Capitulo 22

—¡Elo! —gritó, aunque no pudo agitar la mano porque Jye se la sujetó.

—Yo te habría dejado en casa —dijo con frialdad.

—No seas ridículo —se soltó—. Vives en la otra punta de la ciudad. La tarifa del taxi habría sido exorbitante.

—¿Cuándo ha empezado a preocuparte una tarifa de taxi? Desde que te robaron el coche tú has gastado más que nadie en taxis.

—Punto que nunca has dejado de recordarme —replicó—. No hay modo de complacerte, ¿verdad?

—Eso no es cierto, Steff. La otra noche lo conseguiste... varias veces.

—No estoy interesada en hablar de lo sucedido esa noche.Ni ahora, ni en un futuro cercano, ni nunca.

—Es una pena, porque dentro de unos meses quizá tengamos que hablar de técnicas de parto.

—No estoy embarazada. Cuantas veces tendre que repetirte eso...

—Eso esperamos. Por desgracia, la esperanza no es una medida fiable para evitarlo.

—¡Hola, chicos! —para Steff, la llegada de Eloisa no podría haber estado mejor sincronizada. No sólo le evitó tener que responder, sino que coinc
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP