Para Lorena era algo, extremadamente emocionante, pues su amor era demasiado por Cristhian, que el hecho de que, aceptara los cambios, era un paso más al frente. Estaba emocionada, que había olvidado por completo la caja misteriosa bajo su cama. Al día siguiente, se presentó a una empresa, externa de la de su esposo, para una entrevista de trabajo. Ella se mostraba feliz porque sería el segundo trabajo al que se postularía, y deseaba hacerlo bien. Cristhian le dijo que no era necesario que trabajase, porque tenía la oportunidad de mantenerla, pero era obvio que ella no aceptaría. Esa noche, Cristhian le había hablado más de lo que es su trabajo real, su familia, y de que no es un hombre que se encuentra muy bien posicionado económicamente. Eso si la sorprendió, pero no hizo que cambiara sus sentimientos. Para ella, seguía siendo el hombre perfecto, pese a los errores constantes que cometía. Finalmente, esa noche, ella pretendía celebrar que fue aceptada a la empresa, y mientras volv
Un heredero le daría la oportunidad de volver a tener el poder, pero el no deseaba un hijo, porque solo él quería ser el dueño de todo. Sin embargo, eso no se lo diría a su progenitor, porque las cosas cambiarían drásticamente, y no deseaba perder lo que acababa de conseguir.— Un heredero…, suena interesante, padre — respondió, observándolo fijamente —. ¿Cómo supiste que Valentina esperaba un hijo mío?— Te he vigilado desde que saliste de mi protección. Lo que hiciste con Mondragón en la plaza, fue lo más estúpido, pero debo admitir que me has sorprendido — comentó —. Ahora debemos ver la forma de limpiar tu nombre.— Es lo que más me interesa, padre — responde, con su peculiar voz cantarina —. Muero por volver al trabajo.— Volverás, hijo. Lo harás una vez solucionemos tus problemas, pero conoces la condición. Solo debes cumplirla.Augusto asintió seguro, aunque ciertamente, no haría caso a eso. Su obsesión hacia Keila era demasiado fuerte y enferma, que no sería posible dejarlo de
De allí, volvió a la empresa, encontrándose con un esposo eufórico, quien la recibió con un abrazo, para después alejarse, y fruncir el ceño. — ¿Te has vuelto loca? — gritó de repente, pero Keila no se inmutó. Estaba cansada de vivir asustada, y sabía, que Enzo hacía eso, solo por los nervios que le había generado su ausencia, acompañado del miedo a que le sucediera algo. — Fui a beber café en una cafetería, como lo hace una persona normal — respondió, adentrándose a su cubículo. — Hay un hombre obsesionado contigo, allí afuera. — Lo sé — respondió, volviendo a encender el computador en pausa. — ¿Lo sabes? Entonces, ¿por qué sales sin avisar? — Ya te lo dije, cariño — dijo, dejando de hacer su trabajo, y mirándolo a él —. Ser libre. — No es la forma — manifestó el hombre —. Estaba preocupado, asustado, desesperado. Si ese hombre aparecía. — Lo hizo — confesó. Enzo no podía creer la forma tan tranquila que él lo decía, es como si, ya no le importara lo que pudiera hacerle. La
— Lorena, estás llevando a un extremo bastante difícil de salir, toda esta situación. Será mejor que te calmes, y luego hablaremos — aconsejó Cristhian, dejándola indignada.Ella la miró con incredulidad.» ¿Calmarme? «» ¿Tan ciega fui? «» Definitivamente, me merezco esto, por intentar ser condescendiente con imbécil como él. «La verdad, se estaba conteniendo bastante, porque no se dejaría mostrar triste antes un idiota como él.— Te puedo asegurar, que estoy bastante calmada, Cristhian. Pero, ¿cómo mierda te atreves a pedirme aquello, cuando te revuelcas con otra mujer, estando enamorado de mi mejor amiga? — manifestó con rabia, y riéndose del coraje —. Y yo soy la esposa. Mira en la situación que me has puesto.Ella se encerró en su habitación, luego en el baño, y sin pensarlo, se puso a llorar. Lloró como una niña, como nunca antes lo había hecho. El corazón le dolía, sintiéndose como una niña indefensa, humillada por alguien con poder.Su celular volvió a sonar, descubriendo qu
De igual forma, a Keila le importaba poco lo que pensaba su esposa. Ella igual iría a visitar a su amiga, porque ella era más importante que cualquier otra cosa.Finalmente, cuando estaban aterrizando, se dispusieron a ir hasta la casa donde estaban viviendo. No importaba la hora, ella igual iría, pese a que Enzo, insistía que debían esperar a que amanezca.Keila, desesperada, toco el timbre, y golpeo la puerta, hasta que se abrió. Cristhian era la persona quien los recibía, pues Lorena no ha salido de su habitación desde la discusión, y ya comenzaba a preocuparse por la misma; sin embargo, Keila, con la rabia palpitando en sangre, lo fulminó con la mirada.— ¡Qué bueno que vienen! — exclamó, pero no tuvo tiempo de terminar de hablar, porque la joven asistente, le propinó un golpe a puño cerrado en la cara.Keila gimió de dolor, para después observarlo.— Por cobarde — gritó, adentrándose a la casa y buscando a su amiga —. ¡Lorena! ¿Dónde estás?— Habitación principal, a la derecha —
Keila había sido testigo de aquello, por lo que sonrió esperando alguna respuesta de parte de su amiga; además, esperaba que pudiera divorciarse y seguir con su vida, con alguien que realmente, le brindara la seguridad que se merecía. Cuando llegó a la casa, Enzo ya la estaba esperando en la entrada, junto con Cristhian. Ella no le brindó ni una sola mirada, y esperó paciente a que su esposo se adentrara en el interior del vehículo. — ¿No le hablarás? — Negó —. Sabes que hay problemas más serios que ellos dos. Indignada, pidió al chofer que se detenga. — Bájate — pidió Enzo la miró incrédulo —. Bájate o me bajo yo. — Pero, ¿por qué? — Nada es más importante que mi amiga, excepto tú. — Aquella respuesta, dio un toque de felicidad a Enzo. De hecho, ya era un hombre feliz a lado de ella, pero oír de la boca de ella, era algo inexplicable de explicar. Un sentimiento reconfortante y puro. Keila era de esas mujeres puras, sencillas e inocentes, incapaces de mentir, solo porque debía h
Enzo por su parte, estaba aterrizando a Londres, cuando recibió el aviso que su esposa ya estaba en casa. Confiado, creyó en la noticia, sin saber, que solo era una trampa, y su esposa en realidad, estaba siendo transportada a otro lugar, lejos de su seguridad. Ni tan lejos. Estaban camino a la casa de Valentina. Estaba llegando a la mansión de su nuevo amigo en Londres, cuando se percató, que había algo extraño en el lugar. No había guardias en el lugar, y suponiendo que, la última vez que se vieron la esposa estaba en peligro, imaginaba más vigilancia. Hasta que lo encontró en su despacho. No había ama de llaves, ni escolta principal, ni nada de eso, lo cual lo llevaba a la idea de que era una trampa; y como no podía huir, se enfrentó, intentó hablarle; pero el sujeto estaba muy ebrio. Estudio la situación, salió afuera a mirar, entonces vio el cuerpo de algunos de los guardias, con chalecos explosivos. Corrió al interior, para buscar a su amigo, encontró un arma debajo del escr
Mientras Keila caía por el precipicio, Enzo luchaba por su vida en un hospital en Londres. La casa de su amigo había sido destruida, por bombas incrustadas en el cuerpo de sus hombres.Ambos estaban en peligro.Ambos luchaban por sus vidas en el mismo minuto.Los hombres comenzaron la búsqueda desde el aeropuerto, que era el lugar donde ella desapareció. Nadie se había percatado de su ausencia al principio, hasta que la perdieron de vista en el camino, ya que ella manejaba su propio carro y a una velocidad bastante rápida.Y al, darse cuenta que aún no conseguían hallarla, no tuvieron más opción que llamar al jefe, pero éste tampoco respondía, hasta que el hombre de confianza de sus jefes, respondió.— La señora ha desaparecido — Dieron información, y el hombre no dijo, solo miró por la ventanilla, donde veía a su jefe inconsciente.Colgó, y llamó a los familiares. Para ser exacto, se refería a Elías, para informarle lo que estaba sucediendo.Todos se pusieron en marcha para encontrar