Elian.—Elian, Dios... ¿Qué te ocurre?Silly apareció de la nada allí detrás de las gradas, y el calor del contacto humano lo encontré en un abrazo suyo, durante varios segundos, hasta que sentí que se volvía incorrecto entre mi tristeza.—Mi abuela ella...—Entiendo… —Hizo una mueca triste pasando su mano por mi brazo izquierdo un par de veces—. Lo siento mucho, ¿necesitas algo?—No yo... solo necesito respirar y pensar algunas cosas...Se escucharon porras, gritos, y las gradas debajo de nosotros hicieron ruido extremo.—Tenían que sacarla a jugar sí o sí.—¿Qué? —reaccioné—. ¿Lucrecia está jugando?Limpié mi cara con mi mano para devolverme. Estaba en servicio, debía vigilar que nada le pasara.—Oye sí, pero ella está bien, ¿sí? Tú necesitas estar en otro lu...Hubo abucheos y dejé de escucharla porque rápido di la vuelta para subir las gradas para saber que todo estaba bien. Y lo estaba, solo le estaban abucheando al equipo contrario al de Lucrecia.—Está todo bien? —Clarke cuesti
Elian.—Rico, esto es sumamente importante.—Lo sé, pero no tengo tiempo ahora para... —Ante su queja le extendí varios billetes, los cuales él me devolvió—. No tengo tiempo ahora, deja el teléfono, amigo, ve a tu casa y cuando me desocupe te llamaré.Mi mano picaba. No quería dejarle el teléfono a un desconocido; y es que aunque el tal Hacker Rico era conocido en la ciudad como uno de los mejores, seguía dándome mala espina.Tal vez se debía a que eso era tan de vida o muerte, que mi confianza estaba muy limitada.—Está bien.Al hacerle entrega del aparato con una mirada fija y llena de advertencia, me fui. Esa noche no pude dormir; llegué a casa agotado mentalmente, dándome la oportunidad de comer pizza junto a una Kai aburrida. Y al caer rendido en la cama con Kai en mi pecho, el último recuerdo que tuve fue el de mi familia y yo en Acción de Gracias....Al día siguiente todo pasó de forma rápida, de un instante estaba tomando café, planeando cómo debería ser la organización de lo
Elian.Minutos después ya yo iba camino a la mansión Owen; debía decirle personalmente el hallazgo a Niall, aunque me estaba muriendo por tomar yo solo las cartas del asunto. Sin embargo, sabiendo que yo no podría tener el control suficiente de ello, eran aproximadamente las cuatro de la tarde cuando mi auto se estacionó de forma brusca frente a la mansión.—¡Manos arriba!Adam, el chico de seguridad que estaba en la puerta, apareció de la nada y me apuntó.—Adam, te felicito, tienes mucha rapidez, ni siquiera te vi llegar.Para cuando Adam bajó el arma al darse cuenta quién era yo, soltó un exhalo.—Disculpe señor, es que... no fue usual la forma en que llegó.—No te preocupes. —Comencé a caminar con él hasta la entrada—. ¿Se encuentran en casa?—Solo las chicas; Niall ha salido con su esposa a casa de su familia, queda aquí cerca así que no es de preocuparse; la mayoría de los chicos están con ellos.—Bien, buen trabajo.Entonces tendría que esperar al día siguiente para poder infor
Darwin.El sudor cae por mi frente después de un rudo entrenamiento y sonrío tras la sensación relajante que me genera lo que sucedió anoche. Aunque fue poco, y duró poco, no dejó de ser caliente, subliminal, necesitado y poderoso.Sentir cómo Ámbar era completamente diferente a lo que había experimentado últimamente me ha dejado... con mi certeza afirmada: Mi matrimonio con Ámbar jamás estará perdido.—¿Sabes del hermano de Ámbar? —cuestiono hacia Mylo, el cual me pasa el agua y la toalla para secarme.—Sí señor.—¿E hiciste lo que te ordené?—Por supuesto que sí.—Bien, dame dos horas para salir.—Como ordene, señor.Veo a Mylo salir del gym de mi casa y voy a la ducha rápido para ir a preparar el desayuno, pero de nuevo... mi esposa se encuentra llevándose mi momento.Me siento feliz. A punto de brincar.—¿Cómo te sientes, bebé?—Mucho mejor.La tomo por la cintura y esta suelta un gruñido que solo puedo interpretar como algo bueno, así que sigo besando y lamiendo su cuello mientr
Darwin.—Voy a acabar con la causa andante de que ya no me ames.—¿Darwin qué...?—¡Ya lo sé! —grito, y me derrumbo en lágrimas, con el corazón palpitando con una fuerza que me asusta—. ¡Todo este tiempo ha sido él! ¡¿Verdad que sí?! —grito, cerca de su rostro—. ¡Lo he olido! ¡Lo he sentido anoche! ¡Te he visto! ¡He visto su mirada y sé que esconden algo, Ámbar! ¡Sé que me engañas con ese maldito hombre!—No, no, Darwin... —Lloriquea acercándose a mí, y me sorprende cuando no puedo alejarla, cuando no puedo soltarme de ella por el abrazo que me da.Mi pecho sube y baja de forma descontrolada. Hasta estoy sintiendo que el aire me falta; pero Ámbar sigue aquí, aferrada a mí, llorando y con su mano acariciando mi espalda.Mi yo interno realmente quiere hacerla desaparecer. A ella, a ese hombre y a todo el maldito mundo, pero entonces mi esposa se separa, y mirándome a los ojos, tomando mi cara entre sus manos temblorosas, me habla.—Ese hombre no significa nada para mí. —Limpia las lágri
Narra Ronett.—Cuando sea grande no quiero tener un hombre —había dicho yo, con tan solo seis años de edad.Estaba a esa edad realmente cansada de ver cómo mi madre intentaba tener una relación estable con alguno, y al final del día ninguno era suficiente.No sabía a quién mamá entrañaba tanto, o el por qué a veces la escuchaba llorar tras pasar un día entero trabajando en sus diseños; no supe nada hasta que ella me llevó a la mansión Baker y vi cómo suspiraba por ese hombre...El padre del chico que era la sensación del momento.Así que irremediablemente terminé cayendo a escondidas por Darwin Baker, aunque cabe destacar que por un breve periodo de tiempo; fue hasta que quise hacerme amiga de una de sus amantes para saber de qué forma era en la cama, y conocí a alguien más.—¿Exactamente qué hacemos aquí? —le pregunté a Jules—. Es verano, hace un calor insoportable. Quiero ir a tomar aire fresco.No teníamos si quiera veinte minutos de haber llegado al bar de mala vibra y gente. Era
Ronett.—No tenías que... —Gaspar echó al suelo todo lo que había en la mesita de vidrio, estaba borracho—. No debes estar en esto, Ronett, te has involucrado demasiado.Me acerqué a él, con lágrimas en los ojos, sintiéndome sucia por haber hecho lo que hice con aquél contacto suyo, pero sin una pizca de arrepentimiento por sentir que teníamos fe, y que la fe lograría ejecutar acciones que hiciera desaparecer lo malo.—Lo siento... amor, pero velo de esta forma. —Tomé su rostro rojo por la rabia entre mis manos—. Por fin podrás vengarte.Jules se prostituyó después de que Darwin la dejara.Jules intentó quitarse la vida.Y Gaspar simplemente no podía vivir sabiendo todo lo que su hermana había hecho por causa de Darwin.Yo tampoco.Yo había tratado de hacerle daño a la esposa de mi hermanastro, había intentado profundamente hacer que se fuera de esa casa, porque no soportaba ver lo feliz que Darwin era, cuando Jules estaba luchando con la vida y por lo tanto mi novio también.Sin emba
Ámbar.Después de que Darwin se fue, le he suplicado a Sebastian una cosa: que busque a mi hermano.No confío en Darwin, para nada. Mucho menos sabiendo que no he logrado convencerlo con lo que he hecho anoche, ni con el intento de esta mañana.Darwin ya sabe quién es mi amante. Y el desespero que eso me genera me achica el pecho, me quema, y me hace sentir impotente.Sebastian se ha dado cuenta de todo lo que pasa, y aunque pudo no confiar en mí dejándome aquí sola para buscar a mi hermano, lo ha hecho. Se ha ido.Y ahora yo necesito advertirle a Elian.Tomo el teléfono en mis manos, y estas tiemblan mientras marco el contacto de Silly en Insta al verla en línea, pero no responde mi llamada, solo envía un mensaje.Silly: Hey little, ¿lista? Nos veremos en dos horas.—Mierda —digo apretando el teléfono, he olvidado la sesión de fotos.Justo ahora no tengo intenciones de aparentar que todo está bien.Ámbar: Lo siento, Silly, pero voy a tener que cancelarlo. Discúlpame con Darius.Silly