Arthur.Camino de un lado para otro sin saber nada de mi esposa y mi hijo, los agentes de seguridad y la policía están buscando su paradero, algo me dice que fue Demetrio quien se ha llevado a mi pequeña, mi interior me lo dice. Cariza no pudo haberse salido sola y porque motivo lo haría si le era dificultoso por su recién cesaría.Según la cámara se detuvo esta mañana por esa razón se encontraba sin funcionar todo el día de hoy que casualidad más rara, esto me huele muy mal.—Señor necesitamos tener pistas sobre ese hombre él cual usted cree que se ha llevado a su esposa, sin eso no podríamos hacer nada—. Menciono el estúpido oficial. Son unos mediocres.Lo miro mal, que mierda piensa que yo estoy mintiendo.—Seré directo con usted. No sirve para nada en esta profesión debería de retirarse— Dicho eso subo a mi coche y arranco a toda velocidad saliendo de la clínica.Paso por la autopista a toda velocidad sin percatarme en el semáforo, estoy furioso y endemoniado, juro que si encuentr
Arthur La mañana llegó y yo sigo recostado, no tengo idea por dónde empezar a buscarlos, los agentes me tienen sin noticias, estoy a punto de coger mi pistola, mi coche he ir fuera de la ciudad para buscarlos, a como sea, pero debo encontrarlos.Me levanto de la cama como resorte, entro a tomar una ducha rápida, si sigo lamentándome no haré nada, algo en mi interior me grita que el guardiá de la clínica sabe mucho. No me rendiré hasta dar con ellos.—Jaime es hora de irnos, buscaremos cielo, mar y tierra, debajo de los puentes y de las piedras, si es necesario, primero iremos a la clínica necesito comprobar mis sospechas—. Espeto y luego saludo a Martha que está sentada en el sofá del living, sus ojos lucen rojos e hinchados de tanto llorar, yo creo que me noto igual que ella.***Conduzco mirando fijamente la autopista, mi mente esta divagado muchas cosas. Como por ejemplo, presiento que Demetrio no lo hizo solo y lo otro es que alguien nos ha estado vigilando. Todo es tan extraño,
Cariza.La cabeza me punza horriblemente, mis ojos están apunto de cerrarse. Me siento mareada, mi pobre bebe esta incómodo con la ropa que lleva puesta. Arthur mi amor, ven pronto por nosotros.Ya no doy más, mi cuerpo está débil y el dolor se hace más fuerte, jadeo apretando mis piernas, miro a mi hijo que duerme plácidamente, tengo miedo que se enferme, toda la noche la pase sin pegar el ojo por el temor que me lo quiten o que le suceda algo malo.—¡Ah! Duele mucho. Arthur, Martha. Dios te lo suplico libérame de estos locos.La puerta de la habitación se abre, Demetrio entra su rostro luce diferente al que yo conocía, incluso apesta a alcohol. Entre sus manos trae un pequeño bolso y un moisés. Oh Dios para qué es eso. Tomo a mí bebe en mis brazos y lo acurruco en mi pecho. Él camina hasta llegar a mí, me mira fijamente y sonríe con malicia, baja el moisés y burlón replica.—Bueno hijita, despídete de tu hijo porque este mismo día se ira con su nueva familia.Niego aterrada, retroce
Arthur.Al ver a mi esposa toda desangrada y a mi hijo en manos de ese loco, pensé que sería el fin, pero luego quite esa idea de mi cabeza y decidí negociar con el desgraciado para que me entregara a mi hijo. Todo sucedió tan rápidamente que hasta era creíble.No le deseo la muerte a nadie pero supongo que se lo merecía por desgraciado, manipulador y asesino. Después de todo lo que sucedió nos trasladamos rápidamente al hospital más cercano de vieja león.Cariza se encontraba débil, su herida se abrió provocando una fuerte infección y mucha pérdida de sangre por suerte la pequeña Jadara tenía el mismo tipo de sangre y le dono a su hermana mayor.Ahora me encuentro en el cuarto de recuperación sentado cerca de la camilla en donde está mi amada. Martha tiene a nuestro bebe en sus brazos caminando de lado a lado, tarareando una música de cuna, sonrió al ver felicidad en su rostro.Mi esposa sigue durmiendo por dos días enteros, tuve mucho miedo al verla mal. El médico le suturo la herid
Cariza.La mala noticia de que nunca llegaré a ser madre nuevamente me cayo como un balde de agua fría, pero me hice la fuerte por Arthur y mis padres, no les miento que llore y sigo llorando en silenció cada noche sin embargo trate de disimularlo para no preocupar más a mi esposo, ya era suficiente todo el mal rato que nos hizo pasar él imbécil de Demetrio.Me levante de la cama sin hacer ruido, Arthur dormía tranquilamente, se lo merece, él pobre paso numerables días en vela, cuidando del bebé o mesiéndolo en la mecedora que compro hace meses atrás, cada que yo quería hacerlo él se negaba me decía que tenía que descansar ya que aún me encontraba débil por la sutura de la cesárea. Es un exagerado pero lo adoro.Me acerco al cunero y miro a mi pequeño dormir plácidamente al igual que su padre, su boquita entre abierta me hace esbozar una sonrisa de felicidad, a pesar que no podre tener más hijos no me arrepiento de haber saltado de aquel balcón, todo era con tal de salvar a mi pequeño
Arthur.Estoy indignado por su actitud. Para que ir a ver a esa mujer que tanto daño nos ha hecho.—Le pediré a uno de los choferes que me lleve —. Dice mirándome fijamente.Suspiro y resoplo antes de hablar.—Yo te llevare— Le digo con tono molesto, dirigì la mirada a Martha, ella se acerca le entregó el niño y le pido que me lo cuide.—Vamos entonces—. Ella asiente deposita un beso en la sien de Axel y nos encaminamos en uno de los tantos coches.Martha la llama pero mi esposa no se inmuta en detenerse, cuando a Cariza se le mete algo en la cabeza es difícil detenerla. Mientras conduzco en dirección al reclusorio de mujeres pienso en que mierda desea esa mujer, el silencio dentro del coche se sentía horrible seré sincero no podría estar enojado con mi esposa eso jamás, antes me cuelgo. Cuando voy a hablar su mano acaricia la mía.—Solo deseo saber qué es lo que quiere, no puedo odiarla ella me amo a pesar de todo—. Su voz suena débil, tome su mano depositando un beso, le sonrió para
Cinco años después.Cariza.Cinco hermosos años he pasado al lado de mis seres queridos. La vida me ha enseñado muchas cosas, buenas y malas.Las buenas es tener a mi esposo y a mi hijo junto a mí, mis padres, hermana y amigos, ellos son lo que día a día me hacen sonreír feliz y sentirme protegida, lo malo fue pasar todo aquello incluyendo no tener más hijos, a pesar de los años, siempre pienso en todo eso. Me siento algo melancólica pero debo dejar de pensar en ello. Es un día muy especial y no quiero arruinarlo, en fin les contare que he finalizado la universidad ya hoy es mi graduación. Cuando era más joven y me encontraba en la secundaria quise estudiar Arquitectura o Diseño gráfico, pero luego con el tiempo me decidí por Psicología, no me pregunten por qué ya que no tengo ni la menor idea del porqué me afane por esa carrera sin embargo mi pasión por el dibujo siempre esta intacto.Mientras me seco el cuerpo, mi amado esposo se encuentra en la ducha junto Axel, ambos están dentro
Cariza.Nos encontramos colocados en la hermosa habitación con gran ventanal de cristal y con la mejor vista al mar, me recosté en la gran cama, Arthur se acercó a mi depósito un beso y antes de hablar tocan el timbre de la habitación, mientras él va a recibir lo que pidió, me pierdo en el hermoso panorama.—¿Te gusta la sorpresa mi amor?—. Me cuestiona mientras sirve el vino, no me había fijado en el carrito.Varias porciones de frutas, dos copas y una botella de vino, a otro extremo una cajita de color rojo. De que se trata.—Wau, lo tenías todo planeado mi amor—. Añadí levantando ambas cejas.—Cuando se trata de ti eso pasa Esposa Mia—. Declara extendiéndome la copa con vino tinto.Le sonreí sincera, chocamos nuestras copas le di un sorbo, sus ojos no dejan de verme, algo más se trae.—Mi amor eres muy bonita, sabes que me encanta cuando sonríes ruborizada, me alegra ponerte de esa manera.—Gracias por el cumplido— Suspiro mirándole, es un hombre tremendo en todos los aspectos.Gir