-Quiero que seamos libres de mostrar nuestro amor, que seamos como cualquier pareja común y corriente ¿Es mucho pedir?- dijo con un puchero. Ivan abrió grandes los ojos, podía ver la determinación en la mirada de Clara. Jamás había pensado que una confesión de amor lo estremeciera tanto como un adolescente inexperto frente a su primer amor. -¿Estas segura de esto? Sabes bien la vida que llevo y es algo que no puedo dejar… -¿Tú me quieres? ¿Tú también quieres esto?- preguntó la joven con miedo en sus palabras. “¿Y si él no quiere lo mismo que yo? No tendría más remedio que irme de este mundo y alejarme lo más posible de esta familia para que jamás pudieran hacerle daño a mi niño” Pero sus inseguridades se esfumaron rápidamente cuando sintió las cálidas manos de su amado envolver las suyas y besarlas con cariño. -Claro que quiero princesa, es solo que no quiero que nadie ni nada te haga daño, si algo te pasara… -Nada va a sucederme si estamos juntos- Los ojos color miel de su ama
Clara no había podido dormir, daba vueltas en la cama de un lado hacia el otro intentando conciliar el sueño sin éxito, su mente estaba en su amado, sabía que solo podría relajarse cuando el joven volviera a sus brazos y le dijera que todo iba a estar bien. Luego de una espera interminable la puerta se abrió lentamente y Clara bajó de la cama apresurándose a su encuentro. -Princesa, te dije que…- Pero el azabache no pudo terminar la frase, porque Clara lo había rodeado con sus brazos alrededor de su cintura y había escondido su rostro en su pecho- ¿Qué pasa? ¿Te duele algo? Por favor dime…- exclamó preocupado, levantando con su pulgar la barbilla de la joven. Observó su rostro, buscando algún indicio de malestar, hasta acercó sus labios a la frente de la joven para comprobar si tenía fiebre. -No pareces tener temperatura…- dijo pensativo. -Solo… te extrañé- dijo Clara con un puchero en sus labios. ¿Acaso eran sus hormonas alteradas por el embarazo? ¿O así se sentía estar enamorad
-Entonces… ven por él.Clara tragó saliva pesadamente pero obedeció, deslizándose en cuatro patas sobre la cama y gateando hasta estar sobre los muslos de su amado.Ivan no hizo nada, ni siquiera la tocó, manteniendo sus brazos detrás de su nuca, observando cada movimiento de Clara. Se sentía su muñeco, su juguete de prueba y eso lo excitaba aún más.Clara observó los ojos oscuros y penetrantes de Ivan mirándola fijamente y en silencio, pero no pudo mantener la mirada y la desvió hasta su entrepierna. Aunque mirar el bulto latente debajo de sus pantalones la llenaba de vergüenza, no era tan difícil como enfrentar a esas pupilas negras llenas de deseo que parecían devorarla.La joven quería explorar ese cuerpo, poder sentirlo, tocarlo, olerlo, probarlo. Ya lo había visto desnudo, pero la excitación de aquella noche la había drogado hasta llegar a la demencia, distorsionando su visión y sus recuerdos. Ahora estaba caliente, sí, pero estaba en sus cabales y tenía las riendas del juego.“
-Créame cuando le digo que haber quedado en malos términos con el Grupo Sol ha sido lo mejor que le pudo haber pasado a su familia- exclamó Erik con seguridad.-Debo decir que me ha decepcionado el señor White ¿Enviar a su hijo a conciliar las cosas entre ambas familias y que me humille de esa forma?- Dijo furioso el italiano, al recordar cómo Ivan lo había dejado con las palabras en la boca en la gala de hacía unas noches para irse con una jovencita- Ese niño no tiene madera de jefe.-Ni que lo diga…- sonrió Erik- Por eso vine a proponerle un trato.El italiano lo observó con una ceja alzada y una sospecha en su mirada.-No voy a mentirle, los Black nunca me han dado buena espina, la gente no habla buenas cosas de ustedes, no tienen una buena reputación en mi país.Erik se reclinó en su silla de cuero y tomó un sorbo de whisky sin sentirse ofendido por el comentario.-Estoy seguro de que los White se han tomado el trabajo de difamar a mi familia para impedir que conciliemos con usted
-Buen día mi amor…- ronroneó la castaña, hundida en el pecho desnudo de su amado.-Buen día princesa ¿Dormiste bien?- preguntó presando su frente.-Si…muy bien- sonrió.Desde que se habían declarado su amor y ya no tenían que ocultarlo al mundo, comenzaron a compartir un cuarto, ni el antiguo suyo ni el de soltero de Ivan. Sino otro, mucho más grande y con una hermosa vista a la gran entrada de la mansión.-Me alegro princesa- exclamó deslizándose fuera de la cama para comenzar a prepararse para su día- Hoy tengo muchas reuniones, no voy a poder estar contigo-hizo un puchero.-Déjame acompañarte- susurró Clara, estirando sus brazos fuera de las sábanas.-Sabes que no quiero que te involucres en los negocios de mi familia-dijo con suavidad, acercándose a la cama besando sus manos- Es peligroso, jamás me perdonaría si…-Está bien- exclamó ella, sonriendo con tristeza- Sabes que yo también me preocupo cada vez que te vas, a veces…- se sentó en la cama, con sus cabellos enmarañados y la p
-¡Acelera! ¡¿O acaso quieres que lleguemos cuando todos ya estén muertos?!-le Gritó a su chofer mientras mantenía su mirada en la pantalla de su celular.-¡Apúrate maldita sea!- gruñó.-Sí señor- respondió el hombre, pisando a fondo el acelerador. Hizo zigzag entre los coches, mientras era seguido por detrás por los demás vehículos del grupo Sol y sus nuevos aliados.Maldijo el momento en el que le pareció buena idea reunirse en un restaurante en el puerto de la ciudad a casi media hora de distancia.-Vamos Clara… contesta por favor- murmuró mientras marcaba una vez más sin conseguir que su amada levantara el teléfono- No…no… clara tú no, por favor ... .- sollozó apretando con fuerza su puño alrededor del teléfono.“Si le hicieron algo a Clara, va a correr mucha sangre esta noche” ---El Sr. Black avanzó a través de la mansión, pasando sin cuidado sobre los cuerpos tendidos en el suelo, algunos eran de sus enemigos otros de los suyos, realmente no le importaba, era sabido que mo
-¡Deja de ensuciar el nombre de mi familia!- gritó el padre de Erik.El señor White rió, burlándose de su viejo enemigo.-¡Ja! ¿Realmente crees que hubiese llegado hasta donde estoy haciendo las cosas de forma honesta?- Se burló rodeando su escritorio lentamente hacia el hombre.El padre de Erik retrocedió tanteando el arma en su mano.-Siempre has sido un cobarde, al igual que tu padre… al igual que tu hijo…- lo provocó el señor White.-No hables así de mi familia- amenazó.-Tu maldita familia siempre ha estado estorbando. El puesto de líder siempre ha sido para mi hijo Ivan y lo sabes…-¡Te equivocas! Ese poder era de mi familia, de no ser por…- su voz flaqueó y miró hacia abajo- De no ser por el accidente yo… mi heredera…- dijo cerrando los ojos con fuerza al recordar el pasado.El señor White aprovechó la distracción de su enemigo para sacar de su chaqueta un arma, apuntando y disparando sin remordimiento alguno.El estruendo de arma dejó todo en silencio, el hombre levantó sus oj
Clara miró por la ventanilla del coche de Erik cómo la mansión en donde había conocido la felicidad, había hecho el amor por primera vez y había concebido a su amado hijo se alejaba poco a poco de su vista y probablemente para siempre.-¿Estás bien?- La voz suave y preocupada del joven se escuchó en el silencio de la noche.Clara no volteó hacia él, no era capaz de hablar ni de mirarlo, aún no podía creer que todo lo que estaba pasando fuera real, quería que alguien la despertara de esta pesadilla.Sintió la mano de Erik posarse sobre la suya y apretarla con cariño.-Vamos a salir de esto- exclamó en el aire.Clara quería creerle, pero no estaba segura de poder superar esto, había perdido al amor de su vida o por lo menos a la persona que ella había creído que Ivan era, pero todo había sido una mentira. Jamás había existido esa persona, solo había sido una máscara.El tiempo pasaba y cada vez se alejaban más y más de la ciudad, la joven se volteó confundida hacia Erik.-No vamos a ir