Edgard Barrington POV—Si te comes todo eso te convertirás en un cangrejo.—Se burló devolviéndomela, todavía riendo tontamente. Me reí y comencé a pellizcarle juguetonamente sus costados. Rió más fuerte y se inclinó hacia mí.—Hola a todos. Buenas noches. Seré su camarero esta noche. ¿Qué les pongo de beber?—El acento sureño del hombre era fuere y me hizo sonreír. Iba a tener que empezar a acostumbrarme—Me gustaría una Coca Cola, por favor.—Que sean dos.—Dije. Despacio deslicé mi brazo por la espalda de Marianne, sentándome más cerca de ella.—Así que ¿Qué vas a pedir?—Mahi—mahi con una ensalada mixta, creo.—Puso su cabeza contra mi hombro lo que me sorprendió un poco. La acerqué más, disfrutando de esta nueva comodidad.Pedimos, ella descansaba aun junto a mí. No se movió hasta que llegó la comida, y mantuvimos una constante y agradable conversación durante todo el tiempo. La comida estaba deliciosa pero la compañía era mucho mejor.—Entonces, cuéntame sobre tu vida antes de venir
Edgard Barrington POV—Bien, vale. Edgard ¿saldrás conmigo mañana? A donde quieras. Yo invito.—Dijo bastante deprisa. Me llevó un minuto captar las palabras.—Marianne, me encantaría salir contigo mañana por la noche.—Dije suavemente.—Oh… Bien…—Parecía un poco confusa.—¿No querías que dijese que sí?—No, quiero decir sí, quería que dijeses que sí. Lo he pasado muy bien esta noche.—Dijo más tranquila.—¿La noche no ha terminado aun, verdad?—Pregunté, poniendo mi mano en su pierna.—No, creo que no. Sin embargo, vamos, salgamos de aquí.—Tiró de mi mano. Me ayudó a salir de la mampara y fuimos hacia su furgoneta.Cuando arrancó Marianne encendió la radio. Life house comenzó a sonar. No era uno de sus singles, pero si una de las canciones de su primer álbum. De hecho, me encantaba esta canción y estaba sorprendido de que escuchase esta música.—Me gusta esta canción.—A mí también. Su CD entero en realidad.Entonces sucedió algo increíble. Su mano se deslizó por la mía.Era tan sencillo
Edgard Barrington POVEsa noche tuve problemas para dormir. Decir que estaba entusiasmado por nuestra segunda cita seria un eufemismo. Cuando me desperté a las seis de la mañana gemí, a sabiendas de que no quería despertar a Jason. Me puse los auriculares y subí el volumen de la música. Me quedé tumbado en la cama imaginando una cosa…Besar a Marianne otra vez…Nuestros besos fueron espectaculares. La forma en que su cuerpo se apretaba contra el mío. La forma de su boca ansiosa, tan ansiosa como la mía. La forma en que sus dedos se enredaban y tiraban de mi pelo. No podía esperar a besarla de nuevo.No estaba muy feliz con la idea de que ella pagase, esta noche, pero tenía una fuerte sensación de que no discutiría con ella. Realmente me gustaba su obstinación, es solo que no quería que lo hiciese. Escogería algo simple. Pizza quizás. Ella discutiría, pero estaba seguro de poder ganar.Jason tocó mi hombro, haciéndome saltar. Estaba tan hundido en mis pensamientos que no le había oído
Marianne Cooper POVMe costó esperar hasta las cinco. Me arreglé temprano, esta vez yo sola. Me puse una simple camiseta sin mangas de algodón y unos vaqueros piratas. Sin duda hacia suficiente calor para llevar esto. Trencé mi cabello con esmero y me puse unas cómodas chanclas. Me miré en el espejo. Me gustó lo que vi. Me pregunté si a Edgard también.La culpa me golpeó en ese pensamiento. Él era perfecto tal cual como era. Así que ¿por qué estaba tratando de mejorarle? Miré con el ceño fruncido a mi reflejo. Estuve enfadada conmigo misma los tres minutos que conduje. Pero en cuanto él abrió la puerta, viéndose hermoso con su gran sonrisa torcida en sus perfectos labios, todos mis pensamientos desaparecieron.—Marianne.—No era una pregunta, sino una afirmación. Dio un paso y envolvió mi cintura con sus brazos. Los míos se arrojaron a su cuello y nuestros labios se tocaron suavemente. Suspiró contra ellos, posando su frente contra la mía.—Sabes tan bien.—El calor aumentó en mis mejil
Edgard Barrington POVMe preocupó que Marianne no respondiese cuando le dije que ella era la única a la que quería ver. Pero, no pareció incomoda durante nuestras conversaciones así que lo dejé pasar.—¿Quieres venir a mi casa? Tenemos galletas y helado.No me podría importar menos la invitación a los dulces. Lo único que quería es que esta cita no terminase aun. Todavía era demasiado pronto.—Ahora ¿qué hombre puede resistirse a eso?El viaje a su casa fue breve. Vivía a poca distancia del Carlchester, a poca distancia de mí. Tenía que aprenderme el camino pronto.Cuando abrió la puerta pude oír la televisión. Amanda debía de estar en casa, lo que significaba que probablemente Jason también estuviese.—Hola chicos.—Les saludó Marianne antes de volverse hacia mí.—¿Qué tal unas galletas?—Lo que quieras.—Dije simplemente. Se soltó de mi agarre y se alejó brincando para coger algo de las alacenas.—¡Hey Marianne¡ ¿Podrías traerme un vaso de agua?—Pidió Jason a unos tres metros de distanc
Marianne CooperPodría haberle dado un puñetazo a Jason. Me di cuenta que Edgard estaba tratando de ser amable y no molestarme, pero ese no era en absoluto el caso. Quería pasar más tiempo con él. Estaba bastante enfadada con nuestro escaso tiempo.Fulminé con la mirada al paquete de galletas sin abrir. Suspiré y salí pisando fuerte de mi habitación para conseguir un vaso de leche. Encontré el vaso más grande del armario y lo llené completamente. Planeé devorar la mitad del paquete de chips ahoy.—Oh… Jason apareció en un mal momento ¿Eh?—Amanda sonrió un poco triste. Asentí, la decepción estaba claramente escrita por todo mi rostro.—Tenía su corazón en el lugar correcto.—Lo sé. Así es Edgard, es solo que no puedo evitar sentirme… no sé.—Me encogí de hombros. Fui hacia mi habitación y Amanda me siguió.—¿Necesitas ahogar tus penas con leche y galletas?—Sonrió ligeramente mientras abría el paquete. Me dio una y luego cogió otra galleta para ella.Asentí de nuevo, dando un mordisco a l
Marianne Cooper POVQuise llamarle en cuanto desperté, pero, Amanda me convenció para que esperase al menos unas horas. Seria maleducado llamar a las ocho de la mañana. Para mantenerme ocupada me hice el desayuno, limpié el desorden de mi dormitorio, terminé mis deberes, me di una ducha e incluso me arreglé el cabello. Fulminé con la mirada el reloj, tratando de averiguar cuál sería la hora indicada.Las dos no eran ni demasiado tarde ni demasiado temprano. Probablemente no estaba durmiendo, a no ser que durmiese la siesta y si fue a la iglesia, si es que todavía iba, habría vuelto para entonces. Decidí hacerlo, luego necesitaría saber más de él. Sobre todo si quería que siguiésemos saliendo, que esperaba que así fuese.Decir que me sorprendió cuando abrió la puerta de su habitación seria mentir. Por lo general no me gustaban las sorpresas, pero esta fue una muy agradable. Edgard estaba sin camisa en vaqueros de talle bajo. Me sonreí abiertamente y enrojecí furiosamente. Me olvidé de
Marianne Cooper POVPaseamos juntos, no necesitaba volver a enseñarle el camino, pero caminamos el uno al lado del otro. Nuestras manos estaban entrelazadas, balanceándose a nuestros lados. Él supo que habíamos llegado a nuestro apartamento antes que yo.—¿Te veré mañana?—Pregunté suavemente. Me apoyé en él, descansando mi cabeza en su hombro.—Estaré en el banco como siempre.—Me dijo sonriendo.—Quizá podríamos estudiar juntos mañana por la noche.—Me gustaría.—Le dije, bailando con entusiasmo por dentro.Entonces se inclinó hacia delante, sus labios presionaron los míos. Sentí el fuego correr por mis venas. Me agarré a él, mis dedos se enredaron en su cabello castaño rojizo. Sus manos presionaron mi espalda, acercándome a él. Gemí de placer mientras se alejaba. Besó brevemente mi frente.—Te veré mañana.—Vale…—Suspiré, sonriendo mientras me apartaba, pero entonces caí en la cuenta de algo.—¿Quieres que te lleve a casa?Se rió, pero eso no me tranquilizó.—Marianne, puedo hacerlo por m