Elian.—No me dijeron absolutamente nada.Ante las palabras de Clarke, mi presión se acelera.—No me extraña; serán fieles a su jefe, así es todo ¿no?—No, súper E, así no debería ser todo; mucho menos cuando se les ofrece inmunidad, y hasta dinero.—Eso quiere decir que la persona que está detrás de esto tiene incluso más poder que tu tío, y quizás tu familia completa.—Pues la verdad, además de la familia real, no hay ninguno, sin presumir.Nos encontramos cenando una ensalada, tras un día tedioso, pero en el fondo para mí: ansioso y alentador.En la madrugada de hoy tuve a mi pequeña en los brazos; la sentí estremecerse junto a mí, la escuché gemir, reír, la vi sonreír, la vi sonrojarse. Y sentí que ninguno de los dos vamos a dar marcha atrás.Realmente me aferro a la fe en ambos.—¿Qué hay de los Baker? —quise sonar descuidado.—¿Los Baker? —Clarke rodó los ojos—. Para nada; Darwin pasó toda la madrugada frente a la estación policial esperando que le dieran una oportunidad de entr
Elian.—Nooooo… —La siguiente mañana el drama se adueña de Jimmy cuando pongo un pie fuera de la mansión Simmons—. ¿Quién me va a acompañar ahora, Clarke? —Como un niño pequeño ve a su hermano mayor.—Tu novia, por supuesto.—Ella no es mi novia. —Jimmy no puede evitar hacer un gesto de pesar, uno que cambia cuando me ve—. ¿De verdad tienes que irte con esa aburrida familia?—Lo más rápido posible…—Bien, entonces lárgate. —Se da vuelta para rápido entonces regresarse y esbozar una sonrisa que me confirma que todo es una broma—. Oye, fue un placer tenerte con nosotros aunque haya sido por poco, cuídate bien el trasero para que se lo puedas cuidar al viejo Owen.Mientras recibo su abrazo medio fraternal, su mamá lo regaña.—¡Jimmy! No seas falta de respeto. —Lo toma del cabello causando que este suelte un chillido, mientras yo aguanto la risa—. Eres una ternura… —La señora me toma de los cachetes por unos instantes—. Estoy segura que las gemelas estarán babeando por ti.Y Clarke detrás
Elian.—¿Pero quién la entregó?—Un hombre, Elian —responde, y rápido detiene lo que voy a decir de nuevo—. Si no puedes llegar hasta aquí ahora mismo ¿puedes esperar que lo envíe con Charles? Lo haría ahora pero no estamos abastos de personal.Y no me queda ninguna otra opción que atenerme a la paciencia.Paciencia.Bufo. Como si fuese posible tenerla después de que han pasado tantas cosas.¿Pudo enviar esa carta Ámbar con su hermano? Tal vez, ¿pero qué sería tan importante como para arriesgarse de esa forma?Me queda más que claro que no pudo haber acudido a Sebastian, ya que sé que tiene un límite.—Bonita forma de comenzar el primer día de trabajo con un puesto tan importante.La voz a mi costado derecho me hace reaccionar. En este momento me encuentro junto al que fue mano derecha del ex jefe de seguridad, viendo el croquis del sitio en donde se realizará el debate.De forma rápida había explicado en voz alta lo que quería que hiciéramos, pero simplemente no había podido dejar el
Elian.Suspiro ante los latidos de mi corazón cuando la persigo con la mirada y la veo sentarse; sin embargo algo me detiene, pues la mirada de Sebastian se cruza conmigo cuando se pone casi a mi frente pero en el otro extremo al lado del escenario, y aunque le cuesta reconocerme finalmente lo hace, y me doy cuenta porque niega severamente con la cabeza después de que se le haya abierto un poco la boca.—Todos en sus puestos, están por cerrar —les digo a todos.No hace falta que me respondan, solo Cesar quien se encuentra al lado de Owen es quien hace un leve asentimiento hacia un lugar inexistente.Entonces la tensión aumenta cuando, primero, no puedo hacer como si Ámbar no estuviese allí porque necesito tenerla más cerca y saber si la carta de Levi es de su parte, y segundo, para cuando el presentador hace pasar a los tres oponentes al escenario, recibiendo entonces cada uno su respectiva porra.Hay gran silencio cuando uno de ellos comienza a hablar, allí, de pie, apoyado de su mes
Melly.Ian: Lo siento.Melly: no te preocupes.Ian: Solo...Ian: ¿podemos vernos otro día?Melly: Sí.Melly: Siempre y cuando no tenga nada qué hacer.Ian: De acuerdo. Y de nuevo, lo siento Melly.Anteayer al salir de mi nuevo trabajo fui de inmediato a casa para prepararme en mi cita con Ian.—No me gusta que ese chico sea tan...—¿Loco? —le pregunté a mi mamá, ella asintió viéndome con severidad—. Es un buen chico.—Lo sé... —Tras ello la miré rápidamente—. Bueno, eso es lo que creo, a pesar de todo; digo, no dejó de venir a verte y... las flores estaban bonitas.Vi tras la mirada de mi madre su preocupación, así que dejando el pequeño guardaropa a un lado fui con ella para tomar sus hombros en un abrazo.—¿Exactamente qué es lo que te preocupa?—¿Qué te preocupa a ti? —Ella me cuestionó de vuelta, mirándome de esa forma. Mi corazón se aceleró—. Puedo ser tu madre, pero sabes que eso no significa que voy a impedirte realmente salir con él. Lo único que quiero es que te cuides, de to
Melly.La tarde se hizo mucho más eterna que la de anteayer, con la diferencia de que ese día estaba solo esperando la hora para correr a casa para mi salida con Ian, y hoy solo quiero correr a casa para lanzarme a la cama y dormir hasta que la alarma suene de nuevo anunciando un nuevo día.—Buenas noches, dígame ¿en qué puedo ayudarle? —Será la última llamada por el día de hoy y me centro en sonar calmada—. ¿Aló?—Nunca, por lo más estúpido que te parezca, me vuelvas a hacer algo como esto Mellyanna Hugh.Mi boca se seca al mismo tiempo que mi corazón se acelera por la voz del otro lado de la línea.—¿Ian...? ¿Cómo rayos?—¡Contesta el teléfono!Y me veo en la obligación de, con las manos temblando, tomar el teléfono mientras mis ojos se enfocan en el reloj que está a segundos de marcar mi salida.Quito aquél ajuste permanente del contacto de Ian y de inmediato recibo una llamada suya.—Ian, yo...Su llanto.Solo puedo escuchar su llanto.Con el corazón en la boca veo a todos lados,
Ámbar.Yo sabía de terror; muchas veces había pasado por situaciones en las que creía que sería mi fin. Y estar dentro de comentarios inadecuados e insultos, acompañadas de Castigo por tener un esposo como el mío, fue otro de esos momentos.Ello me hizo recordar al inicio de mi relación con Darwin. Pensé que esas personas habían tomado la decisión de ignorarnos; hasta anteayer.Por suerte pude controlar lo que desde mi pecho comenzaba a ascender, gracias a la música; perdiéndome en recuerdos bonitos, como la sensación de estar en casa junto a Elian hacía unos días en el hospital.Ese día reaccioné cuando entramos al auto después del desastre del debate; estaba asustada porque recordaba la mirada de Darwin sobre Elian y sobre mí. Así que justo cuando pensé que mi martirio le pondría final a mi historia, salió con algo totalmente diferente a lo que esperé.—¿Cómo se llama?—¿Quién...? —cuestioné mirando la ventana.Podía ver por el retrovisor delantero que Sebastian nos seguía el camin
Ámbar.—¿Entonces es completamente seguro...? —me pregunta un Adrián emocionado.—Sí, adiós, pero vuelve ¿de acuerdo? —le digo.—Claro que voy a volver, no voy a dejarte sola otra vez ¡Gracias! —Adrián me da un beso en cada cachete, y ante la mirada severa de Sebastian en la entrada de la casa, se va.Adrián ya me ha manifestado su preocupación sobre estas libertades. Teme que yo termine envuelta en las garras de Darwin, pero mi hermano sabe que la única razón por la cual estoy haciendo esto, es para tener la oportunidad aunque sea mínima, de sentirme un poco libre, y de ver a Elian.—Señora, ¿me permite hablar con usted?—Sebastian... no me tutees, Darwin no está —le digo, adentrándome a la sala para sentarme y escuchando sus pasos acercarse.—Usted no es estúpida.—Oh, gracias...El moreno toma asiento a mi lado, y ello me sorprende, pero lo dejo tranquilo.—Usted sabe lo que está haciendo Elian Davis, y yo también.Siento algo subirme y bajarme desde el estómago a la garganta.—No