Blair caminaba con su exquisita figura rumbo al ascensor, y con cada paso que daba mostraba lo inquieta que se sentía en aquel momento, y a pesar de su belleza envolvente la chica no se mostraba llena de inseguridad por el hecho de entregar aquellos papeles que tenía en su mano, su temor era otro, aquel de poder conocerlo a al fin, no podía creer que después de tres años ella al fin tuviera las fuerzas suficientes para llegar a conocerlo, de poder presentarse ante él frente a frente.
Temía por su reacción, temía por sus palabras, pero sobre todo temía por su mirada, temía por qué al llegar a sentir su mirada fuera tan parecida a aquellas que salían en fotos del periódico y de las revistas, solo mostrará rechazo hacia su persona, que solo demostraran que él solo había hecho aquello por la simple y llana razón de una promesa a su abuelo, que no sentía más que un sentimiento de fastidio y la observara como si no fuese más que una caza fortuna, no más que una mujer interesada que solo lo utilizo para poder librarse de muchas cosas.
Aunque si ella lo pensaba bien, era tal cual, ella había usado aquello de cierta manera como un método para poder librarse de algunas cosas, para poder cumplir con un deseo de aquel anciano, pero ella nunca imaginó que su vida se mostraría de una manera tan irónica, que no fuese más que un sinfín de burlas y sentimiento de soledad, un sinfín de rechazos y de duelo.
Por no ser más que una esposa abandonada, no ser más que la patética chica que jamás había conocido a su esposo a pesar de los años, por esa razón justamente cuando llegó a pasos indecisos hacia una hermosa chica rubia que se mostraba bastante ocupada, pero a la vez en cada respirar demostraba la seguridad que a ella obviamente le faltaba, pensó.
“seria esto necesario” “si claro que lo es” así que ahora mismo habla, no seas patética” curiosamente aquello era algo que solía hacer desde que dio el primer paso en aquel enorme edificio.
—Umm… Disculpe… Disculpe… ¿Señorita? Disculpe…-La mujer levantó su mirada hacia ella, en la que demostró que no estaba para nada conforme con observar a dicha presencia, en la que le dio un recorrido de pies a cabeza, indicando lo poco digna que le parecía al estar frente a ella
—¿Si dígame? ¿En qué puedo ayudarla? —Sus palabras, parecían ser toscas y demandantes, algo que hizo que Blair se sintiera aún más insignificante.
—Busco… Al señor Neo Campbell…—La mujer levantó una ceja de manera despectiva hacia ella, mientras parecía que Blair solo le había contado un mal chiste.
—El señor Campbell no se encuentra recibiendo visitas el día de hoy… Así que ya puede marcharse…—Cada palabra era digna como de una reina a una plebeya.
En el que Blair, no sabía cómo afrontar dicha respuesta, no es como si esperara que aquel supiese que ella estaba allí, es más, sospechaba que ni siquiera sabía su nombre, o que saliese justamente al escuchar su nombre y recibirla como de la realeza.
—¿Hay manera de que usted pueda darle unos documentos? —La hermosa chica de rasgos finos y dulce rostro, le pasó aquel sobre que con tanto esfuerzo sostenía en su mano.
Aquella rubia sin sospechar, simplemente aceptó llena de disgusto y observo como aquella no parecía dispuesta a partir de una buena vez, pues nada en aquella chica contrastaba con el lugar lleno de elegancia y refinamiento
—¿Hay algo más que pueda hacer por usted señorita? —Sin duda alguna tampoco era una cortesía, era una manera de decirle, “solo lárguese de una buena vez tiraré sus papeles a la basura”
Blair no podía permitirlo, no podía simplemente perder aquello, solo esos papeles le habían costado una fortuna, si los perdía, si lo hacía no sabía cuándo lograría obtener el dinero de nuevo, por lo que trago en seco y hablo ahora con un poco de más fuerza, tal vez con poco más de presencia, podrían tomar en serio aquella petición.
—Si… El señor King está esperando por estos papeles, si no los recibe pronto corre la posibilidad que usted pierda su trabajo, no queremos que eso ocurra, así que agradecería su pronta entrega…—Todo no era más que mentiras, no más que una estrategia, su mejor amiga siempre solía decir que un poco más de fuerza al hablar y mirar a los ojos cuando lo haces con ello lograrías que simplemente te creyeran.
Cosa que pareció funcionar, pues la rubia se había puesto tan pálida como un papel y al ver su ropa sencilla y su aspecto tan joven, posiblemente creyó que se trataba no más que de una repartidora y no una acosadora de aquellas que visitaban constantemente al gran Neo Campbell, por lo que asintió con convicción y hablo con un tono bastante formal.
—Así será, a más tardar en unos minutos se entregará aquellos documentos al señor Campbell—No había mucho que hace o decir
Blair no quería estar más en el aquel lugar, por lo que solo asintió con tranquilidad y rogó a todo lo divino recibir pronto la respuesta, ya que con ello daría por saldada no solo una deuda con ella misma, también con aquel anciano al que le prometió que estaría el tiempo necesario casada con su nieto, el tiempo que ella consideraba que ya había llegado a su límite.
En el ventanal de la oficina principal de la torre de la ciudad A, un hermoso hombre de facciones perfectas y masculinas, se encontraba observando aquellas personas que pasaban por las calles, en el que desataba su costosa corbata que hacía juego con su perfecto traje de sastre el cual había sido solo diseñado para él, solo lo mejor de lo mejor.
Nadie podía cuestionarlo, él era el dueño y soberano por así decirlo de aquella ciudad y aunque había estado en el extranjero por tanto tiempo nadie podía indicar que aquel no era más que un rey sin corona, era el gran dueño de cada uno de los rincones de la ciudad A y todos más que encantados se arrodillaban a sus pies y suplicaban por su presencia al ser el hombre más poderoso de todos.
Neo Campbell, era el sueño de toda mujer, un hombre adinerado, inteligente y muy culto, de una de las mejores familias de la ciudad B, el hombre que ahora recién llegaba a la ciudad A, para iniciar negocios en el lugar, un hombre que era conocido a nivel mundial por ser uno de los mejores empresarios a pesar de su corta edad, sin contar que aquel no se veía intrincado en ningún tipo de escándalo, pues su vida privada, se mantenía en eso precisamente, muy privada y consideraba que incluso de el mismo.
—Señor… Aquí traje todos los documentos que había pedido, más otro que me ha indicado la recepcionista que fue dejado para usted… Ya fue revisado por mí y me gustaría que le diera un vistazo, ya que parece urgente…—Neo alejó sus miradas grisáceas de la inmensa ventana y observó al hombre de lentes frente a él.
Harry White, era el asistente y mano derecha de el gran Neo Campbell, quien había acompañado al hombre desde el inicio de su carrera demostrando así, que Neo no tenía que preocuparse por nada mientras que Harry estuviera a su lado, por esa simple razón al ver la expresión insegura de su asiente sin decir palabra alguna, como de costumbre de parte de Neo, este se acercó y observó aquel papel que al parecer tenía nervioso a su asistente, más cuando noto la mirada severa de su jefe y la muestra fija que aquello iba a terminar tan bien como él esperaba.
—¿Dónde está? – sus palabras habían salido cortas y bastante determinadas, mientras que su asistente no sabía cómo responder a ello, pues la verdad fue que cuando llego, ya la señora de Campbell se había marchado.
—No lo sé señor… solo sé que se lo entrego a Tiffany y ella le indico que usted no estaba disponible el día de hoy según sus órdenes …—Neo levantó su mirada hacia Harry.
Quien parecía nervioso mientras acomodaba sus lentes y parecía querer alisar su traje de manera desesperada, solo una manera terrible de poder controlar los nervios de tratar con aquella fiera que lo observaba como si se lo fuese a tragar de un solo bocado.
—Ella no es cualquiera…—Aquellas habían sido las palabras de Neo en lo que Harry tragó en seco y se preocupó de manera inmediata, pues no quería ser chivo expiatorio de él durante su enojo.
—Lo lamento, señor… iré de inmediato por ella…—Neo levantó su mano y negó con la cabeza, en lo que hizo un gesto con la mano para que su asistente saliera de su oficina.
Mientras leía con mucho ahínco una y otra vez aquel documento que tenía en sus manos, lo cual al solo leer el título su rostro había denotado asombro y decepción, al lograr ver SOLICITUD DE DIVORCIO encabezando aquel papel, que ya se encontraba firmado por ella, aquel que, en pocas palabras, solo le indicaba que había llegado demasiado tarde hacia ella.
—Blair… ¿Tendrás a otro hombre en tu vida? ¿Dejarás a tu esposo de lado?
El autobús iba rumbo al barrio Silver, un autobús que no dejaría a Blair, directamente en la villa de su padre, por lo que debía caminar unos cuantos minutos más para llegar al lugar, algo que para ella no había ningún tipo de inconveniente, pues si llegaba a ser sincera no tenía un auto ni mucho menos un chofer que la llevase a la mansión Baker, a pesar de que su padre era adinerado, ella no veía la necesidad de tener un auto, o al menos aquellas eran las palabras que solía decirse a ella misma constantemente cada que debía caminar aproximadamente media hora para llegar a la entrada de su hogar.Durante el camino recordó cómo su abuelo le contaba aquella historia que ella no veía más que como una fantasía, en el que contaba cómo dos familias de dos generaciones se habían odiado grandemente por conflictos que ni su abuelo entendía en aquel entonces. Y a pesar de que los años habían pasado y con ello las generaciones, el odio y las malas enseñanzas habían solo saltado a Henry Baker, q
—Harry… ¿Cuéntame qué encontraste?—Señor… Le informo que la señora Campbell ha sufrido múltiples barbaridades por parte de toda la familia Baker, ha sido inducida a maltratos constantemente, tanto físicos como psicológicos, además de ser constantemente agredida por su madrastra Cat Mitchell y su hermanastra Channel Baker, sin siquiera ser considerada digna hija de la familia, gracias a su nana la señora Campbell ha logrado obtener trabajos de medio tiempo para poder subsistir, ya que ella no recibe el apoyo económico del señor Frank Baker, debido a que este alega que tiene una hija buena para nada y no es digna de su pensión… No es echada de la mansión debido a que según tengo entendido, la mansión está a su nombre gracias al difunto Henry Baker…—Detente… ¿Cómo que no ha tenido ayuda financiera de su padre si con el dinero que yo le envió mensualmente cada mes, además de la mansión en Golden ella podía vivir plácidamente por tres vidas más?En aquel momento Harry la mano derecha de
Sorpresa, incredulidad e incluso podría llegar a decir que miles de sentimientos de rechazos había en Blair en aquel momento, su esposo estaba llevando a esa mujer con él, la había ignorado, ella no comprendía nada, no entendía qué estaba ocurriendo.Solo se levantó del suelo y aun estando sucia y un poco lastimada debido a sus heridas anteriores, camino con fuerza hacia aquel, que ahora se encontraba en el auto, mientras Harry quien esperaba en el auto solo observaba la escena, lleno de sorpresa.--Señor Campbell, señor Campbell… Neo Campbell…—Con la ferocidad y odio que la había observado justamente en aquel instante, con aquella expresión tan horrible.Se mostraba hacia Blair, a su esposa a la que le debía siquiera una sola explicación, una con la que ella esperaba que le entregara los papeles del divorcio y solo la dejara marchar de una manera que demostrara siquiera un poco de respeto.—¿Qué desea una mujer que maltrata a otra de tal manera? ¿Qué desea una mujer que no es más que
El piano se escuchaba en el fondo del lugar, mientras que el hermoso rostro maquillado y bajo un vestido ajustado en lentejuelas, que la hacía ver como una diosa encarnada, con su cabello detalladamente recogido y sus expresiones completamente maduras. Sin duda Blair era una de las joyas más grandes de aquel sofisticado bar, ella era la admiración de tanto mujeres como hombres, quienes la conocían como Diane Wolf, era el deseo y sueño de muchos.El problema era que Diane solía escapar de cualquiera que pudiese querer algo más que una solicitud de una canción, ella solía desaparecer como el viento en cuanto terminaba su número y aquello era algo que solía poner un poco más de tensión en el lugar.—Diane Wolf… He de decir que ese nombre es tan vulgar como tú, pero no podemos pedir mucho de ti Blair, después de todo, podemos culpar nada más y nada menos que a la puta de madre, por ello…—Blair apretó sus manos contra su vestido y la observo fijamente para intentar no demostrar que aquell
En un rincón de uno de los bares más lujosos de toda ciudad un hermoso hombre de la contextura más fina, varonil de toda la ciudad observaba su vaso una y otra vez como si este estuviese allí para darle las respuestas que lo acosaban.Justamente lo que necesitaba para saber qué ocurría con él, sentía una terrible apatía hacia su esposa, sentía unas terribles ganas de ir a su hogar y simplemente indicarle que no deseaba estar con ella, que aceptaba el divorcioQue, aunque él hubiese ido a aquella ciudad por ella, se había dado cuenta de que efectivamente la relación no iba a funcionar, justamente como estaba convencido el día que había firmado los papeles del matrimonio, pero era tan difícil poder ceder a sus deseos justamente en aquel instante.Si él firmaba los papeles del divorcio, no solo estaría faltando a la palabra de su abuelo, aquel que había hablado tantas maravillas de aquella chica, de su belleza, de aquella que según el hombre era la mujer indicada para él, que no estaba e
La oficina de Neo Campbell, estaba en un gran silencio, aquel que estaba sentado en su escritorio observaba su computadora fijamente, se suponía que leía un informe, uno muy importante, este le ayudaría hacer grandes alianzas, alianzas que serían millonarias tanto para el cómo para sus socios.Pero había un gran problema, una hermosa mujer castaña que cantaba con un aura de una sirena, mientras hacía pequeños movimientos y acariciaba aquella barra de metal que sostenía el micrófono, lo poseía por completo.aquella lo hacía delirar y lo tenía con su corazón a cien por cien con solo pensar en ella, con solo pensar en que había hecho la noche anterior¿se habría ido con al algún hombre? ¿Cuántos hombres como él no le regalaron rosas? ¿Cuántos no se mostraron interesados en llevarla a cenar luego de su trabajo? ¿Su amigo habría conseguido algo con ella?No era tonto sabía muy bien como solía comportarse Andrew, podría haber conseguido su atención, Channel Baker era conocida por no ser más
—Cuando llego, creía que me volvería loca, estaba obsesionado con una mujer, una que no pudo acercarse y ahora exigía poder encontrarla, pero resulta de qué desapercibo, no te puedes imaginar, odio que vaya a mi habitación solo a contar cosas tan tontasuna sonrisa surco de los labios de Blair, quien observo a su amiga, de hecho, su única amiga, aquella que siempre la había apoyado y estaba para ella, aquella que ahora se quejaba sin fin de su hermano mayor, aquel con el que parecía con quien tenía una excelente relación.—Yo opino que tan vez si este enamorado, encontró el amor de su vida y quiso compartirlo contigo…Una mirada completamente exagerada surgió de Alison Green, quien negó con la cabeza de manera divertida y hablo con un tono lleno de sarcasmo.—Si seguramente se trata de eso, muy pronto mi hermano vendrá a mí, con mi nueva cuñadaLa sonrisa divertida, o más bien una carcajada surco de los labios de Alison, quien observo Blair como una pequeña niña inocente—¿Qué es tan
la mirada de Alison, parecía estar llena de enojo, o más bien curiosa y llena de reproche, como para que Blair sabía que no podría librarse de ella, Blair dio un largo suspiro, de los miles que estaba segura de que daría durante toda aquella conversaciónSe llenó de lo que pareció valentía para iniciar, pero cuando abrió la boca no salía absolutamente nada, no había lo más mínimo solo los deseo de salir corriendo y no enfrentar lo que estaba por venir.—Ve al grano Channel, por qué la verdad es que estoy llena de curiosidad…Merecía el enojo de su amiga, aquella que parecía demasiado frustrada con el hecho de haberla llamado siquiera Channel, su mayor enemiga, aquella que tanto odiaba con el alma.—Merezco que estés enojada, no merezco menos…Alison levanto una ceja y la observo de manera despectiva, le parecía una completa estupidez que esta dijera aquello, cuando no ofrecía ningún tipo de explicación, por lo menos no una coherente o que quisiera escuchar.—Blair… perdón… Channel…—Y