Despertó sintiendo que había dormido una eternidad. Tenía el cuerpo cansado luego de una noche increíblemente movida.Trató de apartar de su mente lo que leyó en el teléfono de Sammael. Aquello no era su problema, ¿cierto?Se da a ánimos así misma, pese a que la afecto a una enorme escala. La tenía confundida cuando él le decía cosas como "elígeme a mí", pero parecía tener a otra mujer en su vida.Suspiró, dando vuelta en la cama, pero chocando con alguien a su lado. Abrió la boca con sorpresa, porque quedó cara a cara con Sammael, quien ya estaba despierto.—Buenos días, Anna. ¿Cómo te sientes? —preguntó, dándole una sonrisa encantadora.«No me sonrías así, por favor...», rogó mentalmente. No podía sonreírle como si estuviera feliz de verla al amanecer, y en las sombras estar con alguien más.—Bien, no hiciste ruido —mintió, decidiendo actuar con normalidad.El asintió, mirándola fijamente, luego le dio un beso corto en los labios antes de pronunciar palabra.—Pareces un poco cansada,
Algunas personas a su alrededor se compadecieron de su situación y llamaron a emergencias. Fue trasladada al hospital más cercano y en segundos se llegar su atendida.Una enferma se acercó para atenderla. Realizó preguntas de rutina mientras le revisaba el pie y su rodilla.»¿Tiene alergia a algún medicamento?»¿Qué sucedió?»¿Dónde le duele?»¿Tiene alguna enfermedad?Con esa última pregunta, Beth asintió.—Eso creo. Mi doctora me dió los resultados de unos exámenes de rutina, pero no los pude descifrar.La enferma pareció confundida.—¿Trajo los resultados? Permítame echarles un vistazo.Con dificultad señaló hacia su bolso. Tenía un catéter en la mano que la suministraba el suero. Eso sí le había hecho sentir un poco mejor, pero seguía cansada.Reviso los papeles que le entrego, y alzó las cejas con sorpresa.—Ah, así que eso es —sonrió—, no es nada grave. No hay nada de qué preocuparse, solo deberá guardar absoluto reposo. El tobillo solo tiene un esguince, aunque tendré que darle
Annabeth sonrió a la chica detrás del escritorio en la recepción.Habían pasado tres días desde el ultimátum de Dominik, porque no fue tan fácil conseguir una resolución expréss de divorcio.Sammael no la había contactado en los dos días anteriores, ella no insistió; seguramente estaba ocupado con el trabajo.Llevaba un vestido rojo para robar miradas, que se pegaba a su figura como un guante; marcaba las curvas recién adquiridas debido a su esfuerzo diario con el ejercicio.—¡Buenos días, señora Blake! —la saludo aquella muchacha.Todavía nadie sabía que ella era la presidenta de la empresa, y próxima ex-señora Blake. Ese mismo día firmaría lo papeles de divorcio.Y ese mismo día Dominik Blake iba a conocer el infierno mediático. Ya se había encargado de contactar a las mejores revistas, claro... anónimamente. Y le habían pagado una exorbitante cantidad de dinero por darles la exclusiva.Subió a su oficina, sus tacones de aguja resonaron en los pasillos. El cabello cobrizo lo traía c
Aún con la confusión llenando su mente, ella solo se rió y actuó con naturalidad.Ladeó la cabeza para mirarlo, tenía una sonrisa cínica.—¿Crees en los milagros, querido ex-esposo? Porque yo no. Sabes que en cinco años de matrimonio concebir fue muuuuuy difícil —declaró, limpiando su boca con el dorso de la mano.Se acercó hasta su lado y le empujó la carpeta en el pecho.—Aquí tienes lo que tanto ansiabas: tu libertad. Ahora podrás hacer las porquerías que te gustan sin restricciones. —Pronunció cada palabra con frialdad. Fue su turno de mirarlo con desprecio—. Corre a darle el apellido a tu hijastro, cariño.La mirada estupefacta de Dominik era todo lo que necesitaba para sentirse satisfecha. Más pronto que tarde entendería a qué se refería.Sin darle tiempo para responder, le dió la espalda y salió del lugar como si fuera una diva. Los curiosos la observaban descaradamente, probablemente para buscar cualquier cosa para luego chismosear.Cuando por fin salió del lugar, se permitió s
Salió de la consulta totalmente shockeada. Al principio le resultaba surrealista el poder estar embarazada.¿PERO DE MELLIZOS? ¡Ahora sí lo había complicado todo!La doctora Regyna había mandado más estudios, porque al ser mellizos requerían cuidados y revisiones distintas, ser un poco más diligentes. Además le dió recetas médicas para vitaminas y otras cosas que debía tomar por el embarazo.Subió a su camioneta y condujo rumbo a una farmacia. Antes de bajar del auto se colocó unas gafas de sol para que no pudieran reconocerla.Se acercó directamente a la dependienta.—Hola, quisiera llevarme esto. —Le entrego la receta médica.Con una sonrisa, la mujer desapareció detrás del mostrador para buscar sus cosas. Comenzó a ver que en el mostrador habían revistas de todo tipo, agarró la que hablaba sobre maternidad.—¿Es tu primer bebé? —Alguien dijo detrás de ella.Volteó para ver quién le hablaba, y resultó ser una mujer de su edad con una barriguita apenas perceptible, ella era muy bonit
Retorció las manos en su regazo por enésima vez. No soportaba las ansias por revisar las redes sociales, los tabloides de las revistas, las notas amarillistas... quería saber cómo había salido su plan.Pero no se había tomado el día libre de su oficina para eso. Ese día era para estar tranquila consigo misma. Debería estar disfrutando de las vistas, puesto que estaba hospedada en el hotel de lujo más famoso de la ciudad.Teniendo en cuenta que seguramente todo mundo ya debería de estar enterado sobre las porquerías de su ex-esposo, era de esperar que también la reconocieran.Miró la playa. Realmente se veía hermosa, y había un bonito clima como para meterse en ella.Decidió bajar aunque sea para sentir la arena en sus pies, en esos momentos debía tener la mente clara y relajada; por sus bebés.Se cambió de ropa y buscó entre su pequeña maleta el conjunto adecuado. Un bikini de dos piezas negro, le realzaba el busto. La hacía sentir hermosa, tenía años de no poder usar algo así. Y la p
-DOMINIK BLAKE -Frunció el ceño, confundido. ¿Por qué Sammael iba detrás de ella? Tenía tanta curiosidad que optó por seguirlos también. Isa estaba en el baño y no notaría su salida. Los mayores ya estaban hablando de negocios y poco le importaba.La entrada tenía jardineras hacia los lados, y lo protegía de que se dieran cuenta de él. No podía escuchar bien qué hablaban, pero distinguió la palabra que ambos dijeron: terminado. Pasaron unos segundos más platicando, y su hermano se marchó finalmente.Dominik observo dentro del coche y se dió cuenta que ella estaba llorando; después arrancó y se marchó del lugar.Caminó de regreso a la casa, pensando qué podría haber sucedido. No entendía absolutamente nada, así que decidió dejarlo pasa; de todos modos, no podía ser nada importante.Esa noche disfrutaría de la compañía de su mujer.Al volver a entrar ella ya estaba esperándolo en la entrada con los brazos cruzados.—¡Cariño! ¿Dónde estabas? —se acercó para abrazarlo—. Tus padres se encu
Annabeth Grey creó un antes y un después al exponer "anónimamente" la basura de marido que solía tener, estaba segura.Los hombres ricos, arrogantes e infieles podían ir cuidándose del escrutinio público en caso de quedar expuestos.Y aunque por dentro se había sentido morir al ser humillada durante años, haber sido despreciada por el hombre que creyó amar y sometida a la presión de la sociedad por no poder concebir, se dijo que eso era justo y necesario.Por ello, disfruto de un de semana sin reventarse la cabeza con lo que le esperaba cuando volviera. Después de pasar días relajándose, había recargado las pilas para enfrentar lo que venga.Bajó la recepción del hotel para poder pagar la cuenta del más exquisito fin de semana que tuvo la fortuna de experimentar desde hacía mucho tiempo.—Hola, quisiera pagar la cuenta de la habitación 102 —le dijo la la recepcionista con una sonrisa, dejándole las llaves en el mostrador.La joven tecleo unos segundos y luego frunció el ceño, sus ojos