Capítulo cincuenta y cuatro: Secuestrada y embarazada"Narra Ariana Fallon"Estoy dormida, soy consciente de que estoy dormida, pero no quiero despertar. Me duele todo. Pareciera que un auto me hubiese pasado por encima. Sin embargo, cuando un extraño olor invade mis fosas nasales abro los ojos por obligación.Una mujer con rostro de ángel aparece frente a mis ojos en medio de la tenue luz y un ataque de tos me invade de manera repentina, forzándome a incorporarme de la cama.Mis huesos protestan en respuesta, robándome un gemido ahogado de dolor en el acto.—Con cuidado, con cuidado —la chica me ayuda a sostenerme—. No tienes huesos rotos, pero sí un poco resentidos.—Do… —la garganta se me cierra de repente, impidiéndome pronunciar palabra alguna y la tos regresa. Entonces ella me ordena tumbarme antes de entregarme un vaso con agua. Bebo el líquido a toda prisa y el alivio es inmediato, disminuyendo mi ansiedad—. Gracias.—No es nada —la sonrisa acentúa la belleza de sus facciones.
Capítulo cincuenta y cinco: Lo voy a matar"Narra Ariana Fallon"No puede ser, me resulta imposible aceptar lo que ven mis ojos y entro en una etapa de negación. El corazón me late en las sienes, el vértigo me tumba en la cama hasta dejarme knock out, mis pulmones dejan de funcionar de repente y el dolor abdominal no cesa. La rubia me palmea las mejillas, creo que me llama, pero las imágenes frente a mis ojos se me distorsionan hasta convertirse en garabatos. —No... puedo —jadeo presa del pánico—. No puedo... res...respirar.Soy vagamente consciente de la aguja penetrando mi piel antes de que un doloroso ardor me recorra las venas y me ponga a dormir. 'No puedo estar embarazada'Cuando despierto la cabeza me duele un poco, pero la punzada en el bajo vientre se ha ido.—Hola otra vez —saluda la chica de ojos espectaculares en tanto me cubre la frente con un paño húmedo—. Sufriste un inicio de crisis nerviosa y tuve que medicarte. No vayas a levantarte, ¿de acuerdo? —Yo... —la foto
Capítulo cincuenta y seis: Me jode quien puede"Narra Harry Mascherano" Estoy hasta las narices de pensar en las mil y una formas de matar a un italiano atrevido. Quiero torturarlo hasta que suplique por su muerte. Sin embargo, soy consciente de que algo así jamás se dará, lo cual me enerva todavía más. No recuerdo haberme sentido tan furioso antes en toda mi vida, no quepo en mí. No veo la hora de aterrizar, ver a mi mujer y arrancarle los ojos a cada uno de los habitantes de esa jodida isla. —No podemos continuar el trayecto en bajo perfil —me comunica el informático a cargo del equipo táctico mientras el helicóptero vuela sobre el mar—. El satélite nos ha detectado. —Túmbalo —ordeno con la mirada fija en el océano violeta. —Señor... —¡Que lo tumbes, he dicho! —exclamo contando hasta cien para no rebanarle los sesos. —Lo que trata de decirte es que tenemos una interferencia —alude Milo señalando la laptop—. Me parece que tu amigo quiere darte la bienvenida a su casa. 'Co
Capítulo cincuenta y siete: Exijo sangre "Narra Harry Mascherano"El equipo está dividido en dos partes, algunos comienzan a bajar de sus botes y el silencio reinante se ve interrumpido por un tronador sonido de las olas. Nos están esperando, es más que evidente. La segunda granada explota en la zona norte, mis hombres corren a prisa para adentrarse en la isla y cuando las alarmas suenan, ya es demasiado tarde.Los disparos resuenan, el olor a pólvora perfuma el aire y continúo mi avance a través del caos que no es más que el principio de este largo ocaso. —¡Rodeen la jodida frontera ya! —ordeno y sin esperar respuesta, salgo del grupo para abrirme paso a tiros entre los autos arremolinados en la calle—. Milo, toma el helicóptero y llévate a Brooks. Tú —señalo al italiano—, trata de mantenerte vivo y no estorbar. —Tranquilo, que no espero flores ni lágrimas de tu parte en mi entierro —no entiendo cómo al muy imbécil le quedan ganas de bromear dadas las circunstancias—. Voy por lo q
Capítulo cincuenta y ocho: No eres inmortal “Narra Harry Mascherano”Termino la botella de agua antes de echarme otra encima, a sabiendas de que pasarán unas cuantas horas hasta que mi cuerpo vuelva a probar líquido. —Debería ser yo —el imbécil de Mauro murmura por enésima vez. —Si vas a seguir comportándote como estúpido, puedes largarte —siseo cortante. —Admite que tengo razón —insiste en voz baja para que nadie más escuche. Por el momento la lluvia de balas a cesado y la marea permanece en calma... o eso es lo que piensan. La gente está saliendo del refugio poco a poco y yo no veo la hora de ver a mi mujer. No puedo comenzar la pelea sin comprobar su estado—. Fui yo quien orquestó el rescate de Fabiola. —No te importó mucho darme el crédito por ello. —En aquel momento era lo correcto y sabes muy bien por qué —indica—, pero ahora... Estamos hablando de un duelo a muerte, porque ambos sabemos que ninguno de los dos se va a rendir hasta drenar la sangre del otro. —Puede que
Capítulo cincuenta y nueve: El plan de un sádico “Narrador omnisciente”La noche se asienta en la exótica isla de Icaria. La luna no ha salido hoy y tal parece que no saldrá, como si presintiera el abismo del terror que está por venir.La brisa del mar sopla con fuerza en la playa, lugar en donde la mayoría de la población se ha reunido para presenciar la lucha más sangrienta de los últimos años.La Bestia ha exigido sangre, el Capo de la Mafia Calabresa le tiene ganas desde hace un tiempo y en la organización a la que ambos pertenecen, solo existe una forma de poner fin a la venganza. Se trata de una pelea sin protecciones, sin ataduras y sin límite de tiempo. La única regla es que no existen reglas. Una red de alambre de púas rodea el sitio dispuesto como ring, encerrando a las dos bestias en el mismo, hasta que uno de los dos se dé por satisfecho… o muera en el intento.Pese a que la cerca es gruesa, no impide al público contemplar los cuerpos bien dotados de los contrincantes.
Capítulo sesenta: ¿Quién eres, Lion Brooks?“Narra Ariana Fallon”Su cuerpo vestido por el líquido rojo impacta contra el mío, llevándonos al suelo. Un gemido lastimero escapa de sus labios debido al esfuerzo por apoyarse sobre sus brazos para no tocarme el abdomen…'¿Está haciendo lo que creo que hace?'¿Acaso… quiere al bebé?La gente corre a nuestro alrededor, pero yo solo lo miro a él.—Maldit0 psicópata del infierno —aunque mi boca lo reprende, mi frente se apoya en la suya con un aliviado suspiro—. Dime que se ha acabado, por favor.—Yo no soy marioneta de nadie.'¿Y eso a qué viene?'No puedo seguir preguntando, puesto que me toma por sorpresa al levantarme como si tocara un jarrón de cristal y depositar mis pies en suelo con la misma delicadeza.Me quedo de piedra viéndole como si le hubiesen salido dos cabezas más, aunque el momento no demora mucho, debido a un estruendo que paraliza a todo el mundo.—¡Alto al fuego! —pronuncia un anciano con pinta de Sugar Daddy, pero impo
Capítulo sesenta y uno: Eres mi hija “Narra Ariana Fallon”La sangre parece congelarse en mis venas, el pánico me ataca debido a que no puedo moverme. Cada uno de los sucesos del pasado desde que tengo uso de razón vienen a mi memoria y después... cada uno de los encuentros con él desde la noche en La Cueva. 'He venido por ti, Ariana...'Me lo dijo y yo no lo escuché. Harry tiene razón en algo: siempre tergiverso la realidad a mi conveniencia. Ilusa de mí por creer que iba tras de mí para llegar al Bestia, cuando era exactamente lo opuesto. —Ariana... —¡No te me acerques! —grito como desquiciada—. Ni se te ocurra tocarme. —¿Qué te sucede? —inquiere ignorando mis palabras. Al parecer me he vuelto el centro de atención, pero el pitido en los oídos junto al aturdimiento, no me deja ver más allá de los ojos marrones del italiano. —El lunar... —siento que me ahogo—. ¡¿Quién caraj0 eres tú, Lion Brooks?! ¡¿Qué tienes que ver conmigo?! Sus ojos se abren como platos al comprender e