Ámbar.Después de que Darwin se fue, le he suplicado a Sebastian una cosa: que busque a mi hermano.No confío en Darwin, para nada. Mucho menos sabiendo que no he logrado convencerlo con lo que he hecho anoche, ni con el intento de esta mañana.Darwin ya sabe quién es mi amante. Y el desespero que eso me genera me achica el pecho, me quema, y me hace sentir impotente.Sebastian se ha dado cuenta de todo lo que pasa, y aunque pudo no confiar en mí dejándome aquí sola para buscar a mi hermano, lo ha hecho. Se ha ido.Y ahora yo necesito advertirle a Elian.Tomo el teléfono en mis manos, y estas tiemblan mientras marco el contacto de Silly en Insta al verla en línea, pero no responde mi llamada, solo envía un mensaje.Silly: Hey little, ¿lista? Nos veremos en dos horas.—Mierda —digo apretando el teléfono, he olvidado la sesión de fotos.Justo ahora no tengo intenciones de aparentar que todo está bien.Ámbar: Lo siento, Silly, pero voy a tener que cancelarlo. Discúlpame con Darius.Silly
Ámbar.—Fue Mylo, Ámbar... yo... lo vi mientras me hacían esto...Sebastian se lleva las manos a la cabeza mientras ve el desastre que he hecho en casa, mientras mi sangre burbujea por la impotencia. Así que el moreno lo nota y en silencio me hace a un lado para terminar de limpiar a mi hermano.Termino tomando los puntos de su cabeza con las manos más que tensas, y aunque insisto en llevarlo a un hospital, Sebastian me dice que no puedo.—Tengo órdenes, Ámbar. Si no las cumplo no podré ayudarte más.—¡Entonces no me ayudes! —le grito, furiosa, después de que dejamos a mi hermano en su habitación—. ¡Si al final vas a estar de su lado entonces ya no me ayudes!—Señorita Ámbar...Me impresiona cuando se acerca y me abraza, porque, aunque me rehúso, él no quiere soltarme. Así que al final dejo de luchar porque lo necesito. Necesito un abrazo y la fuerza para dejar a Darwin. Porque me queda más que claro que ha sido él quien ha mandado a hacerle eso a mi hermano, sin importar cuánto me do
Elian.Soltar la mano de Silly luego de salir de la casa de Ámbar y Darwin anoche me hizo dar cuenta de todos los errores que había cometido en menos de una hora.Había aceptado ir a su casa aunque sabía que podría conseguirme con cualquier cosa; algo que no me hiciera sentir bien.Me había comportado de forma extraña mientras estaba respirando su mismo aire y sabía que me había delatado; lo vi en los ojos asustados de mi chica, lo vi en los grises de su desgraciado esposo.Tuve que actuar de forma rápida, y vi en Silly una salvación.Entonces me sentía terriblemente mal conmigo mismo no solo por haber tenido que usarla, sino porque sabía que esa noche Ámbar mantendría relaciones con ese hombre.De nuevo no pude dormir.Mis pesadillas volvieron y... tuve que salir a trotar a las dos de la madrugada. Me sentía, como si había vuelto al día en que conocí a Ámbar. Pues esa mañana antes de conocerla había sentido que todo estaría perdido si no lograba encontrar mi respiración, nada difere
Elian.—¿E-Elian? —escuché su voz del otro lado de la línea.Mis piernas temblaron, mi pulso aumentó, y mi corazón se partió en mil pedazos cuando dejé de, después de algunos minutos, escuchar su voz.No puedo dejarla ir. No ahora, ni nunca.Veo una limusina acercarse a la carretera y doy vuelta para regresar a la casa hogar.Desearía no tener que pensar en otra cosa que no sea la forma de ver a Ámbar ahora mismo, pero el deber me toma por la nuca y al bajar del auto me hace darle una mirada actuada, despreocupada, a un Adam que me observó antes de ir como si estuviese loco.Loco voy a parar si no logro que Ámbar me vea a los ojos y me convenza que lo nuestro ha llegado a su final. Aunque a pesar de que me lo diga, jamás le creeré. No cuando sé cómo late su cuerpo y corazón cuando estoy a su lado.Ámbar no puede desear soltarme cuando yo aún estoy atado a su alma....De regreso a Cardiff aun no dejo de pensar en las palabras de Ámbar. He estado tratando de convencerme que no ha caído
Silly.Si pudiese describir mi vida en 3 palabras, sería: sacrificio, pasión y astucia.Crecí en una familia árabe pudiente, con reglas y costumbres exageradas. En cuanto cumplí la mayoría de edad y decidí no seguir mi religión, mi familia no me apoyó.Tuve que tomar mis cosas, las pocas que tenía, e irme. No fue fácil, pero cuando pude conseguir buenos trabajos y tuve la oportunidad de alquilar un departamento, fue cuando lo conocí; al hombre que hizo que estuviese a punto de lanzarme por el puente del río Severn.Una mujer fue la que me detuvo. Y tras una larga charla me hizo entender, que yo no había tenido la culpa de lo que me había pasado, porque nadie elige conscientemente que le pasen cosas malas. Que a veces vemos esas señales que nos indican que algo anda mal pero, al final, nosotros los seres humanos estamos hechos para querer llevarle la contraria a los hechos.Sacrificio. Abandoné mi hogar en donde no era feliz porque usualmente me rebelaba ante reglas que detuvieran mi li
Silly.Yo me consideraba cien por ciento heterosexual, y jamás me había besado con una mujer, pero ese momento, se sintió como una liberación, como si terminara de romper con las reglas impuestas de la religión en la que había crecido.No estábamos drogadas u ebrias, solo estábamos eufóricas.Ceci y yo nos besamos delante de cada idiota que tenía la creencia de que una preferencia sexual diferente a la que desde el inicio de los tiempos fue impuesta, era un pecado. Fue un beso lleno de euforia pero también lleno de todas las expresiones que queríamos dejar salir.Entonces cuando paramos y volvimos a vernos a los ojos, ella levantó la bandera que descansaba en mis brazos, era la bandera de los derechos humanos, y tras brincar como loca gritó:—¡Wooooo hoooo! ¡Viejos infelices!Fue un espectáculo total.Ella no se quitó su característica máscara hasta que la invité al centro comunitario y ya solas me dijo:—Si mi familia se entera que fui yo quien dio ese espectáculo, nunca más podré esc
Ámbar.Darwin no llegó a dormir anoche. Lo sé porque son las seis de la mañana y no he logrado pegar el ojo, cuidando a mi hermano, y sintiendo que, no puedo dejarlo solo.Si Adrián dice que Mylo estuvo allí, fue porque de verdad lo estuvo.Darwin ha estado acumulando mucha rabia contra él porque significa un fastidio y la razón por la cual no he intentado irme de casa de nuevo.Pero por otro lado, estuve pensando demasiado en Silly, y en si le ha dicho o no a Elian mi advertencia.Si se lo ha dicho ya, ¿entonces Elian realmente sabrá por qué me despedí de él? ¿Entonces no me odiará? Vivir sabiendo que Elian puede odiarme por haber tirado la toalla de esa forma, me deja más que desganada.Nadie quien ama de verdad quiere hacer sufrir a esa persona; así que es un tanto irónico ahora para los dos.Porque sé que puede estar pensando que no lo amo. Al menos no lo suficiente.Incluso me he martirizado al pensar que lo mejor era decirle que no me buscase más, las causas de mi decisión, pero
Ámbar. Entonces entro a la habitación de Adrián, sintiendo que me he liberado un poco de todo el miedo que le tengo a mi esposo.—¿Qué fue todo eso que escuché? —Cuando mi hermano habla me doy cuenta que estoy temblando, y que estoy pálida también.Ya no hay marcha atrás. Es mi momento.—Date un baño que vamos a salir.—¿Ah? ¿A dónde?—Voy a llevarte al hospital, como una gente normal, y luego vamos a comer helado, como una gente normal.Estoy temblando, mis manos lo hacen, pero no mi voz.Adrián me da una mirada llena de orgullo entre todo, y asiente con frenesí para irse al baño.Ya cuando ambos estamos listos, bajamos.Adrián no dice nada cuando Darwin nos ve ya que está sentado sobre el pie de la escalera.—¿A dónde van? —cuestiona desde su lugar, mirándonos.—Sí lo que te preocupa es que no vuelva, tranquilo. El otro monigote tuyo siempre estará con nosotros, y al final, también te dice todo lo que hago ¿no? —Entrecierro mis ojos hacia él y paso luego mi mano por mi