Capítulo ochenta y ocho: La odio “Narra Harry Mascherano”Cierro los ojos, contando internamente para que desaparezca, tratando de conseguir por cualquier medio mantener la cabeza fría. Sin embargo, me resulta imposible. El jodido Nathan Watson se encuentra frente a mí, con su mirada imponente y los brazos cruzados mientras yo estoy aquí, sin camisa, esposado a un sillón y sacado de quicio.—¿Qué haces aquí, Mascherano?—No es asunto tuyo —le corto con brusquedad—. ¿Qué esperas para abrir esta mierdą?—Espera, espera —sus ojos se abren mucho, haciéndose el asombrado. Si supera que la actuación no es uno de sus dones. La comedia mucho menos—, ¿La Bestia Mascherano me está pidiendo ayuda?—En todo caso te lo estoy exigiendo y no es una ayuda —aclaro de mala gana—, es un pago por una deuda.—¡No me digas!El imbécil luce más serio que nunca, pero eso es peor, porque sé que lo hace apropósito para hacerme saber que contiene la risa.—Me la debes, Watson —le recuerdo, haciéndolo reacciona
Capítulo ochenta y nueve: Una vida normal “Narra Harry Mascherano”Mis hombres cubren el terreno con rapidez y rodeo el barrio de Ariana solo para pasar de largo.—Señor —contacto con mi jefe de seguridad—, son hombres de Anatoli Petrov.¡Maldit0 infeliz!—¿Qué está pasando? —chilla mi mujer histérica mientras yo me comunico con mis hombres, dando indicaciones.—La zorra de Cinthia Brown, eso pasa. Despéjennos el camino —ordeno al equipo por el móvil—. Tomaré la carretera central rumbo al aeropuerto privado. Avisen a Mauro y a Brooks que el viaje se adelanta.Esta misma noche nos largamos de aquí.“Narra Ariana Fallon’—No me voy a ir, Mascherano —le planto cara cuando por fin tiene tiempo para mí—. Tengo trabajo, familia, ¡una vida!—Ambos sabemos que la enfermería no es el empleo de tus sueños, Ariana —rebate la Bestia con fastidio. Sé que está enfadado. Ambos lo estamos. Cinthia debe estar aliada con alguien muy poderoso para interceptarnos así por sorpresa como lo ha hecho—. Así
Capítulo noventa: Regreso a Toscana “Narra Ariana Fallon”—Gracias por hacerme entrar en razón, Fabiola —tomo a mi amiga de las manos al mismo tiempo que dejó ver una sonrisa—. Pareces mi voz de la conciencia.—Siempre que quieras —sonríe de una forma que parece iluminar el espacio a nuestro alrededor—. Muchas veces soñamos el cuento de hadas perfecto sin detenernos a pensar qué sería de nosotros si ese sueño se hiciera realidad. Lo cierto es que la realidad que vivimos y nuestro poder para cambiarla es mucho mejor.—Eso ha sido muy poético.Ella se encoge de hombros divertida.—A veces me da por eso.—Pues se te da de jodida madre.—¿Qué vas a hacer con tu puesto en el hospital? —inquiere de pronto—. Te has ido de imprevisto otra vez y no puedes seguir explotándote de esa forma entre los dos empleos.—Lo sé. Creo que ha llegado la hora de enfocarme completamente en mi carrera como modelo —le informo—. Por lo que puedes comenzar a reajustar nuestro itinerario.—Una excelente idea.Le
Capítulo noventa y uno: Ya no soy su esposa prisionera“Narra Ariana Fallon”Quiero moverme, pero mi cuerpo no me responde. Estoy paralizada por la presencia de Lucio Cavalcanti, el mafioso psicópata que me raptó, dando inicio a la tragedia que me separó de Harry…‘Por su culpa perdí a mi bebé’Los labios me tiemblan cuando rememoro el accidente de coche, luego despertando en una habitación extraña con un dolor insoportable en el abdomen…‘Sal de ahí, Ariana Fallon’—¿Qué hace él aquí, Harry Mascherano? —incluso yo me sorprendo con el tono helado de mi voz.—Lo mismo quisiera saber yo —responde mientras se acerca al árabe de manera amenazante, al mismo tiempo que mis manos se aferran a las escaleras del jet para no caerme—. ¿No te ha quedado claro que no eres bienvenido en mi casa, Capo traidor?—Vine porque me lo has pedido, Bestia —para mi sorpresa el tipejo se muestra comedido—. Estaba muy tranquilo fumándome un tabaco en la frontera de Colombia cuando me llegó el mensaje encriptad
Capítulo noventa y dos: El asesino de mi hijo “Narra Ariana Fallon”Salgo del ascensor siguiendo los pasos de Fabiola, pero cuando me topo con las palabras "La Cueva" parpadeando en rojo me detengo en seco.¡Dios mío! No tenía idea de cuánto echaba de menos este lugar. Ahora sí sé que es real, que no es otro de mis sueños en medio de la noche que luego se convierten en pesadillas.Me tomo mi tiempo bajando las escaleras, siempre aferrándome con mis manos a la baranda por si en algún momento me tambaleo. La sonrisa me sale de manera automática al ver a las muchachas ensayando rutinas para el espectáculo de la noche. —¡Muchachas, muchachas! —Fabiola llama su atención con palmadas en el aire, entrando en su rol de mandamás—. A formarse en fila y abran paso, ¡porque la jodida ama del universo ha regresado!—¡Ariana! —el dúo de las plásticas cantan al mismo tiempo antes de que todas corran hacia mí para tirarse encima de mí.Al parecer la nostalgia es mutua.Nos subimos al escenario y no
Capítulo noventa y tres: ¿El cielo o el Infierno?Harry MascheranoEstoy camuflado en una esquina del bar, la copa en mi mano, el líquido rozándome los labios y no consigo apartar los ojos de ella.Es perfecta para mí. Toda mía y creada a mi manera. La entrepierna se me pone dura y cruzo las piernas a la altura del tobillo para no perder la postura desgarbada que finjo tener porque en el fondo estoy ansioso por volver a estar a solas con ella. La deseo… todo el tiempo.Ella lo sabe, me mira y disimula el saber mi posición exacta. Finge que no es a mí a quien ve y para quien baila, mueve las caderas como si nadie más en todo el mundo pudiera verla y es una locura sentirme así por alguien más… Nunca pensé perder la razón por ninguna mujer y no lo he hecho, porque con ella la he entregado por voluntad propia.Me la imagino toda la vida a mi lado y carraspeo cuando siento la presencia de alguien más a mi lado.—Se te da muy mal disimular que no la amas —Mauro se burla en modo estúpido.
Capítulo noventa y cuatro: Nos quemaremos juntos “Narra Ariana Fallon”Fabiola me avisa que mi invitado especial me espera en el salón privado que ella misma ha organizado para nosotros, lejos de las miradas de los escoltas de la Bestia. Me coloco mi mejor traje de ejecutiva y acudo a su encuentro.—Señorita Fallon —el hombre me reconoce apenas entro y me extiende su mano para saludarme—. Es un gusto volver a verla.¿Volver a verme? ¿Y ahora este de dónde ha salido?—¿Nos conocemos? —inquiero con una ceja arqueada, tan imponente como puedo.—-En persona no… Trabajé para Lion Brooks —añade al ver mi gesto altivo.Suelto un resoplido bastante discreto de manera automática.—Así que usted descubrió que yo era su hija perdida —concluyo—. Muy bien, eso significa que es el hombre para el trabajo. —Usted dirá. Me pongo a su completa disposición.—Todo lo que tengo en un nombre —tomo asiento sin romper el contacto visual—: Cinthia Brown. Quiero saberlo todo sobre ella, hasta la cantidad de
Capítulo noventa y cinco: No voy a cambiar “Narra Ariana Fallon”Amanece y me duele el trasero. Río a pesar de la molestia, porque me sigue sorprendiendo la capacidad que tiene la Bestia de llevarme a su terreno cuando yo misma he echado combustible a ese vehículo. Nadie puede negar que somos ideales el uno para el otro, pero ahora me pregunto por qué rayos la vida se niega a dejarnos ser felices. Le siento besando mi espalda, subiendo por mi piel, tentando mi cuerpo y entonces, sus palabra de anoche me llegan en grito inesperado.—¿A que te referías cuando dijiste que la sorpresa para hoy no me iba a gustar tanto?El mal humor se le planta en su expresión de manera automática.—Sí que sabes cómo cortarle el rollo a uno —se separa con brusquedad, haciéndome poner los ojos en blanco—. ¿No podías esperar al desayuno al menos?—Soy una mujer demasiado curiosa, Mascherano —dejo de esconder mi cuerpo desnudo tras las sábanas y me pongo de pie, sabiendo que me dará lo que busco.—La curio