Hola, lamento haber publicado un poco tarde el segundo capítulo de hoy, pero ¡aquí está! ojalá lo disfruten. Ya estamos a pocos de terminar la historia. ¿Qué piensan que pasará con Alec y Madison?
MadisonCasi sin darme cuenta, ya solo quedan dos semanas y media para mi boda. El mes ha pasado tan rápido que ni siquiera lo he notado. Solo cuando mi padre me recuerda que no he ido a ver lo de mi vestido de novia, caigo en cuenta de que el tiempo se me agota a cada segundo que pasa.Liam y yo habíamos escogido casarnos el veintinueve de diciembre.Es una fecha extraña, no muchos se casan faltando dos días para que acabe el año. Sin embargo, no me desagrada la idea de que sea ese día.Hace tanto que no sé nada de Alec. Hay días en los que la curiosidad me impulsa a querer hablarle, escribirle un mensaje si quiera; o al menos, preguntarle a Patrick sobre su estado, pero al final me contengo de hacerlo porque sé que no es lo correcto.Los comentarios sobre mí y la supuesta infidelidad no han parado. Eso me ha impedido encontrar trabajo, nadie quiere contratar a la enfermera de poca ética que se mete con sus pacientes en relaciones más allá de lo profesional.Al final, estoy empezando
AlecEn mi vida antes del accidente había visitado muchos lugares, pero ninguno tan bello como Suiza. Estar aquí es como haberse transportado a un lugar de fantasía.Patrick se baja del avión a mi lado y queda igual de maravillado que yo observando semejante paisaje.Un viento helado provoca que ambos nos estremezcamos de frío.—¡Este lugar es increíble! —exclama.—Lo es —reconozco.Estoy a miles de kilómetros de distancia de mi hogar, de Texas. Todo es tan diferente que no me lo puedo creer, sin embargo, a pesar de encontrarme en un lugar en sueño y estar tan lejos, mis pensamientos y mi corazón siguen allá. Con Madison.No dejo de preguntarme qué será de ella, qué estará haciendo en este preciso momento.En el aeropuerto, nos recibe un hombre que dice ser el ayudante del doctor Grégoire Bloch. Tomamos un taxi ahí mismo que nos lleva hasta el hospital.El lugar es inmenso y bastante moderno. Había escuchado antes de lo muy avanzados en tecnología que se encuentran en el país, pero es
MadisonEl edificio de la firma de abogados es imponente. Todas las personas aquí llevan trajes caros y van vestidos de etiqueta. Una vez más, me recuerda a cuando me sentí fuera de lugar en la fiesta de beneficencia de aquella noche.Llego hasta el piso que me indicó el abuelo de Alec y toco la puerta con el nombre de “Abg. V. Turner”.Trago en seco y espero pacientemente a que me reciban. Quien abre la puerta es el señor Thomas. Detrás del escritorio se encuentra el hombre que imagino, es el dueño de ese nombre que se encuentra en la puerta.Un señor de mediana edad, quizá tendrá algunos cuarenta años. Muy bien vestido y con una mirada imponente, de esas que siempre tienen los abogados. Lleva unos lentes delgados sobre el puente de su nariz.Se queda mirándome fijo y luego me sonríe.—Gracias por venir tan pronto, Madison. Espero no haberte sacado de nada importante —saluda el abuelo.—No, descuide, no hay problema.—Él es el abogado de Alec, Viktor Turner.—Un gusto —le digo estrec
Alec Hace dos días que me hicieron la cirugía para volver a caminar, y todavía no me puedo creer lo rápido que va en tratamiento. Cuando la doctora Jocelyn dijo que vería resultados en poco tiempo, no pensé que se refiriese a horas después. Gracias al dispositivo que me implantaron en la columna, he podido volver a mover mis piernas, mis pies, básicamente, todo. La felicidad que embarga mi pecho es tan grande que siento que voy a llorar a cada segundo que intento moverme. Estos dos días Patrick ha estado levantándose a mi lado todas las mañanas para ayudarme con la rehabilitación, mientras sigo bajo la estricta vigilancia médica de la doctora. No quiere que mi cuerpo vaya a rechazar el dispositivo, además, debe cerciorarse de que todo vaya bien. Al abrir los ojos con los rayos del sol entrando por la ventana, temo que todo sea solo un sueño, uno del que deberé despertar pronto. Miro hacia afuera y comprendo que no es así, ahí está el hermoso paisaje de Suiza dándome la sensación d
MadisonNi mi padre ni Liam están de acuerdo con que yo haga esto, sin embargo, ya tomé mi decisión, y tengo que cumplirla sin importar nada más.Al final, a pesar de no apoyarlo, de todos modos, decidieron acompañarme, al menos hasta donde los dejen pasar.Tuve que hacer una rápida búsqueda en internet para saber cómo debería vestirme para algo así. No creo haber hecho un buen trabajo, pero es lo mejor que pude lograr en pocas horas.Me pone nerviosa pensar que tendré que enfrentarme a un montón de desconocidos que no pararán de cuestionar todo lo que diga, y que seguramente me mirarán con ojos juzgadores debido a las infamias de esa mujer.Tampoco sé si Alec se aparecerá. Su abuelo al final nunca me dijo qué está haciendo o dónde, así que eso también me pone bastante nerviosa.Los tres nos bajamos del taxi frente al imponente edificio de estructura solemne y antigua. Una gran cúpula cubre la torre más alta, donde se alza la bandera del país y la de Texas. Trago en seco, mis manos su
AlecSi mi abuelo cree que no podré ver el juicio por estar a miles de kilómetros de Texas, está muy equivocado.Después de almorzar voy hasta la habitación de nuevo y junto a Patrick, buscamos la transmisión en vivo por las redes sociales. El caso es popular debido a mí. Quizá debería agradecerle a Jennifer haberme puesto en boca de todos, porque ahora cada paso que doy o lo que hago, es motivo para que la prensa esté ahí.Por eso no me sorprende encontrar algunos canales de chismes y tabloides transmitiendo cada momento de ese juicio.Ya me imagino lo que será cuando toque lo del divorcio. Todavía no me puedo creer que será tan rápido. Mi abuelo está loco si cree que no iré a Texas para esa fecha.—¿Está seguro de que quiere ver esto? —pregunta Patrick.—Claro que estoy seguro, enciende esa cosa o lo haré yo.—Ok, ok, pero tranquilícese —bromea haciendo señas cual si fuera bestia salvaje.Giro los ojos y espero a que la señal se estabilice.Aquí ya es de noche, pero allá todavía hay
MadisonNo creí que la magnitud de mis palabras fuese a repercutir tanto en este momento. La sala se ha vuelto un caos, los murmullos se acrecientan cada vez más.—¡Orden en la sala! —pide el juez golpeando su martillo.Me hace dar un salto cuando hace eso, porque no me lo esperaba.—Su señoría, debido a la nueva evidencia que no hemos podido verificar, solicito que esta audiencia se postergue.Veo al juez dudarlo un poco, el abogado de la defensa no parece estar de acuerdo, pero no dice nada.—Bien, dentro de tres días se dará el veredicto final si no aporta nada más.Se pone de pie y sale de la sala sin darle mucha importancia.El abuelo de Alec me hace una seña para que me levante de ahí. A lo lejos, miro a Liam y a mi Padre, quienes tienen la misma cara de consternación que yo. Salen primero, así que me quedo un momento con Viktor y Thomas.—¿Por qué demonios dijiste eso? ¿Y por qué no me lo comentaste antes? —exige saber el abogado.—Yo…—No agobies a la muchacha, he sido yo quie
AlecEl viaje de vuelta se me hizo mucho más largo y pesado que cuando me fui, sin embargo, ahora que estoy en casa de nuevo, me siento mucho mejor. La ansiedad por saber todo lo que ha pasado sigue atormentándome, pero al menos estar aquí ya es un paso adelante.La doctora Jocelyn me dio un montón de recomendaciones y estudios que debo seguirme haciendo acá en Estados Unidos, con ayuda de Patrick, todo debería avanzar bien con mi cirugía. De todas formas, me advirtió que los esfuerzos demasiado grandes podrían afectar mi recuperación.Será un poco difícil hacerle caso, cuando tengo tantas cosas que enfrentar.Harry nos recoge en el aeropuerto, pero decido llevar primero a Patrick a su casa para que pueda descansar un rato.Pasar por ahí me hace recordar al contacto que me dio Madison de la supuesta mujer que se metió a mi casa aquella noche. No había querido darle el dato a mi abuelo, y qué bueno que no lo hice, porque seguramente ya habría intentado amedrentar a la pobre chica.—Muc