Marianne Cooper POVPaseamos juntos, no necesitaba volver a enseñarle el camino, pero caminamos el uno al lado del otro. Nuestras manos estaban entrelazadas, balanceándose a nuestros lados. Él supo que habíamos llegado a nuestro apartamento antes que yo.—¿Te veré mañana?—Pregunté suavemente. Me apoyé en él, descansando mi cabeza en su hombro.—Estaré en el banco como siempre.—Me dijo sonriendo.—Quizá podríamos estudiar juntos mañana por la noche.—Me gustaría.—Le dije, bailando con entusiasmo por dentro.Entonces se inclinó hacia delante, sus labios presionaron los míos. Sentí el fuego correr por mis venas. Me agarré a él, mis dedos se enredaron en su cabello castaño rojizo. Sus manos presionaron mi espalda, acercándome a él. Gemí de placer mientras se alejaba. Besó brevemente mi frente.—Te veré mañana.—Vale…—Suspiré, sonriendo mientras me apartaba, pero entonces caí en la cuenta de algo.—¿Quieres que te lleve a casa?Se rió, pero eso no me tranquilizó.—Marianne, puedo hacerlo por m
Edgard Barrington POVLos próximos tres días los pasamos más o menos igual, quedábamos en el banco durante un corto tiempo después quedábamos para volver a mi dormitorio a estudiar. En realidad estudiábamos, al menos algo. Jason nunca estaba allí. Él se encontraba, como siempre, muy ocupado. El jueves fue diferente porque tenía una clase privada de música, que para mí fue una broma. Si no necesitase esto para mi diplomatura le hubiese dicho al ¨profesor¨ que se tomase un descanso.Después de terminar con eso regresé a mi dormitorio tratando de pensar que darle a Marianne por su cumpleaños. No estuve sentado ni dos minutos antes de que alguien llamase a la puerta.—Adelante.—Grité. Ne me molesté en moverme de mi asiento sobre la cama.—Hey Eddie, he venido a ver si esta Jason por aquí, pero supongo que no. Bueno, ya que él no está ¿te gustaría venir conmigo a comer?—Preguntó Emmanuell con educación. Me pregunté si lo quería de verdad o solo trataba de ser amable.Estaba hambriento y te
Marianne Cooper POVEran casi las nueve de la noche y Edgard aun no había llamado. Sabía que hoy tenía clases pero aun así estaba preocupada. También echaba de menos su voz. Estaba frustrada esperando y decidí darle las buenas noches, al menos por medio del buzón de voz.Él lo cogió al tercer tono.—Hola.—Su voz sonaba feliz aunque un poco fatigada, sabia quien le estaba llamando. O al menos esperaba que así fuese.—Hey ¿qué estás haciendo?—Le pregunté suavemente, tratando de que no sonase a acusación.—Oh, acabo de volver. Estaba a punto de llamarte. Fui a cenar con mi amigo, Emmanuell.—¿Estuvo bien?—Estaba emocionada de que Edgard hiciese nuevos amigos. Él me preocupaba por bastantes cosas. No era la persona más fácil para acercarse o trabar amistad. Sin embargo, al final valía la pena.—¡Sí! Tengo que llevarte a ese sitio alguna vez. Se llama Trejo. Tiene la mejor comida mexicana.—Me encantaría. De todos modos iba a preguntarte qué te gustaría comer el sábado.—Fruncí la boca. Sabí
Marianne CooperEdgard se negó a que le recogiese el sábado, alegando que tenía que hacer varios recados. Cuando me ofrecí a llevarle simplemente besó mis labios y dijo que él podía encargarse. Amanda ya estaba despierta cuando me levanté a las diez. Saltó sobre mí y me dio un abrazo.—¡Feliz cumpleaños! ¡Te hice magdalenas!Y por supuesto había una cesta con arándanos y magdalenas de plátano y nuez en el centro de la isla de la cocina junto a una taza de café recién hecho para mí. Le devolví el abrazo rápidamente antes de coger dos y tratar de comer mi desayuno caliente.—Entonces ¿qué planes tienes para hoy?—Bueno, en realidad…—No sabía cómo decirlo sin ofenderla.—Iba a hacer una cena para Edgard y me preguntaba si podría—¿Largarme esta noche? Ya lo había planeado. Jason y yo vamos a ir a un hotel. No estábamos seguros de donde os quedaríais. Queríamos dejaros el campo libre.—Rio tontamente, una pequeña sonrisa se extendió por sus labios.—¿Qué quieres decir con eso de que no sabíai
Marianne Cooper POVLa cena estuvo genial, junto con el postre, pero todo fue mucho mejor porque estuve sentada en el regazo de Edgard todo el tiempo.—Este es el mejor cumpleaños que he tenido.—Dije con sinceridad, besando el chocolate que tenía en la esquina de su boca.—No es mi cumpleaños pero soy muy feliz.—Bromeó.Sus manos siguieron explorando mis brazos desnudos, deslizándose hacia abajo por mi muñeca. Miré hacia abajo a la cinta de plata. Era encantadora. Odiaba no saber lo que decía en el interior, pero en cuanto pudiese buscaría la forma de averiguarlo.Caminé con él hasta el sofá, me senté en su regazo una vez se puso cómodo.—¿Qué te gustaría hacer?——Ya lo estoy haciendo.—Contestó con calma. Sus manos fueron hasta mis caderas, acercándome a él. Nuestros labios chocaron de nuevo por tercera vez esta noche. Con más fuerza en este momento, queriendo mas. Me aparté para mirarle. Su cabello estaba desordenado y la piel enrojecida, sus labios ligeramente brillantes por la humed
Edgard Barrington POVNo fui muy lejos. Anduve hasta el final del camino y me senté. Me quité las gafas y me limpié las lágrimas.Sabía lo que ella estaba haciendo. Sabía donde acabaría mi mano.Quería volver allí. Quería tocarla por todo el cuerpo.Pero entonces las dudas comenzaron a aparecer. Yo no era suficiente para ella. No era capaz de hacerla tan feliz como ella me hacía a mí. Era injusto que se quedase atrapada conmigo. Tenía que darle una vida normal. Se merecía lo mejor.¿Por qué tenía que actuar de esta forma el día de su cumpleaños? Era un enorme idiota. La hice gritar y llorar y me odiaba por eso. Era demasiado maravillosa para llorar.Me gustaba tanto. Quería estar con ella. Ella me había dicho que me quería, aun. No podía hacerla daño.—¿Qué demonios hiciste?—Chilló el alto tono de voz de Amanda en mi oído. Me estremecí, poniéndome las gafas.—Ser un idiota.—Susurré, Dejé que mi cara cayese en mis manos.—¡Eso ya me lo había figurado! Me llamó llorando. Tienes suerte d
Marianne Cooper POVEnrojecí mientras escuchaba lo que decía. Él tenía algo que decir de cada parte. No le creí, pero lo forma en la que lo decía… Nunca antes me había sentido tan querida y deseada. Toda mi ira anterior había desaparecido completamente. Hundí mis dedos en su cabello y le acerqué más a mí. Le besé profundamente, mi lengua le acarició con cuidado. Su mano fue a mi cadera por encima del vestido.Me aparté para observarle. Se mordía el labio inferior, su mano derecha se deslizaba por mi cuerpo. Rozó suavemente el lado de uno de mis pechos. Aspiré profundamente, un poco sorprendida. Retiró la mano un momento, pero luego la volvió a poner. La movió por la curva de mi pecho y la dejó descansar en mi cuello. Me acercó más, nuestros labios volvieron a rozarse.Toqué su mejilla y se inclinó hacia el roce. Entonces, un nuevo deseo creció en mí. Quería ver sus ojos. Antes no me había dejado, siempre mantenía sus gafas oscuras. Levanté ambas manos, con cuidado tomé las esquinas de
Edgard Barrington POVSentí la necesidad de enterrar la cara en su suave carne. Mis brazos rodearon fuertemente su cintura y comencé a besar los lados de sus pechos. Ella echó la cabeza hacia atrás y gimió en voz alta. Ese sonido me encantó, necesitaba escucharlo más. Besé y lamí el lado derecho de su pecho hasta que alcancé su firme pezón. Me lo llevé a la boca y comencé a chupar, dejando que mi lengua se moviese rápido contra él. Volvió a gemir, esta vez más fuerte. Llevé una de mis manos a su pecho izquierdo y comencé a masajear el hinchado montículo. Sentía su pezón duro contra mi palma, y por alguna razón eso me entusiasmó. Sus manos retorcieron mi pelo, sujetándome ahí.Me moví de derecha a izquierda, cambiando de manos. Masajeé la humedad que mi boca había formado en su piel, dejando que me ayudase a masajear aquel sensible punto. Sus dedos comenzaron a desabrochar los botones de mi camisa. Se tomó su tiempo haciéndolo, estaba seguro de que la distracción a la que la sometía no