Arthur.Todo lo sentía como si fuera en nuestra contra, mi espoasq sangraba y encima tenia dolor bajo su vientre esto que le está pasando es malo y no quiero imaginarme lo peor.—Vamos a ir a la clínica, sostén tus manos con fuerza alrededor de mi cuello— Le pido levantándola en mis brazos.Bajo las escaleras despacio, le informo a Nina que la llamare al rato, su rostro refleja preocupación.—Tengo miedo, no quiero que le pase nada a mi bebe, no se mueve—Musita aferrada a mí, le hago un gesto a Gamaliel para que abra la puerta del coche.—Te aseguro mi amor que todo estará bien con nuestro bebé—Ojalá que sí, porque no soportaría que ella se consuma en la tristeza.Cariza asiente hundiendo su rostro en mi pecho, Gamaliel sube adelante y conduce, no es necesario darle ordenes, él ya sabe lo que sucede ya que la pijama de mi esposa esta manchada con su sangre.Oh Dios mío por favor que este sano nuestro pequeño, esta vez ella colapsaría de tristeza.—Todo va a estar bien princesa- Acaric
Cariza.Días sin estar consciente de nada al mi alrededor, cada cosa en mi cabeza era dolorosa, las imágenes aún seguían intactas, presenciar la muerte de mi nana fue lo más horrible y doloroso en mi niñez. Al recordar el pasado me di cuenta que me encontraba llena de mentiras por parte de mis padres.Arthur sufrió mucho cuando era pequeño, ahora comprendo su actitud, e incluso su odio por ellos, por otro lado pensé que jamás se me quitaría el estado en el que me introduje pero día a día él a estado para mi recordarme el fruto de nuestro amor y déjenme decirle que Martha es un ángel tan linda y protectora, me cuidaba y daba mimos. Como me hubiera encantado tener una madre como ella y no tener los que tengo, ellos son malos unos asesinos que hicieron cosas sin piedad.Luego de las palabras de Arthur al decirme que ellos no son mis padres, me alegré por unos minutos. No se me quita eso de la cabeza, podría ser verdad, ya que mi esposo sabe muchas cosas y no me las dice o bueno quizás a
Arthur. —No me dejes sola—. Pide mi esposa ya nerviosa. —No lo haré mi amor, estaré contigo hasta que nazca nuestro bebé. Sonríe con lágrimas en sus ojos, beso su sien y froto su brazo, tratando de reconfortarla, me siento muy nervioso no quiero que le pase nada a ella y a mi hijo. —¡Ah! Ahora sí creo que va a nacer—. Se queja apretando mis manos. La obstetra mira la máquina que marca los latidos del bebé, se acerca a mi esposa, le toca el vientre y le dice que le hará un ultrasonido para ver la posición en la que está. —Veremos cómo está tu bebé en estos instantes—. Dice mientras mueve el aparato sobre el vientre de mi pequeña. —Ya no aguanto. Me duele demasiado—. Espeta mordiéndose el labio. —¿Doctora a qué hora esto empezara? Acaso no ve como está sufriendo mi esposa—. Mascullo enojado hasta estoy a punto de sacarla de aquí. —Tenga paciencia ya pronto se resolverá, el bebé está en una mala ubicación, tenemos que intervenirla inmediatamente a una cesaría—. Mi esposa niega y
Cariza.—Ojala y tu papi encuentre la pañalera, se me olvido decirle que la deje en el baño— Le hablo a mi bebito.—Uh... eso significa que se va a demora un montón—.Habla una voz conocida a mis espaldas.—¿Qué haces en estos rumbos Maximiliano?—Mi voz sonó rasposa.—Digamos que le haré un favor a mi ex suegro.Mi cuerpo se tensa de inmediato ¿A qué se refiere? Sus pasos hacia mí me provocan escalofríos, levantó mi bebe en mis brazos, protegiéndolo de cualquier cosa que suceda.—Se buena y ven conmigo, tenemos que ir a visitar a tu querido padre —.Replica con un deje de burla.Niego rotundamente. Sacó el móvil de mi bolso y antes de marcar las manos de Maximiliano me lo quita lanzándolo contra el pavimento, provocando que se haga pedazos. Cuando voy a gritar saca una pistola y apunta a mi bebe.—No...No querida ni se te ocurra—Chasquea la lengua y de un rápido movimiento me quita a mi hijo de mis propias manos.—¡No! por Dios que vas a hacer. ¿Entrégamelo tú no eres así Max que te suc
Arthur.Camino de un lado para otro sin saber nada de mi esposa y mi hijo, los agentes de seguridad y la policía están buscando su paradero, algo me dice que fue Demetrio quien se ha llevado a mi pequeña, mi interior me lo dice. Cariza no pudo haberse salido sola y porque motivo lo haría si le era dificultoso por su recién cesaría.Según la cámara se detuvo esta mañana por esa razón se encontraba sin funcionar todo el día de hoy que casualidad más rara, esto me huele muy mal.—Señor necesitamos tener pistas sobre ese hombre él cual usted cree que se ha llevado a su esposa, sin eso no podríamos hacer nada—. Menciono el estúpido oficial. Son unos mediocres.Lo miro mal, que mierda piensa que yo estoy mintiendo.—Seré directo con usted. No sirve para nada en esta profesión debería de retirarse— Dicho eso subo a mi coche y arranco a toda velocidad saliendo de la clínica.Paso por la autopista a toda velocidad sin percatarme en el semáforo, estoy furioso y endemoniado, juro que si encuentr
Arthur La mañana llegó y yo sigo recostado, no tengo idea por dónde empezar a buscarlos, los agentes me tienen sin noticias, estoy a punto de coger mi pistola, mi coche he ir fuera de la ciudad para buscarlos, a como sea, pero debo encontrarlos.Me levanto de la cama como resorte, entro a tomar una ducha rápida, si sigo lamentándome no haré nada, algo en mi interior me grita que el guardiá de la clínica sabe mucho. No me rendiré hasta dar con ellos.—Jaime es hora de irnos, buscaremos cielo, mar y tierra, debajo de los puentes y de las piedras, si es necesario, primero iremos a la clínica necesito comprobar mis sospechas—. Espeto y luego saludo a Martha que está sentada en el sofá del living, sus ojos lucen rojos e hinchados de tanto llorar, yo creo que me noto igual que ella.***Conduzco mirando fijamente la autopista, mi mente esta divagado muchas cosas. Como por ejemplo, presiento que Demetrio no lo hizo solo y lo otro es que alguien nos ha estado vigilando. Todo es tan extraño,
Cariza.La cabeza me punza horriblemente, mis ojos están apunto de cerrarse. Me siento mareada, mi pobre bebe esta incómodo con la ropa que lleva puesta. Arthur mi amor, ven pronto por nosotros.Ya no doy más, mi cuerpo está débil y el dolor se hace más fuerte, jadeo apretando mis piernas, miro a mi hijo que duerme plácidamente, tengo miedo que se enferme, toda la noche la pase sin pegar el ojo por el temor que me lo quiten o que le suceda algo malo.—¡Ah! Duele mucho. Arthur, Martha. Dios te lo suplico libérame de estos locos.La puerta de la habitación se abre, Demetrio entra su rostro luce diferente al que yo conocía, incluso apesta a alcohol. Entre sus manos trae un pequeño bolso y un moisés. Oh Dios para qué es eso. Tomo a mí bebe en mis brazos y lo acurruco en mi pecho. Él camina hasta llegar a mí, me mira fijamente y sonríe con malicia, baja el moisés y burlón replica.—Bueno hijita, despídete de tu hijo porque este mismo día se ira con su nueva familia.Niego aterrada, retroce
Arthur.Al ver a mi esposa toda desangrada y a mi hijo en manos de ese loco, pensé que sería el fin, pero luego quite esa idea de mi cabeza y decidí negociar con el desgraciado para que me entregara a mi hijo. Todo sucedió tan rápidamente que hasta era creíble.No le deseo la muerte a nadie pero supongo que se lo merecía por desgraciado, manipulador y asesino. Después de todo lo que sucedió nos trasladamos rápidamente al hospital más cercano de vieja león.Cariza se encontraba débil, su herida se abrió provocando una fuerte infección y mucha pérdida de sangre por suerte la pequeña Jadara tenía el mismo tipo de sangre y le dono a su hermana mayor.Ahora me encuentro en el cuarto de recuperación sentado cerca de la camilla en donde está mi amada. Martha tiene a nuestro bebe en sus brazos caminando de lado a lado, tarareando una música de cuna, sonrió al ver felicidad en su rostro.Mi esposa sigue durmiendo por dos días enteros, tuve mucho miedo al verla mal. El médico le suturo la herid