Se ubican muy sigilosamente en el escondite de Olsen. Caen de sorpresa, Gio se la ingenió muy bien para dar con el lugar y tener ellos ventajas, hace lo que sea por proteger a su hijo.
Justo en este momento, el diantre le hace seña a Mark para que se coloquen en sus posiciones, pues van atacar inesperadamente.
Al darse cuenta Olsen, que lo invaden ya es demasiado tarde, comienza el tiroteo. Las balas van y vienen, el diantre se sacude y se desplaza con destreza. La mayoría de los caídos pertenecen al bando de Olsen, el diantre y Gio llevaban la delantera, tenían un arsenal a su disposición.
Repentinamente Olsen, se encuentre frente a frente con el diantre y éste descubre su rostro diciendo:
—Quiero que me veas morir, mirándome a la cara—señala con crudeza, dándole un certero disparo en el pecho, cae Olsen lánguidamente. No obstante, en un pequeño descuido del diantre Olsen musita con la respiración agitada:
—Diantre hoy moriremos los dos.
En medio de sus últimos suspiros, le propina un disparo al diantre en la pierna y éste emite un grito. Gio se percata de lo sucedido junto con Mark y enloquece, sin miramiento alguno descarga su arma, en el cuerpo de Olsen hasta acribillarlo por completo.
Comienza Gio a gritar y pedir que lo auxilien. Ángel se desmaya y de inmediato, se comienza a derramar su sangre.
Culminan airosos el enfrentamiento, sin embargo, no contaban con que su líder iba a salir mal herido.
—Gio no podemos llevarlo a un hospital—advierte Mark con preocupación.
—Tenemos que salvarlo Mark.
—Vamos Gio sígueme.
Llaman a otros de los integrantes de la banda y montan al diantre en la camioneta. Mark conduce a toda velocidad, ve una pequeña cabaña abandonada a la distancia y se introduce hasta allá, Gio protesta:
—Te volviste loco, Ángel necesita asistencia médica.
—Se te olvida Gio que ahora es el diantre, los hospitales están llenos de policías. Recuerda que Solís nos persigue. Pueden dar con la identidad de Ángel fácilmente.
—Tienes razón ¡Diablos! Tenemos que buscar ayuda, no lo podemos dejar morir se está desangrando—advierte Gio con angustia. Y de pronto comienza a llorar con desesperación.
*****
Mansión Greco.
Sofía dormía plácidamente, cuando de la nada se asusta y se levanta muy nerviosa exclamado:
—¡Mi hijo!
Sale de la cama y se cubre, baja hasta la sala y ve a Ellie, una de las chicas del servicio y le pregunta:
—¿Has visto a mi hijo?
—No ha llegado señora.
Deja a Ellie en la sala y se va corriendo, a la habitación de Gianna su empleada de confianza, quién sabe todos sus secretos.
—Gianna—llama Sofía a la puerta, ésta abre de inmediato se preparaba para dormir.
—¿Qué ocurre Sofía?
—¿Puedo pasar?
—Por supuesto, si está es tu casa.
—Gianna, está pasando algo terrible, se trata de mi hijo.
—Cuéntame.
—Ángel sigue en el negocio. Continúa con el maldito legado de Ítalo.
—Lo siento Sofía, ya lo sabía.
—¡¿Cómo?! —Exclama Sofía maravillada.
—Me di cuenta una vez, que fui a arreglar su recámara.
—¿Por qué no me dijiste nada?
—No me correspondía a mí decirlo y Angelito, me hizo jurar en la cruz, que no iba a decirle de su secreto a nadie.
—¡Válgame Dios! Ahora mi hijo es un mafioso, no quiero que tenga el mismo destino que Ítalo.
—Ni lo mandé Dios, Gio cuida muy bien de él.
—Esos enfrentamientos, y a todo lo que mi hijo ahora está expuesto, es muy peligroso Gianna.
—Yo rezo mucho por Angelito.
—Nuestras plegarias no son suficientes Gianna.
—No blasfemes Sofía.
—Tengo un presentimiento Gianna, como madre presiento que mi hijo está en peligro—toca de inmediato su pecho, sintiendo una corazonada.
—Vamos a rezar juntas Sofía, así alivianas tus inquietudes—propone Gianna y busca su rosario.
*****
En la pequeña cabaña que había avistado Mark, colocan a Ángel en una lona que tenían en el auto. Comienza Ángel a sudar, sigue desmayado.
—Vamos a salir por ayuda Gio—señala Mark.
—No lo quiero dejar solo. Ve tú con los muchachos.
—Está bien Gio, ya volvemos y tranquilízate, que el diantre no se va morir. Somos un equipo Gio, somos un equipo—repite Mark con firmeza, dándole una palmada a Gio en el hombro, quién sigue muy afligido.
Al salir Mark, le dice a pregunta a uno de los muchachos:
—¿Jimmy no vistes nada cerca?
—Si Mark, vi un convento—responde Jimmy.
—Vamos, allí nos pueden ayudar. Pónganse sus pasamontañas, vamos a invadir el lugar.
—Muy bien Mark.
Conduce a toda velocidad y a los pocos minutos llegan al convento, ingresan a la fuerza. Todas las monjas que estaban en plenas plegarias, enseguida comienzan a gritar despavoridas.
—Cállense o les disparamos a todas—advierte Mark con mucho nerviosismo y hace contacto visual con Helen, ésta en medio del desespero, le esboza una tímida sonrisa.
Sin medir palabras, toma Mark por la fuerza a Inmaculada y le expresa:
—¿Sabes dar primeros auxilios? —Inmaculada se asusta, lo evade nerviosa.
De inmediato Helen, imprudentemente responde:
—Inmaculada es muy buena, es enfermera.
Inmaculada la mira con aprensión y Mark musita:
—Perfecto—la toma con ímpetu y la saca del convento a empujones.
—Señor por favor suélteme—grita inmaculada muy conmocionada.
—Cállese hermana, nosotros tenemos una emergencia y usted nos puede ayudar.
—¿Cómo? Si tiene algún herido, no tengo elementos para curarlo.
—No se preocupe, en la cajuela tengo algunas cosas, y cállese que me pone más nervioso—advierte Mark para amedrentar un poco a Inmaculada.
Llegan al poco tiempo a la cabaña, toma Mark a Inmaculada por el brazo y se la entrega a Gio.
—Sabe de enfermería.
—Rápido revíselo no tenemos tiempo que perder.
Se queda Inmaculada mirando a Ángel fijamente, concibe que lo conoce de algún lugar.
¿Lo reconocerá?
*****
Sube estrepitosamente Alan, con todo su equipo por toda la colina, hasta llegar a la guarida de Olsen. Se advierte que llegan demasiado tarde:
—¡Maldición! A éste tipo nunca lo hallaremos—apunta Alan con rabia.
—Ya estoy empezando a creer Alan, que el soplón está entre nosotros—murmura Bryan a Alan.
—Yo también pienso lo mismo—asienta Alan mirando a Mickey unos de sus agentes.
—Piensas lo mismo que yo—musita Bryan.
—Por supuesto Bryan, es más tengo un plan. El infiltrado del diantre, nos llevaras justo con él—continúan juntos mirando a Mickey con aprehensión.
—Voy a llamar a los refuerzos, para que se lleven los cadáveres, unos delincuentes menos en la ciudad—asevera Bryan.
—Llama también, al teniente Logan y cuéntale de nuestras sospechas Bryan.
—Perfecto Alan.
Repentinamente suena su celular, y es la madre superiora del convento, donde Inmaculada fue hacer sus votos, para convertirse en novicia.
—Buenas noches madre—contesta Alan con extrañeza.
—Alan hijo, te tengo una mala noticia. A Inmaculada la secuestraron unos tipos, y se la llevaron del convento a la fuerza. Eran unos mafiosos, traían pasamontañas—expone la madre superiora con nerviosismo.
—¡Qué! Ya voy ahora mismo para allá—se altera y le indica a Bryan: —encárgate tú del operativo, voy con unos de los muchachos a rescatar a mi hermana, la secuestraron.
—¿Será obra del diantre?
—No lo sé Bryan. Pero lo averiguaré.
—En un rato estoy contigo Alan. Todo estará bien.
—¡Dios mío mi hermanita!
Inmaculada como puede extrae la bala, le brinda la atención al diantre que precisa, en medio de su angustia hace lo mejor que puede. Ya le había avisado a Mark, de unas cosas que precisaba para bajarle la fiebre. Jimmy, quien es muy comedido y astuto llega con las medicinas, se las entrega a Inmaculada y ésta se las suministra a Ángel. De pronto, abre los ojos muy lentamente, mira con rareza a la muchacha, sus miradas se cruzan muy tenuemente. De inmediato Ángel vuelve a sucumbir de nuevo. Se le acerca Gio y pregunta: —¿Se pondrá bien? —Ya hice lo que tenía que hacer, ahora déjenme ir. Con el medicamento que tomó seguramente se le bajará la fiebre, igual necesita atención médica urgente—Gio se queda en silencio, todos siguen con sus pasamontañas puestos, la luz era muy opaca. Repentinamente Mark le susurra a Gio: —Tenemos que salir de la muchacha, observa con detenimiento a Ángel. —Tienes razón Mark, puede relevar su identidad. Llévatela y déjala cerca del convento ese, que vea co
Capítulo 8: ¿Ángel o Demonio? Se halla Inmaculada en casa, está muy entretenida en la cocina. Internamente extraña el convento y a sus compañeras. Enseguida llega su hermano y le dice: —¿Qué es eso que huele tan delicioso? —Es lasaña, la estoy preparando igual que nuestra madre. —¡Qué rico! ¿Cómo te sientes fuera del convento? —Algo extraña, pero también estoy feliz por estar contigo hermano. Aunque espero, volver pronto para iniciar mis votos. —¿No crees que esto que te pasó fue una señal Inmaculada? —¿No te entiendo? —Para que dejes ese mundo religioso y hagas tu vida de manera convencional. —Alan ya lo hemos hablado hasta el cansancio, quiero ser religiosa. De inmediato tocan la puerta y es Bryan, quien los visita. Por lo visto, se interesó mucho en Inmaculada. —Hola amigo, ven pasa. Llegaste justo a tiempo, mi hermana cocina delicioso. —Desde aquí se siente el aroma. —Hola bienvenido Bryan. —Hola Inmaculada, mira lo que te traje—le entrega unos chocolates y Alan lo mi
Han pasado algunos días, Ángel continúa sus terapias con esmero. Se esfuerza lo suficiente para volver pronto a sus actividades, termina su terapia mañanera y se da velozmente un baño. Al cabo rato sale, con su cuerpo desnudo, solo lo cubría perfectamente la toalla. Ángel tiene un cuerpo de infarto que enloquecería a cualquier mujer, es tan apuesto, tan seductor y excitante. Es el delirio de muchas. También es demoniacamente apasionado, no puede estar sin compañía femenina. Llama en seguida a Ellie una joven empleada de servicio, quien es lo suficientemente atractiva para pasar el rato. Ángel no se anda con miramientos a la hora de saciar sus instintos. Grita su nombre arriba de la escalera inmediatamente: —Ellie—estaba haciendo el quehacer en la sala, asienta rápidamente a su llamado: —Voy señor. —Sube—demanda con indiferencia, ésta corre a internarse en su habitación. —¿Qué necesita? —A ti. Cierre la puerta y pon seguro. —Es que estoy ocupada con el quehacer. —Luego lo hará o
—Ven hija, tengo algo para darte—le señala Sofía a Inmaculada. —No es necesario señora Sofía. —Ya te he dicho hasta el cansancio, que me digas Sofía a secas. —Trataré—advierte Inmaculada sonriendo con timidez. —Si es necesario, es un presente con mucho cariño, no me lo rechaces. —Está bien. —Vamos a mi habitación. Suben y continúa Inmaculada, viendo todo con mucha admiración. Al llegar a la recamara de Sofía, detalla todo tan pulcro y bien arreglado, musitando en seguida: —Es un lugar muy confortable para el descanso. Es muy linda tu habitación Sofía. —Muy bien, así me gusta que llames por mi nombre. Comienza Sofía a buscar el regalo, que tiene para Inmaculada y no lo halla. De repente se acuerda que lo tiene en la caja fuerte, por ser un objeto de valor. —Ay querida que cabeza la mía, dejé el obsequio en otro lado. No tardo, espérame aquí—asienta Inmaculada con la cabeza, bosquejando una tierna sonrisa. Motivada por la curiosidad decide explorar la mansión por sí misma, sa
Hace Mark lo que Ángel le indica, y sigue a Inmaculada a toda velocidad desde su motocicleta. Camino a casa iba todavía un poco asustada por el hallazgo, presume que debe hacer lo correcto, pero se paraliza por Sofía, y su corazón se llena de incertidumbre.Al bajar del auto, ingresa a su casa, Mark se extraña al ver a un agente en la entrada. Con mucha astucia e ingenio, toma una foto de las placas del vehículo policial, para dársela a Gio, con el propósito de que investigue con sus contactos en la policía.Mientras tanto en su habitación, Inmaculada recuerda la oscura mirada de Ángel y como se vislumbró en ella, toca su rostro con grácil asombro. Ya que sus pensamientos inmediatamente se tornan trémulos y contradictorios. El porte varonil e intimidante de Ángel la ha sacudido por completo. Se pregunta, ¿cómo pueden habitar dos personas en un mismo ser?, desconociendo todavía que es el criminal más buscado por la justicia y en especial, por su hermano Alan.Toma el rosario que le dio
Se alista Ángel para salir, haciendo gala de su buen gusto al vestir. Se mira al espejo y sonríe con picardía, se prepara para asistir a un importante desfile. Su casa de modas, lanzará la nueva colección primera-verano. Habrá muchas modelos en el desfile, por lo que tendrá muchas para escoger y pasarla bien. Grácilmente llega a su mente, el angelical rostro de Inmaculada y se contiene. Ingresa su madre a su habitación, esta vez serena y le pregunta: —¿Hoy es el desfile? —Sí, ¿quieres venir? —No hijo, tengo algunas cosas que hacer, debo de ir al convento, para conversar con la madre superiora. Prontamente haremos unas nuevas entregas, para niños discapacitados. —Sabes que cuentas conmigo mamá, te daré el dinero que precisas. —Dinero sucio, que lavas por tus delitos—se contradice Sofía —No empieces mamá. —Lo siento hijo, pero es inevitable. —No se puede volver el tiempo atrás y tú lo sabes madre—se le acerca y la mira con tristeza. —Veo tus ojos y sé, que no estás conforme Áng
Una vez terminados sus compromisos con Garrett, se internaliza en el mafioso diantre. Está ahora con los chicos que conforman la organización, planeando las nuevas estrategias, para pactar con los turcos. Con ellos se encuentra Maya, quien es crucial para esta operación.—Ya tengo toda esta ruta cubierta, luego que culmine allí la entrega. Zarpamos directamente a Trinidad y Tobago—señala Maya.—Tan inteligente como sensual—le susurra a Maya al oído. De inmediato Mark y Gio, se miran como reprochando el gesto de Ángel.—Esto es serio, luego que estés en Trinidad, ¿hasta dónde llegarás? —asienta Gio, mirando al diantre con aprensión.—Pienso hacer como una especie de crucero, para pasar desapercibida. El objetivo final es Jamaica—señala Maya con mucha seriedad.—Muy bien, haz que te paguen todo en efectivo. Mira que los turcos, son muy tramposos—indica Mark.Ángel velozmente se aleja de ellos y se reúne, con los muchachos que conforman la organización. Les daba algunas nuevas indicacion
El día se vislumbra agradable para Inmaculada, ya se encuentra en la mansión Greco en compañía de Helen, velozmente uno de los empleados llama a Ángel a la empresa Garrett, para avisarle que Inmaculada se halla en la casa:—Buen día señor, la joven está en casa.—¿Inmaculada?—Sí señor, le informo como me lo pidió.—Gracias Ronald, sabré recompensarte muy bien—la mirada de Ángel se ilumina, y sale corriendo a la mansión, al salir le avisa a Ana su secretaria:—Encárgate de todo como siempre, cualquier inconveniente que se te presente, lo resuelves con Gio. Adiós Ana.—Adiós Ángel—va de prisa por su auto, para reencontrarse con Inmaculada.*****Mansión Greco.—Su casa, es bellísima señora Sofía—apunta Helen, observando todo con admiración.—Gracias y eso, que aún no te muestro el jardín.—Que esperamos, vamos a verlo—indica Helen.—Helen desacelerarte—murmura Inmaculada.—Tranquila hija, bajemos para mostrarle—se van juntas hasta el jardín.Al llegar, andaba Gianna, dándole algunas in