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Las visitas ya eran escasas, y cada uno comenzó a dirigirse a sus casas, a excepción de la familia. En esta ocasión, cuando Raúl despertó, pidió por la presencia de todos antes que nadie.Al principio los sorprendió; sin embargo, sus abuelos, pudieron darse cuenta de que se trataba de algo más. Ese niño había descubierto algo importante, y tenía que ver con Ezekiel.Raúl por su parte, estaba súper nervioso, su primer pensamiento fue saber de Gina, y cuando obtuvo respuestas, pidió ver a su cuñado, con urgencia antes que a nadie.— ¿Me mandaste a llamar? — dice su cuñado, cerrando la puerta —. Debe ser muy urgente, para decidir verme a mí, antes que a tu novia.— Realmente sí, es urgente. Se trata de mi hermana — responde. El cuerpo de Ezekiel se tensa inconscientemente —. En ese lugar, me golpearon. Había perdido la consciencia un par de veces; y cuando creí que me iban a volver a golpear, alguien los detuvo. No logré verle la cara, por lo que no estoy seguro; pero he reconocido su voz
Fue una velada muy larga y placentera, donde ambos se entregaron nuevamente ante la tentación de unir sus cuerpos y convertirlo en uno. Ambos se complementaban perfectamente.Ezekiel, cada vez estaba más pegado en ella, y su obsesión por protegerla cada vez se volvía más enfermo, al punto, de querer llevarla con él a Italia.— No, definitivamente la respuesta sigue siendo la misma, Ezekiel. No pienso volar a ese país. Tengo muchas cosas por hacer aquí, y no pienso estancarme y aprovecharme de mis beneficios solo por hacer la de esposa feliz — manifestó ella, súper nerviosa.— Debes entender, que no podré irme tranquilo, dejándote aquí, a merced de mis enemigos — respondió Ezekiel, intentando hacerla entrar en razón.— Eso son. Son tus enemigos, Ezekiel. Una cosa es caminar juntos, pero otra muy distinta es que quieras obligarme a ir a un país solo porque no te sientes seguro. Además, ¿a qué vas? ¿Se supone que no tienes negocios allí?El cuerpo del hombre se puso rígido, y nuevamente,
Con cada segundo que pasaba, más la desesperación le carcomía la mente, pensando lo peor. No podía darse el lujo de que los sentimientos la dominen; menos en una situación así.— Él está bien, niña — dice su abuelo. Ya se habían encontrado en esa ciudad, y estaban en la fortaleza de su familia.— Más le vale que esté vivo. — Cerró sus ojos y calmó su respiración —. Le he preguntado tantas veces, abuelo, y no fue capaz de decirme la verdad. No soy ajena a ese mundo.— Quizás tuvo miedo — respondió; sintiendo pena por el hombre, y pena por su nieta, que una vez más, ha caído en un mundo oscuro.— ¿Miedo? ¿Miedo de que? Mi familia está ligada a esto, abuelo — dice, con un tono más desesperado.— Pero no es secreto para los más cercanos, que aborreces ese mundo — susurró.— No lo aborrezco — respondió, mirándolo estupefacta —. Lo respeto.— Quiero que te quedes en la … — Lo interrumpe, como es costumbre de ella; en el momento exacto en el que el coche se detiene.— No me quedaré aquí a es
Todo estaba en un silencio aterrador. Ninguno de los dos hablaba. Desde el momento en que llegaron a la casa, están así; sin cruzarse miradas, manteniendo distancia, como si con ello, solo evitaran una gran discusión.Holly se sentía traicionada, estaba cansada de mentiras, pero aun así seguían ocultándole la verdad. Una verdad, que, pese a que está mal, también podría estar bien. Es contradictorio e hipócrita, porque la justicia debería ser la encargada de velar por la seguridad de aquellos niños, jóvenes y mujeres; sin embargo, es su esposo quien lo hace, a su espalda.— ¿Seguirás ignorándome? Sé que quieres hacerme la pregunta, así que hazlo — dijo Ezekiel, parado justo en el marco de la puerta.Parecía un adonis, con el reflejo de la luz a su espalda, un Dios de la oscuridad.— No tengo ganas de hablar, ahora. Tengo muchas preguntas, claro que sí, pero estoy demasiado molesta en estos momentos — respondió la joven médica, cubriéndose con su manta, hasta la cabeza.— Cuando era niñ
Éste era un día diferente, Holly presentía que sería un buen día. Debía serlo, pues no todo podía ser tan malo en la vida de ellos. Su hermano, por fin pudo sentar cabeza, o eso es lo que lo hace pensar; y su amiga, se ve realmente feliz. Paulo ha aprobado sus exámenes, lo cual, lo hace estar a prueba para ser un titular ejemplar.No obstante, hay un inconveniente. Su ex novio ha iniciado su residencia en ese mismo hospital, y ahora su mejor ex mejor amiga, no para de insinuarse ante ella; como si realmente creyera que le afecta el hecho de que ella se haya quedado con Fernando.— Deja de mirarlo. ¿Acaso aun te afecta? — La voz de Paulo, hizo eco en su mente, y la piel se le erizo repentinamente de tan solo imaginarse con su ex y no con Ezekiel.» Definitivamente no. «pensó.— Solo me molesta que haya solicitado hacer justamente aquí, su residencia y no en otro lugar — responde, volteando y enfrentando a su compañero —. Y me molesta ella, porque también se le ha insinuado a mi esposo.
Esa conversación fue prometedora. Dos hombres luchando codo a codo, por proteger a la mujer que aman, porque un tercero, desquiciado anhela secuestrarla, para también poder amarla.» ¡Esto es una maldita locura de telenovela! «pensó en ese momento Ezekiel.No podía darse el lujo de confiar nada más en el hombre que tenía en frente, porque simplemente, no era su trabajo hacerlo. Fernando, sin esperárselo, cayó al suelo cuando recibió un golpe de parte del Ezekiel.— ¿Qué te pasa? — preguntó consternado, desde el suelo —. Pensé que ya estábamos bien.— Por lastimar a mi esposa — escupió el hombre. Una vez que Fernando se puso de pie nuevamente, y se limpiaba la sangre de los labios, Ezekiel, le volvió a propinarle otro golpe.— ¿Y ese?— Porque se me dio la gana — respondió, mientras caminaba fuera del lugar.— ¿Acaso te has vuelto loco? No puedes andar por la vida, golpeando a la gente nada más porque se te da la gana — refuta el joven médico.Ezekiel detiene sus pasos.— Puedo y lo ac
Holly sentía que el piso donde estaba parada, se abría y que caería en cualquier momento. No podía simplemente, de un momento a otro, ser dueña de un hospital. Fue entonces que comprendió, por qué no le recriminaban nada, respecto a sus faltas; que pese a estar bien documentadas, no era motivo para no estar atrasada en muchas cosas.Eligió ese hospital, por ser el mejor y el más serio del país. Porque creyó que allí, la tratarían igual que a los demás, pero, ¿cómo lograr eso si eres dueña?» Debes dejar de pensar en lo que pensarán los demás. «Se repitió mentalmente.La verdad era, que ella debía dejar de sentirse insegura y agradecer la vida que tenía; pero no lograba hacerlo cuando le daba ciertos beneficios que no eran necesarios. Ser dueña del hospital no era sano, no era un beneficio que necesitaba, y todos lo sabían, menos ella.Continuó con su trabajo, con la mente hecho un desastre, y cuando la media noche llegó, y el cambio de turno pasó, ella caminó hasta afuera, ignorando a
Holly seguía con el corazón desbaratado, especialmente, mientras observaba a lo lejos a la mujer que le dio aquella noticia; sin embargo, ya eso había pasado en segundo plano. Por su inconsciencia, su esposo estaba ahora luchando entre la vida y la muerte, por una segunda vez. La culpa le trabajaba en la mente, y la idea de ir a enfrentarse con ese malnacido le picaba bastante, pues estaba tan cansada de vivir de esa forma, corriendo del peligro, con su familia en ese mismo estado, con miedo a que les pase algo. Estaba claro que ella era la solución de todos esos problemas que sentía, estaban acabando con su patética vida, y si debía entregarse para que dejaran en paz a los suyos, lo haría sin ningún problema. Corrió hacia Fernando, cuando lo vio aparecer en el pasillo, y suplicó con la mirada, de que todo estuviera bien. El médico la miró con añoranza y se dio cuenta de que él, nunca podría volverla a recuperar, pero si trataría de que vuelva a tener esa sonrisa en su rostro. — Es