AlecSolo falta un día para el cumpleaños de Madison, y por alguna razón eso me tiene ansioso e incluso un poco incapacitado para pensar con claridad.Tengo cinco minutos intentando leer el documento frente a mí, pero no lo consigo. Veo las letras, mi cerebro las lee, mas, no soy capaz de interpretarlas.Arrojo la carpeta a la mesa y me estrujo los ojos con insistencia. ¿Por qué no puedo sacarla de mi mente ni un segundo?Me digo a mí mismo una y otra vez que se trata de mi maldita curiosidad. Esa noche que llegó tarde de la nada, y luego al día siguiente se va casi al medio día por más de una hora.No he podido dejar de pensar en lo que pudo estar haciendo en realidad. Ella me dio excusas, como era de esperarse, pero por supuesto que yo no me creí nada de lo que dijo. No dejo de preguntarme si se tratará de su prometido allá en Irak. Quizá volvió y no quiere decírmelo…—Eso no puede ser —digo en voz alta.Tocan a la puerta de la oficina dos veces, con un grito de “pase”, doy el permi
MadisonEstoy tan molesta que ni si quiera puedo pensar con claridad. No voy a perder el tiempo explicándole a Alec por qué debería darme el día libre, después de todo, ni siquiera debe saber que hoy es mi cumpleaños.Casi nunca quiere hacer nada, pero hoy al parecer tiene ganas de hacer de todo. Me ha hecho despertar temprano y además de lo usual, me ha pedido que me cambie yo también.—No puedes llegar con uniforme a donde vamos —asegura una vez más, mientras me miro al espejo.—¿Y a dónde vamos? No me has dicho.—Ya lo verás cuando lleguemos allá.Mi celular suena por quinta vez en la mañana. En su mayoría, amigos recordando mi cumpleaños, pero esta llamada en particular es especial, pues se trata de mi padre y mi hijo.—Ya vengo —le digo y salgo disparada del cuarto antes de que me pregunte de quién se trata.Me voy hasta el otro lado de la sala y recién contesto antes de que se cuelgue.—¿Hola?—¡¡Feliz cumpleaños!! —gritan al unísono en mi oído.—Gracias papá, Caleb —respondo co
Alec—Tengo algo más para ti —digo sacando la pequeña caja negra que compré hace tres semanas en la joyería.Ella me mira con sorpresa, la toma, pero no veo que tenga intenciones de abrirla.»Ábrela —le pido.Sus ojos se iluminan cuando ve el collar de alas de ángel. Esa había sido la recomendación que me ofreció la vendedora cuando le dije lo que ella significa para mí.—¿Esto es para mí? —pregunta.—Sí, es lo que representas para mí. Te has convertido en una especie de ángel de la guarda.Madison se ve realmente hermosa. Ahora mismo no quiero pensar en nada, solo quiero dejarme llevar y vivir este momento con ella. Le hago una seña para que se voltee y poder ponerle el collar. Queda perfecto en su cuello.—No sé qué decirte —comenta luego de girar, con las mejillas rojas.—No digas nada, no hace falta —aseguro.Estoy demasiado cerca de su rostro, y todo lo que deseo ahora es besarla. Tal como aquella vez, solo que ahora no tengo ganas de controlar estos impulsos. Siento mi corazón i
MadisonEsperar dos horas para saber el estado de mi hijo ha sido sin duda la peor tortura que he podido vivir alguna vez. Me siento terrible por haber ignorado y minimizado sus síntomas. Si su padre estuviera vivo, estoy segura de que me odiaría por haberlo descuidado.Tenemos toda la tarde aquí, Alec no se ha movido del hospital en ningún momento, sin embargo, ahora no tengo cabeza para pensar en él o en lo que sucedió entre los dos en ese karaoke, mucho menos tengo ganas de procesar lo culpable que me siento por casi haber cometido un grave error.El hecho de que no lo haya besado no anula que yo lo haya deseado, que quería besarlo, aun a sabiendas de que está casado; en especial después de lo que descubrí de su esposa y la clausula de infidelidad.No puedo ser cómplice ni partícipe de eso, sin importar lo que sienta de verdad, no puedo hacerle eso a Alec.Y por supuesto, tampoco puedo olvidar que soy una mujer comprometida, ¿cómo puedo si quiera pensar en otro hombre, cuando Liam
AlecEs extraño estar dos días sin haber visto a Madison ni un minuto del día. Le di el tiempo libre para que pudiese cuidar a su hijo, mientras Patrick la suple. Ni siquiera ha vuelto a contestar mis mensajes. Estoy bastante seguro de que me está evitando.Y no es para menos, luego de lo que pasó entre nosotros el día de su cumpleaños. Yo quería hablar con ella en ese mismo momento, por mucho que no fuese lo más apropiado dadas las circunstancias.Ahora, con la cabeza fría, sigo pensando lo mismo que en ese momento. Madison me gusta, pero no es solo una simple atracción, en mi corazón, siento que hay algo mucho más allá que todavía no estoy seguro de querer descifrar.Odio admitir que Mason tenía razón, y es que me siento como un imbécil. Jennifer ha estado a mi lado desde hace muchos años, incluso se quedó a mi lado luego del accidente cuando no tenía ningún motivo para ello, y a pesar de eso, yo estoy pensando que estoy atraído por otra mujer.Pienso en esto mientras estoy revisand
MadisonEvitar a Alec había sido “en teoría”, sencillo, los primeros tres días que estuve cuidando a Caleb en el hospital. Hasta que le dieron de alta y no tuvo más que volver con mi padre a Blanco.Sé que tengo que regresar a mi trabajo, pero pensar que debo volver a verlo, luego de ese momento que no concibo cómo describir, hace que se me revuelva el estómago.Una parte de mí quiere hablar con él, al menos aclarar lo que casi pasa, sin embargo, mi lado racional dice que esa es una pésima idea. Es mejor dejar las cosas como están, con suerte lograré sobrevivir a estos sentimientos un par de meses hasta que pueda renunciar.Termino de alistarme esta mañana, antes de irme de mi habitación, le doy una última mirada al collar de alas de ángel que me regaló. Creo que lo más apropiado es no usarlo. Lo dejo en la cajita que me dio, sobre mi cómoda, y finalmente salgo a la sala, donde mi padre le está dando el desayuno a Caleb. Una rica y ligera sopa de pollo para su estómago.No pareciera
Alec No quiero pensar que Madison se comporta extraño por lo que pasó en su cumpleaños, pero es imposible no atribuírselo a eso. Ahora está mucho más distante, pensativa y callada. Incluso con mi esposa. Si pudiera leer su mente, juraría que la odia. Hace un par de días cuando le pedí que buscase unos documentos en mi casa, volvió con otra ropa, asegurando que se había caído en un charco de lodo y por eso había tenido que cambiarse. Eso no me parecería raro de ella, exceptuando porque me pidió con mucha insistencia que llamase a mi mujer. Al final logré localizar a Jennifer, quien me aseguró que tenía el teléfono en silencio y por eso no había escuchado las llamadas, pero que había estado todo el tiempo en la empresa. Eso a Madison no pareció agradarle. Me gustaría imaginar que está celosa de algún modo, pero sé muy bien que eso no puede ser. Hoy es nuestra décima sesión de terapia para el TEPT. Hoy por primera vez, me llevará a ver a un perro real. Lo hemos estado viendo en imá
MadisonDos semanas han pasado desde ese infame momento en el que Alec me vio desnuda. Se lo hubiese recriminado, pero en retrospectiva, yo también lo vi a él, así que, podríamos decir que ahora estamos a mano.Nuestra relación se ha vuelto demasiado al plano de lo personal, sin embargo, luego de ese momento, he tratado en la medida de lo posible, mantener la distancia entre los dos.Sé que él ha notado mi reticencia. He sido estrictamente profesional, y solo lo he ayudado con las cuestiones diarias que me corresponden, y por supuesto, lo de su TEPT junto al psicólogo que lo trata. Yo lo ayudo con la terapia de acercamiento, mientras el psicólogo se encarga de lo demás. Ha confiado en mí para seguir porque dice que he hecho un buen trabajo, y le ha visto bastante progreso.Y es verdad, Alec se ríe más, está más dispuesto a salir, incluso no ha dicho una crítica más sobre las ideas de su abuelo para el cumpleaños.El día finalmente llegó, y ahora mismo lo estoy alistando en el baño.—N