-DOMINIK BLAKE -Frunció el ceño, confundido. ¿Por qué Sammael iba detrás de ella? Tenía tanta curiosidad que optó por seguirlos también. Isa estaba en el baño y no notaría su salida. Los mayores ya estaban hablando de negocios y poco le importaba.La entrada tenía jardineras hacia los lados, y lo protegía de que se dieran cuenta de él. No podía escuchar bien qué hablaban, pero distinguió la palabra que ambos dijeron: terminado. Pasaron unos segundos más platicando, y su hermano se marchó finalmente.Dominik observo dentro del coche y se dió cuenta que ella estaba llorando; después arrancó y se marchó del lugar.Caminó de regreso a la casa, pensando qué podría haber sucedido. No entendía absolutamente nada, así que decidió dejarlo pasa; de todos modos, no podía ser nada importante.Esa noche disfrutaría de la compañía de su mujer.Al volver a entrar ella ya estaba esperándolo en la entrada con los brazos cruzados.—¡Cariño! ¿Dónde estabas? —se acercó para abrazarlo—. Tus padres se encu
Annabeth Grey creó un antes y un después al exponer "anónimamente" la basura de marido que solía tener, estaba segura.Los hombres ricos, arrogantes e infieles podían ir cuidándose del escrutinio público en caso de quedar expuestos.Y aunque por dentro se había sentido morir al ser humillada durante años, haber sido despreciada por el hombre que creyó amar y sometida a la presión de la sociedad por no poder concebir, se dijo que eso era justo y necesario.Por ello, disfruto de un de semana sin reventarse la cabeza con lo que le esperaba cuando volviera. Después de pasar días relajándose, había recargado las pilas para enfrentar lo que venga.Bajó la recepción del hotel para poder pagar la cuenta del más exquisito fin de semana que tuvo la fortuna de experimentar desde hacía mucho tiempo.—Hola, quisiera pagar la cuenta de la habitación 102 —le dijo la la recepcionista con una sonrisa, dejándole las llaves en el mostrador.La joven tecleo unos segundos y luego frunció el ceño, sus ojos
- SAMMAEL BLAKE -Casi terminaba de firmar los documentos que su secretaria le había llevado. Eran bastantes, puesto que tenía pensado expandirse a otros países.Amaba su trabajo. La tecnología era algo que lo apasionaba, desde que era pequeño se sentía curioso por todos los aparatos modernos que fueron surgiendo "de la nada", y que le causaban averiguar de dónde salían.De esa manera, cuando despertó del coma, su primer instinto fue terminar la universidad en TI, posteriormente tomar varios postgrados y cursos en el extranjero sobre gestión empresarial, inversiones y demás.Cumplía 24 años cuando cuando abrió su compañía: VOFIRE TECHNOLOGY. Era su más grande orgullo haberla creado con sus propias manos, contando solo con su inteligencia y sus grandes habilidades para hacer negocios.Su primer creación lo había hecho facturar millones de dólares en un año. Pero más allá del dinero, le gustaba crear cosas nuevas, o mejorar las ya existentes. Algunas personas decían que tenía un rasgo c
La acribillaron con más y más preguntas de tipo personales. Le mataba la curiosidad por saber cómo estaban al tanto de todas esas cosas, pensaba que había sido muy discreta.Tardó casi diez minutos hasta que pudo salir de la marea de reporteros, que no planeaban dejarla ir hasta que les respondiera; pero ella no se detuvo ni se dejó amedrentar.Afuera la esperaba un carro de policía para escoltarla a su casa. Cuando llegó, se metió directamente al baño y vomitó. Tenía muchas ganas de hacerlo desde que la habían llevado de la "escena". Tomó un baño, al salir paso delante de un espejo y se quedó con la boca abierta.—¿Qué, cómo...? —Tocó su abdomen. Tenía un ligero bultito, su vientre estaba hinchado.Acarició su estómago con amor.—Tan pequeños... tan frágiles. Mamá los va a cuidar, se los prometo. Ya no seré tan impulsiva, debo de considerar que mis acciones repercuten en ustedes, mis niños —susurró.«Los bebés crecen, y el peligro también», pensó con un escalofrío.Decidió que ese mis
- DOMINIK BLAKE -Después de que toda la prensa y la ciudad incluida estuvieron al tanto de su oscuro secreto, prefirió mantener un perfil bajo.Tendría que dar una conferencia de prensa y explicar algunas cosas.Así que se vistió con la última colección de Pietro Almary, la marca más ridículamente cara para ropa formal de caballero. Necesitaba dejar en claro su estatus: no era un simple mortal. Era el puto príncipe de la ciudad.Los Reyes desde luego eran la poderosa familia Wang, pero los Blake estaban detrás de ellos y eso todavía les ofrecía cierto prestigio y poder en la alta sociedad.Vió que en el dentificador de llamadas volvía a salir el nombre de su desgracia: Isabella Donovan.—Es mejor que no la tenga enfrente o... —gruñó, abrochando los gemelos de su traje.Simplemente no quería ni verla. La sola idea de que todos esos años lo haya estado engañando con su supuesta timidez, dulzura y Dios qué tantas porquerías más... no la soportaba.Ahora podía exactamente cómo era en rea
Tenía que darle un punto por haberse dado cuenta de algo que ella no. Sería un buen tema para abordar con la doctora... Y quizás hasta con el psicólogo. —Bueno, sí. Supongo que tienes razón —concedió Beth, con una mueca.—Dijiste que me amas —le recordó inesperadamente Sam. Parecía esperar que dijera algo más sobre sus sentimientos.Apretó los labios y asintió.«Es el prometido de mi mejor amiga, no debería...», pensó con desesperación.Era tan bizarro el asunto. ¿Cómo podía "respetar" que sea el prometido de su amiga, pero al mismo tiempo, estar posiblemente embarazada de él?—Sí, lo dije. Disculpa, creo que en el calor del momento dije cosas que no debía...—A mí me pareció una confesión, no un arrebato por "el calor del momento" —la interrumpió con los dientes apretados—. He estado volviéndome loco los últimos días por no saber dónde estabas o si te encontrabas bien pero tú... Tú solo desapareciste con mis bebés y no me buscaste más.Ella se sorprendió mucho por esa afirmación.—S
Se despertó sintiendo que había dormido durante días. Estiró su cuerpo y se quedó mirando el techo. No tenía ganas de ir a trabajar, pero ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que piso la oficina.Tomó una ducha lenta, repasando en su memoria los eventos del día anterior. Gimió, derrotada.Sammael había sido muy claro, no la dejaría hacer eso sola. Tenía que rendirle cuentas de ahora en adelante. Había pensado viajar hacia Arubix para ver a Selena, aunque ya no eran cuñadas, ¿tendría que contarle sobre el viaje?Salió del baño y se vistió con un jumper. Últimamente sentía que usar cosas apretadas le incomdaban todo el día en el área del vientre. Esas criaturas estaban creciendo a un ritmo sorprendente.—Ni siquiera disfrute los resultados del gimnasio —se quejó frente al espejo de cuerpo entero.El corte de cabello fue una excelente apuesta, porque enmarcaba su rostro. Le gustaba esa nueva versión suya. Esperaba no acabar como una ballena para finales de años, al menos.Desa
- SAMMAEL BLAKE -Sus abuelos serían dados de alta dentro de unos días, quien más se encontraba mal era su abuelo. No tenía mucho que despertó de un coma, hacia mella en sus avances casi haber tenido un infarto, aunque él tratara de ocultar lo débil que estaba.Dejó a sus tíos a cargo de la guardia y fue a visitar a su padre. Él era el único con quien podía hablar de la situación en la que se veía sumergido; necesitaba un consejo con urgencia.Cuando llegó a la cabaña donde siempre estaba cada vez que se ponía ansioso, lo vió en el porche sentado en una mecedora, observando el lago que dentro de poco se congelaría en invierno.—Papá, estoy aquí —avisó, subiendo los escalones.Él volteó a mirarlo, riéndose.—Ya sentía que tardabas. Supongo que tienes algo importante para decirme, ¿no? —le preguntó, con una mirada inquisitiva.Se sentó a su lado en la mecedora contigua.—Así es, creo que tú ya sabes a lo que vengo. Han pasado cosas que se me están saliendo de las manos y no sé que decisi