Nicole esperaba la respuesta de Bryce, o el grito que saldría de su boca después de haber tenido la osadía de preguntarle por algo muy privado, pero él la sorprendió encogiéndose de hombros, como si fuera un tema normal.
—No es un secreto para nadie. Tal vez no ha salido todavía en las revistas, pero es un secreto a voces entre nuestros conocidos. Mi madre vivió con mi padre pero no se casaron y cuando ´l por fin se enamoró de una mujer de su estatus social, mi madre no lo soportó y se entregó a la bebida, pasó por depresiones, arrestos y todo tipo de cosas, hasta que mi abuelo intervino y la llevó a un centro de rehabilitación mientras se quedaba con nosotros cuidándonos. Pero ella jamás quiso mejorar y un día se escapó de aquel lugar y tuvo un accidente. Murió enseguida por el golpe.
—Lo lamento mucho, Bryce.
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Pasaron dos horas y media, y prácticamente ella tenía todo listo. Chloe había dormido bastante y no se había despertado para nada, algo que ella de verdad agradeció. Ahora se iría a la cabaña, y desde allí haría las llamadas que era lo único que faltaba. Pero se sentía extraña, como cansada y no había mucho como para sentirse así. Desde la mañana tenía una molestia en la garganta, pero no le había prestado atención. Sin embargo ahora se sentía peor. Se tocó la frente y estaba muy caliente. ¿Cómo podía ser? Era imposible haberse enfermado tan rápido, y no veía la razón. La bebé no estaba enferma tampoco, ni Bryce. ¿Entonces cómo es que ella sí?Nicole bajó trabajosa las escaleras, le dolían las piernas y su garganta ahora ardía más. Se dirigi&
— ¿Cómo se ha portado?--preguntó Rachel.—Ha estado bastante tranquila, y bueno, nos hemos estado divirtiendo con programas infantiles.Rachel lo miró divertida— ¿oh si? Por algún motivo, esa es una imagen que no logro tener en mi cabeza—dijo mientras se dirigía al cuarto donde estaba Chloe.La niña no estaba dormida, solo miraba el móvil de la cama-cuna, como si fuera lo más interesante del mundo. Y cuando vio a Rachel, sonrió.—Hola hermosa—le dijo ella sonriendo también, y vio como la niña extendía sus bracitos. Rachel la cargó y tocó la cadera de la pequeña. — ¿Y dónde está tu férula? Tu mami me dijo que tienes una y no puedes quitártela.Bryce se rascó la cabeza—Oh sí, esa cosa—dijo sin mucha idea—es que me toc&oa
Bryce tomó el teléfono, después de tener claro lo que tenía que hacer, y marcó el número de Alexa. — ¿Bueno? —Hola, soy yo. — ¡Mi amor! Que gusto escucharte—dijo una melodiosa voz del otro lado del teléfono. — ¿desde dónde me llamas? No conozco ese número. —Es nuevo. Te llamo desde la casa de campo. —Oh ya veo. ¿Y qué haces allí? Te hacía en Seattle. —Quise venir por unos días a despejarme un poco y a conseguir un algo de esa creatividad, tan importante para las campañas que vienen. —Es una buena idea. Aunque es un plan demasiado solitario para mí gusto. —Por eso te llamo. Quería ver si podías venir y estar conmigo unos días. — ¡Oh por Dios! ¿En medio del bosque? —dijo casi gritando—No, no. Eso no es para mí, lo sabes—se
Mitchell agarró tres vestidos absolutamente hermosos y se los dio a tres de sus ayudantes, uno para cada uno, y de esa manera podían verse claramente. El del extremo izquierdo era de un azul intenso, cortado mucho más bajo de lo que normalmente ella se habría atrevido a usar. Era bastante sencillo, pero de corte perfecto y elegante. El siguiente era un color dorado reluciente, que bajaba por los hombros y probablemente llegaba hasta la mitad de la pantorrilla. Era bello, por supuesto, pero no se sentía como algo que ella mataría por usar. Además, podría chocar con el color de mi cabello.Y el último era como lo que usaría una actriz, en la alfombra roja, con dramáticos volantes y colores brillantes. Así que no era para ella, pero quería intentarlo de todos modos.—Todos son hermosos—le dijo mientras sus manos se deslizaban por la tela de uno de los vestidos. Luego mir
Nicole vio la pareja que se acercaba y enseguida se tensó. Sabía que no eran de los amigos pesados de su jefe, pero aun así, ella era la asistente, no la novia de Bryce Powell, y no tendría por qué estar en una reunión donde la invitada era la famosa modelo Alexa Vanderbilt— ¡Bryce! Qué bueno que has venido. —dijo Rebecca y luego miró a Nicole—estás hermosísima.—Muchas gracias—ella no sabía bien que hacer. Jamás había estado en un escenario como ese y menos vistiendo así.—Hermano, es la mejor acompañante que te he visto—dijo Daniel a Bryce sonriendo de forma traviesa. Y saludó a Nicole con un beso en la mejilla—te ves deslumbrante, Nicole. Estoy seguro de que mi amigo será la envidia del evento.Afortunadamente, el banquete estaba comenzando y ellos enseguida fueron a sus mesas. Dan
Después de la fiesta de caridad, el fin de semana pasado, Nicole no se sentía muy bien acerca de cómo sucedieron las cosas ese día. Los amigos de Bryce eran amables, pero sabía que pensaban que había algo más allí, y se sintió avergonzada de caer en el cliché de amante del jefe, cuando no era así. Afortunadamente él había notado su incomodidad y accedió a irse temprano, cuando ya había hecho un buen donativo, y hablado con suficiente gente, como para que notaran su presencia y dijeran que no faltó a la fiesta. Llegaron al hotel y ella se fue enseguida a su habitación para ver a Chloe. La niñera dijo que se había portado muy bien, que era una niña muy tranquila, y se había dormido pronto, después de tomar su biberón.Ellos fueron a dormir y no hablaron más de aquella fiesta, ni de aquel beso. Al día
Le puso el pijama a Chloe y le cantó un rato hasta que se hubo dormido, Nicole salió de puntillas del despacho y se dirigió al cuarto de baño para mirarse. Se dijo que no era coqueteo, simplemente no deseaba verse mal.Cuando llegó al salón, lo vio frente a la chimenea. Él alzó la vita cuando sintió su presencia— ¿ya se ha dormido?Ella asintió—casi no lo hace, pero al fin el sueño la venció—por el gran ventanal podía notarse una llovizna y empezaba a hacer frío. Bryce lo percibió y puso dos leños más en el fuego que ahora crepitaba alegremente. La luz era tenue en el lugar y él la observó un momento.— ¿Quieres pasar?—le sonrió—parece que tuvieras miedo.Ella caminó hacia él—¿debería?— Para nada, ¿Quie
La abstinencia no era lo único que explicaba el intenso deseo de Nicole en ese momento. Lo deseaba a él, no a cualquier otro hombre, sino a él. Bryce se había abierto paso a su corazón de una forma que ella no supo ver hasta ese momento. Él le tomó el rostro entre las manos tratando de dominarse porque sabía que quería hacerla suya, pero también era consciente de que si llegaban más lejos debía ser delicado, no portarse como un animal en celo, pues era su primera vez.Bryce profundizó el beso. Quería hacerla sentir bien, y que ambos obtuvieran lo que tan desesperadamente deseaban. Sabía que había un sofá cerca y pensó que eso sería lo mejor pues no habría tiempo para subir hasta su dormitorio. Se separó un poco para cerciorarse de que era lo que ella quería también.—Nicole…—te de