Capítulo treinta y cuatro: Él es mío "Narra Ariana Fallon"La multitud aúlla de pie sin parar, los billetes vuelan a mi alrededor e incluso algunos tratan de llegar hasta el escenario para alcanzarme. No obstante, todo queda en un intento porque un escudo de hombres me vuelve intocable. Yo por mi parte, no atiendo ninguno de los llamados, simplemente porque mis sentidos no me permiten prestar atención a otra cosa que no sea la Bestia asesina que viene a ejecutarme. He firmado y aceptado mi sentencia, sin embargo, no voy a retroceder. Solo sobrepasando los límites y llegando a las últimas consecuencias, puedo atravesar las barreras de Harry Mascherano. Llegaré hasta el final, hasta las últimas consecuencias. Es por eso que coloco los brazos en jarras exhibiendo aún más mis pech0s turgentes y ansiosos, porque sí siento un poco de temor, pero también mucho morbo de la forma en que me mira. —Baja de ahí —pese a que sisea muy bajito, soy capaz de escucharle. —Estoy trabajando, Mascher
Capítulo treinta y cinco: Ama del Universo "Narra Ariana Fallon"Cruzo la puerta del club tarareando alguna canción que debo haber escuchado en algún sitio y sonrío a todo el que me pasa por el lado. Estoy feliz, más que feliz... Luzco como una niña de cinco años a la que acaban de hacerle el mejor regalo de Navidad. —Oh, mira quién viene por ahí —encuentro a las chicas reunidas en las barras, apuesto que están ensayando el show de esta noche—: la cazadora de monstruos. Las chicas se echan a reír con el comentario de la latina. —Pensábamos que a estas horas ya eras comida para peces —la Jefa se suma a las burlas. —¿Qué pasa, niñas? —cuestiono en una sonrisa cuando sus voces se apagan un poco—. ¿Tan poca fe me tienen? —Venga, mujer —salta la morena hablantina—, todas presenciamos la rabieta de la Bestia anoche. Siempre tiene cara de asesino, pero ayer... —Era cosa de otro mundo —completa Fabiola—. De verdad, verte aquí, ahora e ilesa parece un milagro para nosotras. —O
Capítulo treinta y seis: No vas a marcharte jamás 'Narra Ariana Fallon"Como si mi cuerpo trabajara como un robot programado para atacar un único objetivo, tomo el primer periódico internacional que encuentro y me marcho directo al auto. —¿Ariana? —de lejos escucho la voz de Fabiola. Soy consciente de que sigue mis pasos, pero yo simplemente continúo en mi especie de trance. 'No fue él', repito en mi cabeza como una especie de mantra. 'No puede haber sido capaz.'Sin embargo, por mucho que trato de convencerme, la duda permanece latente. —¡Ariana, para! —la rubia tira de mi antebrazo a tan solo unos centímetros del Maserati—. ¿Me puedes decir qué demonios te sucede? Alzo la vista para toparme con su confundida expresión y entonces, la realidad toma mayor fuerza. Los labios me tiemblan, avisando que estoy a nada de desmoronarme y no, no me da la gana caer en la desdicha antes de despellejar a un diablo imbécil. —Toma en volante —dictamino pasándole las llaves antes de rodea
Capítulo treinta y siete: Mente retorcida "Narra Ariana Fallon" ¡Maldit0!Me ha encerrado aquí, atada de pies y manos como una vulgar ramera y con la televisión a todo volumen. Lo peor es que ha dejado la puerta de la habitación abierta para que mis gritos resuenen en todo el jodido piso, incluso por encima de los inútiles reporteros de la pantalla. Este hombre es un imbécil integral y lo peor es que yo también lo soy. Le he entregado tanto de mí, que a veces siento que me ha dejado sin nada, que se está quedando mi esencia y me arrastra por el submundo al cual él pertenece. Mi mayor desgracia es que no sé si puedo salir de ahí. Hijo de su madre... ¿Como voy a asumir que los hijos de mi hermana y ella en sí misma, estén sufriendo por culpa del psicópata con el que me he casado y con el que comparto cama?¡Por una mierd@! Si estoy aquí, siendo suya y dejándome la piel en esta aventura es justamente para que preserve la vida y el bienestar de los míos. Si, soy culpable de seg
Capítulo treinta y ocho: La Mujer de la Bestia "Narra Ariana Fallon"El ambiente que me rodea es una auténtica locura. Todos dando indicaciones, las chicas corriendo de aquí para allá intentando cumplir sus propios roles y yo de pronto siento que no voy a dar la talla.Todo lo vivido con el maldito psicópata me tiene confundida y estresada. La ansiedad me corroe porque no tengo idea de cómo o en qué condiciones terminaré esta noche. La Bestia Mascherano no sabe lo que le espera y desde ya puedo predecir que entrará en cólera. Sin embargo, ya todo me da igual. No le tengo miedo y debo demostrarle que sin importar lo que haga, ante mis ojos será siendo el mismo: mi marido, el hombre que amo. Yo soy su mujer, la mujer de la Bestia y a partir de esta noche no tendrá dudas de ello, ni de que soy tan malditą como él. Hago una seña para que venga el maquillador y me distraiga con los polvos mientras aplico brillos y humectantes a la piel de mis pies para que resalten con los zapatos de la
Capítulo treinta y nueve: Has cruzado la línea de no retorno "Narra Harry Mascherano"Siento que me arde el centro del pech0. Me falta el aire, las venas no oxigenan mi cuerpo y la visión comienza a tornarse borrosa. Mis ojos exteriorizan la oscuridad en mi alma que se come todo a su paso y cuando ella ve mi rostro inyectado en ira, se paraliza, aunque sin renunciar a su desafío. Se da cuenta de cuánto me ha provocado, lo que ha hecho y simplemente se queda ahí, delante del público con los pezones poniéndose duros de saberse observados por mí. La p0lla me late entre las piernas y tomo la bandeja del camarero que tengo al lado para beber dos copas de golpe. ¡La mato!¡Hoy la empotro hasta que grite por miedo a morir debajo de mí!Bajo la vista hasta su pelvis y la veo tan depilada, tan perfecta y recuerdo lo apretada que es, lo húmeda que sé que debe estar y lo mucho que la deseo y reviento la copa en mi mano llamando la atención de más de un invitado.—Cuando se baje del escenario
Capítulo cuarenta: ¿Quién es Piero?"Narra Ariana Fallon"Despierto en una habitación conocida sofocada por el calor y al girar la cabeza, encuentro al motivo de mi sofoco. Mi marido ahora mismo luce como un angelito con los ojos depravados cerraditos, el cabello cobrizo desparramado llegándole a la frente, sus piernas rodeando mis caderas y una mano metida en mis pechos mientras que la otra descansa sobre la almohada de una forma muy graciosa.Me separo con extrema lentitud y delicadeza para quedarme de pie frente a la cama contemplando su figura, detalle por detalle.Ahora veo con claridad lo que un principio me negaba a ver: Harry Mascherano es la personificación de mi sueño más erótico e incluso lo supera… al menos en el físico. La maldad, la psicopatía y la perversión ensombrecen mi ideal de hombre perfecto. Sin embargo, no lo vuelve menos atractivo ni me impide quererlo, por el contrario, mi mente desquiciada lo ansía más y más hasta cruzar los límites de la desesperación.
Capítulo cuarenta y uno: Los secretos de mi marido "Narra Ariana Fallon"Tomo una profunda respiración antes de avanzar hasta la entrada del club. El nombre del desconocido continúa haciendo eco en mi cabeza mientras me dejo arrastrar por la suave música de fondo en el salón de prácticas. Sin embargo, el cántico se apaga de pronto, junto al equipo de sonido, para ser sustituidos por un profundo silencio. —A formarse en fila, chicas —ordena Fabiola— e inclínense todas, porque la jodida ama del universo acaba de llegar. No puedo evitar reír con fuerza cuando ellas obedecen recibiéndome como si fuera la misma reina de Inglaterra. —¡Un aplauso para Lady Beast! —vitorea una de las bailarinas, haciendo aspavientos como ya es habitual en ella—. La mujer de la Bestia Mascherano.Los silbidos no se hacen esperar en tanto paseo la vista de una a otra con los ojos entrecerrados y los brazos en jarras. —Son unas payasas —me quejo divertida antes de sentarme en la mesa del centro. —Vino