Capítulo 66 —Juntos...Narrador:Maya revolvía distraídamente su café, su mente atrapada en una maraña de pensamientos oscuros y pesados. Frente a ella, Liam la observaba con atención, con el ceño ligeramente fruncido, como si intentara leer lo que no decía.—¿Me lo dirás esta noche? —dijo él, más como una afirmación que como una pregunta.Maya levantó la vista y asintió lentamente. No tenía otra opción. Tarde o temprano, Liam debía saberlo. Solo que no estaba segura de poder decirlo sin que su voz se rompiera en mil pedazos.—Sí, esta noche —susurró.Liam suspiró, claramente frustrado, pero no presionó. En cambio, alargó la mano por encima de la mesa y atrapó la suya, entrelazando sus dedos.—Sabes que te amo, ¿verdad? —murmuró, acariciando con su pulgar el dorso de su mano —Te amo con locura, Maya. Y solo quiero que estés bien. Lo que sea que te esté atormentando… lo superaremos juntos.Maya sintió su garganta cerrarse y la urgencia de gritarle la verdad, de soltarlo todo y liberars
Capítulo 67 —Sin mirar atrásNarrador:Maya miró por la ventanilla del taxi sin realmente ver nada. Las luces de la ciudad pasaban como un reflejo distorsionado de su propia confusión. Su pecho se sentía pesado, su respiración entrecortada, pero se obligó a mantener la calma. Era la única opción que tenía. No podía quedarse. No después de lo que sabía.Cuando el auto se detuvo en la entrada del aeropuerto, tomó aire hondo antes de abrir la puerta. Bajó con movimientos automáticos, pagó al conductor y ajustó la correa de su bolso sobre su hombro. El viento frío le erizó la piel, pero nada se comparaba con el vacío que sentía por dentro.Elena la esperaba cerca de la entrada, con una expresión tranquila y calculada. Sostenía en su mano un sobre y un boleto de avión, que extendió en cuanto Maya estuvo lo suficientemente cerca.—Tu vuelo sale en una hora. Todo está listo.Maya tomó el boleto sin mirar el destino. Lo único que importaba era irse, alejarse de todo.—Gracias.Elena la observ
Capítulo 1 —El ultimátumNarrador:La voz de Elena resonaba en la mente de Maya como un eco persistente, cargado de urgencia y preocupación.—Maya, tu padre está muy mal. Los médicos no creen que dure más de unos días —le había dicho su madre adoptiva, con los ojos húmedos y la voz quebrada —Liam se niega a venir. Tú eres la única que puede convencerlo.Maya había intentado esquivar el peso de esas palabras, pero la mirada de Elena la mantenía anclada a la realidad.—Hace años que no hablo con él, mamá... No sé si siquiera me escuchará.—Hija, siempre te ha escuchado. Tú y él tenían un vínculo especial, incluso cuando las cosas se complicaron. Aunque haga tiempo que no hablan, sé que lo hará ahora. Necesito que lo convenzas, a como dé lugar.Desde que los padres de Liam habían adoptado a Maya, ella había sido cercana a él. Habían compartido secretos, sueños y risas que parecían indestructibles. Pero todo eso se había desmoronado tras aquel acontecimiento que los distanció para siempre
Capítulo 2 —El depredadorNarrador:El silencio en la oficina era tan denso que Maya sentía cómo cada respiración resonaba en sus oídos. Liam no apartó la vista de ella mientras se levantaba lentamente de su silla. Sus movimientos eran deliberados, llenos de una calma que solo servía para intensificar la tensión. Se estiró con una languidez que no coincidía con la dureza de su mirada. Luego, sin prisas, comenzó a caminar hacia ella. Maya no pudo evitar dar un paso hacia atrás, su espalda chocando contra el borde del escritorio que tenía detrás. Sus dedos se aferraron al mueble en un intento de encontrar algo que la anclara.—¿Tienes miedo, Maya? —murmuró él, con una voz tan baja que la obligó a contener el aliento para no perder ninguna palabra.Ella negó con la cabeza, pero el temblor de sus manos la delató. Liam sonrió con una satisfecha arrogancia, como si su miedo fuera precisamente lo que había buscado. Pasó a su lado, deteniéndose lo suficiente para que ella pudiera sentir el ca
Capítulo 3 —La rendicionNarrador:Maya respiraba con dificultad mientras Liam se separaba ligeramente, apenas lo suficiente para mirarla directamente a los ojos sin dejar de mantenerla acorralada contra la pared. Su corazón martillaba en su pecho, desbocado por la mezcla de emociones que la invadía. Sabía exactamente por qué estaba allí, y no había lugar para preguntas ingenuas o negaciones.—Así no —dijo él con calma, pegando su cuerpo un poco más al de ella —No me mires como si no supieras por qué estás aquí.Maya sintió que el aire se volvía más denso. No había escapatoria, ni física ni emocional. Su dignidad estaba colgando de un hilo, y él lo sabía. Pero no iba a permitir que él lo disfrutara sin resistencia.—Haz lo que tengas que hacer —dijo con la barbilla en alto, aunque su voz tembló ligeramente.Liam ladeó la cabeza, esa sonrisa cínica que era tan cruel como magnética apareciendo de nuevo.—¿Así de fácil? No, Maya. Quiero que lo sientas. Quiero que entiendas lo que signifi
Capítulo 4 —TérminosNarrador:Liam se levantó de la cama, dejándola aún envuelta en el silencio que había caído sobre ellos. Su figura, alta y dominante, se recortaba contra la luz tenue de la habitación mientras recogía una toalla.—Voy a quedarme en el cuarto de huéspedes esta noche —dijo, su voz calmada pero autoritaria —En el baño tienes más toallas limpias, si las necesitas. Tómate tu tiempo para ducharte. —Maya lo miró, aún temblando, pero tratando de recuperar algo de compostura. Sentía su cuerpo entumecido por la intensidad de lo que había pasado, pero asintió ligeramente. Liam se acercó al cajón y sacó un pantalón deportivo y una camiseta suya, colocándolos cuidadosamente sobre la cama. —Póntelos cuando termines. Te estaré esperando en la cocina —continuó, sin mirarla directamente esta vez —Hay algo que necesitamos discutir.Maya lo observó salir de la habitación, su porte inquebrantable y su presencia llena de control. Escuchó el eco de sus pasos alejarse antes de reunir el
Capítulo 5 —En sus propios términosNarrador:Cuando aterrizaron los estaba esperando un limosina. Maya se sentó frente a él, sus dedos tamborileando nerviosamente el bolso. Luego de un rato, Liam apartó su vista de la pantalla y la fijó en la joven, quien abrazaba ese accesorio contra su cuerpo mientras frotaba la correa. No pudo evitar recordar la primera vez que la vio... con una claridad inquietante, el día que Maya llegó a su casa por primera vez. Él tenía doce años, y ella era solo una ni*ña pequeña de cinco. Estaba sentado en las escaleras del vestíbulo, observando cómo Elena entraba con una niña delgada, de cabello alborotado y mirada asustada. Maya llevaba una mochila demasiado grande para su tamaño, apretada contra su pecho como si fuera un escudo.—Liam, ven aquí —le llamó su madre, su tono suave pero firme —Quiero presentarte a alguien especial —Él había bajado las escaleras con pereza, sin protestar, ya que estaba acostumbrado a las insistencias de Elena. Pero cuando llegó
Capítulo 6 —La conversación incómodaNarrador:La cena había sido tranquila, aunque cargada de una tensión sutil que Maya no podía ignorar. Elena, con su calidez habitual, no dejó de intentar llenar los silencios con comentarios amables y recuerdos del pasado.—Es tan bueno tenerte en casa, Liam —dijo Elena con una sonrisa, observando a su hijo con una mezcla de orgullo y melancolía —Más allá de las circunstancias, me hace feliz que estemos todos juntos nuevamente. —Liam no respondió de inmediato. Se limitó a asentir y a tomar un sorbo de su vino, evitando los ojos de su madre. —¿Sabes? —continuó Elena, mientras se servía un poco más de ensalada —Hace unos días me encontré con Anne. Seguro la recuerdas, ¿verdad? Salieron juntos un tiempo. —Liam arqueó una ceja, pero no dijo nada. Maya observó la interacción, sintiendo que había una historia ahí que desconocía. —Ella preguntó por ti. Me dijo que si hablaba contigo, te dijera que te comunicaras con ella. Me pareció curioso, porque parec