Capítulo ochenta y dos: Acto y consecuencia “Narra Harry Mascherano”La mato. La mato, la mato, la mato. ¡Malditą sea! La entrepierna me duele como un demonio. Y tengo tantas ganas de matarla con mis propias manos como de colocarla en un pedestal y besarle hasta el último espacio de piel en su cuerpo.A las malas, siempre a las malas.Me meto bajo la ducha helada, pero no se me baja la malditą erección.'¡La hija de puta de su madre que la creó!'Termino haciendo exactamente lo que la malditą demonia quería: resolviendo el problema con mis manos y sus jodidas bragas.La voy a matar, pero de gusto a la condenada.No dejo de maldecir mientras dicto órdenes a diestra y siniestra. Recibo la carpeta con la información que había pedido, lo cual me pone de peor humor. Por ello, cuando me reúno con mi primo, Fabiola y la loca en la pista aérea privada, no hablo con ninguno. Ni siquiera los miro.Subo al avión de primero y me siento en el sillón más apartado. Ninguno trata de entablar conve
Capítulo ochenta y tres: Me gusta como es “Narra Ariana Fallon”¿Estoy lista?No contesto. Yo nací lista para él y desde que me curé del espanto, también lo estoy para la recholata de atrocidades que comete día a día. Sin embargo, no puedo decírselo…Le deseo desde un submundo muy tenebroso, incluso por encima de mis propios instintos. Esos que me gritan que me aleje, que salga pitando de su lado y no obstante, hago de oídos sordos. Camina por mi lado, haciéndome sentir su presa… cuando en el fondo ambos sabemos que en este juego ambos somos depredadores persiguiéndonos, luchando por ser el primero en cazar al otro.Me pasa las manos por la piel desnuda llegando a la entrepierna y jadeo apretando los ojos, tirando de mis amarres, pero me muerdo la boca para no gritar de placer e implorar que me tome.—Eso, pequeña… siénteme —separa mis pliegues húmedos con sus dedos castigadores —, deséame, llora por mí.Aprieta mi nudo de sensaciones y se que no es con sus dedos… Algún aparato me h
Capítulo ochenta y cuatro: No has venido por mí “Narra Ariana Fallon”Voy controlando los signos vitales mientras uno de mis colegas empuja la camilla hacia la sala de Urgencias. Kate grita como loca, aterrada por su bebé e intuyo que algo más. Está mal herida con lo que parecen golpes y cortadas por igual y presenta signos de violencia, Asisto a los especialistas y en mi interior rezo para que no haya sucedido lo que estoy pensando.¿Qué hace Kate aquí, en New Jersey?¿Significa eso que Lion también ha venido?'No se atrevería'.Le pedí a ese hombre que se mantuviera alejado después de descubrir que era mi padre biológico… No, no puede estar aquí. ¡Joder, que mi vida es un problema tras otro!Y encima, a este paso me voy a quedar sin empleo. Apenas consigo concentrarme con el revoltijo de pensamientos que me atormentan. Sin embargo, cuando unos latidos de bebé resuenan en la habitación, me congelo y me quedo contemplando la pantalla hipnotizada.Ese bebé… es mi hermano. Compartimos
Capítulo ochenta y cinco: ¿Qué quiere de mí?“Narra Ariana Fallon”'Viene a por ti'Tengo las palabras grabadas en la mente y no desaparecen. Creo que estoy en shock, o simplemente aterrada como nunca antes. No quiero conocerla, no la quiero cerca mío. No me interesa nada que tenga que ver con esa… esa… esa monstruosidad.Me doy un baño junto a la Bestia en silencio y luego ceno lo que sea que ha ordenado. No veo la comida, tampoco le encuentro sabor, simplemente mastico como si estuviera en una especie de trance.—Si no pronuncias al menos una palabra en los próximos segundos, juro que te encierro en el primer manicomio que aparezca en el Google Maps —su advertencia rompe el silencio.—Hazlo —le animo—. Tal vez allí ella no me encuentre.—Ariana…—¡No lo entiendo! —exploto de repente—. ¿Por qué ahora? ¿Para qué? ¿Qué demonios quiere de mí?—Lo único que puede querer una serpiente como esa: dinero, poder y venganza sin sentido.—¡Pero yo no tengo nada de eso! —juro que la frustración
Capítulo ochenta y seis: Quiero empezar de nuevo “Narra Ariana Fallon”Tomo varias respiraciones profundas antes de entrar en la habitación con una sonrisa previamente ensayada. Para mi desgracia, Kate duerme y Lion vigila su sueño, lo cual significa que tendré que hablarle directamente y sin nadie que pueda interferir. —Hola —es todo cuanto puedo decir.—Hola.Nos quedamos mirándonos el uno al otro en silencio, diciéndonos todo y a la vez nada.—¿Cómo sigue? —pregunto mirando hacia Kate, a pesar de que conozco la respuesta a la perfección, incluso más que él.—Asustada y agotada, pero bien dentro de lo que cabe —contesta desviando la vista hacia la rubia. Está enamorado de ella, es más que evidente. Sin embargo, según Kate no quiere admitirlo—. Jamás debí haberla dejado ir.—No podías darle lo que ella quería —me atrevo a intervenir—. Por eso debía alejarse.—Está esperando un hijo mío.—¿Y qué? —bufo—. Un hijo los une, pero no los ata. Lo único que puede amarrar o separar a las pe
Capítulo ochenta y siete: Una cucharada de tu propia medicina “Narra Harry Mascherano”Llego al hotel de mal humor y me pongo peor cuando no encuentro a mi mujer en la suite. No entiendo por qué sigue trabajando en ese hospital de quinta. Está en el mejor momento de su carrera soñada y cobra miles de dólares por ello. No tiene necesidad de jugar a los enfermeros con el doctorcito imbécil ese que la pretende.Me meto bajo la ducha y me masturbo pensando en esa malditą demonia. Desde que me ligué a ella era consciente de que sería mi fin, pero lo que no supuse es que también sería mi principio.'Voy a llamarla bruja en vez de Lady Beast'—¿Cómo estuvo el viaje? —la loca de Fabiola aparece en mi habitación como Pedro por su casa.—Estaría mejor si al llegar no me hubiera encontrado con gente indeseada en mi casa.Ella simplemente pone los ojos en blanco e incluso tiene el descaro de ponerse más cómoda en mi sillón.¡malditą! Si es que las dos están cortadas con la misma tijera.—¿Qué tal
Capítulo ochenta y ocho: La odio “Narra Harry Mascherano”Cierro los ojos, contando internamente para que desaparezca, tratando de conseguir por cualquier medio mantener la cabeza fría. Sin embargo, me resulta imposible. El jodido Nathan Watson se encuentra frente a mí, con su mirada imponente y los brazos cruzados mientras yo estoy aquí, sin camisa, esposado a un sillón y sacado de quicio.—¿Qué haces aquí, Mascherano?—No es asunto tuyo —le corto con brusquedad—. ¿Qué esperas para abrir esta mierdą?—Espera, espera —sus ojos se abren mucho, haciéndose el asombrado. Si supera que la actuación no es uno de sus dones. La comedia mucho menos—, ¿La Bestia Mascherano me está pidiendo ayuda?—En todo caso te lo estoy exigiendo y no es una ayuda —aclaro de mala gana—, es un pago por una deuda.—¡No me digas!El imbécil luce más serio que nunca, pero eso es peor, porque sé que lo hace apropósito para hacerme saber que contiene la risa.—Me la debes, Watson —le recuerdo, haciéndolo reacciona
Capítulo ochenta y nueve: Una vida normal “Narra Harry Mascherano”Mis hombres cubren el terreno con rapidez y rodeo el barrio de Ariana solo para pasar de largo.—Señor —contacto con mi jefe de seguridad—, son hombres de Anatoli Petrov.¡Maldit0 infeliz!—¿Qué está pasando? —chilla mi mujer histérica mientras yo me comunico con mis hombres, dando indicaciones.—La zorra de Cinthia Brown, eso pasa. Despéjennos el camino —ordeno al equipo por el móvil—. Tomaré la carretera central rumbo al aeropuerto privado. Avisen a Mauro y a Brooks que el viaje se adelanta.Esta misma noche nos largamos de aquí.“Narra Ariana Fallon’—No me voy a ir, Mascherano —le planto cara cuando por fin tiene tiempo para mí—. Tengo trabajo, familia, ¡una vida!—Ambos sabemos que la enfermería no es el empleo de tus sueños, Ariana —rebate la Bestia con fastidio. Sé que está enfadado. Ambos lo estamos. Cinthia debe estar aliada con alguien muy poderoso para interceptarnos así por sorpresa como lo ha hecho—. Así