―Nadie sabrá que eres madre soltera de dos criaturas. Esos niños se quedarán aquí, tú te casarás con Zayn y cuando tengan un par de hijos, pueden jugar a ser alma de la caridad y «adoptar» a André y Azhar. Esa es la única solución que te ofrezco ―dijo mi padre aparentemente tranquilo.
Estaba horrorizada por el plan que habían fraguado a mis espaldas, mientras me hacían creer que estaría lejos de entramados malentendidos y esa constante pelea de intereses donde yo era solo un peón.
―Pues no me gusta tu solución… No pienso dejar a mis hijos aquí, mucho menos negarlos. ¡Son mis bebés!
―¡Entiende! ¡Si decides seguir aferrándote a esto, nos quitarán
VIKTOR ―¡Auch!… Alguien ha recibido un par de amenazas por parte de un reconocido jeque ―dijo Mina entrando a mi habitación mientras recibía la terapia del día―. Te envía esto tu encantadora asistente en los Emiratos. Tomé los papeles que me ofrecía, era una llamada de atención, al parecer invitaban «cordialmente» al dueño de la empresa «Eternal» para no realizar ninguna clase de donación a la fundación de Layla. No pude evitar sonreír divertido, saber que esas donaciones no solo le traerían paz a Layla sino pesadillas al jeque, me hacía sentir satisfecho. ―¿Por qué crees que le están retirando el apoyo? Creí que Layla y el príncipe se llevaban bien. ¿No se iban a casar? ―preguntó Mina levantando una ceja. ―No tengo ni idea, pero… seguiré triplicando la donación… dile a Elise que se
―Pondremos fecha a la boda, cubrirán tus lesiones con algo de maquillaje y necesito que te muestres como la mujer más feliz del mundo ―dijo Zayn mientras se acomodaba el «shemagh» ante el espejo. ―¿Me escuchaste?―Sí… ¿Esperabas una reacción más alegre de mi parte? ―pregunté con la mirada fija en la pared―. Ni creas que voy a sonreír, no esperes que diga estar feliz y no te sorprendas si lloro delante de todos para que el mundo se dé cuenta de lo ruin que eres.―Hazlo, te reto ―dijo Zayn con media sonrisa―, pero cuando estés llorando frente a todos porque te rehúsas a casarte conmigo, espero que también lo hagas por tus hijos.―¿Me estás amenazando?―Te estoy advirtiendo. ―Se acercó a mí, luciendo su soberbia―. Pórtate bien y prometo que después de que me des a mi primer hijo, los adoptaré. Les quitaré ese horrible apellido ruso y les pondré el mío. Pórtate mal, déjame en vergüenza, y nunca los volverás a ver. Entonces lo entendí, las palabras de mi futura suegra sonaban claras, una
―Largo de mi casa… ―dijo Sheik entre dientes, dedicándome una mirada de despreció que me provocaba querer arrancarle esa maldita sonrisa.―¿Qué ocurre?Era Layla, y escuchar su voz me hizo cerrar los ojos, había sido como un golpe directo al corazón. No sabía si era por la ausencia del alcohol en mi sistema, pues desde que supe de su unión con Zayn, lo único que calmaba mi dolor era beber, pero hoy quería estar completamente consciente para los niños.Abrí los ojos y entonces la vi, asomada por un costado de su padre, sus hermosos ojos avellana se clavaron en mí con sorpresa.―¡Solo es este impertinente que quiere ver a sus hijos! ―exclamó
―Huyó para protegerme de ti ―dije molesta conmigo misma por haber pensado en algún momento que él sería diferente y molesta con mi madre porque nunca me habló con la verdad.―No hagas un drama de todo esto… Por culpa de sus malas decisiones tú tuviste una vida miserable… ―dijo con desprecio―. Hubieras estado mejor si Fátima nunca me hubiera abandonado y este sería un día lleno de alegría y no de miseria. Ahora, apúrate, que tenemos que llegar al palacio del jeque para la boda. ۻVIKTORMeditabundo, tenía la mirada clavada en el cielo, desde el balcón de la habitación se alcanzaba a ver el palacio donde la familia del jeque vivía. Pude imaginarme a Layla ahí, compartiendo la cama con Zayn como alguna vez la compartió conmigo. Para cauterizar la herida que esa clase de ideas generaban en mi corazón, le di un trago a mi botella. No era el mejor momento para estar alcoholizado, mañana sería la boda de Layla con su príncipe azul y no había podido salir del país, no porque no encontrara l
Mis labios temblaban y había arruinado mi maquillaje, lo sabía porque estaba llorando sin poder detenerme. La garganta me dolía por ese nudo que me torturaba cruelmente y, aun así, tuve la fuerza para hablar. Cuando por fin vi los ojos de Viktor, encontré lástima, tristeza y pena. ―Dejé de ser útil para ti, por eso me desechaste… igual que lo hará Zayn cuando se fije en otra mujer… La diferencia es que él podrá tener cuantas mujeres pueda mantener. ―Limpié mis lágrimas y terminé de arrancarme el maquillaje con las manos, mostrando mis moretones y labios rotos―. Por lo menos tendré nuevas amigas con las cuales compartir mis penas, si no son unas arpías envidiosas que crean que por atacarme las hace mejores. ―¿Layla? Cuando volteé, me encontré con mi padre, que parecía sorprendido y molesto por verme ah
La cabeza me daba vueltas, me sentía mareada e incluso con ganas de vomitar. Eché un vistazo y me di cuenta de que ya no estaba en el cementerio. Mi cuerpo tembló, víctima de mis traumas y peores recuerdos. Estaba en esa maldita habitación en la que había crecido. Estaba en la casa de Basim. ¿Cómo había llegado? Intenté levantarme, pero el cuerpo me dolía. La adrenalina se volvió escasa y mis músculos se enfriaron. Era como si mis articulaciones fueran bisagras oxidadas que rechinaban al moverse.―No te levantes, por cómo quedó el auto, debes de estar sumamente adolorida ―dijo Basim cruzado de brazos en el marco de la puerta. Su mirada era penetrante y su sonrisa inexistente―. ¿Qué hacías? ¿Buscabas a tu madre? ―Huía de la misma forma que ella huyó de Sheik. ―Noté como su cuerpo se tensó cuando escuchó el nombre de mi padre, pero quiso esconder su incertidumbre detrás de una sonrisa torcida. ―¿Cómo está ese hijo de puta? Por lo que veo, no logró cumplir su cometido o ¿sí? ¿Fuiste m
Nadia cepillaba mi cabello, dándome tirones adrede para hacerme molestar, aun así, no hice ni un solo gesto, no estaba dispuesta a dejar que me viera alterada por su culpa.―Siempre lo odié… ―dijo con asco viendo mi reflejo en el espejo―. Ese maldito parecido que tienes con tu madre.―¿Por eso me tratas así?Su mirada se volvi&oacut
VIKTOR―¿Es en serio? ¿Cayó a un río desde un mirador? ¿Choque automovilístico? ¿Historial de pérdida de memoria? ¿Qué ocurre con esta chica? ¿La vida la odia? ―preguntó Sofía alterada después de ver el expediente entre sus manos―. ¿Por qué no la llevaron con un doctor en Dubái? ¡Fue negligente transportarla por tanto tiempo en esas condiciones!―No tenía muchas opciones, doc. ―Mientras escuchaba sus reclamos, veía a mi hermosa Layla en esa cama de hospital, con una mascarilla de oxígeno y rodeada de monitores que me anunciaban que aún estaba viva.―¡¿Qué es lo que falta?! ¿Qué caiga en coma? ¡¿Un maldito trombo pulmonar?! ―Sofía manoteaba al aire y buscaba respuestas en el médico residente―. Santo Dios, es un milagro que e