Capitulo 37

Arthur.

Un molesto ruido provoca que me caiga de la cama, mi celular suena a punto de explotar mis tímpanos, por suerte Cariza duerme como una jodida piedra. Me levanto del piso, cojo el móvil y antes de contestar se corta la llamada. Maldición, es una llamada de Dylan.

Miro la hora son las 10 de la mañana.

—¡Oh santísimo, es tarde!— exclame entrando a tomar una ducha. Le devolveré la llamada luego.

Por goloso me pasa todo esto, creo que el señor Jaime ya está enterado de la noticia, solo espero que lo tomen a bien. Aplico champo y jabón líquido por todo mi cuerpo desnudo, el olor a sexo sigue impregnado, pensar en las cosas de ayer me pone como una jodida caldera.

La noche de ayer la pasamos entregándonos como dos conejos sin descanso alguno, las posiciones que mi esposa quiso probar me dejo súper rendido, me pregunto si el embarazo la tiene así. Mi pene se pone duro al momento de sentir sus manos posarse en mi fuerte abdomen.

—¿Tenías planes de ducharte solo?— cuestiona rozand
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