Alexei
Meses después
Han transcurrido dos meses desde que planeé regresar, y hoy estoy aquí en mi bella Nicaragua. El condominio del valle sigue igual, casi nada ha cambiado.
—Papi, aquí no hace tanto frío — grita mi pequeña, corriendo por toda la casa grande. Dejé dicho a los empleados que dejaran todo en orden para mi llegada, y así fue.
—Hace mucho calor, no sé si podré aguantar todos estos meses.
—Pues lo lamento, querida. Si no te gusta, puedes regresar a Los Ángeles. No entiendo por qué no te sientes feliz de haber regresado a tu país natal.
Natalia niega, arrugando el ceño. Ella es de Granada, pero su madre se la llevó a Los Ángeles con ayuda de mis padres, obviamente para hacerla mi esposa. Ahora no le agrada su país, en cambio, yo estoy demasiado satisfecho con mi decisión.
— ¡Mi joven Alexei! — grita Margarita, mi adorada nana.
— Margarita —sonrío y la abrazo, feliz de verla. Ya se ve un poco mayor, pero aún sigue fuerte.
—Bienvenido a casa, se te extrañaba bastante.
—Lo sé, nana. Te presento a mi esposa, Natalia. Ella es mi nana Margarita.
—Mucho gusto, señora Natalia — asiente Natalia sin ánimos.
—Mucho gusto, Margarita.
—¿Y dónde está la princesita?
—Doña Diana le está mostrando la habitación a su niñera, así que seguro anda correteando con ella.
—Estoy muy feliz de tenerlos aquí, les prepararé algo delicioso.
—Ay, gracias Margarita, muero de hambre. Este embarazo me tiene hambrienta todo el tiempo.
—Felicidades, señora, por su embarazo. Ahora le prepararé un delicioso caldo.
Sonriendo, se dirige a la cocina. Natalia mira todo alrededor como si no fuera de su agrado.
— ¿Quieres descansar? —le pregunto al notarla desanimada.
—Creo que es lo mejor, que Margarita me suba el almuerzo.
Asiento, entrando al despacho. Papá no quiso venir por ahora, estará con mi hermano a cargo de las empresas.
Empiezo a hacer todas las diligencias de mi llegada, la reunión con los accionistas en el Hotel Holiday y la Empresa. Luego comienzo con los trámites de estudio para mi hija; la pondré en la escuela Bautista.
—Karla, ve con el chófer a buscar los uniformes de la nena y sus demás artículos.
—Sí, señor.
Me dirijo a la sala y veo a la niña con su madre, pero al parecer está molesta ya que su mamá no le presta atención.
— Mami, juega conmigo, estoy aburrida.
—Luna, ya te dije que no quiero. ¿Dónde está tu nana? Debería estar cuidándote.
Mi hija se echa a llorar. Enojado, me acerco a ella y sin pensarlo, le digo sus verdades.
—Eres una madre irresponsable con tu hija. ¿Qué te cuesta prestarle atención? Últimamente te veo más amargada con la niña. Si eres su madre, compórtate como tal. Karla decidió venir a Nicaragua por ella. Seguro al ver tu comportamiento, creo que es más mamá ella que tú misma.
—Alexei, estoy embarazada, ¿acaso no ves?
—Déjame decirte que no estás enferma ni discapacitada—Natalia llora por mis duras palabras.
— Papi, no te enojes.
—No, pequeña, vamos a jugar.
—Alexei—me llama a lo que, enojado, cargo a mi hija y salgo de la sala.
—Hija mía, papá está para jugar contigo, ¿vale?
—Sí, papi. Te quiero mucho.
—Yo te quiero más— añado dejandole un beso en su cachetes.
Salimos un rato al parque cercano de la casa, mi hija y yo. No soporto verla triste, así que la veo divertirse mientras se desliza por los toboganes. El parque es un remanso de belleza y frescura, con árboles que ofrecen sombra y un suave murmullo de hojas movidas por la brisa. Los niños corren y juegan por todos lados, riendo y gritando de alegría, mientras los pájaros cantan alegres melodías hermosas. Recuerdo cómo conocí a Anashia en este mismo lugar. Ella sollozaba porque unas niñas la molestaban, y desde entonces nos hicimos amigos. Crecimos juntos, compartiendo recuerdos únicos en la misma escuela. Suspirando dejo de lado esos pensamientos para disfrutar del momento con mi hija, quien juega con alegría. Estar a su lado me llena de felicidad, Luna es todo lo que amo en esta vida.
*****
Al día siguiente, desperté temprano para llevar a la nena a su primer día de escuela. Ella se veía contenta, con muchos ánimos. Sé que le gusta este ambiente, su sangre Nica corre por sus venas, y quiero que ella se sienta feliz.
—Señor, la pequeña está lista.
—Bueno, Karla, sube tú también. Recuerda que tu trabajo es la niña.
—Sí, señor.
Mi hija se despide de su madre, y como siempre, Natalia con su amargura. Negando, la llamo para subirla al coche. Respiro el aire que emana de mi país. Es tan hermoso y bello. Me siento el Alexei de hace años.
—Papá, qué bonito se ve este lugar. Tiene muchos parques.
—Mi niña, cuando estés libre, te llevaré a varios lugares, ¿entendido?
Mi pequeña mueve su cabecita en señal de asentimiento.
Al llegar al colegio, bajo con ella. Veo su tarjeta en la que indica su número de aula. En este colegio estudié hasta mi quinto año, y fue una experiencia inolvidable. Qué recuerdos aquellos.
Veo el número de aula y me dirijo allí. Varias chicas, imagino que son docentes, están cantando con los niños. Ni modo, me toca interrumpir.
—Disculpe, señoritas, soy el padre de la nueva integrante. Me llamo Alexei Servante.
—Hola, mucho gust... — la muchacha se sorprende, al girar su rostro, queda con la palabra estancada y ni decir de mí al ver de quién se trata, me sorprendí al verla después de tantos años.
Anashia.Estaba exhausta por el agotador ritmo de trabajo que he llevado en mi humilde vida. Esta semana estuvo llena de clases de baile y tutorías con los niños, sumado al trabajo extra en el Hotel Hollyday que ha estado drenando mi energía. A punto de rendirme, me retracto al recordar las enormes deudas con las casas comerciales y otras responsabilidades. Me digo a mí misma que debo seguir adelante; por ahora, no es momento de rendirse. Mi madre necesita mucho de mi ayuda, y la lucha por la vida apenas comienza.Desde el fallecimiento de mi padre, las cosas han empeorado. Las enormes deudas me han obligado a pagarlas a plazos, y llevo 5 años sin tener tiempo ni siquiera para conocer a un hombre. Bueno, quizás estoy exagerando un poco, ya que Víctor ha sido un buen amigo... perdón, un amigo con derechos, según mi percepción. Pero eso no es lo que deseo; soy consciente de ello. Me siento estúpida. Él ha intentado varias veces que seamos novios, seguramente cansado de hacerlo ya. Wow,
ANASHIA.Era lunes, y ya no tenía ganas de despertar. Quería apagar mi alarma y que dejara de sonar, pero el deber me llamaba. Tenía que levantarme sí o sí, y así lo hice. Me duché como siempre, y al salir, me quedé sentada durante unos diez minutos, secando mi cuerpo para luego vestirme como de costumbre: camiseta rosada con el logotipo de la Escuela, pantalón negro, botines negros, y mi cabello largo y rojizo recogido en una cola alta. Vi mi reflejo en el espejo y sonreí, como se debe hacer cuando trabajas con 100 niños o quizás más. Ya parecía una Barbie, y no la esposa de Chucky. Me reí para mis adentros por mis ocurrencias.Antes de salir, me pinté los labios con un tono discreto y me puse rubor para disimular mis pecas. Ya lista, salí de casa, aunque no sin antes dejar un beso en la mejilla de mi madre.—Te vas de nuevo sin desayunar —me reprendió mi mamá.—¡Compraré algo en el camino! —grité en respuesta, saliendo corriendo al ver que solo tenía media hora a mi disposición.Uff
Alexei.No tenía la menor idea de qué se trataba esta emoción dentro de mí, y al mismo tiempo sentía miedo.Ocho malditos años han pasado y mi corazón aún sigue saltando cuando la veo. Fue mi primer amor y aún sigue siendo el único. Anashia era como una mariposita indefensa, pero ahora la veo más fuerte, con un semblante serio.Suspirando, trato de concentrarme en lo que estoy haciendo. Necesito verla, besarla de nuevo, incluso tocar ese jodido cuerpo que conozco mejor que nadie. Cuando la vi esta mañana, varias emociones encontradas sucedieron en mi sistema nervioso, pero se veía más delgada, su rostro algo demacrado. Casi podría decir que no duerme. ¿Qué ha pasado en estos años? ¿Está casada? ¿Tiene hijos?Quiero saber muchas cosas sobre ella. Sé que está molesta por todos estos años sin tener comunicación, pero le explicaré cómo sucedieron las cosas exactamente.Bufando exasperado, observo los planos para empezar a mejorar la empresa de mis padres. La familia de mi madre hizo y desh
AlexeiHabía transcurrido una semana en la que estaba ansioso día a día, Anashia me evitaba a toda costa, cada que llevaba a la niña otra maestra la recibía y se que ella lo había pedido así según para dirigí las clases, pero que ni crea que me iba rendir, buscaré cualquier manera en dar con ella, si eso seria seguirla, lo haría. —Papi, ¿porque estas distraído?—Pregunta mi niña, dejó de lado mis pensamientos para prestarle atención a Luna.—Bueno pienso en el trabajo hija. Veo que eres muy inteligente y observadora, a ver cuentame, ahora te pondré atención.Mi hija hace un puchero negando.—Papi mi maestra Anashia tiene muchas pecas como las mías, hoy se las vi, ella las oculta y eso que es muy bonita, me gusta su cabello es color de la sangre.Luna es muy observadora, seguro le ha caído muy bien, mi hija se fija en las personas cuando tiene bonitos sentimientos.—¿Porque le hablas a tu papa sobre la belleza de la maestra, niña? Vas a la escuela de chismosa o vas a estudiar—cuestion
Anashia.Quería detenerlo del todo, pero mi corazón era traicionera, estaba al borde de hacer locuras de las que luego podría arrepentirme, mi corazón sonaba como un motor pero sin baterías, ya que estába descargado sin poder tener fuerza para alejar a este hombre, no mejor dicho sin querer detenerlo.—Te extrañe pequitas— susurro en medio de nuestro beso; Malditas palabras que me dejan tambaleando. Me alejo de él para reponerme, sinceramente me ha dejado mal, aún siento esas malditas mariposas.—Deberías irte—Replico caminado hasta la puerta, pero curiosa le pregunto — ¿Que haces aquí?—Estoy asociado con este hotel—Responde sin quitar su mirada de la mía, vaya que sigue siendo adinerado—¿Anashia estas trabajando aquí?—Es obvio no Jefe...— sueno sarcástica, que barbaridad ya veo que no podre alejar mi corazón de este hombre.—No seas sarcastica, dime ¿Porqué trabajas tanto?. Deberías solo estar en la escuela, deja este trabajo—Pide bajando la mirada, creo que se ve molesto.—Estas
Tenerla abrazada de esta manera era lo más anhelado que quería. Su delgado cuerpo y su aroma a flores me estaban volviendo loco. Quería detener el tiempo de una sola vez o regresar al pasado en el que era feliz junto a ella. Por desgracia, la salud de mamá empeoró y mi padre se aprovechó de la situación para amenazarme. Pero ahora las cosas serán diferentes. Esperaré a que Natalia tenga al bebé para luego alejarme. Por ahora, debo aguantarme y espero que Anashia comprenda. Aún no le he dicho sobre el embarazo de Natalia; quizás no lo tome de buena manera.A pesar de mi circunstancia, deseo estar con ella sin importar lo que nos venga.Aquella noche descubrí que sin Anashia a mi lado, nada podría ser igual. Sé que ella sintió lo mismo. Ese inmenso deseo sigue intacto sin importar los años.Ha pasado una semana en la que me he sentido ansioso y desesperado, con ganas de que sea sábado para estar al lado de la mujer que realmente amo. Ya no soporto el mal humor de Natalia. Podría decir q
ALEXEIAl llegar a mi destino, observo a Anashia. Ella está sentada, mirando su celular. Me pregunto si está tan feliz como yo. Espero que sí, porque no tiene idea de cuánto la amo. Bajo del auto, me acerco a ella y la abrazo fuerte. Se asusta por un momento, pero al verme sonríe.—¡Qué malo eres, Alexei!—Lo siento, mi amor, solo quería asustarte.Ella me mira y luego se acerca más a mí.—Puedes llevarme donde tú quieras —susurra cerca de mis oídos.—Quiero llevarte a las estrellas.—Entonces hazlo, quiero conocerlas de nuevo.Quise besarla desesperadamente, pero me contuve. Quizás a ella no le agradaría, ya que estábamos en un lugar público. La tomo de la mano y la guío al coche. Ella sube, y yo hago lo mismo, arrancando a toda velocidad. Anashia sonríe apenada. Ninguno decía nada. Dejo un beso en su labio y seguimos nuestro rumbo.—Hemos llegado —le susurro al oído.—Sí, se ve lindo el lugar —responde apenada.Busqué este lugar en Google Maps. Según dicen, es uno de los mejores hot
ANASHIA Veo las estrellas resplandecer en el cielo. Las nubes están despejadas, pero mi mente es un revoltijo. Alexei es el amor de mi vida; eso jamás va a cambiar. Ahora, más que nunca, no deseo que nadie me aleje de él. Sin embargo, si lo pienso detalladamente, él está con su esposa por su hija. ¿Será verdad o solo quiere jugar conmigo? No digo que no sienta nada por mí; su mirada me asegura su amor, pero igual desconfío ya que me abandonó aquel momento. Claro que fue por culpa de sus padres, pero aún así son solo excusas.Por otro lado, quisiera saber más de esa mujer, su forma de tratarlo, si de verdad lo ama. Me imagino que sí. ¿Cómo lo tratará? ¿Por qué nunca va a la escuela junto a la pequeña? Una madre siempre está al tanto de los hijos. Me parece que la niñera es más la madre de la pequeña princesa que ella misma. En cuanto a Alexei, él es un amor con su hija. No quisiera ser la mala del cuento, pero es inevitable alejarme de él. Tantos años anhelando este momento, soñando a