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Capítulo 38: La serenidad de Seda.

Llegan a una cafetería turca y comienzan, a degustar dulces de su país conjuntamente con el té, Meltem se relaja un poco. Murat, es un hombre muy simpático y agradable.

—Mi vida no fue nada fácil Seda, tenía que estar sometido al yugo de mi padre, uno a uno nos fuimos yendo de casa—asevera con nostalgia.

—¿Y tu madre?

—Mi madre murió cuando era un niño, viví con mi padre y su nueva esposa. Era una bruja.

—Ja, ja, ja, ay Murat—ríe Seda.

—A veces los padres, suelen ser muy injustos con sus hijos—menciona Meltem.

—Aún falta mucho por aprender Meltem—imprime Murat.

—Tú compañía, es muy agradable Murat—asienta Meltem y Seda la mira sonriendo.

—Está muy entretenida la conversación, pero tenemos que irnos Meltem.

—¡¿Tan rápido?! —exclama Meltem fascinada.

—Sí, tengo que estar en casa antes que llegué Mustafá—advierte Seda.

—¿Mustafá, así se llama tu marido?

—Si.

—Bueno vamos, quiero evitarte un problema Seda—manifiesta Murat con mesura.

—Descuida no pasa nada—sus miras se cruzan y ambos se m
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