Una impostora Paula entró a la casa, Alejandro venía aferrado a su mano y en completo silencio.—Cariño.—Lo siento, no quise pelear, no quise que te enojaras, mamá, pero ellos empezaron a hablar de ti y…—Está bien, cariño, no te pongas así. Sé que lo has hecho para defenderme, pero a veces es mejor ignorar, te diré un dicho que la abuela siempre me decía: Cuando la ignorancia habla, la inteligencia calla, no es cobardía, mi niño, es sabiduría.Alejandro se lanzó a los brazos de Paula y lloró como el niño que era, el pequeño hipo varias veces, pero la joven madre no lo alejó de él en ningún momento.—Vamos, te daré un baño, voy a limpiarte la herida para que papá no se asuste cuando te veas y luego me ayudas a prepararle algo rico para llevarle a la oficina, ¿te parece? —preguntó con una sonrisa en los labios, fingiendo una felicidad que no sentía.Paula no había visto a Arturo desde el día que se quedó en el aeropuerto, la había llamado desde la oficina tratando de tranquilizarla,
Complicaciones —Esa mujer no es tu madre, te ha embaucado y tú como un tonto, necesitado de amor, te dejaste envolver por ella, solamente eres un niño, Alejandro, y ella se aprovechó de ti y tu necesidad de amor, para meterse en nuestra familia y arruinar la vida que llevábamos. Jazmín habría sido una buena madre para ti…Sofía vio con regocijo como el pequeño apretaba los puños, tenía la cabeza gacha y estaba segura de que lloraba. Lamentaba tener que llegar a los extremos, pero Arturo no le había dejado ninguna otra maldita opción. Sin embargo…Los hombros de Alejandro se movieron casi sin control, Sofía arrugó el ceño, no sabía si lloraba o reía.—No sabes nada —musitó Alejandro levantando el rostro para enfrentarse a su abuela.—¿Qué?—No fue Paula quien se me metió por los ojos, ni se aprovechó de mi necesidad de amor —dijo con algunas lágrimas corriendo por sus mejillas.—¿Qué quieres decir?—Siempre supe que no era mi madre, pero me aferré a ella e hice que papá la persiguiera
Dile la verdad—¡Un crimen pasional! —explotó Arturo con enojo—. ¡No saben nada, no tienes por qué sacar a la luz fotos que pueden dañar a mi hijo! —añadió el hombre incrementando su enojo.—Los ingenieros están trabajando en ello, Arturo por favor cálmate, no es bueno que Alejandro te vea así, tú y yo sabemos que lo de Pía fue un desafortunado accidente y se dio antes de que pudieran firmar el divorcio —Diego trató de calmarlo.El hombre había llegado tan pronto como vio la noticia.—Mantendré a Alejandro lejos de esta habitación, le diré a la abuela que le invite a cocinar todo el día si es necesario, mientras ustedes encuentran una solución para todo esto —Paula hizo una pausa—. Aunque si me lo preguntan, para mí todo esto tiene la firma de Sofía Montecarlo —añadió antes de salir, dejando a los dos hombres sorprendidos.—¿Tu madre?—Estuvo aquí, le gritó a Alejandro que Paula no era su madre y tantas cosas más. Eso solo aumentó las sospechas de Paula sobre ella, pero dudo mucho que
Un rayo de felicidad«Dile la verdad»«Dile la verdad»«Dile la verdad»Carolina respiró profundamente, sentía que el corazón iba a salirse de su pecho, sus ojos negros se encontraron con los ojos verdes intensos de Diego. Esto era lo más difícil que haría en su vida.¿Qué iba a decirle luego de seis años? ¿Cómo iba a explicarle que tenían un hijo? Y lo más importante ¡El cómo fue concebido! Si él no era capaz de recordarla…—Yo… —Carolina apartó la mirada de Diego, miró a su hijo y luego a los demás—. No…Lo que Carolina iba a decir murió en sus labios en el momento que Paula se paró bruscamente, la mujer estaba más pálida que Carolina.—¡El baño! ¿Dónde está el baño? —preguntó Paula con urgencia, por las arcadas que casi la ahogaron.Arturo se puso de pie y siguió los pasos de su esposa, quien iba corriendo detrás de María, dejando a Carolina, Diego y los niños en la mesa.Para ese momento Carolina había perdido la valentía de contarle la verdad, quizá él merecía saberlo, pero no as
Principal sospechoso El silencio reinó por otro breve momento en la clínica, el doctor salió para darles un poco de privacidad, temiendo que el embarazo no fuese deseado. Sin embargo, él no tenía la más mínima idea de todo lo que la pareja estaba sintiendo en ese momento…—¿Un bebé? —preguntó Arturo de manera ahogada.El magnate no era capaz de describir lo que estaba sintiendo con palabras, era un torrente de emociones…—Fue lo que dijo, un bebé —respondió Paula, mientras se llevaba una mano a su vientre donde su pequeño crecía—. ¡Un bebé! —gritó emocionada, sus ojos se llenaron de lágrimas, miró a Arturo, él le sonrió.—¡Nuestro bebé! —expresó.Arturo se puso de pie, le tendió la mano para ayudarla a ponerse de pie, pero antes de que Paula pudiera hacerlo, la haló contra su cuerpo y la abrazó.—No pensé volver a experimentar esta emoción en mi vida, gracias, Paula, gracias por devolverme las ilusiones y darme esta felicidad tan grande —musitó con el rostro enterrado en el cuello de
Te amaré por encima de todo «Queda usted arrestado» «Queda usted arrestado» Arturo estaba atónito, ¿arrestado por la muerte de Pía? Debía ser un mal chiste, una terrible pesadilla. —Debe haber un error —dijo. —Es mejor que guarde silencio, Señor Montecarlo, todo lo que diga puede ser usado en su contra —avisó el policía. —Bien —Arturo ofreció sus muñecas para ser esposado, él no le debía nada a nadie, por lo tanto, no tenía nada que temer. El oficial le puso las esposas y lo sacó de la oficina. —Llama a Diego —pidió Arturo a Carolina. La mujer estaba espantada por lo ocurrido, pero hizo lo que Arturo le pidió. Tan pronto como la policía abandonó la oficina, ella se contactó con Diego para avisarle de lo ocurrido. —¡Maldita sea! —gritó el abogado golpeando la mesa con su puño, asustando a Paula y Leonor en el proceso. —¿Qué ocurre? —preguntó Paula, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo. —Arturo fue detenido por la policía, tengo que sacarlo de ahí, esto es un jodido atr
Soy la esposa de ArturoPaula miró a Sofía, la mujer tenía tatuada la arrogancia en la mirada y su postura era defensiva a pesar de pararse frente a ella como dueña y señora.—¿Bienvenida al infierno? —Paula no sabía si reír o llorar por el comportamiento de esa mujer.—Tus planes no salieron como esperabas, Paula, ahora volverás a la cloaca a donde perteneces, te doy la tarde y noche de hoy para que abandones mi casa o te echaré como la perra que eres.—Paula —Carolina intentó detenerla, pero Paula Madrigal no era conocida por echarse atrás, y con Sofía tenía cuentas pendientes que saldar y si no era hoy no sería nunca.Paula pasó de Sofía y entró a la oficina, atravesó la pequeña sala para sentarse detrás del escritorio de Arturo.—¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó Sofía al ver la actitud de Paula.—La pregunta correcta sería… ¿Qué es lo que usted pretende hacer, señora?—Te lo he dicho ya, ¿eres sorda? —cuestionó con enfado.—No, por supuesto que no soy sorda y la he escucha
Estoy interesado en otra mujerBuscar a Julián era más fácil decirlo que hacerlo, Diego llevaba toda la tarde tratando de conseguir el número de su ex amigo, pero era como si la tierra se hubiera tragado a Julián. La viña que había sido de la familia de la Mora estaba bajo otra firma desde hacía cuatro años…—¿Todo bien? —preguntó Carolina entrando a la oficina con una taza de café y un sándwich.Diego dejó los papeles y se concentró en el rostro de la asistente. Carolina se notaba cansada, tenía ojeras bajo sus ojos…¿Por qué le preocupa si tenía o no ojeras bajo sus ojos?«Quizá porque estás tratando de reconstruir los hechos», pensó. Diego no había olvidado las palabras de Alejandro la noche que se autoinvitó a comer espaguetis en la casa de Carolina. Tampoco se estaba haciendo del tonto. Él tenía que hablar con la asistente, tenía que haber una explicación lógica para que Lucas se pareciera tanto a él…«—Tienes que verlo, Diego, es tan parecido a ti, sus gestos, su sonrisa ¡El col