Cuando llegaron a la habitación, Bryce la hizo entrar y cerró la puerta tras él. Luego fue hasta ella, que al verlo tan cerca, sintió que el corazón le empezaba a latir a toda velocidad.
Entonces la besó y ella se rindió, agarrándose a los hombros de él. Sintió sus manos, acariciándole la espalda y subiendo luego hasta la horquilla que le sujetaba el moño. La mata de cabello cayó sobre sus hombros, una vez liberado, y Bryce después de observarlo fascinado y acariciarlo, comenzó a besar su cuello, haciéndola estremecer de placer.
Nicole sintió las manos de él sobre su cintura y, poco después, sobre sus senos. Sus manos despertaron un intenso deseo en ella, como siempre que la tocaba de aquella forma. Bryce le quitó la blusa, ella sabía que debería detenerlo, quería hablar un poco más con él, dejar
El mundo entero parecía moverse a cámara lenta. Se sentía como si estuviera caminando en un mundo de sueños; un mundo de sueños horroroso y de pesadilla.Se sintió enferma, el hombre del que se había enamorado, la traicionaba de aquella forma tan terrible. Se quedó allí sorprendida sin saber que responder o cómo actuar. — ¿Qué quieres decir con que es lo mejor?—Quiero decir que creo que deberíamos terminarlo ahora y no más tarde para no hacerte más daño. Te proporcionaré ayuda financiera mientras te recoloco en otra de las oficinas de la empresa.—Es decir que lo tienes todo pensado. No me quieres aquí, pero tampoco en la empresa.—Lo siento, de verdad no sabes cuánto lo siento. Y no lo hago por ti, sino porque sé que va a ser difícil después de lo que ha pasado, que te encuentres con Alexa, y sobre todo conociéndola. No se va a quedar callada y te hará la vida imposible.—Ya no me necesitas —dijo, tratando de mantener la compostura.— Bryce le dio un medio encogimiento de hombros—
Tras más días de búsqueda en las zonas, donde tal vez podía estar Nicole, Bryce estaba tan cansado que no podía dar un paso más. Llevaba semanas durmiendo por pocas horas y la ira y la vergüenza eran sus constantes compañeras. Era una tortura imaginarse a Nicole esforzándose en sacar adelante sola a su hija. Él las adoraba a ambas, pero fue tan estúpido que no se lo dijo a Nicole. Su miedo no lo dejó actuar y ahora parecía un loco buscándola por donde fuera, para disculparse y decirle lo que en verdad sentía.Al marcharse, Nicole había dejado la silla de bebé y la cuna portátil de la niña y todas las cosas que le había dado. Se fue con poco más que lo puesto, y él sabía que era porque le había hecho mucho daño.Encontrar a alguien que se negaba a contestar las llamadas y que no tenía presencia en redes sociales, era frustrante. No tenía ni idea de si Nicole estaba en un hotel, o si al menos estaba en la ciudad. Podría haberse mudado queriendo poner distancia entre ellos, o simplement
Nicole miraba a Bryce, pero no se decidía a creerle. Él no dejaba de disculparse y de decirle que la amaba, pero hacía pocas semanas también estaba seguro de lo que sentía por ella, y de un momento a otro , la había dejado.—Y si Alexa, te hace la vida imposible y cumple todas esas amenazas? Nuevamente te hará dudar y esto pasará de nuevo...—Eso no pasará. Le dejé muy claro lo que pienso de ella, y de sus chantajes. Pero lo cierto es que la razón por la que te dije que era mejor separarnos, fue porque ella no me dijo que estaba embarazada.Nicole perdió todo color en su rostro— ¿está embarazada?—Sí. Y me chantajeaba con decirle a la prensa y a todo el mundo que por mi romance con mi asistente, yo no quería estar al lado de ella y de mi hijo.—Bryce, yo jamás podría interponerme entre tu hijo y t&uacut
Había pasado ya, un año y medio. El tiempo en verdad corría y para ella era como si fuera ayer, cuando Bryce había ido por ella a casa de su tía y se habían reconciliado.Le costó trabajo al principio volver a confiar en él, y no podía negar que tuvieron sus tropiezos. Sin embargo, él había sabido ganarse su confianza y le demostraba en cada detalle y cada día, lo mucho que la amaba y lo que valoraba su relación. Ya estaban lejos de aquella mujer odiosa que a punto estuvo de acabar con su amor, y en este momento, ella era historia.Poco a poco, ella también había aprendido a tomar su lugar en la vida de él, en su familia, y en la sociedad. Y donde antes la criticaron, actualmente, le invitaban a muchos eventos y hablaban de la linda pareja que hacían. Aunque ella tampoco se creía todo. Sabía que mucho era porque su esposo era un hombre poderoso y no les convenía estar mal con él o con su familia. Pero ella había aprendido a sacar garras y defenderse. Ya no era la misma de antes, que s
Nicole empezó a sacar las cartas de la impresora. Las repasó mientras intentaba no pensar en su pequeña sobrina Chloe y el problema que podría avecinarse, en especial cuando su situación económica era algo incierta.La puerta que conectaba con el despacho de al lado se abrió, y escuchó la voz de su jefe—Nicole ¿Has llamado a Londres para decirles que iré mañana?—Sí, señor Powell, he llamado y todo ha quedado aplazado.— ¿Y qué ha pasado con la nueva campaña de Calvin Klein?—Ya hablé con ellos y se ha podido solucionar el percance.Bryce cerró de nuevo la puerta y Nicole se levantó, alisándose la chaqueta negra que llevaba puesta, preparándose para ir a hablar con su jefe. Necesitaba pedirle que ya no buscara una persona que le ayudara en su casa, porque ella podía encarga
Bryce estaba solo ahora tomando otro trago y preguntándose ¿qué diablos había pasado hacía un momento? No podía olvidar aquella imagen de su asistente con aquella blusa empapada y esos grandes pechos en un diminuto sujetador color negro, amenazando con salir de su encierro. Obviamente las chaqueta un poco grande que usaba a diario, habían estado escondiendo sus encantos.Se removió incómodo y la imagen de ella gimiendo en su cama mientras la tomaba vino a su mente. Luego se reprendió por pervertido, esa chica no tenía más de veintidós años, y él era bastante mayor que ella. Por no hablar de que ya tenía una hija, y él no deseaba nada con mujeres que eran madres. Demasiado compromiso, se decía siempre.— ¿Puedo pasar?—escuchó la voz de Nicole.—Si, por supuesto—la vio aparecer con una blusa nueva
Nicole entró a la casa que estaba con la puerta abierta. Miró a todos lados y no vio a nadie, hasta que llegó al balcón donde lo vio admirando el paisaje. Fue hasta allí, y abrió la enorme puerta de vidrio para salir al exterior. Fue allí cuando Bryce se percató de su presencia.— ¡Nicole! Qué bueno que ya estés aquí. —Bryce estaba vestido informal; unos jeans y una camisa blanca. No llevaba zapatos elegantes sino unos tenis y ella casi no podía creer lo diferente que se veía, pero sobre todo lo relajado que parecía estar. No tenía ese gesto huraño y la frente arrugada como casi siempre que estaba en la oficina.—Buenas tardes, señor Powell. Sí, hace un buen rato llegamos, pero estaba instalándome y haciendo un biberón a la bebé.Ese fue el momento en el que Bryce reparó en Chloe,
Nicole ya había llegado hacía media hora a la casa, que estaba completamente en silencio. Se puso manos a la obra para preparar algo rápido pero que le gustara a su jefe. Así que se le ocurrió que unos raviolis con salsa de espárragos, acompañados de una ensalada y pan de ajo serian perfectos. No tenía más tiempo, pues se había quedado profundamente dormida en el momento en que puso la cabeza en la almohada, después de haberle dado su biberón a Chloe. La idea había sido solo descansar un poco del viaje, antes de ir a preparar la cena, pero estaba tan cansada, que cayó rendida.Colocó el pan de ajo en el horno antes de que llegara Bryce y se dirigió a la pequeña silla donde estaba su hija jugando con un pulpo de felpa que había encontrado entre los juguetes de la cabaña. Ella parecía estar de muy buen humor y es que ambas habían rep