-S-Señor yo….- Clara exclamó con la voz temblorosa.Realmente no sabía qué decir, si él ya sabía todo, no tenía sentido mentirle y poner una excusa estúpida que saliera de sus labios que temblaban de terror.-Tranquila, en realidad no te llamé por eso- respondió con una expresión que Clara sintió que era de diversión, como si se regocijara de su sufrimiento.La joven volvió a sentarse en la silla, no por cortesía, sino porque sentía que sus piernas se estaban por doblar y caería de rodillas contra el suelo.Trató de respirar por la nariz profundamente para recomponer la compostura mientras esperaba que ese maldito hombre le dijera de una vez que quería de ella.-Eh visto que te llevas bien con Erik Black el hijo mayor del Grupo Luna. ¿Eres consciente de que son nuestros enemigos?- inquirió clavándole los ojos negros iguales a los de su amante, pero a diferencia de los de Ivan, estos eran asesinos y le causaban terror.-Y-Yo… si, lo sé señor.- respondió avergonzada. Ahora prefería que
Ivan manejó a gran velocidad directamente hacia negocio de la familia de Clara, le importaba una mierda que fuera la zona del Grupo Luna, es más, si se llegaba a cruzar con alguno de los Black los mataría a golpes. Mientras conducía observó con mirada depredadora hacia todos lados, esperando poder saciar la ira que tenía dentro, pero no encontró a nadie para su mala suerte.Estacionó en la puerta del comercio y entró haciendo ruido con la campanita de la puerta.-Bueno días ¿En que…?-¿Dónde está Clara?- interrumpió al hombre, buscando con su mirada oscura hacia todos lados.Un hombre delgado y demacrado se le acercó con una mirada que intentaba en vano ser amenazante.-¿Y usted quién es?--Soy….Ivan lo pensó por un segundo, no le podía decir a ese hombre quien era, estaba seguro de que Clara no les había dicho la verdad a sus conocidos.-Soy su novio- exclamó con seguridad e inflando su pecho de orgullo.El hombre lo miró de arriba hacia abajo con los ojos muy abiertos. ¿Un hombre t
El viaje de vuelta hacia la casa del Grupo Sol fue de ensueño, Clara no dejó de mirar el hermoso rostro de su amado, su perfecto perfil que miraba seriamente hacia la carretera, de vez en cuando se giraba hacia ella con su resplandeciente sonrisa con hoyuelos y en los semáforos la llenaba de besos en todas las partes de su rostro sin dejar ni una libre de sus labios traviesos. Clara había comenzado a odiar la luz verde, porque eso significaba que los besos se acababan.Cuando llegaron a las puertas de la mansión su semblante cambió desconcertando a la joven, como si fueran dos personas completamente distintas conviviendo en un mismo cuerpo. Clara estaba segura de que estaba enamorada de Ivan pero aún no estaba segura de qué sentir por el “Señor White” ese lado suyo era intimidante, sin sentimientos, alguien que no tenía nada por perder y haría cosas muy turbias por alcanzar el poder.Pero antes de que el Señor White desapareciera con los hombres de su padre para lo que sea que tuviera
Rápidamente dos hombres de negro tomaron cada brazo de Clara y la inmovilizaron en su lugar mientras ella pataleaba con fuerza sin dejar de mirar con sus ojos cargados de deseo asesino hacia Erik. -¡Voy a matarte!- chilló mientras intentaba soltarse del fuerte agarre de los hombres. Erik se sostuvo su mejilla ahora roja por el fuerte golpe mientras observaba con desconcierto a quien había sido su amiga por poco tiempo y ahora parecía querer matarlo.-Está bien, suéltenla- ordenó a sus hombres. -Pero señor…- protestó uno de ellos, apretando más el agarre de la joven que parecía un animal salvaje y no una dama. -No me hagan volver a repetirlo- gruñó mostrando una mirada aterradora que Clara jamás había visto en el siempre sonriente muchacho.Los hombres se miraron entre sí antes de soltar a la joven quien trastabilló hacia adelante y hubiese caído de bruces al suelo de no haber sido porque Erik la sostuvo con firmeza. -¡No me toques!- chilló soltándose del agarre. -Clara…- dijo tr
-Por favor, dígame que ella está bien- suplicó el joven mafioso, dejando de lado su personaje terrorífico y poderoso que solía utilizar con la gente.Aun así, el doctor estaba nervioso, y no lo culpaba, sabía la reacción que podía causar en las personas saber quién era él y su familia.El hombre fingió ver algo en su computadora por un par de segundos que para Ivan se sintieron una eternidad. Había comenzado a clavar sus uñas en su pantalón para tratar de concentrarse en ese dolor y no en las ganas de gritar y protestar que hablara de una maldita vez antes de que se volviera loco.-Los resultados de la señorita Aguirre han llegado- comenzó a decir sin dejar de mirar la pantalla- Todo está bien.Ivan liberó un largo y pesado suspiro que no sabía que había estado conteniendo y dejó de clavarse las uñas para pasar sus manos por su rostro afligido pero ahora más calmado.-¿Entonces qué sucedió?- preguntó cuándo pudo recuperar el habla luego de la conmoción- ¿Qué fue lo que provocó que se
-Quiero que seamos libres de mostrar nuestro amor, que seamos como cualquier pareja común y corriente ¿Es mucho pedir?- dijo con un puchero. Ivan abrió grandes los ojos, podía ver la determinación en la mirada de Clara. Jamás había pensado que una confesión de amor lo estremeciera tanto como un adolescente inexperto frente a su primer amor. -¿Estas segura de esto? Sabes bien la vida que llevo y es algo que no puedo dejar… -¿Tú me quieres? ¿Tú también quieres esto?- preguntó la joven con miedo en sus palabras. “¿Y si él no quiere lo mismo que yo? No tendría más remedio que irme de este mundo y alejarme lo más posible de esta familia para que jamás pudieran hacerle daño a mi niño” Pero sus inseguridades se esfumaron rápidamente cuando sintió las cálidas manos de su amado envolver las suyas y besarlas con cariño. -Claro que quiero princesa, es solo que no quiero que nadie ni nada te haga daño, si algo te pasara… -Nada va a sucederme si estamos juntos- Los ojos color miel de su ama
Clara no había podido dormir, daba vueltas en la cama de un lado hacia el otro intentando conciliar el sueño sin éxito, su mente estaba en su amado, sabía que solo podría relajarse cuando el joven volviera a sus brazos y le dijera que todo iba a estar bien. Luego de una espera interminable la puerta se abrió lentamente y Clara bajó de la cama apresurándose a su encuentro. -Princesa, te dije que…- Pero el azabache no pudo terminar la frase, porque Clara lo había rodeado con sus brazos alrededor de su cintura y había escondido su rostro en su pecho- ¿Qué pasa? ¿Te duele algo? Por favor dime…- exclamó preocupado, levantando con su pulgar la barbilla de la joven. Observó su rostro, buscando algún indicio de malestar, hasta acercó sus labios a la frente de la joven para comprobar si tenía fiebre. -No pareces tener temperatura…- dijo pensativo. -Solo… te extrañé- dijo Clara con un puchero en sus labios. ¿Acaso eran sus hormonas alteradas por el embarazo? ¿O así se sentía estar enamorad
-Entonces… ven por él.Clara tragó saliva pesadamente pero obedeció, deslizándose en cuatro patas sobre la cama y gateando hasta estar sobre los muslos de su amado.Ivan no hizo nada, ni siquiera la tocó, manteniendo sus brazos detrás de su nuca, observando cada movimiento de Clara. Se sentía su muñeco, su juguete de prueba y eso lo excitaba aún más.Clara observó los ojos oscuros y penetrantes de Ivan mirándola fijamente y en silencio, pero no pudo mantener la mirada y la desvió hasta su entrepierna. Aunque mirar el bulto latente debajo de sus pantalones la llenaba de vergüenza, no era tan difícil como enfrentar a esas pupilas negras llenas de deseo que parecían devorarla.La joven quería explorar ese cuerpo, poder sentirlo, tocarlo, olerlo, probarlo. Ya lo había visto desnudo, pero la excitación de aquella noche la había drogado hasta llegar a la demencia, distorsionando su visión y sus recuerdos. Ahora estaba caliente, sí, pero estaba en sus cabales y tenía las riendas del juego.“