NickDesperté, sintiendo la claridad de la luz que entraba por mi ventana y pestañee varias veces para adaptarme a ella. Me senté en la cama y observé a Emma, quien estaba boca abajo plácidamente dormida. No entendía cómo podía dormir bien en tan pequeño espacio, yo ni loco podía dormir ahí. La seguí observando y noté que vestía un diminuto short que cubría la mitad de su muslo y una blusa larga como pijama, lo sabía porque estaba descubierta, no porque hubiera querido mirar.Como sea, tomé la sábana y cubrí su cuerpo con ella, ni siquiera sabía porqué lo hacía, debería dejarla morir con el frío que estaba haciendo, pero tampoco era un desalmado. Me vestí para ir a correr como todos los días y al regresar a casa, fui directo a la cocina, encontrándome con Rosa.—Buenos días, joven —me saludó. —Bu-buenos días —balbucee, nervioso al recordar que me porté como un idiota con ella y no sabía cómo disculparme—. Rosa —dije, captando su atención—. Lo del otro día... yo no estaba de buen hu
Emma Se escucharon unos aplausos de todos los presentes y Nick separó rápidamente sus labios de los míos. Yo lo miré a los ojos sin decir nada. —Pueden retirarse —dijo mi esposo de mentira de manera contenida, parecía molesto. Sujetó mi mano de mala gana y entramos a la empresa sin dirigirnos palabra. Ya libres de todos las cámaras, nos soltamos y sin mirarnos siquiera, cada uno fue por su lado, yo hacia la oficina que me dio su padre junto a mi mejor amiga –quien no dejaba de mirarnos con una sonrisa divertida y pícara–, y él a la suya. —Oye, Emma… —No digas nada —la interrumpí de inmediato, colocando los ojos en blanco. Ya sabía lo que diría, y francamente me tenía sin cuidado. —Pero qué amargada… —mi mejor amiga se calla, al notar que una mujer se encuentra en mi oficina—. ¿Y esta de dónde salió? —Jane… —la reprendí en voz baja, dirigiéndome luego a la desconocida—. Buenos días, ¿que se le ofre…? —Alisson —cortó con una sonrisa falsa, mirándome de arriba a abajo—. Tú d
No pude contestar un solo mensaje o llamada que entraba a mi celular, me había ido a una parte solitaria de la ciudad por horas y aunque los pies me dolían, no pensaba regresarme a la mansión Russell. No tenía ganas de nada, ni siquiera fingir que era más fuerte que el imbécil de Nicolas Russell, no sabía cómo iba a soportar verlo después de lo que había pasado. "Una madre drogadicta que te abandonó" "Tu familia no vale nada" Resoplé y en ese momento recibí el milésimo mensaje del día, le di una oleada sin muchas ganas y me di cuenta que se trataba de Nancy, la hermana de Nick. Mordí mi labio y rodé los ojos, respondiéndole solamente a ella sobre mi paradero. Parecía preocupada y eso me hacía sentir mal. Sí, de acuerdo, era una débil. No tuve que esperar mucho tiempo, Nancy apareció con la expresión de su rostro alterado, rodeandome con sus brazos y apretándome tan fuerte, que pensé que iba a romperme una costilla. —¿Por qué demonios viniste hasta aquí? —casi gritó en mi oído
Emma se zafó de mi agarre rápidamente y me miró con mala cara, afortunadamente estábamos solos y no había nadie a nuestro alrededor, de lo contrario, sería un nuevo escándalo. —No estoy jugando —respondió tajante, arreglando su blusa de manera tranquila, aunque sus ojos…—¿Vas a responder mi pregunta? —alcé una ceja y la vi sonreír sin ganas, sacudiendo la cabeza—. ¿Por qué el teatrito? Eso pareció enfurecerla.—¿Crees que eres el único que sabe hacer un papel? —su tono era de resentimiento—. Te hice un favor y así me pagas, es increíble. Me quedé paralizado, analizando sus gestos. Parecía estar llamándose al autocontrol, tomó varias veces aire y luego mostró ser una gran actriz, porque su rostro no reflejaba nada, ni siquiera sus ojos.—Querido esposo, voy a salir un rato —habló con falso tono meloso, dándome la espalda, rumbo a la salida. Pero, ¿qué?Acababa de cambiar de estado de ánimo en un santiamén, ¿qué clase de persona era? Me quedé parado como estatua, hasta que decidí s
—¿No irán de luna de miel? —cuestionó mi cuñada y casi me ahogué con el vino. —No, eso no va a pasar —dije y Nancy me sonrió con picardía—. Es decir, ya quedamos en que no quisiera ir de viaje y Nick… él dice que tenemos mucho trabajo. —No seas amargada —ella toma un poco de vino—. Ya te hace falta un poco de acción, ya sabes… —¿Quién dice que no he tenido sexo? —puse los ojos en blanco. —¡Interesante conversación que tienen aquí! —me sobresalté al punto de casi derramar mi trago. ¿Qué hacía él aquí?—. ¿Esto es lo que hacen las mujeres a espaldas de los hombres? ¿Hablar de sus perversiones? —Já, como si no ocurriera lo mismo con ustedes —se burló la melliza de Nick. —No digas eso, eres mi hermana y pensarlo resulta perturbador para mí —dijo Nick con desagrado. —¡Pues entonces no lo pienses! —rió, despidiéndose de nosotros con un abrazo—. Disfruten de su nuevo nidito de amor, tórtolos. Sí, las condiciones habían cambiado ahora que los padres de Nick se habían ido de vacacione
El cálido aliento de Nick comenzaba a embotar mis sentidos, y aunque sabía que debía detenerlo, por otro lado ansiaba sentir sus besos nuevamente, como cuando estábamos en esa pista de baile. Cerré los ojos y me quedé quieta, esperando lo que fuera que tuviera que esperar. Pensé que comenzaría a besarme, y aunque sentí nuevamente su aliento cosquilleando mi nariz, una leve risita me hizo abrir los ojos abruptamente. —Es lo que querías, ¿no? —se burló, sus ojos brillaban a más no poder— casi caí en tu juego, arpía interesada. Se levantó tan bruscamente que el colchón comenzó a tambalearse, y mi cabeza también. ¿Qué demonios? —¿De qué juego hablas? —pregunté desorientada, sentándome para mirarlo mejor. —Hiciste que despachara a mi conquista de turno, sólo porque sentiste celos —se rió con desparpajo— eres una manipuladora, ¿crees que obtendrás fácilmente este cuerpecito? Apreté los dientes con rabia. ¿Quién se creía que era? —¿Crees que deseo que me pongas una mano encima? —alcé
No tardé mucho en llegar, ya que era bastante cerca en taxi. Entré al hotel y minutos después, toqué su puerta.—Carl —digo preocupada al verlo tan mal— Estás ebrio.Lo ayudé a entrar y lo senté en su sofá. Le quité una botella de whisky y la coloqué en la mesa.—¿Qué sucede? —demandé con preocupación.—Nunca tuve a alguien cuando era niño, ¿sabes? —trató de ponerse de pie, pero se lo impedí— Esa mujer... no debió de ser mi madre.—Carl… —me senté junto a él y sequé sus lágrimas— ¿Qué sucede?—Pensé que ella era la mujer de mi vida —lo miré con una mueca— pero estoy condenado.. Creí que por un momento, la vida estaba siendo justa conmigo, que por fin estaba siendo amado.—Hablas de Roxanne.—Me confesó que sí me fue infiel —solté un suspiro— Qué se reencontró con un viejo amor y habían estado juntos en varias ocasiones.—Carl…—acarició su mejilla— tú eres la única que me ama de verdad —me contuve para no llorar— Me terminó por un mensaje de texto.. la mujer que amé durante 5 años me te
Bajé las escaleras y al llegar al último escalón, vi a Nick sirviendo algo en una taza. —Aquí está tu té —me dijo y puso la taza en la isla. — Las pastillas. —me las entregó.—Gracias —estornudé, me tomé las pastillas con el té. — Gracias por llevarme hasta mi habitación.—No hay de qué —miré su espalda de arriba hacia abajo. — De casualidad... ¿hice o dije algo? —él se giró y secó sus manos con una toalla.—No —respondió en seguida.—Mmmh —dudé. — ¿Seguro?—Sí. —Bueno, iré a recostarme en el sofá —él asintió. — ¿Estás seguro de que no…?—Sólo te dormiste —tomó un sorbo de café.—¿Sabes? —entrecerré mis ojos y doblé mi cabeza a un lado. — No confío en ti.—Lo sé —tomó otro sorbo para ocultar su sonrisa.***Pov. NickNoche anteriorRealmente estaba muy enferma con su nariz roja al igual que sus mejillas y ojos, la vi como se dejaba vencer por el sueño, aunque luchaba por no dormir hasta que no pudo más. La luz de la luna a través de la ventana caía en su rostro, se había quedado dor