Capítulo cuarenta: ¿Quién es Piero?"Narra Ariana Fallon"Despierto en una habitación conocida sofocada por el calor y al girar la cabeza, encuentro al motivo de mi sofoco. Mi marido ahora mismo luce como un angelito con los ojos depravados cerraditos, el cabello cobrizo desparramado llegándole a la frente, sus piernas rodeando mis caderas y una mano metida en mis pechos mientras que la otra descansa sobre la almohada de una forma muy graciosa.Me separo con extrema lentitud y delicadeza para quedarme de pie frente a la cama contemplando su figura, detalle por detalle.Ahora veo con claridad lo que un principio me negaba a ver: Harry Mascherano es la personificación de mi sueño más erótico e incluso lo supera… al menos en el físico. La maldad, la psicopatía y la perversión ensombrecen mi ideal de hombre perfecto. Sin embargo, no lo vuelve menos atractivo ni me impide quererlo, por el contrario, mi mente desquiciada lo ansía más y más hasta cruzar los límites de la desesperación.
Capítulo cuarenta y uno: Los secretos de mi marido "Narra Ariana Fallon"Tomo una profunda respiración antes de avanzar hasta la entrada del club. El nombre del desconocido continúa haciendo eco en mi cabeza mientras me dejo arrastrar por la suave música de fondo en el salón de prácticas. Sin embargo, el cántico se apaga de pronto, junto al equipo de sonido, para ser sustituidos por un profundo silencio. —A formarse en fila, chicas —ordena Fabiola— e inclínense todas, porque la jodida ama del universo acaba de llegar. No puedo evitar reír con fuerza cuando ellas obedecen recibiéndome como si fuera la misma reina de Inglaterra. —¡Un aplauso para Lady Beast! —vitorea una de las bailarinas, haciendo aspavientos como ya es habitual en ella—. La mujer de la Bestia Mascherano.Los silbidos no se hacen esperar en tanto paseo la vista de una a otra con los ojos entrecerrados y los brazos en jarras. —Son unas payasas —me quejo divertida antes de sentarme en la mesa del centro. —Vino
Capítulo cuarenta y dos: Placer en el dolor "Narra Ariana Fallon"No tengo idea del motivo, pero el misterio creado alrededor del tal Piero me da una visión diferente del mundo y de la familia Mascherano en específico. No quiero dibujarme corazones en la cabeza. Sin embargo, la esperanza se alimenta de mis dudas y crece en mi pech0 sin control. ¿Y si esa es la raíz de todos los problemas de Harry? ¿Acaso soy yo suficiente antídoto para sanar sus heridas o al menos, hacerlas más llevaderas? Me siento en medio de una jodida y retorcida versión de Cincuenta Sombras de Grey. ¿Es que detrás de cada psicópata o sádico existe un trauma de la infancia?'No'Tengo muy claro que pese a que sus traumas influyen en su personalidad, no lo definen. Harry Mascherano es malvado porque le gusta serlo y punto. Él me lo ha dicho en más de una ocasión y ahora que poco a poco voy armando las piezas del rompecabezas, mis ojos ven con más claridad que nunca. Es mi hombre, mi Bestia y así me gusta. No
Capítulo cuarenta y tres: Bestia vs. Princesa"Narra Ariana Fallon"—Tu empresa es muy bonita —comento maravillada.—¿'Bonita'? —bufa con cierta incredulidad—. Es una de las cincuenta maravillas arquitectónicas del mundo actual y tú la llamas bonita. —¿Qué te puedo decir? —me hago la interesante lamiendo la comisura izquierda de su boca—. No soy una chica que se deje impresionar con facilidad. —¡Ja! Eso es porque no has visto la fuente de cristales. Me alejo en el acto con los ojos muy abiertos. Ya veo de dónde viene la fama de este hombre. —¿Tienes una fuente de cristales? —aunque asiente sigo sin creerlo—. ¿De las que echan agua? —¿Ahora sí te he impresionado? —se burla. —¡No hasta que la vea! —lo tomo del antebrazo para obligarle a salir de la oficina—. ¡Venga! Tienes que enseñarme este sitio. —¿Es que me has visto cara de guía turístico? —me para en seco—. Dile a mi secretaria que te haga la visita guiada. 'maldit0'Cuando trato de hacer las cosas por las buenas, pasa esto
Capítulo cuarenta y cuatro: De que te rompo, te rompo"Narra Ariana Fallon"A este paso no voy a conocer todo el lugar nunca.Cada vez que entramos a una oficina vacía, me mete mano y me subo a su cintura para tirarle del pelo y besarlo.Doblamos en otra esquina y si no viene nadie por el pasillo, mete los dedos entre las piernas o me toca el culo.Así todo el rato.No me quiero imaginar lo que me haga cuando estemos dentro de su oficina y a solas. Siento que estoy desarrollando algún tipo de trastorno exhibicionista. Por fin llegamos a la fuente y me quedo con la boca abierta de par en par, escéptica ante la imagen frente a mis ojos. Donde hay cristales del mismo tamaño de un grano de arena, debería haber agua. La corriente corre desde la punta hasta el fondo del plateado estanque adornado con diamantes —no creo que sean una imitación—, mientras el perímetro delimitado por un delgado muro de luces le da el aspecto magistral a la creación.Esto no es una edificación diseñada por un
Capítulo cuarenta y cinco: Mi fortaleza y mi debilidad "Narra Harry Mascherano"Estoy que no quepo en mí.Algo me atormenta desde dentro y sé que es la posibilidad de que Lion se acerque demasiado a mi... mujer.¿Mi mujer?Ese pensamiento me gusta y me disgusta. Sin embargo, cuando ella me llama 'mi marido' cada jodido órgano de mi sistema vibra sin control, aumentando ese sentido de pertenencia que me enloquece. Es tan ambiguo como intenso lo que me hace sentir.Tengo que dejarle las cosas claras de una vez al anciano y toca a las malas, porque al parecer no termina de entender mis exigencias. Me importa una malditą mierd@ quién sea, en mis asuntos nadie se mete.Bramo a mi jefe de seguridad para que venga, quien, en menos de lo que puedo resoplar furioso, entra en mi despacho mientras yo me encuentro dando vueltas en ningún sentido. —¿Qué necesita, señor?—Necesito muchas cosas que no te importan —contesto con brusquedad—. Busca a Lion Brooks y dile que le veré hoy sí o sí. Que
Capítulo cuarenta y seis: Cuarenta y ocho horas "Narra Harry Mascherano"Cruzo las puertas del edificio y camino de una forma que parezco dejar las llamas prendidas donde quiera que pongo los pies. No escucho, no veo, solo siento y nada bueno. El ascensor me desespera y la sensación de ahogo me invade de pronto. Sin embargo, una vez que me encuentro fuera del mismo no desaparece como era de esperar. No es el espacio lo que me asfixia, sino la ansiedad de romperle la mandíbula a mi peor pesadilla. Porque en eso se ha convertido Lion Brooks, en una piedra en el zapato de la cual no me puedo deshacer por más que me lo proponga. Hay algo que me sigue reteniendo de aplastarlo como cucaracha, pero eso no me impide desfogar mi frustración con un buen puñetazo y es precisamente lo que hago apenas entro a su oficina. —¡Te lo advertí, imbécil! —exclamo enrabietado, tomándolo de las solapas de su traje de firma—. ¡Te dije que te mantuvieras a distancia! —No me he acercado a ella... —mient
Capítulo cuarenta y siete: Está loca "Narra Harry Mascherano"Abro la puerta con la vista fija en él, dejando claro que se le ha terminado el tiempo. No obstante, en cuando devuelvo la mirada al frente, me obligo a detenerme en seco. Un montón de inútiles, encabezados por la secretaria con cara de espanto, se encuentra reunido en el pasillo como moscas atraídas hacia el pastel. «Ridículo»Esto en mi empresa no sucede. La mirada de la rubia más pálida que una hoja de papel se pierde por la rendija de la puerta y poniendo los ojos en blanco, sigo mi camino ignorando a todo el mundo. Me subo al auto con las sienes latiéndome como su hubiera tenido la peor resaca de la historia. Maldig0 al puñetero país de Estados Unidos con todos sus habitantes, porque eso es lo que son: una jodida resaca y la más mala de todas es la loca que vive bajo mi techo, puesto que sin importar cuán fuerte sea el dolor de cabeza... me gusta. Un jodido masoquista, en eso es en lo que me he convertido. El in