Llegan a tempranas horas de la mañana, Alan y su amigo Bryan, para conversar con el teniente Timothy Logan, con el fin que los ayude con la misión de atrapar al diantre. Ingresan rápidamente a su oficina, el teniente los espera:
—Buen día Teniente—saluda Alan.
—Buen día muchachos, ¿qué los trae por aquí?
—El diantre teniente, se nos ha hecho muy difícil, dar con el paradero de ese sujeto y justo cuando creemos, tener una pista fehaciente se nos estropea toda la operación—expone Bryan con preocupación.
—¡El diantre! Resulto ser más astuto, que nosotros teniente—musita Alan.
—Hasta creo que, tienes de aliados a la seguridad nacional.
—Es lo más probable.
—Ayúdenos teniente solo confió en usted, es un hombre justo—asienta Alan.
—Gracias por el concepto que tienes de mi muchacho, prometo que te ayudaré—indica el teniente Logan esbozando una tenue sonrisa.
Desde la ventana, los vigila un subalterno del teniente Logan, un policía corrupto que también envía información a cambio de dinero a Gio, la mano derecha del diantre.
Carl se aparta a un costado y llama enseguida a Gio:
—Gio aquí esta Solís, pidiendo ayuda al teniente Logan. Tienes que duplicar tu seguridad y hablar velozmente con el contacto que tenemos en el FBI.
—¡Maldición Solís! Creo que es tiempo, de mandarlo hacerle compañía a Adams, pero en el infierno.
—Solís es peor que Adams, es más persistente y joven. Se le metió entre cejas y cejas encerrar al diantre a toda costa. Lo bueno, que no tiene mucha información al respecto de él, así como todos.
—Es mejor así, el diantre vive entre las sombras y en medio de la oscuridad—cuelga estrepitosamente la llamada. Y sigue su conversación con la madre de Ángel:
—¿Con quién hablabas Gio?
—Cosas de negocios.
—¿Sigues en las mismas andanzas?
—No es tu asunto Sofía.
—Gio, quiero que me digas la verdad, ¿está mi hijo involucrado en negocios turbios?
—¿Por qué lo preguntas?
—Ángel es frio y a veces déspota, muy parecido a Ítalo. Tengo miedo, de que haya continuado su legado.
—El legado del Ítalo Greco, murió junto con él en aquella balacera.
—Moriría si mi hijo continuara con su legado, no quiero ver a mi único hijo, sumergido en el cruel mundo de la mafia.
—Sabes que cuido de Ángel, como si fuera mi hijo Sofía. Él no es como Ítalo, tenlo por seguro. Ahora me voy.
—¿A dónde vas Gio?
—A ocuparme de unos asuntos.
—Aún tenemos una conversación pendiente.
—Eso puede esperar, llevo más de 30 años esperando Sofía—sale Gio con mucha seriedad, dejando a Sofía con una extraña sensación de angustia.
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—Ana cancela mis dos últimas reuniones, tengo que llevar a mi madre para una entrega de ayudas. También quiero que envíes a la fundación mar de plata, los beneficios correspondientes para los niños desamparados, están llegando muchos niños a este país en calidad de inmigrantes.
—Y cada vez aumentan más Ángel.
—Pobres criaturas, en fin. Haz lo que te ordeno y ya sabes, ni una palabra de quien soy. No quiero ufanarme de nada. De acuerdo.
—Se hará como siempre Ángel.
Ángel siempre se ha mantenido ayudando a los demás bajo perfil, solo su fiel secretaria Ana es quien conoce junto con Gio, las dulces intenciones que oculta en su corazón. No es inmune ante tanta miseria humana y al sufrimiento de las personas. Siempre busca de ayudar al desamparado, en medio de un blindaje, donde termina partiendo su vida en dos.
Llega de visita Maya, una mujer temeraria y muy sensual, quien acompaña al diantre en sus misiones, mira a Ana de reojos y ésta sale de inmediato de la oficina, para ocuparse de las ayudas humanitarias.
—¡Maya siempre tan placentera! —exclama Ángel, mordiendo ligeramente su labio inferior.
—¡Ángeles y querubines! No eres ni la sombra, del sujeto que vi anoche—susurra muy cerca de su oído con seducción.
—Ja, ja, ja—se carcajea Ángel enseguida.
—Lo hacemos aquí o nos vamos a otro lugar—propone la sensual Maya.
—Allí está el sofá—indica Ángel, cayendo en el juego de incitación que inicia Maya.
Ángel Greco, puede que esté obsesionado con el dinero, pero también con las mujeres, manifiesta no amar a ninguna cuando con todas se acuesta. El amor en su vida, por ahora es el gran ausente.
Al terminar su faena intima, Maya mientras se arregla le expone:
—Ya terminé de coordinar las rutas de distribución, mañana salgo a Brasil para reunirme con el carioca y luego de allí parto a Jamaica.
—Eres muy astuta.
—No tanto como tu Angelito, hay mucho dinero de por medio, soy tan o más ambiciosa que tú. Nuestros negocios crecen como la espuma, así como nuestros enemigos. No solo tenemos de enemigo al tal Solís, sino a los caníbales de los gringos, que se creen dueños de Norteamérica.
—¡Olsen!
—El mismo, ya está pactando con los rusos, por nuestras balas. Son nuestras Ángel, tenemos que hacer algo para tomar ventaja, tenemos que desaparecerlo. Antes de Solís, debemos de ocuparnos de Olsen.
—Este negocio es así, siempre tan contradictorio, tienes que relajarte querida. Un día a la vez, ya verás que en lo que menos canta un gallo, Olsen es historia.
—Eso espero Ángel, me tiene hasta la madre ese tipo.
—Relax cariño, luego que vengas de tu misión por Brasil y Jamaica, nos internamos juntos en Barbados, los dos solitos, playa, sol y arena, ¿te apetece el plan? —expresa Ángel sujetando su cintura.
—Mucho diantre, ahora si me voy. Vine en busca de placer y lo hallé, eres tan sexy y divino. Como no resistirse ante tus encantos cariño—lo besa en los labios son mucha suavidad, mordiendo con ligereza su labio inferior.
—Besas divino—murmura Ángel con fascinación.
—Gracias por lo que me toca, seguramente has besado muchas bocas.
—Pero, nunca labios tan sensuales como los tuyos.
—¡Huy!
Antes de salir de la oficina de Ángel, llega de improvisto la bellísima Samantha, saliendo Maya con una cínica sonrisa de oreja a oreja.
—Hasta pronto—se despide Maya, y Ángel bosqueja una carcajada. Samantha lo mira con aprensión diciendo:
—¿Se puede saber qué hacia esa mujer aquí?
—Hola Samantha, te quiero pedir que, por favor, no nos veamos más en mi casa, yo te aviso cuando tenga ganas.
—¿Qué dices?
—Aparte de hermosa, eres sorda. Hablamos luego, tengo cosas que hacer.
—¿Me dejaras así?
—Adiós Samantha—sale Ángel frunciendo el ceño, abandonando a Samantha muy molesta.
—¡Malcriado!
Convento sagrado corazón de María.El día se vislumbra muy luminoso, ya Inmaculada se encuentra en la grata compañía de Sofía la madre de Ángel.—Señora Sofía usted siempre tan generosa, Dios la recompensará ya verá.—¡Ay hija! No lo hago por recibir ninguna recompensa, solo quiero dar un poco a los menos favorecidos principalmente a los niños, son tan inocentes—se muestra Sofía un poco entristecida.—¿Le ocurre algo señora Sofía?—¡Mi niña! Es mi hijo Ángel, recuerda que te he platicado de él.—Si claro.—Lo siento tan distante, a veces presiento que me oculta cosas.—¿Cómo cuáles?—Mejor no hablemos de eso, es un triste pasado que todavía pesa sobre mis hombros.—¿Y su hijo que tiene que ver con ese pasado?—Mucho hija, aunque espero estar equivocada. Mejor cuéntame de ti mi sol, el venir a verte también me da un poco de paz. Eres tan linda y buena, como me gustaría que mi hijo encontrara una muchacha como tú con tantos dones.—Ya la hará, le pediré a Dios que así sea.—Gracias quer
Comisaría de Nueva York. —Comisario Solís, el teniente Logan está al teléfono. —Gracias. Aló buen día teniente. —Le tengo noticias Solís, prepare a su gente. Viene una guerra entre bandos, según información de una muy buena fuente, el diantre y Olsen se enfrentan por el dominio del negocio. —¡Excelente! Sabía que podía confiar en usted. Alan sonríe y presiente, que tiene al diantre justo donde quería, lo sacará de las cumbres más oscuras del mundo criminal, para llevarlo donde le corresponde estar, en la cárcel. Musita mentalmente, el comisario Alan Solís hermano de Inmaculada. Sale Alan para reunir a sus muchachos, le indica al sargento Bryan: —Reúne a los muchachos, tenemos al diantre y a Olsen. Dos por uno—susurra muy sonriente. —¡Bingo! —exclama Bryan, llevan más de un año detrás de la sombra del misterioso diantre. ¿Por fin lo atraparan? ***** Convento Sagrado corazón de María. Se prepara Inmaculada, para partir con las otras novicias para su retiro espiritual, dentro
Se ubican muy sigilosamente en el escondite de Olsen. Caen de sorpresa, Gio se la ingenió muy bien para dar con el lugar y tener ellos ventajas, hace lo que sea por proteger a su hijo. Justo en este momento, el diantre le hace seña a Mark para que se coloquen en sus posiciones, pues van atacar inesperadamente. Al darse cuenta Olsen, que lo invaden ya es demasiado tarde, comienza el tiroteo. Las balas van y vienen, el diantre se sacude y se desplaza con destreza. La mayoría de los caídos pertenecen al bando de Olsen, el diantre y Gio llevaban la delantera, tenían un arsenal a su disposición. Repentinamente Olsen, se encuentre frente a frente con el diantre y éste descubre su rostro diciendo: —Quiero que me veas morir, mirándome a la cara—señala con crudeza, dándole un certero disparo en el pecho, cae Olsen lánguidamente. No obstante, en un pequeño descuido del diantre Olsen musita con la respiración agitada: —Diantre hoy moriremos los dos. En medio de sus últimos suspiros, le prop
Inmaculada como puede extrae la bala, le brinda la atención al diantre que precisa, en medio de su angustia hace lo mejor que puede. Ya le había avisado a Mark, de unas cosas que precisaba para bajarle la fiebre. Jimmy, quien es muy comedido y astuto llega con las medicinas, se las entrega a Inmaculada y ésta se las suministra a Ángel. De pronto, abre los ojos muy lentamente, mira con rareza a la muchacha, sus miradas se cruzan muy tenuemente. De inmediato Ángel vuelve a sucumbir de nuevo. Se le acerca Gio y pregunta: —¿Se pondrá bien? —Ya hice lo que tenía que hacer, ahora déjenme ir. Con el medicamento que tomó seguramente se le bajará la fiebre, igual necesita atención médica urgente—Gio se queda en silencio, todos siguen con sus pasamontañas puestos, la luz era muy opaca. Repentinamente Mark le susurra a Gio: —Tenemos que salir de la muchacha, observa con detenimiento a Ángel. —Tienes razón Mark, puede relevar su identidad. Llévatela y déjala cerca del convento ese, que vea co
Capítulo 8: ¿Ángel o Demonio? Se halla Inmaculada en casa, está muy entretenida en la cocina. Internamente extraña el convento y a sus compañeras. Enseguida llega su hermano y le dice: —¿Qué es eso que huele tan delicioso? —Es lasaña, la estoy preparando igual que nuestra madre. —¡Qué rico! ¿Cómo te sientes fuera del convento? —Algo extraña, pero también estoy feliz por estar contigo hermano. Aunque espero, volver pronto para iniciar mis votos. —¿No crees que esto que te pasó fue una señal Inmaculada? —¿No te entiendo? —Para que dejes ese mundo religioso y hagas tu vida de manera convencional. —Alan ya lo hemos hablado hasta el cansancio, quiero ser religiosa. De inmediato tocan la puerta y es Bryan, quien los visita. Por lo visto, se interesó mucho en Inmaculada. —Hola amigo, ven pasa. Llegaste justo a tiempo, mi hermana cocina delicioso. —Desde aquí se siente el aroma. —Hola bienvenido Bryan. —Hola Inmaculada, mira lo que te traje—le entrega unos chocolates y Alan lo mi
Han pasado algunos días, Ángel continúa sus terapias con esmero. Se esfuerza lo suficiente para volver pronto a sus actividades, termina su terapia mañanera y se da velozmente un baño. Al cabo rato sale, con su cuerpo desnudo, solo lo cubría perfectamente la toalla. Ángel tiene un cuerpo de infarto que enloquecería a cualquier mujer, es tan apuesto, tan seductor y excitante. Es el delirio de muchas. También es demoniacamente apasionado, no puede estar sin compañía femenina. Llama en seguida a Ellie una joven empleada de servicio, quien es lo suficientemente atractiva para pasar el rato. Ángel no se anda con miramientos a la hora de saciar sus instintos. Grita su nombre arriba de la escalera inmediatamente: —Ellie—estaba haciendo el quehacer en la sala, asienta rápidamente a su llamado: —Voy señor. —Sube—demanda con indiferencia, ésta corre a internarse en su habitación. —¿Qué necesita? —A ti. Cierre la puerta y pon seguro. —Es que estoy ocupada con el quehacer. —Luego lo hará o
—Ven hija, tengo algo para darte—le señala Sofía a Inmaculada. —No es necesario señora Sofía. —Ya te he dicho hasta el cansancio, que me digas Sofía a secas. —Trataré—advierte Inmaculada sonriendo con timidez. —Si es necesario, es un presente con mucho cariño, no me lo rechaces. —Está bien. —Vamos a mi habitación. Suben y continúa Inmaculada, viendo todo con mucha admiración. Al llegar a la recamara de Sofía, detalla todo tan pulcro y bien arreglado, musitando en seguida: —Es un lugar muy confortable para el descanso. Es muy linda tu habitación Sofía. —Muy bien, así me gusta que llames por mi nombre. Comienza Sofía a buscar el regalo, que tiene para Inmaculada y no lo halla. De repente se acuerda que lo tiene en la caja fuerte, por ser un objeto de valor. —Ay querida que cabeza la mía, dejé el obsequio en otro lado. No tardo, espérame aquí—asienta Inmaculada con la cabeza, bosquejando una tierna sonrisa. Motivada por la curiosidad decide explorar la mansión por sí misma, sa
Hace Mark lo que Ángel le indica, y sigue a Inmaculada a toda velocidad desde su motocicleta. Camino a casa iba todavía un poco asustada por el hallazgo, presume que debe hacer lo correcto, pero se paraliza por Sofía, y su corazón se llena de incertidumbre.Al bajar del auto, ingresa a su casa, Mark se extraña al ver a un agente en la entrada. Con mucha astucia e ingenio, toma una foto de las placas del vehículo policial, para dársela a Gio, con el propósito de que investigue con sus contactos en la policía.Mientras tanto en su habitación, Inmaculada recuerda la oscura mirada de Ángel y como se vislumbró en ella, toca su rostro con grácil asombro. Ya que sus pensamientos inmediatamente se tornan trémulos y contradictorios. El porte varonil e intimidante de Ángel la ha sacudido por completo. Se pregunta, ¿cómo pueden habitar dos personas en un mismo ser?, desconociendo todavía que es el criminal más buscado por la justicia y en especial, por su hermano Alan.Toma el rosario que le dio