Para no meternos en detalles, solamente diré que fue el viaje más malditamente aburrido de mi vida, y eso que ya había visitado medio mundo. Pensé que al ir con Alexei, las cosas serían interesantes, quizás hasta divertidas, pero no. Ni siquiera por viajar en su propio Jet privado.No. El chulito tenía que mantener una actitud digna, sin mostrar indicios de querer mantener una charla, jugar a los naipes o hasta mentarme la ma... Nada de eso. Incluso estoy segura que cuando dijo que tenía que trabajar en unos asuntos en el único cuarto que había ahí, me estaba tomando el pelo con tal de estar lo más lejos posible de mi.¡Tampoco es que le fuera a saltar encima!Bueno, aún no.Observe por la ventana del auto las calles. Al menos podía disfrutar de esto, porque era lo único que iba a disfrutar. Don Cascarrabias no quería que esto fuera un viaje para divertirnos. Oh, no. Puro negocios.Me daba curiosidad ver toda esa comida deliciosa y extraña de los puestos. También sentía curiosidad por
M E L I N ALucas chasqueo la lengua, y una sonrisa socarrona adornó sus labios.―Pero no negarás que ganaste algo mucho más valioso, ¿no? ―Me miró con intención. Antes de que alguno de los dos pudiera decir nada, mi hermano fue hacia un mueble de la “sala”, y sacó un pequeño estuche, muy fino. Le dio vueltas en la mano descuidadamente.Alexei dio un paso adelante, sus ojos siguiendo el estuche negro.―Ten cuidado ―espetó con los dientes apretados.Mi hermano se río de esto.―Aquí tienes, deja el drama.Rebecca se aclaró la garganta. Yo me la quedé mirando con una mueca de disgusto. «Zorra», pensé.―Entonces, ¿con esto ya está todo resuelto? Quiero decir… No nos iremos a la cárcel, ¿cierto?La sonrisa de Alexei era fría.―Claro. Ahora seremos familia. ―La forma en que lo dijo no se sintió cálido.―Bueno, dicho todo, nos vamos ―anuncié, mirando a Alexei. Él asintió.―En el futuro, espero que se lo piensen antes de hacer cosas como estas.Me tomó de la mano, y justo en ese instante, Lu
Al día siguiente de ver a mi hermano, salimos para reservar el vuelo, ya que el asistente de Alexei se fue de inmediato apenas terminaron la videollamada con, supongo, alguien importante. Porque él no me contaba nada de su trabajo, lo cual me resultaba de lo más irritante.En la noche, dormimos en camas separadas. ¡Qué digno por su parte! Me daban ganas de reír, en serio. No es como si fuera a aprovecharme de él, no estaba tan necesitada para llegar hasta esos estúpidos y desesperados extremos, y aún menos, para saciar mis deseos con mi mayor enemigo por el momento.El camino al hotel fue lo que sigue de inquietante, no me siento cómoda con lo que está sucediendo ahora mismo. Con toda esta mierda familiar.Ver a mi hermano ayer me descolocó más de lo que quise admitir; en esa posición, con esa mujer, con esas fachas. ¿De cuándo acá se vestía así? O inclusive, vivía en un lugar así, no tiene ningún sentido lo que vieron mis ojos porque mis padres no nos educaron para estar en una posic
La ciudad de los Dioses, la preciosa ciudad en donde la paz está por donde vayas, me encanta este lugar, pero lo que más me gusta es los hombres de esta isla. No es que todos sean guapos, que, de hecho, sí, lo son. Pero tienen algo que me encanta, que me hacen sentir a gusto de estar aquí y ahora. ¿Qué tienen hechos para que la felicidad se note en cada uno de sus gestos?Las mujeres se ven risueñas, felices de estar en donde están, mientras que los hombres no hacen más que estar relajados después de una mañana bien trabajada y la comida. La comida es perfecta.Bueno, extraño los tacos. Chin, no lo voy a negar, pero es que la mezcla de ambas comidas, por más extraño que pueda sonar o ser, lo vuelve exquisito. Esto también tiene sus buenas cosas porque no soy yo quien cocina, cocinan por mí y es lo mejor.—Nos vamos a casar aquí, luego nos volvemos a casar en México. Esto lo aprovecharé de muchas formas, créeme.¿Por qué su obsesión de hacer todo ya?Este hombre me está desesperando y
Siempre quise una fiesta de compromiso, una última noche de soltera y una boda de princesa. Precisamente como la de Cenicienta, pero ahora mismo, ahora mismo, me cuestiono absolutamente todo porque no sé si quiero una boda sin amor, una boda comprada. ¿Si quiera voy a ganar algo más que dinero de esta situación? No lo sé y no lo creo.Creo que quiero una vida con alguien que pueda amarme, no solo poseerme. ¿Qué carajos estoy haciendo con mi vida? Pase de viajar por el mundo para vivir experiencias, encontrarme a mí misma y averiguar que quiero. Tengo una carrera, pero no trabajo de ella, lo tengo todo en el momento en que lo pido, aunque me pongan pretextos, aunque no me digan que soy necesaria.Al menos mi padre lo dice todo el tiempo, ni siquiera tiene la delicadeza de llamarme a preguntarme como me siento, como estoy o que se yo. No recuerdo la última vez que hablamos como debe ser, ni cuando tuvimos una conversación real. Creo que jamás.—Señorita, ya está lista el auto para lle
¿Por qué estábamos hablando de eso, ahora mismo? Yo me cuidaba con, a veces con inyecciones, con pastillas, solo condones... Bueno, no le decía que no a algún método anticonceptivo.—No creo que sea necesario, fui cuidadosa.«¿Lo fui, verdad?», dudé por un segundo de mi convicción.—Háztela —dijo Lisa.—¿Hoy? Mejor no. Estamos en una fiesta.—Hazla, así sales de las dudas —acotó Esme.—Chicas, no tengo una.—Yo sí —respondió Lisa.Le fruncí el ceño, extrañada.—¿Por qué tienes una prueba de embarazo?Miré a Lisa quien sonreía ya.—Lo estoy intentando.Esmeralda sonrió en grande y le dio un abrazo fuerte a la rubia. Esme dió saltitos de emoción, me dio risa porque estaba embarazada y lo hacía tan gracioso;mientras que yo solo sonreía con las lágrimas que seguían saliendo. Definitivamente ellas tienen la vida que quiero yo.Dios mío.La situación me pegó al instante, me sorprendió apenas estarme dando cuenta de un detalle tan importante... Si llegaba a estar embarazada... Si eso pasaba.
—¿Bebiste antes de venir a la fiesta?—Sí, no lo recuerdo.—¿Le pueden decir a Melina que nos están esperando, por favor? Ahora mismo yo lo que necesitaba es tiempo, mucho tiempo para asimilar toda esta locura en la cual que se ha convertido mi vida.Mi hermano, mis padres, la empresa, el narco italiano, la demanda, el contrato de matrimonio, un posible embarazo que si llega a ser verdad, no sé de quién es y sobretodo, mis sentimientos por Alexei que aún no los entiendo en su totalidad.Así que, tengo todo el derecho del mundo a no estar bien, o feliz con lo que me ha pasado.Estoy que quiero gritar del coraje que siento.—Ya voy.Grité esto lo suficientemente alto para hacerme escuchar, mis amigas me vieron extrañada pero me da todo igual ya que una vez me hicieron a un lado salí al exterior para cerrar la puerta en su cara.—Dije que ya voy.Me enjuague la cara, la boca. Me arreglé tanto como pude y volví a mis amigas que se acercaron para ayudarme arreglar. Debo agradecer que las
No sé qué pensar ni tampoco quiero que se note la sorpresa en mi cara, porque sé que me van a mirar con esas caras de pocos amigos que siempre me miran para decir que yo tengo la culpa.—Gracias, mamá.¿Qué más voy a decir? No le voy a decir que no quiero porque sé que me va traer problemas el poner una cara de incredulidad. Me humedezco los labios, mordiendo el inferior, y cambiando la posición de mis caderas cuando siento la mano de Alexei en mi cintura, con esa delicadeza tan petulante que quiero golpear.¿Está jugando conmigo? Siempre tiene sus manos en mi para lugar decirme que todo es una farsa.Cuando menos lo imaginé, o visualicé, entró por la puerta Enzo, ese sujeto que aquí ahora mismo no necesito ver. ¿Quién lo invitó? Miró a mis padres, luego a Alexei que ni cuenta se había enterado, ya que al parecer tenía una conversación pasivo-agresiva. No hice caso, seguí mirando al hombre y como caminaba entre las personas, medio perdiéndose, porque al final encontraba su cabeza y ag