Espero perdonen mi ausencia. Realmente he estado con varios asuntos en la casa, lo cual ha cortado mi inspiración. Pero intentaré actualizarlo más seguido. Lo bueno es que el trabajo no ha faltado. Les deseo lo mejor a los lectores que siempre están presentes, y agradecida de corazón con ustedes. By: Lgamarra.
— Abuelo, no sabes lo feliz que me hace verte — afirmó, cuando él se acercó a ellos, y luego su bisabuelo —. A ti también te he extrañado mi viejito.Ambos ancianos, la observaron de forma detenida, esperando alguna señal de ayuda; pero sorprendentemente, Holly no mostró nada, más que elegancia y aceptación.— Mi nieta. Debo admitir que aun sigues sorprendiéndome — dijo uno de ellos.— Holly ha tomado una buena decisión —intervino Denis y todos los observaron, como una persona sin importancia.Holly volvió a enfocar su atención en sus abuelos.— Necesitaba hacerlo. Cuando las oportunidades están, hay que tomarlas. Es lo que siempre me dices — el viejo asintió, y extendió la mano.— Me permites esta pieza, mi pequeña — Sonrió, ella tomó la mano de su abuelo y cuando pretendía seguir, Denis la detuvo.— ¿A dónde crees que vas?— ¿Acaso no puedo bailar con un familiar mío? ¿Así de inseguro eres? — inquirió la joven médica.Ese comentario irritó de una manera extraordinaria al hombre, que
Era muy de noche, pero, aun así, el joven Brusquetti, lograba visualizar a alguien a través de la ventana. Por muy loco e inmaduro que el pareciera, y por la nula experiencia en ese mundo al igual que su hermana, conocía ciertas cuestiones de la mafia, y aun en su mente se reflejaba las enseñanzas de su abuelo.Si no le fallaba la vista, había alguien al otro lado del edificio, y lo más seguro era que fuera un francotirador. Al deducir aquello, comprendió mejor a Holly, y suspiro.— No voltees hacia la ventana, cariño. Actúa como si no pasara nada — El cuerpo de la chica se estremeció.— No debiste decirme eso. Ahora no sé cómo actuar normal —respondió sin moverse.Eso generó una sonrisa en el hombre.— Ponte de pie sin mirar afuera, y luego dirígete hacia la cocina — Todo lo decía en un susurro —. No preguntes nada en voz alta.Con la vista inspeccionaba toda la habitación, pero todo estaba en su lugar. Aun así, él no quería fiarse. Estaba seguro que los estaban vigilando desde hace
Estaba sentado en su sillón, observando a la mujer que chantajeó, a través de una cámara. Ella estaba comiendo algo, despreocupada y con la vista puesta en esas jaulas llena de personas.Era obvio que estaba pensando y no debía confiar. Era notorio que estaba trazando un plan con la mente al fin de cuentas, es una Brusquetti, y ser astuta lo lleva en la sangre.— Tengan cuidado con ella. En cualquier momento puede atacar — dijo sonriendo.— Han pasado varios días, señor, y no ha hecho nada.— Lo sé. Ella sabe que la observo.Y eso, era verdad. Holly con cautela, había memorizado todos los lugares de las cámaras de seguridad, evitaba hablar y a la vez, actuaba de forma normal. Cada tanto, removía la cerradura en su tobillo, para evitar lastimarse más, ya que el metal era pesado.El lugar nadie lo limpiaba, y ya comenzaba a tener olores desagradables. Holly estaba un tanto acostumbrada, pero no todos los días. Ya los días de residencia habían sido en vano, no tenía prácticas, y aunque e
La noche los abrazaba, el silencia era espeluznante. Volvió a observar la pantalla del celular, y todo indicaba que iban al puerto, `pero no había ningún rastro de ellos.Ezekiel, quería encontrarla, pero cada vez la señal era más escaza, y la desesperación se apoderaba de él. Aunque, de alguna forma, él no lo demostraba.— Se están moviendo, y no me quedaré a esperar aquí — informó, en el momento exacto en que la señal se apagó —. ¡Mierda! Ya no hay señal.— ¿Cómo que la señal se apagó? — preguntó su suegro, incorporándose bruscamente.Ezekiel miró fijamente el lugar, y sin importarle nada más, caminó hacia adelante, con sus subordinados, siguiéndole el paso, y cuidando que no haya trampas.— No me quedaré a esperar más. Ya lo he hecho suficiente — manifestó, quitando el seguro a su arma y avanzando.Arturo asintió y lo siguió. Ese hombre ha demostrado querer a su hija, y daría la vida por ella, por lo que no se rendiría ahora.Mientras caminaban sobre terreno peligroso, de un moment
El sonido de disparos, hizo que todas gritaran. Holly envolvió a una niña entre sus brazos, que lloraba desesperadamente, del miedo. Todas estaban tiradas al suelo por precaución, para evitar recibir algún impacto por accidente.» ¿Accidente? «Se preguntó a sí misma, cuando esa palabra pasó por su mente.Esto no es un accidente. Es la mafia misma, el infierno al que muchas mujeres y niños, caen por culpa de otros. Debía pensar rápido, pero con el contenedor cerrado, era casi imposible, además de la escasa fuerza.— Pronto nos van a salvar — manifestó, y una risa sarcástica de escuchó de fondo.— Quizás nos salvemos, pero, ¿qué pasa con las otras? — cuestiona la mujer.En el rostro de ella se dibujaba el miedo, acompañado de las ojeras y manchadas de lágrimas. Del mismo modo, otras mujeres, se unieron a la conversación, mientras se cubrían la cabeza con sus manos. Ellas ya estaban acostumbradas, pues eran las más antiguas y las que nunca eran vendidas.Holly estaba un poco sorprendida,
Las palabras dejaron a la joven médica sin voz, que a Ezekiel le preocupó y se acercó de inmediato. Lo menos que quería era darle un colapso a su esposa.— ¿Embarazada? ¿Estoy embarazada? — preguntó por décima vez —. ¡Dios! Ni siquiera estaba consciente de ello, y arriesgándolo.El hombre sonrió y la abrazó, para darle consuelo. Comprendía ese sentimiento e imaginaba que para ella era más fuerte, al cargar con su retoño. También pasó miles de cosas por su cabeza; se hizo una película de los peligros en la que estuvieron envueltos.— Así es, mía regina. Seremos padres, y no puedes imaginarte la emoción que siento; pero debemos contenernos. No quiero que nadie sepa, absolutamente nadie, solo por seguridad — Holly asintió, y finalmente sonrió.— ¡Voy a ser mamá! — exclamó, reduciendo su voz —. Es algo que no me lo esperaba. Estoy feliz.— La felicidad es mutua, pequeña flor.Luego de esa noticia, comenzó a explicarle todo el hecho ocurrido, la situación de las chicas que la acompañaban,
Luego de esa decisión, lo que quedaba era hablar con su esposo y saber que pensaba; sin embargo, por el momento, descansaría, y luego lo ayudaría a descubrir quién era el causante de dichas tragedias, en la vida de otras personas. No cabía duda de que estaba Ezekiel estaba estresado, y ella, no podía seguir comportándose como una rebelde, haciendo y deshaciendo todo a su antojo, menos ahora, que llevaba a alguien importante en su vientre.Al mismo tiempo, el gran hombre de negocios con el que se encontraba casada, estaba vociferando maldiciones en el despacho. Estaba incrédulo, de todo lo que había pasado, y de que su esposa haya sido víctima de ello.— Debes calmarte, Ezekiel. Hemos salvado a mí hija y ahora se encuentra sana y salva. — El hombre lo miró y asintió, pero nuevamente la ira se apoderó de él.— Esa niña…, yo ya la conocía — confesó, y tanto los abuelos como el padre, fruncieron sus ceños —. En Italia, una noche antes de la boda, la hemos sacado de un sótano. ¿Cómo es pos
Mientras Denis, intentaba comprender lo que estaba planeando aquel hombre que lo encontró tan fácilmente, Raúl, puso en marcha sus planes de sacar a sus hombres de los alrededores.Eso se convertiría en una desventaja para el italiano, pues, creía que con ello iba a poder chantajear nuevamente a su bella flor. Aun se encontraba maldiciendo el hecho de haberla perdido por una estupidez tan ridícula. No podía confiar en nadie.Raúl, por su parte, estaba haciendo su trabajo, intentando dar lo mejor de él para evitar futuras tragedias. Ya no podía permitir que otros arreglen su basura, y más que nada, sentía que debía hacer algo, para compensar las veces que Holly, dio la cara por él.En silencio, se acercó a uno de ellos, con un cuchillo en la mano, y un arma con silenciador. No tenía la intención de levantar sospechas, pero haría lo que fuera para evitar que sigan siendo controlados por cada uno de ellos. llegó por la espalda, y pasó aquel cuchillo por el cuello del sujeto, evitando de