—Estoy listo Gio—indica Ángel colocando su pasamontaña.
Entra al ruedo el diantre, uno de los maleantes más buscado por la policía y el FBI, quien ha sabido como burlar, con mucha destreza a la seguridad nacional, se persigna el diantre como pidiendo un poco de clemencia al cielo, por los errores cometidos.
—¿Ahora nos saliste religioso diantre? —señala Mark uno de sus aliados, con una cínica sonrisa.
—Ja, ja, ja, ¿ya está listo el cargamento Mark?
—Sí, las balas de aleación son auténticas. Ya viene el proveedor ruso, para que le cancelemos su dinero.
—Con estas balas nos haremos muy ricos, tenemos que distribuirlas por Suramérica.
—Ya la ruta está más que puesta.
—¿Dónde está Gio?
—Allá está—le señala Mark.
El diantre se le acerca velozmente a Gio, quien cargaba una cara de preocupación:
—¿Qué ocurre Gio?
—Alan Solís, se ha convertido en una piedra en el zapato. Menos mal, que cambie el lugar de la entrega a última hora, un contacto del FBI me aviso justo a tiempo—se muestra el diantre incrédulo ante el comentario de Gio.
*****
Galpón 5 New Jersey.
Hace seña Alan a su equipo, quien se dispone a entrar abruptamente al galpón.
—¡Policía! —grita Alan y no había nadie en el lugar.
—Revisen todo—señala Bryan uno de los compañeros de Alan.
—¡Maldición! Se fugó de nuevo, estoy convencido que este sujeto tiene aliados en la policía. No me explico como siempre se sale con la suya—señala Alan muy perturbado.
—Es lo más seguro Alan.
—No debemos confiar en nadie Bryan. Mañana mismo iré hablar con el teniente Logan.
—Espero te ayude, ya esto se está saliendo de control Alan, hay muchas armas en las calles, no podemos solos con todo esto. Es tan frustrante—se queja Bryan de inmediato.
—No es tiempo para lamentos, lo atraparemos ya lo veras. Y sacaremos a ese demonio de la criminalidad, eso te lo prometo Bryan, no descansaré hasta meter tras las rejas al diantre. Hasta que no lo haga, no me quedaré tranquilo amigo.
—Tampoco que se convierta en una obsesión. Ni siquiera sabemos su nombre real.
—Es un reto que estoy dispuesto asumir, se lo debo a la ciudadanía y al país.
—No nos engañemos Alan, los cuerpos policiales están viciados por las grandes mafias.
—Nosotros haremos la excepción. A mí nadie me compra y haré cumplir el juramento, que hice ante la justicia cuando me nombraron comisario. De mí no te escaparas diantre, veremos qué tan diablo eres—advierte Alan con seguridad.
—Vamos Alan, ya mañana será otro día—advierte Bryan con desengaño, por el nuevo intento fallido.
*****
Horas más tarde llega el diantre a su casa, se interna en su habitación para que su madre no vea que salió. Sus pensamientos se muestran discordantes, pero ya está metido hasta el cuello en todo aquello. Para algunos, es un hombre, sin escrúpulos e intimidante que finge ser un Dios, pero la realidad es otra, la que abriga en su corazón con una carga de sentimientos auténticos, que desea exteriorizar y no se atreve.
En un lado de su cama estaba Samantha, una bellísima modelo internacional, con quien tiene una extraña relación amorosa.
—Te estaba esperando.
—¿Y mi madre a qué horas se durmió?
—Creo que temprano, ¿qué era eso tan importante, que ibas hacer a altas horas de la noche?
—No preguntes Samantha y limítate a lo que viniste.
—Eres tan misterioso y tan arrogante—frunce Ángel el ceño ante su comentario.
Se inclina Ángel y la besa ferozmente, la despoja de toda su ropa con gran practicidad, el deseo y la pasión se desborda, sujeta Ángel su cabello con mucha firmeza y le propina un exigente beso, es tan persuasivo y Samantha gime de placer inmediatamente. La aprieta con mucha vehemencia, ella siente un asfixiante fuego turbado, que se adentra en todo su cuerpo, advirtiendo que le gusta. Besa su mentón y pasa su lengua por su cuello. Gimotea Samantha con mucha excitación y se jacta del placer que Ángel le ofrece. Apenas puede resistir al impenetrable roce de su piel y su rostro se percibe ferviente.
Al cabo de unos minutos, se levanta Ángel y enciende un cigarrillo, diciendo:
—Vístete y vete.
—¿Qué? ¿Hablas en serio? —pregunta Samantha con gran asombro.
—Muy seriamente. Has lo que te digo.
—Ángel acabamos de hacer el amor, con la misma intensidad de siempre y lo único, que haces es echarme como a un perro de tu cama.
—No hagas drama y vete, al volver no quiero verte en mi lecho—musita con serenidad y sale de la habitación, para tomar un poco de aire.
Este aparente sujeto, despiadado y taciturno, solo sueña con un mundo apacible, aunque suene contradictorio.
*****
La mañana siguiente, se levanta el apuesto Ángel en punta en blanco y se prepara para desayunar. El diantre queda interrumpido completamente de día, ni su madre conoce su otra identidad.
—Buen día mamá—la saluda con escepticismo.
—Tenemos que hablar muy seriamente jovencito—reclama su madre.
—Te recuerdo, que tengo casi treinta años y soy lo suficientemente mayor para no recibir sermones.
—Esa mujer la tal Samantha, es una atrevida mira que venir de esa forma e irrumpir en tu habitación, se pavonea por la mansión como perro por su casa, es una falta de respeto para mi persona Ángel.
—Ya arreglaremos eso mamá, no te preocupes pronto me iré de la casa, satisfecha.
—No me dejes sola hijo, lo siento. Sé que eres un adulto y un empresario muy exitoso, pero entiéndeme no me gusta esa mujer, es muy imprudente y liberal. Tu mereces una esposa, tierna y sincera que te amé por sobre todas las cosas.
—Eso es más difícil de encontrar, que matar un burro a pellizcos.
—Angelito hijo, quita esa idea de tu cabeza, de dejar esta casa te lo ruego, desde que murió Ítalo me he quedado más sola que nunca.
—No exageres mamá, mira que mi papá siempre te dejaba sola.
—Por Dios hijo, eres tan duro hasta con tu madre.
—Mamá, sabes que te quiero. Pero, no debo de verme como un débil, ni mostrar sumisión me aplastarían.
—¿Por qué dices eso? A veces hablas como Ítalo y eso no me gusta. Se perfectamente cuáles eran las andanzas de tu padre. Sé que tú eres distinto, eres un hombre muy importante, pero eso no te da derecho, a traer a cuanta mujerzuela te consigas en el camino. Respeta esta casa Ángel.
—Está bien mamá no volverá a pasar. Luego hablo con Samantha.
—Hijo necesito, que me acompañes a un convento, tengo que entregar unas donaciones a una joven voluntaria, es tan linda quiero que la conozcas, se llama Inmaculada.
—Con ese nombre me aterra conocerla.
—¡Por Dios Ángel!
—Está bien mamá, ¿cuándo iríamos?
—Mañana mismo.
—Reviso mi agenda y te aviso con mi secretaria. Me tengo que ir, tengo una junta muy importante.
—Apenas probaste bocado.
—Comeré algo en la oficina—lo mira su madre con aprensión y al mismo tiempo, sonríe porque accedió acompañarla al convento.
Llegan a tempranas horas de la mañana, Alan y su amigo Bryan, para conversar con el teniente Timothy Logan, con el fin que los ayude con la misión de atrapar al diantre. Ingresan rápidamente a su oficina, el teniente los espera:—Buen día Teniente—saluda Alan.—Buen día muchachos, ¿qué los trae por aquí?—El diantre teniente, se nos ha hecho muy difícil, dar con el paradero de ese sujeto y justo cuando creemos, tener una pista fehaciente se nos estropea toda la operación—expone Bryan con preocupación.—¡El diantre! Resulto ser más astuto, que nosotros teniente—musita Alan.—Hasta creo que, tienes de aliados a la seguridad nacional.—Es lo más probable.—Ayúdenos teniente solo confió en usted, es un hombre justo—asienta Alan.—Gracias por el concepto que tienes de mi muchacho, prometo que te ayudaré—indica el teniente Logan esbozando una tenue sonrisa.Desde la ventana, los vigila un subalterno del teniente Logan, un policía corrupto que también envía información a cambio de dinero a G
Convento sagrado corazón de María.El día se vislumbra muy luminoso, ya Inmaculada se encuentra en la grata compañía de Sofía la madre de Ángel.—Señora Sofía usted siempre tan generosa, Dios la recompensará ya verá.—¡Ay hija! No lo hago por recibir ninguna recompensa, solo quiero dar un poco a los menos favorecidos principalmente a los niños, son tan inocentes—se muestra Sofía un poco entristecida.—¿Le ocurre algo señora Sofía?—¡Mi niña! Es mi hijo Ángel, recuerda que te he platicado de él.—Si claro.—Lo siento tan distante, a veces presiento que me oculta cosas.—¿Cómo cuáles?—Mejor no hablemos de eso, es un triste pasado que todavía pesa sobre mis hombros.—¿Y su hijo que tiene que ver con ese pasado?—Mucho hija, aunque espero estar equivocada. Mejor cuéntame de ti mi sol, el venir a verte también me da un poco de paz. Eres tan linda y buena, como me gustaría que mi hijo encontrara una muchacha como tú con tantos dones.—Ya la hará, le pediré a Dios que así sea.—Gracias quer
Comisaría de Nueva York. —Comisario Solís, el teniente Logan está al teléfono. —Gracias. Aló buen día teniente. —Le tengo noticias Solís, prepare a su gente. Viene una guerra entre bandos, según información de una muy buena fuente, el diantre y Olsen se enfrentan por el dominio del negocio. —¡Excelente! Sabía que podía confiar en usted. Alan sonríe y presiente, que tiene al diantre justo donde quería, lo sacará de las cumbres más oscuras del mundo criminal, para llevarlo donde le corresponde estar, en la cárcel. Musita mentalmente, el comisario Alan Solís hermano de Inmaculada. Sale Alan para reunir a sus muchachos, le indica al sargento Bryan: —Reúne a los muchachos, tenemos al diantre y a Olsen. Dos por uno—susurra muy sonriente. —¡Bingo! —exclama Bryan, llevan más de un año detrás de la sombra del misterioso diantre. ¿Por fin lo atraparan? ***** Convento Sagrado corazón de María. Se prepara Inmaculada, para partir con las otras novicias para su retiro espiritual, dentro
Se ubican muy sigilosamente en el escondite de Olsen. Caen de sorpresa, Gio se la ingenió muy bien para dar con el lugar y tener ellos ventajas, hace lo que sea por proteger a su hijo. Justo en este momento, el diantre le hace seña a Mark para que se coloquen en sus posiciones, pues van atacar inesperadamente. Al darse cuenta Olsen, que lo invaden ya es demasiado tarde, comienza el tiroteo. Las balas van y vienen, el diantre se sacude y se desplaza con destreza. La mayoría de los caídos pertenecen al bando de Olsen, el diantre y Gio llevaban la delantera, tenían un arsenal a su disposición. Repentinamente Olsen, se encuentre frente a frente con el diantre y éste descubre su rostro diciendo: —Quiero que me veas morir, mirándome a la cara—señala con crudeza, dándole un certero disparo en el pecho, cae Olsen lánguidamente. No obstante, en un pequeño descuido del diantre Olsen musita con la respiración agitada: —Diantre hoy moriremos los dos. En medio de sus últimos suspiros, le prop
Inmaculada como puede extrae la bala, le brinda la atención al diantre que precisa, en medio de su angustia hace lo mejor que puede. Ya le había avisado a Mark, de unas cosas que precisaba para bajarle la fiebre. Jimmy, quien es muy comedido y astuto llega con las medicinas, se las entrega a Inmaculada y ésta se las suministra a Ángel. De pronto, abre los ojos muy lentamente, mira con rareza a la muchacha, sus miradas se cruzan muy tenuemente. De inmediato Ángel vuelve a sucumbir de nuevo. Se le acerca Gio y pregunta: —¿Se pondrá bien? —Ya hice lo que tenía que hacer, ahora déjenme ir. Con el medicamento que tomó seguramente se le bajará la fiebre, igual necesita atención médica urgente—Gio se queda en silencio, todos siguen con sus pasamontañas puestos, la luz era muy opaca. Repentinamente Mark le susurra a Gio: —Tenemos que salir de la muchacha, observa con detenimiento a Ángel. —Tienes razón Mark, puede relevar su identidad. Llévatela y déjala cerca del convento ese, que vea co
Capítulo 8: ¿Ángel o Demonio? Se halla Inmaculada en casa, está muy entretenida en la cocina. Internamente extraña el convento y a sus compañeras. Enseguida llega su hermano y le dice: —¿Qué es eso que huele tan delicioso? —Es lasaña, la estoy preparando igual que nuestra madre. —¡Qué rico! ¿Cómo te sientes fuera del convento? —Algo extraña, pero también estoy feliz por estar contigo hermano. Aunque espero, volver pronto para iniciar mis votos. —¿No crees que esto que te pasó fue una señal Inmaculada? —¿No te entiendo? —Para que dejes ese mundo religioso y hagas tu vida de manera convencional. —Alan ya lo hemos hablado hasta el cansancio, quiero ser religiosa. De inmediato tocan la puerta y es Bryan, quien los visita. Por lo visto, se interesó mucho en Inmaculada. —Hola amigo, ven pasa. Llegaste justo a tiempo, mi hermana cocina delicioso. —Desde aquí se siente el aroma. —Hola bienvenido Bryan. —Hola Inmaculada, mira lo que te traje—le entrega unos chocolates y Alan lo mi
Han pasado algunos días, Ángel continúa sus terapias con esmero. Se esfuerza lo suficiente para volver pronto a sus actividades, termina su terapia mañanera y se da velozmente un baño. Al cabo rato sale, con su cuerpo desnudo, solo lo cubría perfectamente la toalla. Ángel tiene un cuerpo de infarto que enloquecería a cualquier mujer, es tan apuesto, tan seductor y excitante. Es el delirio de muchas. También es demoniacamente apasionado, no puede estar sin compañía femenina. Llama en seguida a Ellie una joven empleada de servicio, quien es lo suficientemente atractiva para pasar el rato. Ángel no se anda con miramientos a la hora de saciar sus instintos. Grita su nombre arriba de la escalera inmediatamente: —Ellie—estaba haciendo el quehacer en la sala, asienta rápidamente a su llamado: —Voy señor. —Sube—demanda con indiferencia, ésta corre a internarse en su habitación. —¿Qué necesita? —A ti. Cierre la puerta y pon seguro. —Es que estoy ocupada con el quehacer. —Luego lo hará o
—Ven hija, tengo algo para darte—le señala Sofía a Inmaculada. —No es necesario señora Sofía. —Ya te he dicho hasta el cansancio, que me digas Sofía a secas. —Trataré—advierte Inmaculada sonriendo con timidez. —Si es necesario, es un presente con mucho cariño, no me lo rechaces. —Está bien. —Vamos a mi habitación. Suben y continúa Inmaculada, viendo todo con mucha admiración. Al llegar a la recamara de Sofía, detalla todo tan pulcro y bien arreglado, musitando en seguida: —Es un lugar muy confortable para el descanso. Es muy linda tu habitación Sofía. —Muy bien, así me gusta que llames por mi nombre. Comienza Sofía a buscar el regalo, que tiene para Inmaculada y no lo halla. De repente se acuerda que lo tiene en la caja fuerte, por ser un objeto de valor. —Ay querida que cabeza la mía, dejé el obsequio en otro lado. No tardo, espérame aquí—asienta Inmaculada con la cabeza, bosquejando una tierna sonrisa. Motivada por la curiosidad decide explorar la mansión por sí misma, sa