Rápidamente dos hombres de negro tomaron cada brazo de Clara y la inmovilizaron en su lugar mientras ella pataleaba con fuerza sin dejar de mirar con sus ojos cargados de deseo asesino hacia Erik. -¡Voy a matarte!- chilló mientras intentaba soltarse del fuerte agarre de los hombres. Erik se sostuvo su mejilla ahora roja por el fuerte golpe mientras observaba con desconcierto a quien había sido su amiga por poco tiempo y ahora parecía querer matarlo.-Está bien, suéltenla- ordenó a sus hombres. -Pero señor…- protestó uno de ellos, apretando más el agarre de la joven que parecía un animal salvaje y no una dama. -No me hagan volver a repetirlo- gruñó mostrando una mirada aterradora que Clara jamás había visto en el siempre sonriente muchacho.Los hombres se miraron entre sí antes de soltar a la joven quien trastabilló hacia adelante y hubiese caído de bruces al suelo de no haber sido porque Erik la sostuvo con firmeza. -¡No me toques!- chilló soltándose del agarre. -Clara…- dijo tr
-Por favor, dígame que ella está bien- suplicó el joven mafioso, dejando de lado su personaje terrorífico y poderoso que solía utilizar con la gente.Aun así, el doctor estaba nervioso, y no lo culpaba, sabía la reacción que podía causar en las personas saber quién era él y su familia.El hombre fingió ver algo en su computadora por un par de segundos que para Ivan se sintieron una eternidad. Había comenzado a clavar sus uñas en su pantalón para tratar de concentrarse en ese dolor y no en las ganas de gritar y protestar que hablara de una maldita vez antes de que se volviera loco.-Los resultados de la señorita Aguirre han llegado- comenzó a decir sin dejar de mirar la pantalla- Todo está bien.Ivan liberó un largo y pesado suspiro que no sabía que había estado conteniendo y dejó de clavarse las uñas para pasar sus manos por su rostro afligido pero ahora más calmado.-¿Entonces qué sucedió?- preguntó cuándo pudo recuperar el habla luego de la conmoción- ¿Qué fue lo que provocó que se
-Quiero que seamos libres de mostrar nuestro amor, que seamos como cualquier pareja común y corriente ¿Es mucho pedir?- dijo con un puchero. Ivan abrió grandes los ojos, podía ver la determinación en la mirada de Clara. Jamás había pensado que una confesión de amor lo estremeciera tanto como un adolescente inexperto frente a su primer amor. -¿Estas segura de esto? Sabes bien la vida que llevo y es algo que no puedo dejar… -¿Tú me quieres? ¿Tú también quieres esto?- preguntó la joven con miedo en sus palabras. “¿Y si él no quiere lo mismo que yo? No tendría más remedio que irme de este mundo y alejarme lo más posible de esta familia para que jamás pudieran hacerle daño a mi niño” Pero sus inseguridades se esfumaron rápidamente cuando sintió las cálidas manos de su amado envolver las suyas y besarlas con cariño. -Claro que quiero princesa, es solo que no quiero que nadie ni nada te haga daño, si algo te pasara… -Nada va a sucederme si estamos juntos- Los ojos color miel de su ama
Clara no había podido dormir, daba vueltas en la cama de un lado hacia el otro intentando conciliar el sueño sin éxito, su mente estaba en su amado, sabía que solo podría relajarse cuando el joven volviera a sus brazos y le dijera que todo iba a estar bien. Luego de una espera interminable la puerta se abrió lentamente y Clara bajó de la cama apresurándose a su encuentro. -Princesa, te dije que…- Pero el azabache no pudo terminar la frase, porque Clara lo había rodeado con sus brazos alrededor de su cintura y había escondido su rostro en su pecho- ¿Qué pasa? ¿Te duele algo? Por favor dime…- exclamó preocupado, levantando con su pulgar la barbilla de la joven. Observó su rostro, buscando algún indicio de malestar, hasta acercó sus labios a la frente de la joven para comprobar si tenía fiebre. -No pareces tener temperatura…- dijo pensativo. -Solo… te extrañé- dijo Clara con un puchero en sus labios. ¿Acaso eran sus hormonas alteradas por el embarazo? ¿O así se sentía estar enamorad
-Entonces… ven por él.Clara tragó saliva pesadamente pero obedeció, deslizándose en cuatro patas sobre la cama y gateando hasta estar sobre los muslos de su amado.Ivan no hizo nada, ni siquiera la tocó, manteniendo sus brazos detrás de su nuca, observando cada movimiento de Clara. Se sentía su muñeco, su juguete de prueba y eso lo excitaba aún más.Clara observó los ojos oscuros y penetrantes de Ivan mirándola fijamente y en silencio, pero no pudo mantener la mirada y la desvió hasta su entrepierna. Aunque mirar el bulto latente debajo de sus pantalones la llenaba de vergüenza, no era tan difícil como enfrentar a esas pupilas negras llenas de deseo que parecían devorarla.La joven quería explorar ese cuerpo, poder sentirlo, tocarlo, olerlo, probarlo. Ya lo había visto desnudo, pero la excitación de aquella noche la había drogado hasta llegar a la demencia, distorsionando su visión y sus recuerdos. Ahora estaba caliente, sí, pero estaba en sus cabales y tenía las riendas del juego.“
-Créame cuando le digo que haber quedado en malos términos con el Grupo Sol ha sido lo mejor que le pudo haber pasado a su familia- exclamó Erik con seguridad.-Debo decir que me ha decepcionado el señor White ¿Enviar a su hijo a conciliar las cosas entre ambas familias y que me humille de esa forma?- Dijo furioso el italiano, al recordar cómo Ivan lo había dejado con las palabras en la boca en la gala de hacía unas noches para irse con una jovencita- Ese niño no tiene madera de jefe.-Ni que lo diga…- sonrió Erik- Por eso vine a proponerle un trato.El italiano lo observó con una ceja alzada y una sospecha en su mirada.-No voy a mentirle, los Black nunca me han dado buena espina, la gente no habla buenas cosas de ustedes, no tienen una buena reputación en mi país.Erik se reclinó en su silla de cuero y tomó un sorbo de whisky sin sentirse ofendido por el comentario.-Estoy seguro de que los White se han tomado el trabajo de difamar a mi familia para impedir que conciliemos con usted
-Buen día mi amor…- ronroneó la castaña, hundida en el pecho desnudo de su amado.-Buen día princesa ¿Dormiste bien?- preguntó presando su frente.-Si…muy bien- sonrió.Desde que se habían declarado su amor y ya no tenían que ocultarlo al mundo, comenzaron a compartir un cuarto, ni el antiguo suyo ni el de soltero de Ivan. Sino otro, mucho más grande y con una hermosa vista a la gran entrada de la mansión.-Me alegro princesa- exclamó deslizándose fuera de la cama para comenzar a prepararse para su día- Hoy tengo muchas reuniones, no voy a poder estar contigo-hizo un puchero.-Déjame acompañarte- susurró Clara, estirando sus brazos fuera de las sábanas.-Sabes que no quiero que te involucres en los negocios de mi familia-dijo con suavidad, acercándose a la cama besando sus manos- Es peligroso, jamás me perdonaría si…-Está bien- exclamó ella, sonriendo con tristeza- Sabes que yo también me preocupo cada vez que te vas, a veces…- se sentó en la cama, con sus cabellos enmarañados y la p
-¡Acelera! ¡¿O acaso quieres que lleguemos cuando todos ya estén muertos?!-le Gritó a su chofer mientras mantenía su mirada en la pantalla de su celular.-¡Apúrate maldita sea!- gruñó.-Sí señor- respondió el hombre, pisando a fondo el acelerador. Hizo zigzag entre los coches, mientras era seguido por detrás por los demás vehículos del grupo Sol y sus nuevos aliados.Maldijo el momento en el que le pareció buena idea reunirse en un restaurante en el puerto de la ciudad a casi media hora de distancia.-Vamos Clara… contesta por favor- murmuró mientras marcaba una vez más sin conseguir que su amada levantara el teléfono- No…no… clara tú no, por favor ... .- sollozó apretando con fuerza su puño alrededor del teléfono.“Si le hicieron algo a Clara, va a correr mucha sangre esta noche” ---El Sr. Black avanzó a través de la mansión, pasando sin cuidado sobre los cuerpos tendidos en el suelo, algunos eran de sus enemigos otros de los suyos, realmente no le importaba, era sabido que mo