Capítulo 13

Alexei.

Levanté la cabeza y la vi de pie, sonriéndome. Bajé la ventana y le reclamé por qué no me había llamado. Ella seguía riendo, así que abrí la puerta del copiloto para que entrara.

—Anashia, entra por favor —le dije. Al entrar, la abracé con fuerza sin importarme que a unas cuadras estuviera su casa y la mía.

—Es mejor que salgamos de aquí.

—Sí, señor. A sus órdenes.

Anduvimos por varios lugares. Fuimos a Masaya a ver la laguna de Apoyo desde el mirador de Catarina. Nos tomamos algunas fotografías y luego almorzamos vigorones con una gaseosa bien helada.

—No pensé verte comiendo un vigorón. Pensé que solo comías comidas a la carta —comentó sarcástica, a lo que reí casi atorándome.—Uy, toma un poco de tu gaseosa.

—Me vas a asesinar, cariño.

Ella rió a carcajadas, y eso me hizo sentir bien. Pasamos momentos alegres; ya no se veía como hace unas horas. Apagué mi móvil, pero antes le pedí a la niñera que se quedara todo el día y la noche con mi pequeña. Sé que Natalia está molesta;
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