Capítulo diecinueve
—Quiero que me expliques con qué permiso le hablaste sobre nosotros, sabes que esto te traerá problemas, ¿cierto? —Laia se levanta—¿eres consiente de lo que hiciste?
—Sí, lo soy, ¿y qué? —la enfrenta —tú a mí no me puedes hacer nada—habla desafiante —no eres nada mío.
¿CÓMO?
¿Escuché bien?
¿Le dijo que no es nada suyo?
—Len—advierte Laia —no digas más de lo que te puedas arrepentir luego.
Este deja salir una risa seca y su mirada se vuelve totalmente filosa —¿eso es una amenaza? —muerde sus labios y mira en otra dirección —porque no tengo ningún problema —regresa su mirada a
Capítulo veinteCierro mis ojos dejándome llevar por el sabor de sus labios, muevo los míos en sincronía con los de él y llevo mis brazos a sus hombros, sus manos reposan en mi cintura y me apega a su cuerpo con fuerza, subo las manos a su cabello y tiro de él hacia atrás. Nuestra respiración agitada se mezcla y abro mis ojos, Len copia mi acto y trago grueso al ver sus ojos de un color rojo fuerte.Es un vampiro.Sus labios entreabiertos me dejan ver sus semi colmillos y vuelvo a sus ojos, muerdo mis labios y lo atraigo nuevamente hacia mí.A la mierda la investigación en estos momentos, yo también tengo derecho a hacer lo que quiera.Sus manos toman mis piernas y me alza sin despegarnos, aprisiona mi cuerpo contra el árbol y su lengua delinea mi labio inferior, doy acceso a ella y empieza el jue
Capítulo veintiuno—Me estás diciendo que si él muere, ¿tú también?—No.—¿Entonces? —junto mis cejas sin entender nada.—Él está ligado a mí, pero yo no a él —suspira —y creo que por eso él también siente esa conexión contigo —susurra.—¿Cuál conexión?Me levanta ligeramente de su cuerpo —nada, olvida lo que acabo de decir, de acuerdo—me aparta y se levanta del sillón, tiende su mano hacia mí y la tomo sin protestar—vamos a examinar y limpiar esas heridas.Me lleva a la segunda planta y entra al último cuarto del corredor, prende las luces y veo de arriba a bajo el lugar que combinaría perfectamente con m
Capítulo veintidósPov AlexanderCorro sin detenerme.Me están persiguiendo por todos lados y estoy solo, completamente solo.Aprieto mi mandíbula al sentir como mis pies se tensan de tanto correr en distintas direcciones. Estoy llegando a mi límite y si sigo así me van a atrapar.No te rindas, Alex. Recuerda que esto lo haces por ella y para ganar su cariño.Gracias por recordarme, Tay. Pero creo que nuestra mate no está interesada en nosotros.Piensa positivo.Ruedo mis ojos ante el comentario de Tay, mi lobo, y sigo mi andar. Volteo ligeramente mi cabeza y ahora veo a los lobos más pegados a mi cola.¿Cómo es que no están agotados?Dos personas se po
Capítulo veintitrésPov AbigailMantengo el silencio en la cima del pino junto a mi madre quien está lastimada, los lobos se esparcen en distintas direcciones buscandonos y por fin relajo mi cuerpo tenso, me sujeto de la rama con fuerza y camino hasta el tronco para ver el pedazo de tallo atravesado en forma diagonal por su pierna.Manteniendo el equilibrio me inclino y examino la entrada y la salida y en que esta no tenga ninguna complicación en ser sacada, sin más la tomo por un extremo y mi madre abre sus ojos mostrándome lo rojo que están —Donde la saques te mato —alzo mi mano y dejo caer mi cuerpo con suavidad sobre la ramificación, mis ojos divisan el amanecer e inspiro el aire fresco de la mañana.Ojalá estuviese con él...Sacudo mi cabeza borrandolo totalmente de esta y re
Capítulo veinticuatroPov LaiaNadie me escucha.Ella los tiene engatusados.Vuelvo a recostarme del árbol y miro el pedazo de rama atravesada en mi pierna, tomo con cuidado uno de los extremos y la jalo quitándola de un tirón. Aprieto mis dientes ante el dolor en esta y tiro el palo lejos, el sol ya ha salido y con este un cielo azul despejado.Nada de lo que pase puede empeorar el día."Yo fui el que le habló de nosotros".Recuerdo sus palabras y aporreo el tronco furiosa. ¿Qué tiene que ver esa con nosotros? ¡¿No era más fácil simplemente deshacerse de ella y ya?!Los celos no son bueno para el alma.Como si tuviésemos alma, Halle.Siento la presenci
Advertencia: Este capítulo puede contener material +18. No me hago responsable por las mentes traumadas.Capítulo veinticincoPov LenEvito reírme a toda costa de lo que mis ojos por segundos vieron, pero también intento no pensar en ello.La observo juntar sus cejas enojada —NO ME DEJASTE NI TERMINAR, BRUTO. VAMOS, BÚRLATE —grita haciendo sonar mis tímpanos sensibles y me encamino hacia la cama.—Lo que pasa es que me atragante con saliva —niego —ven y siéntate —digo y miro de reojo como mueve su pequeño cuerpo hacia las sábanas negras haciendo el contraste perfecto entre las dos cosas.Mierda, tengo ganas de...Suspiro. Tranquilo, Len.Pongo mis piernas en cuclillas y examino el golp
Capítulo veintiséisPov ZuaniSubo la ropa interior por mis piernas y llevo uno de mis brazos libres a mis pechos para tapar mis limoncitos, busco algo con que cubrirme y mis ojos dan con su camisa negra en el suelo, corro a buscarla y me la pongo lo más rápido que puedo, hago un moño alto en mi cabeza y finalmente decido enfrentarlo con la mirada.Aún no puedo creer lo que hice.Dejo salir un suspiro y jorobo mi espalda, pongo las manos en la cintura y rasco mi nariz sin saber que decir o que hablar. Desvío mis ojos traviesos a su abdomen y bajo hasta la sabana de lino tapando lo justo a su amigo al aire libre, muerdo mis labios sin pensarlo y veo de reojo la reacción de excéntrico que pinta su rostro.Sacudo la cabeza y me giro.¿QUÉ TE ESTÁ PASANDO ZUANI? 
Capítulo veintisiete—Espera, espera —Laia posa sus manos en forma de escudo —todo tiene una explicación.—Ya te estás tardando —habla mi protector a secas.—Tome sangre humana por un motivo —se pega a la pared —Encontré eso en la casa —señala una tarjeta blanca sobre el piso y abro tanto los ojos como puedo —y no es lo único —levanto la mirada y me asomo por un costado de su cuerpo —Alexander está muerto y Neal desaparecido.Esto es obra de él, estoy segura que es obra de mi padre, en cuanto vi la tarjeta supe de inmediato que es la que usamos en la manada para enviar los "regalos" a otras manadas.Len recoge la nota del piso y la lee en voz alta —Esto es el comienzo del fin—sus brazos se tensan y arruga la nota en sus manos —¿e