal Sasha se negó a salir. Exasperada miró a su gato.―Está bien, ve a hacer tus cosas en esa inmunda caja de arena que me tocará limpiar a mí.Sasha la miró, maulló en respuesta arrancándole una sonrisa y fue en busca de su caja al lavadero.Gema tenía hambre y no había un alma despierta en la casa, fue a la cocina, preparó su desayuno y comió. Todo seguía en silencio. «¿Será que nadie se va a levantar hoy?», pensó con fastidio, decidi
Ivanna caminaba nerviosa por el salón de la suite del hotel donde un par de horas más tarde se celebraría la fiesta de su compromiso. Gael observó lo fantástica que se veía en su traje largo de color verde botella, una estilista había aclarado el tono de su cabello con reflejos platinados lo que resaltaba sus ojos grises. El maquillaje profesional destacó la belleza de su rostro, embobado pensó que Ivanna tenía todas las cualidades: era elegante, hermosa, apasionada, una madre excelente y con un gran corazón. Sus ojos se encontraron y el miedo que había en ellos le hizo fruncir el ceño, se levantó para tratar de tranquilizarla.―Todo saldrá bien, Ivanna. La reportera que hará la entrevista es una conocida, sabes cuáles son las preguntas que te hará, inclusive lo que vamos a decir, lo hemos ensayado muchas ―señaló Gael.―No pu
―¿Qué haces aquí, Charlotte? ―preguntó Ivanna con voz temblorosa.Su antigua fisioterapeuta la miraba con odio, su rostro era la personificación de la maldad, en él se notaba lo satisfecha que estaba por estar frente a Ivanna en una situación de evidente superioridad. Aunque en ese momento el cuchillo apuntaba al piso, los nerviosos movimientos de la mano de la mujer anunciaban que pronto esa situación iba a cambiar.Su instinto de madre le decía que corriera a la puerta para encerrarse con Gema en la otra habitación para protegerla, pero sabía que no llegaría antes que Charlotte, por lo que debía hacer que centrara su atención en ella. Por ningún motivo la mujer debía saber que su hija dormía en la habitación contigua. ¡Oh, Dios! Si no hubiese enviado a Blake a buscar a Malik estaría en el salón esperándola para salir