Tal cual lo dijo, Benjamín se encargó de coordinar todo con Lulú y esa madrugada estaba saliendo rumbo a Alemania, mientras tanto él se quedó en el hospital con Helena y Fernanda fue a hacerle compañía. —Benjamín —habló la doctora en la sala de espera y se levantó de inmediato al escuchar su nombre.—Dígame ¿Pasó algo con Helena?—Ha despertado —les informó la doctora con alegría —están por pasarla a su habitación y podrán verla, denme diez minutos en lo que la trasladan y pueden pasar. En recepción les dirán qué habitación le asignarán.—Muchas gracias —respondieron ambos a un tiempo y se abrazaron emocionados, pasaron a recepción como les fue indicado y ahí les informaron a dónde ir.—Acá está la 315 —le dice Fernanda al ver el número azul marcando la puerta, giró suavemente el pomo y la vieron ahí en la cama con una mascarilla de oxígeno en su rostro, al verlos sonrió y dejó escapar unas lágrimas. —Tranquila hermanita —le acarició con ternura el cabello Benjamín y le dejó un beso
Damián estaba aterrizando en Cancún, lugar donde lo esperaba ya un helicóptero para llevarlo directamente al hospital, el medicamento venía en hielo y necesitaba llegar lo mas pronto posible para evitar que se descompusiera.—Ya viene, amiga —le alentaba Fernanda a Helena, la cual se quejaba de fuerte dolor a lo largo de toda la zona afectada que iba ya casi a la espinilla.—Me duele horrible, Fer, siento que se me quema toda la pierna —le decía entre lágrimas. —Dijo Benjamín que ya no tardaba, aguanta un poquito.Diez minutos antes de las cuatro de la tarde Damián estaba bajando por el elevador y ya lo esperaba la doctora para preparar todo.—Hay que hacer unas mezclas, en diez minutos estoy con ella para comenzar a pasarle el medicamento. —¿Cómo está? ¿Puedo verla? —Preguntó ansioso.—Claro, puedes pasar. Ella está bien, solo con mucho dolor pero ya no quise administrar analgésicos para a través de ella misma darnos cuenta si hace o no efecto esto.—Confío en usted —le dio una son
—¡Ay madre, te has pasado! —Dijo molesto pero controlando el enojo para no causarle ningún tipo de afectación a Helena.Tocó antes de abrir y escuchó a Fer darle el pase, caminó hasta ellas y las saludó con un beso. Vio el pie mucho mejor que el día anterior y a Helena de mucho mejor ánimo. —Te veo muy mejorada —le comentó con una sonrisa.—Lo estoy, dijo la doctora que en un par de días podré irme.—Eso es excelente, en casa podrás descansar.—Damián, aprovecho que estás aquí para irme un rato. Tengo pendientes en la oficina —se disculpó Fernanda. —Claro, ve con cuidado y gracias por cuidarla —le despidió con otro beso y un abrazo.Se despidió también de Helena y le dijo que volvería en cuanto pudiera, luego los dejó solos.—Muero por llevarte a casa —le confesó Damián y entre las palabras y la mirada que le dio, Helena estaba temblando ya por él. —Quedamos en algo, Damián —le reprende ella con rostro serio.—Quedamos en enfrentarnos al mundo si era necesario —le susurra en el oí
Se retiró un poco y decidió admirarla, sentada y erguida, con el pecho en un rápido sube y baja que aprisionaba la respiración agitada y pesada, unas cuantas gotas de agua resbalando por su cuello y bajando hasta sus senos, en la punta de uno de ellos brilló una gota cómplice que llamó a Damián para que la limpiara con la punta de su lengua. Una corriente la electrizó al sentir el tibio contacto de su lengua y luego de toda su boca cubriendo y devorando aquel manjar que Damián amaba saborear.Unos leves jadeos se dejaron escuchar provenientes de la garganta casi ahogada por aquella sensación que se apoderaba del cuerpo ya sin voluntad de Helena y provocaron solo que la excitación de Damián se manifestara con mas ímpetu en su miembro ya dolorido.Miraba su silueta en el espejo y a la vez que dejaba un reguero de besos húmedos por todo su cuello analizaba aquel tatuaje en su espalda baja, parecía ser una leona y aves alrededor, nunca se detuvo a mirarlo y no era muy grande como para no
Pasaron unos días más y Helena se recuperó de manera satisfactoria del ataque de la serpiente, ya iba y venía sin ayuda a la oficina.—Señorita Helena —le recibió Lulú con una gran sonrisa —me da mucho gusto verla de regreso. —Gracias Lulú, nadie mas feliz que yo de volver, eso te lo aseguro. —Me imagino que sí. El señor Damián se ha encargado de atender todo lo que ha llegado a su oficina —le explicaba con paciencia —y pues con la ausencia del joven Santiago se le ha cargado bastante el trabajo.—Claro, no es para menos —respondió Helena comprensiva —pero ya me haré cargo de mis asuntos y ayudaré con lo de Santiago, finalmente corresponde a mi área.—Entiendo —dijo mientras avanzaba a su lado en el camino que llevaba a su oficina, al abrir la puerta encontró un enorme ramo de rosas rojas sobre su escritorio y Lulú le dio una sonrisa cómplice cuando Helena volteó a mirarla con cara de asombro —ya está de buenas otra vez, días anteriores andaba que no lo calentaba ni el sol —le come
Se acercó una jovencita para tomarles la orden.—No se, ustedes recomiéndenme algo —les pidió.—Unas flautas de pollo ¿Qué tal? —Le aconsejó su hermano —están riquísimas.—Me parece bien.Benjamín ordenó lo mismo, mientras que Iván pidió un asado de res con verduras y agua de limón para todos.Mientras les preparaban su comida, Helena e Iván comenzaron a charlar y conocerse. Iván le contó que era QFB y trabajaba en el hospital en el que ella había estado ingresada ya en dos ocasiones.—Voy a pedir una tarjeta de descuento —dijo bromista Helena y ambos rieron con su comentario.—Al contrario, espero que no tengas la necesidad de estar ahí nuevamente.—Lo se, mi humor es un poco negro —le explicó y vio que Benjamín se veía contento.Comieron entre risas y bromas, a Benjamín le encantó el clic que hizo Iván con su hermana y eso lo hizo sentirse un poco mas seguro para abrirse ante su familia, sabía de antemano que ni su madre ni su abuela lo aceptarían, pero tampoco es que esperara demas
A la mañana siguiente Helena se levantó temprano y trató de hacer el menor ruido posible para que Damián no se despertara y pudiera descansar más, se dio una ducha y fue a su habitación a vestirse y prepararse para ir a la oficina, ni siquiera desayunó, solo tomó una manzana y una naranja y subió a una camioneta que era conducida por un trabajador de la Hacienda y la llevaría primero a la plaza donde el día anterior dejó la suya.A media mañana escuchó la puerta de Damián azotarse y eligió no darle importancia, ella estaba agendado una cita de manera personal y directa con los proveedores que estaban demandando, en dos días se encontraría con ambos y por la tarde de ese mismo día lo haría con los empleados despedidos.Damián se había mantenido alejado, de una manera que no le gustaba, porque aunque ella fue quien le pidió hacerlo, lo extrañaba. —Tú lo hiciste, ahora no te quejes —se decía al ver que la puerta de aquella oficina permaneció cerrada en todo momento, a duras penas escuch
Tomó su camioneta y fue hasta el lugar que Fernanda le indicó, llegó con tiempo y aún afectada por lo sucedido y le contó a su amiga, la cual solo acertó a abrazarla y de momento hasta que escuchó todo el lío.—¿No crees que cada quien reacciona diferente ante las situaciones que le presenta la vida? Digo, tú sufres ansiedad y las preocupaciones, la tristeza la manifiestas de esa manera, pero él no, para él es más difícil y quizá en lugar de ponerte difícil pudieras acceder a hacerte la prueba de ADN para que una duda se despeje al menos.—Es que aún si no somos nada todo es complicado, se pone de un genio de los mil demonios, explota con todo, no espera a recibir una explicación y el colmo es su familia que no deja de meter las narices en todo, estoy segura que esa repentina solicitud de empleo por parte de Marissa es porque la bruja de su madre la ha enviado, lo cual solo deja en evidencia que jamás nos dejarían en paz.—A ver, Helena vamos por partes. Yo se que en un principio las