Anashia.Quería detenerlo del todo, pero mi corazón era traicionera, estaba al borde de hacer locuras de las que luego podría arrepentirme, mi corazón sonaba como un motor pero sin baterías, ya que estába descargado sin poder tener fuerza para alejar a este hombre, no mejor dicho sin querer detenerlo.—Te extrañe pequitas— susurro en medio de nuestro beso; Malditas palabras que me dejan tambaleando. Me alejo de él para reponerme, sinceramente me ha dejado mal, aún siento esas malditas mariposas.—Deberías irte—Replico caminado hasta la puerta, pero curiosa le pregunto — ¿Que haces aquí?—Estoy asociado con este hotel—Responde sin quitar su mirada de la mía, vaya que sigue siendo adinerado—¿Anashia estas trabajando aquí?—Es obvio no Jefe...— sueno sarcástica, que barbaridad ya veo que no podre alejar mi corazón de este hombre.—No seas sarcastica, dime ¿Porqué trabajas tanto?. Deberías solo estar en la escuela, deja este trabajo—Pide bajando la mirada, creo que se ve molesto.—Estas
Tenerla abrazada de esta manera era lo más anhelado que quería. Su delgado cuerpo y su aroma a flores me estaban volviendo loco. Quería detener el tiempo de una sola vez o regresar al pasado en el que era feliz junto a ella. Por desgracia, la salud de mamá empeoró y mi padre se aprovechó de la situación para amenazarme. Pero ahora las cosas serán diferentes. Esperaré a que Natalia tenga al bebé para luego alejarme. Por ahora, debo aguantarme y espero que Anashia comprenda. Aún no le he dicho sobre el embarazo de Natalia; quizás no lo tome de buena manera.A pesar de mi circunstancia, deseo estar con ella sin importar lo que nos venga.Aquella noche descubrí que sin Anashia a mi lado, nada podría ser igual. Sé que ella sintió lo mismo. Ese inmenso deseo sigue intacto sin importar los años.Ha pasado una semana en la que me he sentido ansioso y desesperado, con ganas de que sea sábado para estar al lado de la mujer que realmente amo. Ya no soporto el mal humor de Natalia. Podría decir q
ALEXEIAl llegar a mi destino, observo a Anashia. Ella está sentada, mirando su celular. Me pregunto si está tan feliz como yo. Espero que sí, porque no tiene idea de cuánto la amo. Bajo del auto, me acerco a ella y la abrazo fuerte. Se asusta por un momento, pero al verme sonríe.—¡Qué malo eres, Alexei!—Lo siento, mi amor, solo quería asustarte.Ella me mira y luego se acerca más a mí.—Puedes llevarme donde tú quieras —susurra cerca de mis oídos.—Quiero llevarte a las estrellas.—Entonces hazlo, quiero conocerlas de nuevo.Quise besarla desesperadamente, pero me contuve. Quizás a ella no le agradaría, ya que estábamos en un lugar público. La tomo de la mano y la guío al coche. Ella sube, y yo hago lo mismo, arrancando a toda velocidad. Anashia sonríe apenada. Ninguno decía nada. Dejo un beso en su labio y seguimos nuestro rumbo.—Hemos llegado —le susurro al oído.—Sí, se ve lindo el lugar —responde apenada.Busqué este lugar en Google Maps. Según dicen, es uno de los mejores hot
ANASHIA Veo las estrellas resplandecer en el cielo. Las nubes están despejadas, pero mi mente es un revoltijo. Alexei es el amor de mi vida; eso jamás va a cambiar. Ahora, más que nunca, no deseo que nadie me aleje de él. Sin embargo, si lo pienso detalladamente, él está con su esposa por su hija. ¿Será verdad o solo quiere jugar conmigo? No digo que no sienta nada por mí; su mirada me asegura su amor, pero igual desconfío ya que me abandonó aquel momento. Claro que fue por culpa de sus padres, pero aún así son solo excusas.Por otro lado, quisiera saber más de esa mujer, su forma de tratarlo, si de verdad lo ama. Me imagino que sí. ¿Cómo lo tratará? ¿Por qué nunca va a la escuela junto a la pequeña? Una madre siempre está al tanto de los hijos. Me parece que la niñera es más la madre de la pequeña princesa que ella misma. En cuanto a Alexei, él es un amor con su hija. No quisiera ser la mala del cuento, pero es inevitable alejarme de él. Tantos años anhelando este momento, soñando a
Alexei.Observaba mi móvil desesperado al ver que Anashia no respondía la llamada. Creo que la he llamado más de quince veces en menos de diez minutos. Resoplando, dejo el móvil a un lado y sigo con mi trabajo, aunque mi cabeza es un caos.Me pregunto si habrá ido al trabajo o qué habrá pasado. Mejor iré a la recepción a preguntar por ella antes de que empiece la reunión de accionistas.—En un rato regreso —le notifico a la secretaria de Dylan, y ella asiente levantándose de su silla.Llego a la recepción y antes de preguntar por Anashia, la señora me observa seriamente.—Hola, buenos días. ¿Podría mandar a la señorita Anashia para que nos prepare café en la sala de reuniones?—Buenos días, señor. La señorita se fue hace poco, no se sentía bien y le dije que podría irse.¡Se sentía mal! ¿Pero por qué no me ha llamado?... Aprieto los puños con fuerza, ¿por qué sufre sola?—Está bien, debe estar enferma. Lo bueno es que se reportó —respondí con un nudo en la garganta.—Le puedo mandar a
Alexei.Levanté la cabeza y la vi de pie, sonriéndome. Bajé la ventana y le reclamé por qué no me había llamado. Ella seguía riendo, así que abrí la puerta del copiloto para que entrara.—Anashia, entra por favor —le dije. Al entrar, la abracé con fuerza sin importarme que a unas cuadras estuviera su casa y la mía.—Es mejor que salgamos de aquí.—Sí, señor. A sus órdenes.Anduvimos por varios lugares. Fuimos a Masaya a ver la laguna de Apoyo desde el mirador de Catarina. Nos tomamos algunas fotografías y luego almorzamos vigorones con una gaseosa bien helada.—No pensé verte comiendo un vigorón. Pensé que solo comías comidas a la carta —comentó sarcástica, a lo que reí casi atorándome.—Uy, toma un poco de tu gaseosa.—Me vas a asesinar, cariño.Ella rió a carcajadas, y eso me hizo sentir bien. Pasamos momentos alegres; ya no se veía como hace unas horas. Apagué mi móvil, pero antes le pedí a la niñera que se quedara todo el día y la noche con mi pequeña. Sé que Natalia está molesta;
ANASHIA Mi mente empezó a procesar todo lo sucedido el día de ayer, quería olvidarme de lo que me hizo ese desgraciado, no puedo sacar de mi cabeza cuando me beso, aun siento un horrible asco en solo pensarlo. Por otro lado, tenía que decirle a Alexei lo sucedido no tenia de otra. Alexei me conoce también que rápidamente supo que algo no andaba bien conmigo, sé que el hará algo al respecto, pero tengo miedo que por mi culpa pueda meterse en problemas. Me acerco mirándolo fijamente, duerme plácidamente a mi lado, quisiera saber si así duerme junto a su esposa. Sus manos alrededor de mi cintura, su cabeza reposando en mi pecho. Siento celos al Imaginarlo de esta manera con Natalia. Lo amo tanto, pero tengo miedo que se aleje de mí, por culpa de lo sucedido o que su esposa se enterré de lo nuestro. Suspirando dejo de lado todos mis pensamientos para dejarme llevar por el sueño. Al despertar busco Alexei desesperada en la cama, pero él no está por ningún lado, escucho chorros de ag
Alexei Mi mente estaba divagando tantas cosas, más sobre lo que me ha estado sucediendo con lo que estoy sintiendo por Anashia, decirle que la amo no es suficiente, debo demostrarle que vale la pena arriesgar todo por ella, pensé que me dejaría, al haberle dicho que por ahora no podría dejar a Natalia, se que ella se siente menos al ser nada mas que la otra, cosa que para mi es mas que eso. Sin embargó necesito esperar unos meses y cuando nazca mi hijo buscare la manera de separarme de Natalia.Eran mas de las de las cuatro de la tarde día domingo. Estacione el coche dentro del garaje, entre a la casa a lo que mi hija al verme se me acerco alegre.-Papi te he extrañado mucho - dijo besando mi mejilla, estaba vestida con un hermoso vestido color violeta, su cabello rubio en hondas y sus ojos azules la hacían ver maravillosa. Mi hija era mi princesa, ella es radiante como la luna.-Hija tuve muchas reuniones, pero mas tarde iremos a comprar dulces y helados - comente a lo que ella salt