Se paró recta en su asiento, tratando de mantener la calma. Escucharía lo que tenía para decirle y luego decidiría qué hacer.—Así que sí había una razón, sabía que tenías una razón. Normalmente las amantes no luchan con tanta fiereza como tú, casi era personal —comentó suspicaz.Ella asintió, con tristeza en su mirada.—Nuestros padres... quiero decir, mi padre y tu madre fueron amantes. Todos estos años mi madre sufrió muchísimo por eso: cayó en el alcoholismo. Me veía y solía gritarme que me parecía a él, que por eso me odiaba. Estaba pequeña, ¿vale? Eso no hizo mi vida más fácil ni cómoda. Vivía entre sus constantes peleas, mi madre le recordó durante muchos años aquél engaño y jamás lo perdonó —explicó, quitándose una lágrima que se había colado por su mejilla—. Tuve que crecer sabiendo que tu madre fue participe de la destrucción de mi hogar. Hasta que un día mi madre choco contra una pared de contención y estuvo a punto de morir, es que trató de enmendar sus errores y volver al
—Sí, aunque es lo más sencillo que te puedas imaginar. En la infancia solían jugar en el lado del club, ¿recuerdas? Yo los veía a la distancia, esperando mi oportunidad. Un día Dominik cayó al lago por accidente, y quien lo rescató resultaste ser tú... Entonces cuando corriste por ayuda, yo me acerqué porque él ya había abierto los ojos y le dije que la ayuda estaba en camino. El resto es historia pero técnicamente...—Esa fue la razón por la que se "enamoró" de ti —dedujo Beth—. Creaste un recuerdo falso con él, haciéndole creer que fuiste tú quien lo rescató, aunque esa fui yo. ¿Teníamos como ocho años y solo podías pensar en tramar una venganza, en serio?Isabella agachó la cabeza con vergüenza.—Yo era un año mayor que tú, tenía nueve en ese entonces. Aunque sí tienes razón... Logré cautivarlo solo con ese recuerdo de nuestra infancia, con una mentira. Años después él intentaba que yo le cantase una canción que según yo había cantado pero como sabes...—Quien en verdad la cantó fui
El fin de semana fue más tranquilo de lo que esperaban aunque sabía que pronto esa tranquilidad iba a desaparecer cuando el día lunes sus hermanas fueran notificadas de su cruda realidad.Entre tanto, Beth y Sam visitaron a Dominik en el hospital y hablaron un tema de "negocios" con él.—Este es el acuerdo de divorcio que me ha entregado mi abogado precisamente está mañana, viene todo muy bien específicado. Ya no es necesario que des ninguna compensación por esto, no tiene importancia. Solo necesitas firmarlo —informó ella, entregándole la carpeta en la mesita que tenía encima de sus caderas.Él abrió los ojos, al principio sorprendido; pero luego asintió con determinación y firmó sin leer nada.Todo fue tan rápido, porque después de mandarle el documento escaneado a su abogado, le respondió que ese mismo día estarían oficialmente divorciados ya que había sido un acuerdo mutuo, y no tenían nada de por medio que los uniera (como los hijos o los bienes materiales).—Bueno, supongo que e
Sus hermanas ya la estaban esperando en su oficina a la mañana siguiente cuando asistió a su trabajo. Ella entró como si de la presidenta del país se tratase, caminando con paso decidido y mirada altiva.—Buenos días queridas hermanas mías, qué agradable sorpresa es para mí recibirlas hoy. Y pors sorpresa me refiero a que en serio estoy atónita; ustedes prácticamente han hecho como si yo no existiera en... —puso una expresión pensativa mientras caminaba hasta su escritorio y colocaba su bolso encima—. ¿Tengo veintiséis años? Ah, entonces sí: por veintiséis años me han tratado tal cual fuera yo un fantasma.Ellas dos no se veían muy contentas, su pobres expresiones de mujeres mimadas y berrinchudas se hizo presente.—Lo que hiciste es de alta traición. No se le hace eso a tu propia familia, ¿cómo vas a ponernos a trabajar para ganarnos nuestra parte? Es injusto —reclamó Vicky, dando un pisotón al suelo con sus tacones de plataforma super altos—. Yo soy mayor que tú, no me puedes hacer e
La madre de Annabeth tomó la mejor decisión cuando Vicky y Charlotte confesaron sus acciones. Las cosas iban a cambiar muchísimo y no dudó en ser igual de estricta con ellas como lo fue con Beth en su adolescencia.Sabía que la única manera en que su hija podría considerar volver a casa a pasar tiempo con ellos de calidad, era aplicar la misma fuerza en el castigo que les pondría. Con la misma fuerza que ella misma actuó en el pasado para castigarla.—Estoy profundamente decepcionada de ustedes dos. Han jugado con la salud de su hermana durante muchos años. Su padre y yo hemos tomado una decisión, será mejor que lo asimilen cuanto antes —decretó Jenevitt.Leo Grey se levantó de su asiento y masajeó sus sienes con cansancio. La edad ya le estaba alcanzando, tandos dramas en menos de seis meses eran suficientes para agotar a cualquiera.—Mi mayor error ha sido consentirlas en exceso. Sé que ya tienen veintiocho años, pero siguen dependiendo de nosotros. Tu matrimonio resultó en fracaso,
Suspiraron con frustración, se sentían atrapadas. Tuvieron que admitir que quizás fue exactamente así como se sintió su hermana menor cuando tuvo que casarse con Dominik Blake y vivir en un matrimonio sin amor y con un trato despreciable.Pero ese era un castigo demasiado extremo. Ellas dos conocían la reputación de ambos muchachos, tuvieron un "acercamiento" con las drogas y se decía que habían quedado un poco... raros. Actuaban extraño, incoherentes.¿Cómo podrían las divas de Norvill casarse con hombres así, cuando los mejores prospectos darían lo que fuera por tomar su mano?Entonces una de ellas recordó que lo que hicieron durante veintiséis años no era fácil de perdonar, así que tuvo que armarse de valor para decir:—De acuerdo, padre. Tomaré la parte de mi castigo que me corresponde. ¿Cuándo comenzaré a trabajar? —preguntó Vicky con los hombros caídos, sabiendo que ella era la más culpable de las dos y quien debía aceptar el castigo primero.Técnicamente, fue quien ideo todos l
Los nervios recorrieron su espina dorsal, la pareja miraba a Regyna con expectación mientas ella seguía evaluando a los bebés con expresión neutra, tratando de no revelar nada hasta asegurarse.Casi sin poder evitarlo, Beth grazno con preocupación:—¿Que son doctora, niño o niña? ¿Están bien?Después de unos minutos, ella ajustó sus gafas y asintió, como si hubiera llegado a un conclusión. Les señaló a uno de los bebés.—Este es varón. —Ambos sonrieron con una dicha inmensa llenándolos, casi celebraban ahí mismo. Pero la expresión de la doctora les hizo deterse en el acto.—Díganos su preocupación, por favor. No nos lo deje a nuestra imaginación o comenzaremos a pensar lo peor —dijo, con el cuerpo tenso.—Es que no sé de qué forma puedo contarles esto. Miren, un bebé es más grande que el otro. ¿De acuerdo? El varón de arriba tiene un desarrollo acorde a sus dieciocho semanas —explicó con lentitud, como queriendo que comprendieran esa primera parte.Ambos se miraron a los ojos sin sabe
Dicen que el paso del tiempo es algo que puede sanar heridas, abrir corazones y traer mejores oportunidades. Para Annabeth, esa frase se convirtió en algo verdadero.Dentro de ella todo de transformó. El odio dió paso al amor, y la sed de venganza se volvió hambre de paz y tranquilidad. Solo deseaba vivir una vida plena, sin conflictos de por medio.Si alguien le hubiera dicho hace cinco meses que se convertiría en la esposa de su cuñado Sammael Blake, no le habría creído. Pero ahora estaba mirándose al espejo de cuerpo completo, a minutos antes de su boda.Sonrió a su reflejo con la ansiedad escrita en sus facciones maquilladas delicadamente con tonos cálidos, un ligero rubor cubría sus mejillas. El vestido le quedaba como un guante, acomodándose en sus curvas y ocultando su pancita de cinco meses con elegancia.—¿Estás listas, Annie? Todos te están esperando, es hora —la instó Minah, dándole un apretón reconfortante sobre su hombro.Volteó a mirarla, y se señaló así misma con emoció