Darwin.El sudor cae por mi frente después de un rudo entrenamiento y sonrío tras la sensación relajante que me genera lo que sucedió anoche. Aunque fue poco, y duró poco, no dejó de ser caliente, subliminal, necesitado y poderoso.Sentir cómo Ámbar era completamente diferente a lo que había experimentado últimamente me ha dejado... con mi certeza afirmada: Mi matrimonio con Ámbar jamás estará perdido.—¿Sabes del hermano de Ámbar? —cuestiono hacia Mylo, el cual me pasa el agua y la toalla para secarme.—Sí señor.—¿E hiciste lo que te ordené?—Por supuesto que sí.—Bien, dame dos horas para salir.—Como ordene, señor.Veo a Mylo salir del gym de mi casa y voy a la ducha rápido para ir a preparar el desayuno, pero de nuevo... mi esposa se encuentra llevándose mi momento.Me siento feliz. A punto de brincar.—¿Cómo te sientes, bebé?—Mucho mejor.La tomo por la cintura y esta suelta un gruñido que solo puedo interpretar como algo bueno, así que sigo besando y lamiendo su cuello mientr
Darwin.—Voy a acabar con la causa andante de que ya no me ames.—¿Darwin qué...?—¡Ya lo sé! —grito, y me derrumbo en lágrimas, con el corazón palpitando con una fuerza que me asusta—. ¡Todo este tiempo ha sido él! ¡¿Verdad que sí?! —grito, cerca de su rostro—. ¡Lo he olido! ¡Lo he sentido anoche! ¡Te he visto! ¡He visto su mirada y sé que esconden algo, Ámbar! ¡Sé que me engañas con ese maldito hombre!—No, no, Darwin... —Lloriquea acercándose a mí, y me sorprende cuando no puedo alejarla, cuando no puedo soltarme de ella por el abrazo que me da.Mi pecho sube y baja de forma descontrolada. Hasta estoy sintiendo que el aire me falta; pero Ámbar sigue aquí, aferrada a mí, llorando y con su mano acariciando mi espalda.Mi yo interno realmente quiere hacerla desaparecer. A ella, a ese hombre y a todo el maldito mundo, pero entonces mi esposa se separa, y mirándome a los ojos, tomando mi cara entre sus manos temblorosas, me habla.—Ese hombre no significa nada para mí. —Limpia las lágri
Narra Ronett.—Cuando sea grande no quiero tener un hombre —había dicho yo, con tan solo seis años de edad.Estaba a esa edad realmente cansada de ver cómo mi madre intentaba tener una relación estable con alguno, y al final del día ninguno era suficiente.No sabía a quién mamá entrañaba tanto, o el por qué a veces la escuchaba llorar tras pasar un día entero trabajando en sus diseños; no supe nada hasta que ella me llevó a la mansión Baker y vi cómo suspiraba por ese hombre...El padre del chico que era la sensación del momento.Así que irremediablemente terminé cayendo a escondidas por Darwin Baker, aunque cabe destacar que por un breve periodo de tiempo; fue hasta que quise hacerme amiga de una de sus amantes para saber de qué forma era en la cama, y conocí a alguien más.—¿Exactamente qué hacemos aquí? —le pregunté a Jules—. Es verano, hace un calor insoportable. Quiero ir a tomar aire fresco.No teníamos si quiera veinte minutos de haber llegado al bar de mala vibra y gente. Era
Ronett.—No tenías que... —Gaspar echó al suelo todo lo que había en la mesita de vidrio, estaba borracho—. No debes estar en esto, Ronett, te has involucrado demasiado.Me acerqué a él, con lágrimas en los ojos, sintiéndome sucia por haber hecho lo que hice con aquél contacto suyo, pero sin una pizca de arrepentimiento por sentir que teníamos fe, y que la fe lograría ejecutar acciones que hiciera desaparecer lo malo.—Lo siento... amor, pero velo de esta forma. —Tomé su rostro rojo por la rabia entre mis manos—. Por fin podrás vengarte.Jules se prostituyó después de que Darwin la dejara.Jules intentó quitarse la vida.Y Gaspar simplemente no podía vivir sabiendo todo lo que su hermana había hecho por causa de Darwin.Yo tampoco.Yo había tratado de hacerle daño a la esposa de mi hermanastro, había intentado profundamente hacer que se fuera de esa casa, porque no soportaba ver lo feliz que Darwin era, cuando Jules estaba luchando con la vida y por lo tanto mi novio también.Sin emba
Ámbar.Después de que Darwin se fue, le he suplicado a Sebastian una cosa: que busque a mi hermano.No confío en Darwin, para nada. Mucho menos sabiendo que no he logrado convencerlo con lo que he hecho anoche, ni con el intento de esta mañana.Darwin ya sabe quién es mi amante. Y el desespero que eso me genera me achica el pecho, me quema, y me hace sentir impotente.Sebastian se ha dado cuenta de todo lo que pasa, y aunque pudo no confiar en mí dejándome aquí sola para buscar a mi hermano, lo ha hecho. Se ha ido.Y ahora yo necesito advertirle a Elian.Tomo el teléfono en mis manos, y estas tiemblan mientras marco el contacto de Silly en Insta al verla en línea, pero no responde mi llamada, solo envía un mensaje.Silly: Hey little, ¿lista? Nos veremos en dos horas.—Mierda —digo apretando el teléfono, he olvidado la sesión de fotos.Justo ahora no tengo intenciones de aparentar que todo está bien.Ámbar: Lo siento, Silly, pero voy a tener que cancelarlo. Discúlpame con Darius.Silly
Ámbar.—Fue Mylo, Ámbar... yo... lo vi mientras me hacían esto...Sebastian se lleva las manos a la cabeza mientras ve el desastre que he hecho en casa, mientras mi sangre burbujea por la impotencia. Así que el moreno lo nota y en silencio me hace a un lado para terminar de limpiar a mi hermano.Termino tomando los puntos de su cabeza con las manos más que tensas, y aunque insisto en llevarlo a un hospital, Sebastian me dice que no puedo.—Tengo órdenes, Ámbar. Si no las cumplo no podré ayudarte más.—¡Entonces no me ayudes! —le grito, furiosa, después de que dejamos a mi hermano en su habitación—. ¡Si al final vas a estar de su lado entonces ya no me ayudes!—Señorita Ámbar...Me impresiona cuando se acerca y me abraza, porque, aunque me rehúso, él no quiere soltarme. Así que al final dejo de luchar porque lo necesito. Necesito un abrazo y la fuerza para dejar a Darwin. Porque me queda más que claro que ha sido él quien ha mandado a hacerle eso a mi hermano, sin importar cuánto me do
Elian.Soltar la mano de Silly luego de salir de la casa de Ámbar y Darwin anoche me hizo dar cuenta de todos los errores que había cometido en menos de una hora.Había aceptado ir a su casa aunque sabía que podría conseguirme con cualquier cosa; algo que no me hiciera sentir bien.Me había comportado de forma extraña mientras estaba respirando su mismo aire y sabía que me había delatado; lo vi en los ojos asustados de mi chica, lo vi en los grises de su desgraciado esposo.Tuve que actuar de forma rápida, y vi en Silly una salvación.Entonces me sentía terriblemente mal conmigo mismo no solo por haber tenido que usarla, sino porque sabía que esa noche Ámbar mantendría relaciones con ese hombre.De nuevo no pude dormir.Mis pesadillas volvieron y... tuve que salir a trotar a las dos de la madrugada. Me sentía, como si había vuelto al día en que conocí a Ámbar. Pues esa mañana antes de conocerla había sentido que todo estaría perdido si no lograba encontrar mi respiración, nada difere
Elian.—¿E-Elian? —escuché su voz del otro lado de la línea.Mis piernas temblaron, mi pulso aumentó, y mi corazón se partió en mil pedazos cuando dejé de, después de algunos minutos, escuchar su voz.No puedo dejarla ir. No ahora, ni nunca.Veo una limusina acercarse a la carretera y doy vuelta para regresar a la casa hogar.Desearía no tener que pensar en otra cosa que no sea la forma de ver a Ámbar ahora mismo, pero el deber me toma por la nuca y al bajar del auto me hace darle una mirada actuada, despreocupada, a un Adam que me observó antes de ir como si estuviese loco.Loco voy a parar si no logro que Ámbar me vea a los ojos y me convenza que lo nuestro ha llegado a su final. Aunque a pesar de que me lo diga, jamás le creeré. No cuando sé cómo late su cuerpo y corazón cuando estoy a su lado.Ámbar no puede desear soltarme cuando yo aún estoy atado a su alma....De regreso a Cardiff aun no dejo de pensar en las palabras de Ámbar. He estado tratando de convencerme que no ha caído