Capítulo cincuenta y dos: No puedo tener un hijo"Narra Harry Mascherano"Maldigo mi estupidez, mi impulsividad, me maldig0 a mí mismo y a la sangre que me corre por las venas a un ritmo cien veces más acelerado de lo normal.Le voy a cortar las bolas a ese médico de pacotilla y después… lo voy a colgar de las mismas con la p0lla metida en la boca. Se suponía que el anticonceptivo funcionaba por seis meses. Yo mismo se lo inyecté a Ariana en el vuelo del día en que me la llevé mientras todavía estaba inconsciente.El muy imbécil no pudo hacer el maldit0 trabajo bien.'Lo voy a matar'Tengo que convencer a Ariana, tengo que buscar la forma de hacerle entender. No puedo tener un hijo… nos destruiría a los tres.'Mírame, Harry, tú y yo somos iguales'Las palabras que me persiguen como un puto fantasma día y noche, ahora adquieren mayor peso que antes. 'Nuestra sangre siempre sale a flote. El gen extraordinario de los Mascherano prevalece a través de las generaciones. Tú heredarás m
Capítulo cincuenta y tres: Desaparecida del mapa"Narra Harry Mascherano'Mi cuerpo tiembla sin control, no sé si la sangre me hierve a borbotones todavía o si ya se ha evaporado del todo en mi sistema. Ya no me hallo, no encuentro la forma de permanecer consciente con esta rabia, impotencia e instinto asesino que me corroe. La he buscado por todos lados, he sacudido la jodida ciudad de arriba hacia abajo y nada, se la ha tragado la tierra. 'No ha sido la tierra precisamente'La idea me hace ruido en la cabeza desde que supe sobre la desaparición de mi mujer. El reporte de los expertos dice que el accidente fue producto de un fallo técnico, una avería en el motor la cual no tiene posibilidad alguna de haber sido provocada. Sin embargo, a mí no me convencen sus explicaciones científicas. Yo no creo en las coincidencias o azares del destino. Veinticuatro horas desde aquella discusión en la fiesta, desde la última vez que me perdí en sus ojos grises viendo mi vida entera a través de e
Capítulo cincuenta y cuatro: Secuestrada y embarazada"Narra Ariana Fallon"Estoy dormida, soy consciente de que estoy dormida, pero no quiero despertar. Me duele todo. Pareciera que un auto me hubiese pasado por encima. Sin embargo, cuando un extraño olor invade mis fosas nasales abro los ojos por obligación.Una mujer con rostro de ángel aparece frente a mis ojos en medio de la tenue luz y un ataque de tos me invade de manera repentina, forzándome a incorporarme de la cama.Mis huesos protestan en respuesta, robándome un gemido ahogado de dolor en el acto.—Con cuidado, con cuidado —la chica me ayuda a sostenerme—. No tienes huesos rotos, pero sí un poco resentidos.—Do… —la garganta se me cierra de repente, impidiéndome pronunciar palabra alguna y la tos regresa. Entonces ella me ordena tumbarme antes de entregarme un vaso con agua. Bebo el líquido a toda prisa y el alivio es inmediato, disminuyendo mi ansiedad—. Gracias.—No es nada —la sonrisa acentúa la belleza de sus facciones.
Capítulo cincuenta y cinco: Lo voy a matar"Narra Ariana Fallon"No puede ser, me resulta imposible aceptar lo que ven mis ojos y entro en una etapa de negación. El corazón me late en las sienes, el vértigo me tumba en la cama hasta dejarme knock out, mis pulmones dejan de funcionar de repente y el dolor abdominal no cesa. La rubia me palmea las mejillas, creo que me llama, pero las imágenes frente a mis ojos se me distorsionan hasta convertirse en garabatos. —No... puedo —jadeo presa del pánico—. No puedo... res...respirar.Soy vagamente consciente de la aguja penetrando mi piel antes de que un doloroso ardor me recorra las venas y me ponga a dormir. 'No puedo estar embarazada'Cuando despierto la cabeza me duele un poco, pero la punzada en el bajo vientre se ha ido.—Hola otra vez —saluda la chica de ojos espectaculares en tanto me cubre la frente con un paño húmedo—. Sufriste un inicio de crisis nerviosa y tuve que medicarte. No vayas a levantarte, ¿de acuerdo? —Yo... —la foto
Capítulo cincuenta y seis: Me jode quien puede"Narra Harry Mascherano" Estoy hasta las narices de pensar en las mil y una formas de matar a un italiano atrevido. Quiero torturarlo hasta que suplique por su muerte. Sin embargo, soy consciente de que algo así jamás se dará, lo cual me enerva todavía más. No recuerdo haberme sentido tan furioso antes en toda mi vida, no quepo en mí. No veo la hora de aterrizar, ver a mi mujer y arrancarle los ojos a cada uno de los habitantes de esa jodida isla. —No podemos continuar el trayecto en bajo perfil —me comunica el informático a cargo del equipo táctico mientras el helicóptero vuela sobre el mar—. El satélite nos ha detectado. —Túmbalo —ordeno con la mirada fija en el océano violeta. —Señor... —¡Que lo tumbes, he dicho! —exclamo contando hasta cien para no rebanarle los sesos. —Lo que trata de decirte es que tenemos una interferencia —alude Milo señalando la laptop—. Me parece que tu amigo quiere darte la bienvenida a su casa. 'Co
Capítulo cincuenta y siete: Exijo sangre "Narra Harry Mascherano"El equipo está dividido en dos partes, algunos comienzan a bajar de sus botes y el silencio reinante se ve interrumpido por un tronador sonido de las olas. Nos están esperando, es más que evidente. La segunda granada explota en la zona norte, mis hombres corren a prisa para adentrarse en la isla y cuando las alarmas suenan, ya es demasiado tarde.Los disparos resuenan, el olor a pólvora perfuma el aire y continúo mi avance a través del caos que no es más que el principio de este largo ocaso. —¡Rodeen la jodida frontera ya! —ordeno y sin esperar respuesta, salgo del grupo para abrirme paso a tiros entre los autos arremolinados en la calle—. Milo, toma el helicóptero y llévate a Brooks. Tú —señalo al italiano—, trata de mantenerte vivo y no estorbar. —Tranquilo, que no espero flores ni lágrimas de tu parte en mi entierro —no entiendo cómo al muy imbécil le quedan ganas de bromear dadas las circunstancias—. Voy por lo q
Capítulo cincuenta y ocho: No eres inmortal “Narra Harry Mascherano”Termino la botella de agua antes de echarme otra encima, a sabiendas de que pasarán unas cuantas horas hasta que mi cuerpo vuelva a probar líquido. —Debería ser yo —el imbécil de Mauro murmura por enésima vez. —Si vas a seguir comportándote como estúpido, puedes largarte —siseo cortante. —Admite que tengo razón —insiste en voz baja para que nadie más escuche. Por el momento la lluvia de balas a cesado y la marea permanece en calma... o eso es lo que piensan. La gente está saliendo del refugio poco a poco y yo no veo la hora de ver a mi mujer. No puedo comenzar la pelea sin comprobar su estado—. Fui yo quien orquestó el rescate de Fabiola. —No te importó mucho darme el crédito por ello. —En aquel momento era lo correcto y sabes muy bien por qué —indica—, pero ahora... Estamos hablando de un duelo a muerte, porque ambos sabemos que ninguno de los dos se va a rendir hasta drenar la sangre del otro. —Puede que
Capítulo cincuenta y nueve: El plan de un sádico “Narrador omnisciente”La noche se asienta en la exótica isla de Icaria. La luna no ha salido hoy y tal parece que no saldrá, como si presintiera el abismo del terror que está por venir.La brisa del mar sopla con fuerza en la playa, lugar en donde la mayoría de la población se ha reunido para presenciar la lucha más sangrienta de los últimos años.La Bestia ha exigido sangre, el Capo de la Mafia Calabresa le tiene ganas desde hace un tiempo y en la organización a la que ambos pertenecen, solo existe una forma de poner fin a la venganza. Se trata de una pelea sin protecciones, sin ataduras y sin límite de tiempo. La única regla es que no existen reglas. Una red de alambre de púas rodea el sitio dispuesto como ring, encerrando a las dos bestias en el mismo, hasta que uno de los dos se dé por satisfecho… o muera en el intento.Pese a que la cerca es gruesa, no impide al público contemplar los cuerpos bien dotados de los contrincantes.