Un fuerte sentimiento de dolor atravesaba en su pecho, se sentía impotente, débil y decepcionada de sí misma, por no poder hacer más. Ella quería hacer más, para salvar a su bebé; pero, esa lluvia, que caía con tanta fuerza, le impedían hacerlo. El suelo se volvió resbaloso, y estar de pie resultaba difícil, por el desnivel en el que me encontraba, y no conforme con su lamentable situación, ya no era seguro estar allí. El lugar se estaba volviendo inestable, y pronto sería una víctima de tan aparatosa caía. Y sin poder resistir su tan desagradable situación, y, sin una pizca de esperanza a ser salvada por alguien, Holly gritó. Gritó con las fuerzas que le quedaba y lloró amargamente en ese desolado lugar, implorando piedad a la oscuridad, hasta quedarse sin voz y esperar su muerte. Ella se había rendido. — ¡Maldita sea! ¿Qué he hecho para merecer tanta maldad? — masculló su pregunta, con voz temblorosa. Estaba claro que nadie vendría a salvarla en medio de la nada, en la cima de un
El primero en llegar a ella, fue su esposo, quien sostuvo su cabeza e impidió que se dé un golpe con el suelo. El segundo fue el hombre que salvó su vida, y aunque no podía hacer mucho porque tenía a la bebé en brazos, le indicó que hacer.— Colócala en el sofá. En aquel cajón hay un botiquín de primeros auxilios. Espérate un rato, y luego le colocas bajo la nariz — explicó.Fue Luis quien siguió los pasos que había explicado el hombre, pues tenía más experiencia. Ezekiel, por su parte, no entendía que había pasado, pero era obvio que su esposa no se encontraba bien, pero se sentía mal al no hacer nada al respecto. Odiaba verla así de mal.Unos minutos más tarde, ella despertó, y comenzó a visualizar todo a su alrededor, hasta que enfocó sus ojos en el hombre, aun sosteniendo a su bebé. El sujeto en cuestión, comprendió de inmediato que ella la quería cargar, y sin ningún inconveniente se la entregó, con mucho cuidado.Holly era la mujer más bonita que sus ojos habían visto alguna vez
La niña no tenía nombre, y Holly no tenía idea de cuál elegir, entre su lista larga. Mientras la bebé dormía en su cunero, y su abuela velaba sus sueños, la joven médica optó por bajar a buscar a su esposo; sin embargo, se detuvo cuando escuchó que se encontraba conversando en su despacho con su padre. — Me siento débil, y mis enemigos se aprovechan de eso. Holly es mi mundo entero, señor Brusquetti y créeme que daría mi vida por ella. Ella ha visto la peor versión de mí, y aun así está a mi lado, pero sé muy en el fondo, que no me quiere de esa forma. —Te contiene. — Sí — susurró en respuesta —. Pondría el mundo a sus pies sin importarme qué; pero, no puedo dejar de ser quien soy, mucho menos cuando han lastimado a lo único que me ha mantenido cuerdo todos estos años. — Habla con ella, explícale lo que sientes. Sé lo que es estar en un laberinto; yo pasé por algo similar. Estar con su madre fue muy difícil, una historia sangrienta, manipulable y llena de peligro, pero lo logramos
La familia quería creer que todo estaba bien por el momento, que tanto Holly como su hija, estaban seguras volviendo a su país natal; sin embargo, no se imaginaban el golpe duro que le darían sus enemigos.Tanto Ezekiel como Holly, estaban saliendo del aeropuerto, cuando la desgracia ocurrió. El hombre ya había sido informado del caso, y prefirió ocultárselo a su esposa, hasta estar en un lugar seguro. Ni hablar de Raúl, que ya tenía el rostro preocupado, mirando a cada rato su teléfono móvil, esperando quizás, una respuesta de su novia.Cuando iban a subir al coche, Raúl fue el primero en dar un paso atrás. Holly lo miró con curiosidad y preocupada, pues no tenía buen semblante.— ¿Sucede algo, Raúl? — La pregunta de la joven médica, hizo que todos detuvieran su andar. El fingió una sonrisa que ella, sabía que no era real.— Nada, hermana. Iré a buscar a Gina.— ¿Está todo bien, hijo? — preguntó su padre, él solo asintió.— Seguro está en el hospital de guardia — Él negó.— Hoy tenía
— Te has mantenido muy callada, alejada de todos. Los padres de Paulo y…, Gina, han estado comentando sobre ti. — La voz de Raúl, se escuchó a sus espaldas. Sin embargo, ella solo pensaba en el momento en que descubra el paradero de Denis, y tomar venganza de lo que le hizo a sus amigos. Escuchar el sonido de las máquinas, que indica que siguen respirando, que sus corazones siguen latiendo, era un recordatorio de lo que debía hacer. — Solo estoy pensando — respondió ella, de forma serena. Ese comportamiento, dejó un poco nervioso a su hermano menor, que tenía unas ganas inmensas de gritar. Quería entenderla; sin embargo, ella casi no le decía nada. — ¡Ni siquiera has preguntado qué fue lo que pasó! — exclamó en un arrebato de ira. La tomó de los brazos y la levantó de sillón, para que pueda mirarla a los ojos. Se sorprendió ver cómo le sonreía de forma tranquilizadora, para que no supiera sus verdaderas intenciones —. ¿No quieres al menos saber qué pasó? Holly ya sabía eso, simple
— ¿Qué exactamente planeas hacerle? — preguntó Ezekiel; sin embargo, Holly no le dio una respuesta, solo una sonrisa.Últimamente, esa era su respuesta todo. Una sonrisa; sea cual sea su intención.Raúl fue el que contestó. El joven estaba callado observando el espectáculo, y a pesar de oír los gruñidos de auxilio del sujeto, no sintió pena por él. No cuando intentó matarlo.— Donará sus órganos — respondió. Se colocó frente a su hermana —. ¿Dices que él, hará la cirugía? Eso no puede ser.— Solo era para asustarlo. Yo lo voy a hacer — respondió a su hermano menor.— Señora, los análisis dieron positivo para donador.— ¿Estás segura? — consultó. Pues en ocasiones lo vio fumando y bebiendo. Alguna lesión debería tener. Algún órgano, debería estar mal.— He hecho todos los estudios, como lo pidió y están sanos — Tomó los documentos, y comenzó a observarlo tranquilamente.Ya habían pasado un día entero de eso, y había contratado expertos que lo puedan ayudar con este caso. Los profesiona
Nadie sabía quién era el que hacía las donaciones de órganos en los hospitales públicos; pero si, lograron atar cabos al respecto de la disminución de desapariciones de jóvenes. Habían pasado dos meses, desde su desaparición de este mundo. Fernando tenía una leve sospecha de lo sucedido con él, pero prefirió no indagar, pues, al fin de cuentas, el mundo en el que se encontraba, era así, y tarde o temprano, se toparía con alguien que no quisiera jugar. Por otra parte, la pequeña niña, había cumplido los dos meses y días, desde su nacimiento, por ende, ya tenía un nombre. Un nombre tan bonito y tan angelical, que era difícil de pasar por alto al escucharlo. Eris. Estaban volviendo a la casa, después de salir del hospital, mientras Ezekiel, se encontraba trabajando en la empresa. Holly abrió la puerta de su casa, y se encontró con la presencia de alguien que no esperaba. Su cuerpo tembló, y apretó a su bebé en sus brazos, mientras Luis, bajaba las cosas. El hombre aun no recordaba tod
Lo que mantenía a flote la relación de Holly y Ezekiel, era la confianza; ese fue el trato después de su última pelea, pero ahora, ella debía comprender los sentimientos que lo agobiaban. El hombre es su abuelo, el cariño, el aprecio, es inmenso; por lo que, contarle sus sospechas, sin una prueba, sería una muy mala idea.Los pensamientos de su esposo querían dividirse. Quería entender, ¿qué ha pasado por la mente de su abuelo, al hablar así de su esposa?Por un lado, estaba él, no deseaba alejarse; y por otro, estaba su familia, la familia que siempre había soñado en formar y al fin lo tenía. Estaba claro, que ahora su prioridad era su esposa e hija, y eso no cambiaría.— ¡¿Qué hace, la niña más hermosa de la casa?! —indagó Ezekiel, levantando a su bebé en brazos.Observó a Luis, custodiando la puerta, lo cual le pareció muy extraño, y lo molestó un poco.— Señor…— ¿Qué haces aquí? —preguntó. Custodiar cuando hay una niñera, además, solo estaba de visita el abuelo.— Vigilar, señor.