Jelena, Mikhail y Karlen estaban en la estación de policía dando las declaraciones de lo sucedido cuando recibieron la noticia de que Natasha había muerto en el hospital. De acuerdo con lo que les contó Olga, cuando Karlen corrió a la puerta con Hanah en brazos, ella trató de detenerlos por lo que no vio cuando su amante levantó su arma y en un último esfuerzo le disparó. La bala había atravesado uno de sus pulmones llenándolo de sangre, los médicos trataron de reparar el daño, pero tuvo un paro cardiaco y murió en la mesa de operaciones.Natasha había recuperado la consciencia en la sala de emergencia del hospital e intentaba decir algo, una enfermera le quitó la mascarilla para escuchar lo que quería decir, sus últimas palabras fueron:―Jelena… no podía dejar que… matara a Hanah… mi bebé.Lo único cierto en todas las mentiras que les contó, era que su hija si había logrado penetrar el duro corazón de su hermanastra. El amor que sintió por Hanah fue su perdición, logró que dejara a u
Dimitri escuchó el teléfono repicar por tercera vez antes de que Motka Ivankov respondiera a su llamada. Estaba tenso por lo que tendría que decirle y pensó que la mejor estrategia era el ataque.―Kuznetsov. ¿A qué se debe el placer de tu llamada? ―preguntó en un tono cargado de ironía.―Has incumplido nuestro acuerdo, Ivankov, tu hijo a intentado matar a mi sobrina de tres años y a su tío Karlen Smirnov.―Yo no he dado esa orden, intentaron acusarnos de la muerte de Iván y de su mujer y nosotros nos fuimos, quizás él hizo trato con las facciones del norte, ¿Qué pruebas tienes para acusarme a mí? ―preguntó Ivankov molestó.―Tu hijo se asoció con Natasha Smirnov…―Mi hijo se la estaba follando al igual que varios de sus amigos.―Tu hijo Mikhail está muerto en el salón de la casa de mi hermano Mikhail.Un silencio tenso se hizo en la línea.―¿Quién lo mató? ―preguntó con una voz peligrosamente suave.―Natasha Smirnov.―Entrégame a la perra y no tendremos problemas.―No puedo hacerlo, el
―¿Estás segura de lo que vas a hacer? ―preguntó su amiga Rania mirándola a través del reflejo del espejo de su tocador donde Jelena se maquillaba de manera meticulosa. ―Sí, estoy muy segura de que esto es lo que quiero que hacer. Papá y Mikhail solo recibirán lo que se merecen ―respondió la joven con el ceño fruncido mientras examinaba su maquillaje. ―Mikhail te odiará por engañarlo, ¿lo sabes? ―insistió su amiga ―Es probable, pero no me importa, es más te digo que me tiene sin cuidado lo que Mikhail sienta. ―Jelena, hemos sido compañeras de aventuras desde que éramos unas chiquillas, y esta es la primera vez que te veo hacer algo tan arriesgado. Siempre has sido la más prudente de las dos, la más centrada, por lo que sé que, si tu plan me pone nerviosa a mí, que soy la osada, es porque es malo… no quiero verte lastimada de nuevo, eres mi mejor amiga y te quiero ―dijo Rania a su espalda. Jelena se giró para mirar a Rania y sus hermosos ojos dorados se suavizaron al instante, querí
Jelena entró en la galería de arte donde se suponía que estaría Mikhail. Las dos semanas de plazo que le había dado su padre casi habían terminado, pero le había costado mucho encontrar el sitio perfecto. El detective que contrató para seguir los pasos de su prometido e investigar sus próximos compromisos sociales, también le consiguió la entrada para esa exposición. Al bajar del taxi las piernas le temblaban de los nervios, subió la pequeña escalinata cubierta por alfombra roja y entró a la galería detrás de un grupo numeroso. La estancia resplandecía con las luces brillantes y la decoración vintage que resaltaba las pinturas que se exponían. Caminó con cuidado en sus tacones altísimos, estaba empezando su recorrido cuando una leve brisa le provocó un escalofrío. La tela de su largo vestido negro era muy ligera, su espalda quedaba totalmente descubierta, atravesada por infinidad de cintas en diagonal que formaban una equis y que sostenían la prenda desde el hombro hasta las caderas.
Mikhail tomó por asalto la boca de la chica en el mismo instante en que entró a su apartamento, cerró la puerta de una patada y la recostó en ella. El leve chal que llevaba sobre los hombros cayó a los pies de ambos. Jelena metió las manos por dentro de su chaqueta empujándola hasta retirarla, dejándola caer al suelo. Los gemidos de la mujer lo tenían muy excitado, por lo que separó su boca de la de ella, quería que ese momento durara.Desesperado por sentir su piel intentó quitarle el vestido, pero no supo cómo, frustrado, tiró de la prenda sintiendo como la tela se rasgaba. Con una sonrisa, Jelena retiró sus manos antes de que lo rompiera totalmente, porque si no, no tendría nada que ponerse cuando se marchara. Buscó el cierre oculto, lo bajó y dando un paso hacia atrás dejó caer la prenda, quedando solo con un tanga de color negro y sus tacones.Mikhail al verla pensó que necesitaba llevarla a la cama, no quería que la primera vez con esa hermosa criatura fuera un encuentro apres
El taxi la dejó en la puerta de su hotel, cubrió el vestido roto con el chal y apresuró el paso por la recepción hasta llegar al ascensor. Agradeció que encontró uno abierto, entró y marcó el piso de la habitación que había tomado para ocultarse por las próximas horas. El temblor de sus manos se había extendido a todo su cuerpo. Le escribió un mensaje a Rania para avisarle de que todo había salido según lo planeado y que estaba de nuevo en la habitación del hotel.Apagó su móvil.Quería llegar a su habitación y acurrucarse en la cama, olvidarse de todo, no quería habla, necesitaba ese tiempo para recomponerse. Volvería a casa de Ivanna al día siguiente, quería estar en un sitio donde se sintiera protegida cuando todo se descubriese.A duras penas contuvo las ganas de correr, llegó a su habitación y se arrojó en la cama, llorando con desconsuelo. Maldijo mil veces a su padre golpeando la almohada hasta que se cansó.Recordó lo que había sentido en brazos de Mikhail, cómo había enloquec
Mikhail despertó unas horas después, estiró los brazos buscando a Katia, y las sábanas frías le dijeron que hacía rato que se había levantado. Fue al baño, miró la rendija y vio la luz encendida, tocó la puerta. ―Katia, ¿estás ahí? Al no obtener respuesta entró, no había nadie en el baño. Una toalla manchada de sangre lo alarmó, miró sus manos y su cuerpo y descubrió restos de sangre en su ingle y en su mano derecha. ―¿Qué demonios ocurrió aquí? ―preguntó para sí mismo, mientras lavaba la sangre de su cuerpo. Volvió sobre sus pasos y encendió la luz de la habitación. Asustado, vio la mancha de sangre en la cama y en la toalla con la que se había limpiado después de haber hecho el amor con Katia. Salió de la habitación buscándola por el apartamento, no estaba, miró el aparador y vio que las llaves de su coche seguían ahí, un objeto llamó su atención; era un estuche de lentes de contacto, lo tomó en sus manos y lo abrió. Las lentes eran decorativas, de un tono oscuro, extrañado, se p
Jelena estaba profundamente dormida cuando unos golpes en la puerta la despertaron repentinamente, gimiendo, se revolvió en la cama con la intención de volverse a dormir. Se había desvelado hasta el amanecer, sus pensamientos volvían una y otra vez hacia lo ocurrido la noche anterior en esa habitación. Su mente procesó lo que había hecho, había estado llena de furia y de adrenalina desde el día en que su padre la visitó, pero en ese momento se sentía como si la hubiesen exprimido. Todas sus emociones estaban revolucionadas lo que le impidió conciliar el sueño.Una nueva tanda de golpes la volvió a estremecer, de mal humor se levantó de la cama.―¿Quién es? ―preguntó de muy mala manera, aún medio dormida.―La madre Teresa de Calcuta, ¿quién más? ―respondió irónicamente Rania lo que provocó una pequeña sonrisa en Jelena, le gustaba el humor retorcido de su amiga.Descorrió el cerrojo y le abrió la puerta, Rania venía cargada con la prensa diaria. Sus acciones volvieron a su mente y