Alexei.Levanté la cabeza y la vi de pie, sonriéndome. Bajé la ventana y le reclamé por qué no me había llamado. Ella seguía riendo, así que abrí la puerta del copiloto para que entrara.—Anashia, entra por favor —le dije. Al entrar, la abracé con fuerza sin importarme que a unas cuadras estuviera su casa y la mía.—Es mejor que salgamos de aquí.—Sí, señor. A sus órdenes.Anduvimos por varios lugares. Fuimos a Masaya a ver la laguna de Apoyo desde el mirador de Catarina. Nos tomamos algunas fotografías y luego almorzamos vigorones con una gaseosa bien helada.—No pensé verte comiendo un vigorón. Pensé que solo comías comidas a la carta —comentó sarcástica, a lo que reí casi atorándome.—Uy, toma un poco de tu gaseosa.—Me vas a asesinar, cariño.Ella rió a carcajadas, y eso me hizo sentir bien. Pasamos momentos alegres; ya no se veía como hace unas horas. Apagué mi móvil, pero antes le pedí a la niñera que se quedara todo el día y la noche con mi pequeña. Sé que Natalia está molesta;
ANASHIA Mi mente empezó a procesar todo lo sucedido el día de ayer, quería olvidarme de lo que me hizo ese desgraciado, no puedo sacar de mi cabeza cuando me beso, aun siento un horrible asco en solo pensarlo. Por otro lado, tenía que decirle a Alexei lo sucedido no tenia de otra. Alexei me conoce también que rápidamente supo que algo no andaba bien conmigo, sé que el hará algo al respecto, pero tengo miedo que por mi culpa pueda meterse en problemas. Me acerco mirándolo fijamente, duerme plácidamente a mi lado, quisiera saber si así duerme junto a su esposa. Sus manos alrededor de mi cintura, su cabeza reposando en mi pecho. Siento celos al Imaginarlo de esta manera con Natalia. Lo amo tanto, pero tengo miedo que se aleje de mí, por culpa de lo sucedido o que su esposa se enterré de lo nuestro. Suspirando dejo de lado todos mis pensamientos para dejarme llevar por el sueño. Al despertar busco Alexei desesperada en la cama, pero él no está por ningún lado, escucho chorros de ag
Alexei Mi mente estaba divagando tantas cosas, más sobre lo que me ha estado sucediendo con lo que estoy sintiendo por Anashia, decirle que la amo no es suficiente, debo demostrarle que vale la pena arriesgar todo por ella, pensé que me dejaría, al haberle dicho que por ahora no podría dejar a Natalia, se que ella se siente menos al ser nada mas que la otra, cosa que para mi es mas que eso. Sin embargó necesito esperar unos meses y cuando nazca mi hijo buscare la manera de separarme de Natalia.Eran mas de las de las cuatro de la tarde día domingo. Estacione el coche dentro del garaje, entre a la casa a lo que mi hija al verme se me acerco alegre.-Papi te he extrañado mucho - dijo besando mi mejilla, estaba vestida con un hermoso vestido color violeta, su cabello rubio en hondas y sus ojos azules la hacían ver maravillosa. Mi hija era mi princesa, ella es radiante como la luna.-Hija tuve muchas reuniones, pero mas tarde iremos a comprar dulces y helados - comente a lo que ella salt
Anashia.Estaba conmocionada al enterarme de su repentino viaje; tal vez tenía alguna reunión programada, o quizás problemas con su esposa. En fin, podía ser cualquier cosa.—¡Hija, la cena está lista!—anunció mi madre mientras yo estaba absorta en mis pensamientos.—Ya voy, mamá- Respondi levantándome de mi escritorio, A pesar de nuestra pelea, no quería estar distanciada de él. Porque carajos sigo pensando en él.Salí a la sala de estar. La cena estaba servida junto a jugo de sandía y postre. Mamá se había lucido esta noche.—Todo se ve exquisito, mamá. Te luciste—le dije, y ella me dejó un beso en la mejilla.—Todo para complacer a mi niña— respondió con una sonrisa débil. Ahora me sentía culpable por no contarle lo que estaba pasando con Alexei, y lo peor era que era perjudicial estar con un hombre casado.Terminé la cena y me retiré a mi habitación. Revisé mi teléfono y no había ni un solo mensaje. Moría por escribirle, pero no me atrevía. No quería meterlo en problemas con su es
Anashia.Había pasado la semana, mi móvil sonó más de veinte veces en este día. Estaba molesta y no quería saber nada de ese mentiroso. Me siento como una tonta ilusa.—¿Cómo pude creerle?—me preguntaba en voz alta mientras miraba el teléfono con frustración- Está claro que solo quiere estar bien con su amada esposa, sigale entonces.Llevaba dos días sin parar de llorar y hoy, aunque era viernes y tenía planeado salir en busca de trabajo, estaba enojada, pero necesito recuperar más dinero para la mensualidad de la casa.—¡Qué idiota fui! —exclamó con rabia- Ahora sí que no pienso ser su amante. ¡Que se joda!*****Pasaron los días, pero el peso de la mentira del hombre que amaba aún seguía apretándome la garganta como un nudo imposible de deshacer. Había confiado en él, creí que me amaba, que no sentía nada por ella, y de repente...¡Mierda!Bajé en la parada para entrar al bullicioso mercado Oriental. Necesitaba buscar materiales para decorar álbumes para los niños de mi clase. Ademá
AlexeiEstaba a punto de chocar con un auto debido a la velocidad con la que manejaba. Estaba furioso por el comportamiento de Anashia. Intenté explicarle con detalles, pero ni siquiera me dejó hablar.Nuestra relación era una locura, pero la amaba desesperadamente. La necesitaba como a nadie más, aunque intentara alejarme de ella, no podía. La tenía en mis sueños, en mis pensamientos, y la quería a mi lado sin importar nada.Al llegar al hotel, hablé con Dylan sobre el incidente con el hombre que había abordado a Anashia. Le pedí que cancelara la habitación del sujeto.—¿Quieres decirme que ese idiota de Ricardo intentó seducir a mi empleada, quien además es tu amante? Y la amenazo. No quise que sonara así, pero asentí avergonzado.—La amo con locura. Quizás pienses que soy un mal esposo, pero mi matrimonio fue por la voluntad de mis padres. Anashia fue mi primer amor y creo que será el último, incluso estando al lado de una mujer a la que nunca amaré.—Lamento escuchar eso. Hubo u
Estaba lista para empezar mi trabajo sabatino. Me sentía un poco nerviosa ya que era la primera vez que iba a trabajar en la casa de un desconocido, pero la necesidad me estaba llevando a aceptar este trabajo, quizás sea una nueva experiencia en mi lista de Currículum.—Buenos días señor Matías— Saludé tímidamente mientras él me hacía entrar a su apartamento, el cual lucía muy lujoso.—Bienvenida a mi cómodo hogar— Dijo mientras yo admiraba cada rincón con asombro. En la sala principal, pude notar una gran oficina, repleta de libros que llenaban las estanterías hasta el techo. Había una computadora de última generación y una impresora de alta velocidad, indicando que aquí se llevaban a cabo actividades intelectuales importantes...—Qué lugar más deslumbrante —expresé sorprendida al ver la majestuosa biblioteca.—Bien, déjame enseñarte lo que harás y espero que no te aburras. Incluso puedes escuchar música mientras empiezas a editar.—Gracias por el privilegio, Jefe Matías —comenté ape
Alexei Los días habían pasado rápidamente, y la ansiedad por ver a Anashia crecía en mí. Sé que lo que estoy a punto de hacer puede ser considerado una locura, pero estoy decidido a proponerle que vayamos juntos a Montelimar, junto a mi hija. Necesito esos días para estar con ella, para aclarar nuestras diferencias, y sobre todo, para dejarle claro que la amo solo a ella y que necesito su paciencia. Cuando nazca mi hijo, tengo planes de dejar a Natalia. No puedo estar con una mujer a la cual no amo. Dejándo de lado mis pensamientos. Esta mañana llevo pasteles, helados y toda clase de dulces, como le prometí a mi hija. Había fallado clases más de una semana, y esta era mi manera de compensarle para que ella se sintiera feliz junto a sus compañeros.—Papi, muchas gracias por comprar tantos helados y pasteles... ¿En qué estás pensando?— cuestiona mi hija, sacándome de mis pensamientos. Suelto un suspiro, sonriéndole, aunque en realidad estoy irritado. Ni siquiera yo mismo soporto mi tem